17 mar 2011 |

¿Estás justificado?


Romanos 5:1-2 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 2  por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.

La iglesia primitiva es por excelencia, el ejemplo de la iglesia que Cristo quiere, es más, es la iglesia que Cristo dejo formada antes de subir a la diestra de su Padre. Jesús trato aproximadamente tres años y medio con doce hombres, con la finalidad de formar su carácter, mentalidad y compromiso con la obra que él mismo dejaría en la tierra, a fin de que está obra no careciera de ninguna de las virtudes y características que la distinguen de cualquier organización religiosa o social. Jesús anhelaba y aún anhela que en su iglesia (su novia y obra) sobreabunden virtudes tales como verdad, amor, humildad, sencillez de corazón, valentía, compromiso, pero sobre todo y como un estandarte, Jesús quería y quiere ver en su novia, en la obra por la cual entregó su vida, la característica más prominente de su propia existencia en está tierra, Él quería ver Santidad.
Vale aclarar que la Santidad que reviste a la novia de Cristo, no es algo que pueda obtenerse con una actitud abstinente o con una vida obediente a preceptos y normas, sin duda alguna, cualquier ser humano puede obedecer reglas, leyes y normas, si logra sujetar su propia voluntad a dichos preceptos, pero, el mero hecho de obedecerlos, no muestra necesariamente que el corazón de quien los obedece, no anhele con ansias el realizar la actividad que su ley prohíbe, esto quiere decir, que no importando de cuantas cosas me abstenga, mientras no cambie el deseo de mi corazón respecto de esas cosas, entonces yo aún no viviré en santidad. Es por eso que el celibato para algunos sacerdotes no es un sinónimo de “santidad”, sino más bien una carga. Estoy seguro (sin ser yo católico) que deben existir sacerdotes que al presente tienen lo que bíblicamente se conoce como el don de continencia, y para ellos no se les debe hacer nada difícil el no pensar en el matrimonio o algo parecido, pero ¿Qué hay de aquellos que no cuentan con esa gracia del Señor? Pueden someter su voluntad absteniéndose del apetito sexual genuino del varón, pero ¿su corazón está de acuerdo con su abstinencia?.

Yo puedo externalizar una actitud “santa”, y sin embargo, mi corazón ser tan contrarío a esa actitud, que tan solo debo dejar pasar un poco tiempo para yo vuelva a deleitarme con esa actividad que transgredirá mi supuesta actitud “santa”. Lo que quiero explicar con esto, es que la Santidad de la iglesia, no es tan solo, no ver películas pornográficas, no beber, no decir groserías o no faltar a la iglesia, sino que la actitud Santa en la que debe vivir la iglesia es, no tan solo no hacer ciertas cosas, sino, y por sobre todo NO QUERER HACERLAS, y para lograr ese tipo de sentir, no es suficiente ser de alguna denominación cristiana protestante, no es suficiente tener un cargo ministerial o ser ungido por alguien espiritualmente mayor, para poder tener esa actitud santa, se debe impajaritablemente nacer de nuevo, tener dentro de si mismo la naturaleza divina del Espíritu de Dios, que va de tiempo en tiempo, regenerando al hombre interior y produciendo la verdadera santidad en el ser humano.
Pues, sin profundizar más en este tema, Jesús dejo una iglesia sin mancha ni arruga, y es ese tipo de iglesia la que hoy (en cualquier momento, como un ladrón en la noche) vendrá a buscar.       Es que, por qué motivo, razón o circunstancia tendría que volver y llevarse un ejemplar de iglesia, inferior a lo que él mismo dejo en esta tierra? Sería ilógico pensar de esa manera, ninguno de nosotros cuando deja en un estacionamiento privado su vehículo, cuando vuelve por él, quiere encontrar en su lugar, un vehículo aunque de la misma marca y modelo, de inferior calidad y año, y si para nosotros es lógico este racionamiento ¿Por qué no debería serlo también para el que invento el raciocinio humano?    El hombre es un oportunista y un sinvergüenza, quiere lo mejor de Dios, su fortaleza y bendición, pero siempre dando el minino esfuerzo posible.

