29 feb 2012 |

Un Dios Sin Gracia v/s Una Gracia Sin Dios



(Parte II)
El espíritu de libertinaje

Romanos 6:1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?

La escritura menciona un relato que llama mucho mi atención, sobre todo ahora que tengo la virtud de ser padre de un precioso niño, y es el relato de 1ª Samuel 3:3-15 donde Jehová declara al joven profeta Samuel, el castigo que vendría sobre el sacerdote Elí, por motivo de algo que considero debemos tener muy presente como padres, y lideres de nuestras congregaciones, y es “el NO ESTORBAR” a nuestros hijos.    Sinceramente creo que en este tiempo más que en cualquier otra era de la humanidad, la “iglesia” de Cristo está como los ojos del sacerdote Elí, a punto de quedarse en completa oscuridad, sin visión y con una conciencia entenebrecida, por ende, es una iglesia que no pone tropiezo a la maldad de sus hijos, ¡¡que lastimosa situación!! Que trágica escena la nuestra, la supuesta “luz del mundo”, en esta época moderna y llena de facilidades, en vez de ser luz a una humanidad caída y perversa, se comporta muchas veces más tenebrosa que las mismas tinieblas, ya lo dijo Jesús en Mateo 6:23… así que si la luz que hay en ti, es tinieblas ¿Cuántas no serán las misma tinieblas? Que frustrante situación, siendo nosotros los llamados a ser esa luz que ilumina la oscura senda de esta humanidad, somos más como imitadores de los oscuros destellos de “grandeza” del mundo, y la iglesia que debiera marcar una grata diferencia en el mundo, hoy busca como parecerse más al mundo de donde “se supone” salió.     Pensando en esto, recuerdo la frase de un estimado siervo del Señor, y es que Jehová pudo sacar a Israel de Egipto, pero no pudo sacar a Egipto de Israel, no por que no tenga poder, sino, por que Israel jamás quiso dejarlo.

Ahora, este relato si bien es antiguo testamentario, no deja para nada de ser relevante para la iglesia de hoy, ya que si bien Elí vivió en una época social sin tanta tecnología que permitiera la emancipación de la maldad en sus hijos, así y todo ellos dieron rienda suelta a todas sus blasfemias, cuanto más nosotros hoy que estamos rodeados por aquella maldad que puede enfriar el amor del hombre, debemos tomar el ejemplo de Elí para no hacer lo mismo que él, esto me hace pensar que no importa cuanta influencia negativa tengan nuestros hijos fuera del hogar, mientras en nuestras casas puedan encontrar disciplina, abundante amor, y temor de Dios, podremos guiarlos por el buen camino y cuando llegue el tiempo en el que puedan tomar decisiones por sí mismos, podremos estar seguros que tendrán la opción de hacer las cosas bien.

Esto es lo mismo que debiera suceder en nuestras iglesias, la gente debería encontrar el verdadero amor y la genuina Gracia de Dios, para ser educados por ellos (Amor y Gracia) y aunque el mundo este en tinieblas y bajo el maligno, las personas que realmente desean seguir a Cristo por amor, debieran poder encontrarse con él y así tener la oportunidad de aprender a escoger hacer lo correcto.  Cuando digo el verdadero amor de Dios y su genuina gracia, estoy hablando del amor que se demuestra deseando lo mejor y guiando al prójimo, aunque este se moleste por decirle la verdad, hoy nos importa tanto que la gente no se ofenda que estoy seguro que miles han muerto muy agradados con la iglesia evangélica, pero que una vez dejada esta vida hubieran preferido haberse ofendido por un momento en la tierra, con tal de no perecer eternamente en el infierno.        No estoy diciendo con esto que nuestro mensaje debiera ser condenatorio, sino todo lo contrario, alumbrar el camino de los que viven en tinieblas, no encandilarlos con nuestra religiosidad y vivir diciéndoles que se irán al infierno, sino guiarles con nuestro sano consejo de hacer las cosas bien, demostrarles con nuestra empatía que no nos sentimos mejores que ellos por ser salvos, sino que deseamos con todo nuestro ser, al igual que nuestro Dios, que todos accedan al arrepentimiento y que nadie se pierda.       Digo esto, ya que muchas veces hemos espantado a los inconversos, por que en vez evangelizarlos (presentarles el evangelio como una buena nueva) los tratamos de cristianizar (ej.: bautizarlos antes de su conversión, ¿ridículo no?) ósea, en vez de ayudarles con la luz que tenemos, los encandilamos y forzamos a que hagan una confesión de fe, como si eso asegurará la salvación y no un cambio de vida y actitud.

Desgraciadamente de esa manera no somos luz, ni estorbo a la maldad del mundo, me he percatado que la religión no tiene poder alguno sobre la maldad del mundo, ni menos sobre aquella que se esconde en el corazón de la gente, la religión no puede cambiar al hombre interior, quizás tiene las ganas, el ánimo y la entereza de mejorar el mundo, pero por mucho que se esfuerce, no cuenta con tal poder, Colosenses dice al respecto, Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. (2:23).       Es por esto que no existe en la historia de la humanidad (aunque a muchos les duela) un antes y un después de Confusio, Krishna, Mahoma o Budha, sino solo un Antes y Después de Cristo, por que solo él tiene el PODER de transformar la vida de un hombre y marcarla de tal forma que ya nunca más vuelva a ser la misma persona. 

Pero el asunto aquí es que nuestra religiosidad ha enmarcado nuestra luz, de tal manera que le ha impedido ejercer su poder por sobre las tinieblas de este mundo, y por ende, la Gracia de Dios se ve frustrada a causa de lideres evangélicos religiosos que encajonan el poder de Dios y lo limitan a tan solo unas cuantas manifestaciones “pentecostales” (aleluyas, danzas, llantos y brincos) y que terminado el culto, no cambiaron la actitud de la gente que sale de sus reuniones emocionalistas, para seguir viviendo sus vidas llenas de pecado.      

De igual forma limitan la Gracia de Dios, aquellos otros religiosos que no creen en la manifestación del Santo Espíritu de Dios, aludiendo que ciertas actividades espirituales quedaron demarcadas para cierto tiempo apostólico, y que cualquier manifestación de quebranto espiritual, no es otra cosa que solo emoción, de ser así, entonces yo y muchos otros hermanos en la fe que hemos experimentado la presencia de Dios y sus claras y bíblicas manifestaciones, solo somos un montón de emocionalistas que no “caminamos” en la “verdadera doctrina bíblica”.          Que pena pensar así y no dejar que el precioso Espíritu de Dios se derrame sobre sus vidas, al menos yo, luego de esas manifestaciones, me he levantado con todo el ánimo de mi corazón de dejar mi pecado, vivir en santidad y caminar hacia la estatura de Cristo.

Pero todas estas limitantes de la Gracia de Dios, son solo el preámbulo de aquella que en esta ocasión deseo mencionar, y es lo que yo denomino el “espíritu de libertinaje”, es esa actitud de varios “cristianos” que no se consideran religiosos, pero que sin embargo lo son, y digo esto de aquellas iglesias donde el Dios todopoderoso y creador del universo, queda limitado a tan solo ser un Dios de “amor”, y ese “amor” es netamente humanista, centrado en el YO, siendo que la escritura declara que el centro del amor de Dios no es el hombre, sino el mismo… Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados (Isaías 43:25) esa es la principal mentira del espíritu de libertinaje, hacer sentir al hombre como el centro del universo y muestra a Dios como un siervo que siempre debe estar disponible para perdonarlo y salvarlo, y que su Amor y su Gracia son tan inmensurables que incluso Dios negara su propia justicia con tal de salvarles, eso es tener UNA GRACIA SIN DIOS.