Esa misma actitud desvergonzada es la que hoy prevalece en la iglesia contemporánea, tenemos lindos templos, grandes dependencias, equipos de amplificación de primera, músicos de excelencia, pastores teólogos, y muchos fondos para invertir en nuestra mayor comodidad mientras gozamos de un hermoso culto de “adoración”, en medio de la presencia de “nuestro Señor”, sin embargo, toda esa comodidad actual, difiere en un 100% en la actitud de la iglesia primitiva, por eso digo que hoy prevalece esa actitud desvergonzada, por que hoy creemos ser los herederos de la primera iglesia de Jesucristo, creemos tener por herencia su unción y autoridad, creemos que se nos ha transferido de manera sobrenatural, generación tras generación la Santidad en la que vivían nuestros hermanos del primer siglo, y sin embargo, no hemos dado ni un poco (y no exagero al decir poco) de lo que ellos dieron por Cristo. ¿Crees tu que le haces un favor a Cristo al congregarte? Pues el favor te lo haces tu mismo ¿crees que cuando Dios te usa, es por que has obtenido la dignidad para ser usado? Pues, sin el afán de ofenderte, no eres otra cosa que un asqueroso pecador merecedor del infierno más ardiente por causa de la maldad que radica en ti, si Dios te usa, primero él mismo ha tenido que poner de su santidad en ti y lo que predicas no es tu palabra sino la suya ¿Qué tienes que no hayas recibido? (1ª Corintios 4:7) ¿crees tu que mereces la salvación o que Cristo haya muerto por tus pecados? Pues déjame aclarar una verdad, Cristo murió por Amor y obediencia a Su Padre (Mateo 26:42) con la finalidad de devolver al hombre al motivo original de su creación (a fin de que seamos para alabanza de su gloria… Efesios 1:12) y eso tuvo como consecuencia una demostración de amor incomparable, es que como no va ser una demostración de amor el hecho de que el Santo de Dios, que nunca peco, pero que por nosotros se hizo pecado, y que sin culpa alguna se sujetara a la obediencia hasta la muerte, y no cualquier muerte, sino la muerte de cruz.

El problema en el cristianismo actual, no es solamente que con la manera carnal que se vive en el pueblo “cristiano”, pisoteamos la sangre de Cristo, y que descaradamente queremos la unción de la iglesia primera, pero sin pagar en ninguna medida, el precio más bajo que pudo pagar la iglesia primitiva, el problema medular radica en que ofendemos el sacrificio de Cristo, por que no entendemos que el juicio que debía (y aún debe) caer sobre nuestras vidas, cayo a plenitud y con toda la ira posible de Dios, sobre el Hijo, Jesucristo. 


En la iglesia primitiva, desde el comienzo del ministerio de los doce apóstoles, el que se convertía al cristianismo, pasaba inmediatamente a ser enemigo del imperio romano, y por ende, un condenado a muerte, no es ninguna novedad que los cristianos del primer siglo fueron el escarnio y la burla del circo romano, miles y miles de nacidos de nuevos, preciosos hijos de Dios comprados por la sangre del Cordero, hombres, mujeres y niños que habían sido restaurados al motivo original de u creación, es decir, para la alabanza de la gloria de Dios, una vez que con sus vidas habían hecho la confesión de fe por Cristo, eran condenados por cesar a morir en las más horripilantes condiciones. Relatos históricos muestran las maneras vejámenes en que el imperio Romano torturaba y asesinaba a los cristianos primitivos, muchos vieron morir a sus hijos pequeñitos en las fauces de leones hambrientos, en sillas de metal ardiente, traspasados por espadas o crucificados, todo por causa de no negar su fe en que Jesucristo es el Señor y Rey de todo lo creado. Los mismos relatos muestran como los mismos hijos pequeños les decían a sus padres que no flaquearan en su fe, por que su separación solo sería momentánea, y en tan solo unos cuantos minutos, todos estarían juntos al lado de Jesús. Mi corazón no puede sentirse más quebrantado que por esto mismo, es que no puedo imaginar con mi limitada mente humana, de donde sacaban tal fortaleza mi apreciados y santos hermanos de la iglesia primitiva, es que ver a tu hijo a los ojos, en el momento que una fiera lo destroza y se lo come, mientras tu impotente e imposibilitado tras una reja, no puedes hacer más que clamar al cielo que su dolor pase lo más rápido posible. Hoy, los cristianos nos limitamos a cuatro paredes, ya sean cuatro paredes en el templo (siempre que no llueva o haga mucho calor) o cuatro paredes de nuestra casa, nuestro cristianismo más radical es aquel que presentamos en alguna plaza a viva voz y lo más arriesgado que vivimos es un poco de burla de algún impío usado por el enemigo. Nuestro mayor esfuerzo hoy se simplifica en no llegar tarde al servicio del domingo, y muchas veces, ni siquiera ese esfuerzo hacemos, somos una vergüenza para los santos de la iglesia primitiva, si ellos hoy pudieran ver la calidad de nuestro cristianismo, creo que lo minino que sentirían por nosotros es vergüenza ajena, ¿y como no sentirla? Al ver nuestra manera cómoda de vivir, nuestra poca o nada evangelización, nuestro vago compromiso con la obra del Señor y con el Señor mismo, y nuestra carnal y liviana manera de tomarnos lo que para Dios es santo, pues creo que muchos de ellos podrían hoy mirar a miles de cristianos contemporáneos que creen vivir en santidad e ir al cielo, y decirles ¡¡Hipócritas, arrepiéntanse de corazón!!