El “espíritu de libertinaje” limita la gracia de Dios, nos convence que somos salvos “por gracia”, pero no por medio de la fe, sino por medio de una “confesión de fe”, es decir, la gente que tiene ese espíritu, cree que es salva desde que hace una oración donde “deja” a Cristo entrar a su corazón, y lo confiesa como su salvador personal ¿perdón, pero, los religiosos católicos no son aquellos que creen que una persona es salvada desde que se bautiza? Pues de la misma manera, los religiosos evangélicos creen que una persona es salvada desde que hace una “confesión de fe”, y no importando si se arrepintió o no verdaderamente de sus pecados, el “espíritu religioso de libertinaje” les hace creer que es salvo y los seguirá siendo, no importando si cambia de estilo de vida o no.

Hoy, ese espíritu predomina en muchos “movimientos cristianos”, donde se predica una gracia que más parece baratija de concurso de mala muerte, ya que no importando si quieres arrepentirte o no, no importando aún lo que dice la escritura, Dios te ama tanto que te perdona todos tus pecados.  Así como plantea la salvación ese “espíritu de libertinaje”, es más fácil ser salvo que ganarse un concurso, ya que es cosa de segundos, tan solo debo decir una oración “de fe” y “por fe” ya estoy en el cielo. ¡¡Pamplinas!!

Estoy completamente persuadido de que a mi Dios lo mueve un sentir de Gracia, ya lo he dicho antes, la única explicación de que Dios no haya condenado al infierno inmediatamente a Adán y a Eva luego de su desobediencia, y haber creado a otro hombre para comenzar de nuevo, es LA GRACIA DE DIOS.                      Dios no quiere que nadie perezca, Jesús no vino al mundo a condenarlo, él es nuestro abogado en los cielos, él tiene toda la intención de salvarnos del infierno, y aún él espera con paciencia y no tarda su venida, porque no quiere que nadie se pierda, Dios es realmente un Dios bueno, pero debemos tener en claro algo, Él jamás pasará por inocente a un culpable, y la misma biblia que dice que podemos acercarnos con confianza al trono de la Gracia, es la misma que afirma que castigará el pecado eternamente en el infierno, y si bien no quiero que creamos que Dios es un Dios condenatorio, no podemos dejar de lado que Él si condenará en el infierno a aquellos que no se le acercaron para alcanzar Gracia, y es más, de entre aquellos que no se acercaron a tiempo, muchos hoy se congregan en nuestras iglesias y engañadamente creen que son salvos.

El asunto es, que el pecado nos aparta de Dios,… por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23) y por eso sabemos todos que Jesús murió en nuestro lugar, para que no tuviésemos que pagar nosotros por nuestros pecados, sin embargo, aún hoy seguimos siendo pecadores, debemos reconocer que día a día cometemos errores que nos condenan al infierno, mis estimados hermanos, nosotros aún somos dignos de arder eternamente en las llamas del Seol, y si no iremos allí no es por meritocracia, sino POR GRACIA, mas mi pregunta (retorica) es ¿y qué hay de mis pecados de hoy? Pues el problema para quienes hemos accedido a la Gracia verdadera no es el pecado propiamente tal, por que Jesús venció el poder que este ejercía en nosotros, el problema radica en si hoy YO PERSEVERO EN EL PECADO, Romanos 6:1 dice, Romanos 6:1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ningún momento el Apóstol Pablo negó en este versículo nuestra naturaleza o tendencia hacia el mal, y para Dios ya no es problema el pecado, por que Jesús lo venció en la cruz, el verdadero conflicto lo tenemos nosotros, y es que no podemos perseverar en la Gracia, no podemos crecer en ella si es que PERSEVERAMOS EN EL PECADO, no que no tropecemos con él, no que no nos equivoquemos, no que nuestra caída naturaleza no nos traicione, sino que muchas veces teniendo la posibilidad y el poder por la Gracia de Cristo de decirle NO al pecado, decidimos una y otra, y otra vez más decirle SI a aquello que Cristo venció en la cruz.            Te insisto el problema no es pecar, sino perseverar en el pecado.

El “espíritu de libertinaje”, manejado por la infernal mente de Satanás a convencido a la iglesia, sobre todo a aquellos que tiene la responsabilidad de liderar, que no importa cómo se comporte la grey, de todas maneras son salvos, más el apóstol Pablo les hace a todos ellos la siguiente pregunta…los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? (Romanos 6:2).           Ahora bien, el Apóstol quería que comprendiéramos algo de suma importancia, y es que todos los seres vivos y las cosas en general, se reproducen según su especie, Jesús dijo ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? (Mateo 7:16) la respuesta es obvia, jamás una oveja parirá una lobo, como tampoco un lobo por naturaleza se comportara como una oveja, sin embargo, el “espíritu de libertinaje” dice lo contrario, según él se puede vivir como lobo, comer como lobo y matar como lobo, y sin embargo, al momento de contar las ovejas, el lobo estará allí, porque ese lobo, no importando su naturaleza ni su actuar, “un día” hizo una “confesión de fe” que lo dejo dentro del redil ¿es lógico aquello?.    

Pues de esta forma debemos comprender que Dios quiere salvarnos y que dentro de su magnifica esencia de Dios, reina la Gracia, pero jamás Jehová dejo que aquellos que tenían un corazón de Egipto, entrarán en la tierra prometida, y aunque siempre fue esa su intención, mientras la naturaleza del pueblo no cambiara, entonces no estarían aptos para pisar siquiera el Reino de Dios.                       Estimado hermano, si en tu corazón sientes el deseo de hacer lo incorrecto, sientes el impulso por pecar, te sientes tentado a desobedecer la voluntad de Dios, créeme que no eres el único, puedes estar seguro que toda la iglesia de Jesucristo que hoy vive en este mundo, se siente o a sentido más de alguna vez como tú, el “sentir” ganas de no obedecer a Dios solo muestra que dentro nuestro aún vive la nefasta naturaleza de Adán, sin embargo, el problema no está en el “sentir” ganas de pecar, sino en el “ceder” a esas ganas deliberadamente y proveer continuamente para ellas (perseverar), y si tu estas cediendo y te estás deleitando en ello y luego vives tu “vida cristiana” como si nada hubiera ocurrido, tengo que decirte que solo estas respondiendo a la naturaleza que reina en ti (La carne), la vida perdida que jamás llegara al Reino de los cielos, no importando cuantos domingos vayas a la iglesia, de todas maneras te perderás, simplemente porque no te has arrepentido de corazón y por ende, Dios no ha podido cubrirte de con su Gracia.

La fe verdadera en Cristo, no es compatible con el “espíritu de libertinaje”, por que la verdadera fe se mueve en virtud de la obediencia y el amor a Cristo, 1ª de Juan 5:2 dice al respecto… En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos.  El que ama a Dios muchas veces comete errores, peca y se equivoca, pero su vida muestra que verdaderamente ama al Señor que lo salvo, porque a pesar de sus errores, busca como obedecer los mandamientos de Dios y se deleita por ellos ¿sabes por qué el que ha nacido de nuevo se busca guardar los mandamientos de Dios y se deleita en ello? Pues la respuesta es simple, por que el Espíritu de Dios vive en él, la NATURALEZA DIVINA está en su corazón buscando como agradar a aquel que los saco de las tinieblas a la luz.

Finalmente, el “espíritu de libertinaje” le dice a congregaciones enteras, que no importa como vivan, como vistan, lo que dicen o lo que hagan, de todas maneras, Dios tiene tanto “amor” que siempre les pasara por alto todos sus pecados, total, Cristo ya pago.          Es una lástima que mucha gente se deleite y prefiera oír esa mentira e irse engañado al infierno, que digerir la verdadera Gracia de Dios que puede salvarlo a través de la fe, por medio del arrepentimiento.