Me he preguntado de donde sacaban esta entereza nuestros hermanos primitivos ¿Cómo lograron tal compromiso con Cristo, que aún viendo a sus hijos morir de maneras horripilantes, no fueron capaces de volver atrás en su decisión? Pues la respuesta que he recibido de Dios, se llama JUSTIFICACIÓN.


La iglesia primera creía lo que dice la escritura… por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23) ellos sabían que Cristo no era simplemente una buena oportunidad de tener una hermosa vida familiar, ellos no veían a Cristo como una manera de recibir las “bendiciones” de Dios atravez de pactar dinero con Dios, ello no veían a Cristo como un simple medio para obtener la vida eterna, luego de vivir deleitándose en los placeres terrenales, ellos veían a Cristo como lo que es ¡¡LA UNICA OPORTUNIDAD DE SALVACIÓN!!

El hombre se encuentra por naturaleza, no tan solo apartado de Dios, sino como digno de recibir TODA LA IRA DE DIOS, y no por causa simplemente de que a robado, ha mentido, fornicado o adulterado, sino por el simple hecho de haber sido concebido en pecado y por ende ser heredero de la maldad que practico el primer hombre.

Tu no te mereces el infierno por que una vez pecaste solamente, tu, yo y cada hombre en esta tierra se merece el infierno por la sencilla razón de haber nacido con la naturaleza caída, por ser corrupto desde su concepción y desde que es consiente de su propia degradación, el hombre se merece el infierno por ser hombre, ¿y por que? Pues por que el hombre es en todo pecador, y no tiene que hacer nada para irse al infierno, solamente vivir y ser el mismo, y cuando muera, su lugar será con la serpiente antigua, la bestia y el falso profeta en el lago de fuego.

La iglesia primitiva tenia esta verdad por doctrina, para ellos Cristo no era un opción, sino UNA IMPERANTE NECESIDAD, ellos comprendieron una verdad que hoy ha desaparecido en los pulpitos, CRISTO TE ES IMPERANTE, el hombre es y será siempre merecedor del infierno, Cristo es la única manera de que el hombre pueda ser salvado de su condenación… El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, por que no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios (Juan 3:18) para pasar la eternidad en el Lago de Fuego, no tienes que hacer absolutamente nada, solo ser tu mismo.

Hoy en las iglesias se predica lo siguiente: Dios te quiere bendecir, Cristo murió por todos tus pecados, él ya lo hizo todo, tu no tienes que hacer nada, solo ven, acércate a Cristo, él te quiere sanar, él te quiere salvar, él siempre te amara, él siempre será tu amigo fiel, él se hizo pobre para que tu fueses enriquecido, etc., etc., etc. Y si bien, todo esto es en parte verdad, no es toda la verdad, y el diablo desde la tentación en el Edén, nos ha demostrado que su especialidad son las medias verdades. Hoy el cristianismo no se basa en Cristo, y en la necesidad que tiene el hombre de él, sino tan solo en la necesidades que tiene el hombre en general y en como Cristo quiere suplírselas, hoy el centro del cristianismo no es Cristo, sino el hombre ¡¡Ven a Cristo que el te ama!! Verdad a medias, es cierto que el te ama, pero debes venir a Cristo no solo por su amor, sino por que si no vienes a él TE IRAS AL INFIERNO, ¿vez como cambia la perspectiva de la necesidad?

Hoy no queremos ofender ni asustar a la gente con el infierno, por eso les hablamos de que Dios les ama, pero jamás les predicamos de cómo a Dios le molesta su manera de vivir, de pensar, de actuar, incluso aunque el hombre no haga nada malo, a Dios le apesta tan solo la hediondez de la humanidad sin Cristo, POR ESO NECESITAS A JESÚS.

Hoy le decimos al pecador que hay una salida para su problema de alcoholismo, drogadicción, mala racha financiera, salud, etc, pero jamás le decimos que no importa que no sea alcohólico, drogadicto, mal administrador financiero, o que tenga la salud de un potro, de todas formar SE MERECE EL INFIERNO.