El mensaje del “espíritu de libertinaje”, es un mensaje mentiroso y satánico, no nace en el santo corazón de Dios, engaña a la gente haciéndole creer que irá al cielo mientras camina hacia el infierno, ofrece una baratija por Gracia, y claramente una Gracia sin Dios, porque el mismo Dios que es amor, es también fuego consumidor y aunque esa no es su primera opción nunca, el consumirá con su ira a todos aquellos que decidieron perseverar en el pecado y no se arrepintieron de todo corazón, no importando quien haya sido su pastor, cuantos años llevare en una iglesia ni cuantos cargos tenia, desGRACIAdamente para ellos, llegado su debido momento, quién no se arrepintió a tiempo, de todo corazón y no dejo su mal caminar, no podrá entonces entrar en el Santo Reino de los Cielos.

¡¡por favor comprendamos que Dios no quiere condenarnos, pero si perseveramos en nuestro pecado ¿podrá el Dios Santo salvarnos?!!

Dios te bendiga,

Profeta de Dios.

22 feb 2012 |

Un Dios Sin Gracia v/s Una Gracia Sin Dios



(Parte I)
El espíritu de condenación


1ª Juan 2:1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis;  y si alguno hubiere pecado,  abogado tenemos para con el Padre,  a Jesucristo el justo.

Creo con todo mi corazón en un Dios de justicia, de Santidad y de incuestionable Verdad, creo que Él jamás tendrá por inocente a un culpable y que castigará el pecado de todo aquel que NO se acerque en vida al trono de la gracia para clamar misericordia para el oportuno socorro.  Mi Dios es el Dios que aplastará en breve al diablo bajo sus pies, con condena y sufrimiento eterno.            Creo en el infalible e inconmovible Dios del universo, y sé que Él cuenta con todas las características de un Dios extremadamente Santo y Justo, es por eso que Moisés tuvo que sacarse las sandalias antes de acercarse a la zarza que arde pero no se consume, ante ese Dios también se postro Isaías al verle en el templo con Gloria y Majestad, sabiendo que era hombre muerto al presenciar tan grandiosa manifestación Santidad y Justicia, y ante ese mismo Dios cayó postrado el Apóstol Juan en la isla de Patmos al ver el resplandor del Hijo del hombre, en fin, la Gloria, Pureza, Santidad y Justicia del Dios Todopoderoso son incomparables, y estoy seguro que la escritura no miente cuando dice que nadie jamás podrá acercarse al Dios que es pura Santidad, si en nosotros no hay una vida también llena de santidad.

Ahora, si bien este mensaje sobre el Dios Santo es cien por ciento genuino e incuestionable, creo que de alguna manera no es toda la verdad de Dios, por una sencilla y muy coherente razón, y es que si a Dios le interesará que su pueblo solamente sea Santo, entonces en el preciso momento que nos hemos convertido al Señor, cuando el Espíritu de Santidad viene a morar en nosotros, deberíamos ser muertos allí mismo, y en consecuencia a nuestra redención, irnos en el acto al cielo, ya que en ese preciso momento estamos aptos para eso, de igual formar que el ladrón que murió a un costado de Jesús.  

Con esto no estoy justificando lo injustificable, no estoy diciendo que una vez convertidos ya podemos vivir como si no lo fuéramos, ya que el cómo vivamos nuestras vidas, muestra que tenemos por dentro, y si el Espíritu de Dios mora en mí, entonces yo viviré como él me guíe hacerlo, no como mi carne y mis terrenales deseos me movían anteriormente.