Es por esto que muchas personas adineradas no se acercan a Cristo para ser salvas, por que como nuestro cristianismo se basa hoy en el solo bienestar del hombre en esta tierra, entonces muchos hoy no sienten la necesidad de allegarse a Cristo, ellos se preguntan ¿para que acercarme a Cristo, sino lo necesito? Yo te pregunto ¿eres tan santo como para no necesitarlo? Por que recuerda ¡¡Sin Santidad, nadie vera al Señor!!

Hoy en las congregaciones hay una exaltación del YO, y del éxito personal, en la iglesia primera había una constante exaltación de CRISTO y de su obra justificadora, esa es TODA LA DIFERENCIA, ese es el por que ellos podían ver a sus hijos morir en el circo romano, y aún seguir de pie esperando su propio turno, por que ellos habían entendido que Cristo era la única forma en que la maldad intrínseca de su naturaleza podía ser justificada.


Hoy nos predican que Cristo ya pago todo (y es cierto) y que ya no debemos hacer nada (media verdad), y por lo tanto se entiende que no importa como vivamos nuestro cristianismo, total la deuda esta saldada (mentira diabólica) si importa como se vive el cristianismo, si no fuera así, entonces los hermanos de la iglesia primitiva, tan solo debían haber echo una oración de confesión de fe, y luego haber negado a Cristo frente a los romanos, y haber obtenido así, lo mejor de dos mundo, eso es lo que el cristiano contemporáneo busca, por un lado se congrega y con sus labios adora al Señor, y por otro lado se vende asimismo al pecado y se deleita en él, eso se llama tibieza espiritual.

El problema con la doctrina cristiana actual, o con lo que se predica hoy en los pulpitos, es que ya estamos justificados, y todos entendemos que somos justos en Cristo, pero no comprendemos el significado ni el valor de esta verdad. Romanos 3:25 dice: a quien Dios puso (Cristo) como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados. Es decir, Dios odia el pecado con todo su ser, lo aborrece, Dios ve el pecado y se engrifa con su ira más grande sobre él, y pudiendo haber pulverizado con toda su ira a Adán inmediatamente después de haber transgredido el mandato de Dios, él espero en su longanimidad y paciencia, pasando por alto (momentáneamente) el pecado de la humanidad, hasta que a los 33 años y medio (aprox.) de su Hijo, derramo sobre él con toda su fuerza, la ira que tenia por causa de la maldad. Todo el mundo piensa que fueron los demonios quienes se ensañaron contra Cristo, pero en la realidad fue el propio Dios Padre quien aplasto a su Hijo con toda su ira y satisfizo su rabia contra el pecado, quebrantándolo con su poder, y no solo eso, sino que se plació asimismo al quebrantarlo Isaias 53:10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento.

Alguien debe pagar por el pecado, es justo que tu pagues por lo que has hecho y por ser de naturaleza pecaminosa, es justo que yo vaya al infierno por haber sido concebido en pecado y por ser un pecador empedernido, es justo que paguemos con el infierno por nuestra maldad, ¿pero que hay si le pido perdón a Dios? Pues si le pides perdón a Dios, el no podría perdonarte y tendría que mandarte al infierno, tu me dirás ¿pero por que no perdonaría que yo me arrepiento de corazón? Pues por que es imposible estar en paz con Dios, sin que alguien pague por tu pecado, por lo tanto, aunque le pediste perdón, así y todo tendrías que ir al infierno, por que es justo que el alma que peca, irremisiblemente muera. Por eso murió Cristo, por que nuestros pecados no pueden quedar impunes, de ser así, entonces Dios sería injusto, Números 14:18 dice: Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable… tu pecado y el mío, alguien los tiene que pagar… Cristo pago por nuestras iniquidades con su sacrificio, y eso nos justifico, y solo así y ahora, es posible que tengamos paz para con Dios.

Esa era la mentalidad de la iglesia primitiva, todo se basaba en el sacrificio de Cristo, en el agradecimiento eterno que sentían por ese sacrificio, en el darse cuenta que no importaba cuan buenos se sintieran ellos, nunca jamás podrían lograr que sus propias justicias (trapos de inmundicias) fueran suficientemente buenas como para obtener la vida eterna.     Al entender está verdad en el corazón, ya no se puede vivir un cristianismo mediocre, pues ¿Cómo vivirlo así? si él lo dio verdaderamente todo por mi ¿Cómo yo no daré todo por él?

Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. Lucas 9:24


Dios te bendiga,

Profeta de Dios