Con esto quiero sacar a la luz un tema que frustra la vida muchos cristianos, y es lo que yo llamo, el espíritu de condenación, que justamente se alimenta del temor que produce el sentirse impuro, falto o pecador delante del Dios vivo.        Ocurre que si bien conocemos que la biblia dice, que somos salvos por gracia por medio de la fe (efesios 2:8) de alguna manera no comprendemos la magnitud de esa Gracia.                  Muchas veces los cristianos hemos pecado en el transcurso de nuestro caminar, hemos traicionado a Jesús con nuestras palabras o hechos, le hemos negado o le hemos vuelto la espalda, la mayoría de las veces por miedo o vergüenza y sin querer, pero cuando reaccionamos de nuestro mal proceder por el redargüir del Espíritu Santo, nos sentimos tan mal que pensamos que es tan malo lo que hemos hecho, que ya no podremos volver recibir su perdón.                 Pues justamente eso es de lo cual que el espíritu de condenación quiere convencernos, de que una vez perdonados nuestros pecados, Jesús ya no nos puede volver a perdonar, o si lo llega a hacer, antes tendremos que pasar una buena temporada pidiendo perdón y humillándonos bajo la poderosa mano de Dios para que luego de un largo periodo de tiempo en el que mostremos que realmente estamos arrepentidos, entonces, Jesús pensará en darnos una nueva oportunidad.        ¡¡Qué ciegos podemos estar a veces y que faltos de sabiduría y conocimiento de Dios!!

Quiero que pensemos un momento en esto ¿Dios nos perdonó? ¿Verdad? Los que lean esto y conozcan a Cristo dirán que si, sabemos que Él nos perdono y dio vida cuando estábamos perdidos en delitos y pecados (Efesios 2:1) pero ¿Cuál fue nuestro merito para ganarnos su perdón? ¿Nuestras buenas obras, nuestra dedicación por él, nuestra fe, nuestra esperanza o nuestra muy santa manera de vivir? Definitivamente NINGUNO, no teníamos nada que ofrecer a Dios por su redención, Romanos 5:10 dice Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo…

Claramente nosotros éramos enemigos de Dios, y por causa de que nuestra vida era completamente vil, estábamos en problemas delante de un Dios poderosamente Santo y sin mancha, y sin embargo, en esa nefasta condición fue donde Dios nos encontró y sin tener merito alguno, nos recogió y nos perdonó solo por causa de su amor.

Estimado hermano, Dios nos ama no porque seamos sus hijos solamente, no por que hagamos el bien, no por que demos el diezmo, la ofrenda o seamos solidarios, Él nos amó desde antes de la fundación del mundo, sin siquiera merecerlo o valer algo, 1ª Juan 4:19 dice: Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.                   Si nosotros tenemos comunión con Dios, no es por causa de nuestras buenas obras, sino simplemente porque Dios nos creo con el fin de tener comunión con nosotros. 

Yo jamás mereceré su amor, jamás podría haberme ganado el perdón, jamás podría haber ido al cielo por mis meritos, si tengo algo de parte de Dios en mi vida, es solo por una preciosa razón llamada GRACIA.

Ahora bien, alguno me dirá ¡¡pero todo eso se refiere a nuestra pasada manera de vivir, no a la actual, ahora somos llamados a no pecar, a vivir como santos hijos de Dios!! Y estoy de acuerdo con eso, pero quiero que pensemos en que el mismo Dios que nos creó y nos amó cuando éramos perdidos delincuentes y pecadores, es el mismo que nos ama hoy, y si bien su amor no es un motivo para comportarnos carnalmente, Él NO nos creo para CONDENARNOS, él no quiere hacer eso.

Pensemos en esto, si Dios nos perdonó cuando no teníamos ningún merito ¿no será capaz de perdonarnos ahora, si nos arrepentimos de corazón? 2ª Timoteo 2:25 dice que es Dios quién les concede a todos a que se arrepientan, ósea que si bien somos nosotros quienes nos arrepentimos, es Dios quien nos persuade a hacerlo, es el Espíritu de Dios quien convence al hombre de pecado, justicia y juicio (Juan 16:8) con la única finalidad de perdonarlo.

La religiosidad es el móvil del espíritu de condenación.               El religioso sabe que es salvo por Gracia, pero no lo comprende, él piensa que Dios desde siempre quería condenarlo por sus pecados, y que un día Dios, andando de buenas, lo perdonó, pero con la condición de que jamás volviera a pecar.                     No estoy diciendo con esto que el deseo de Dios no es que vivamos vidas piadosas y santas, porque esa es la voluntad de Dios, el tema es que a pesar de que ya somos salvos por la Gracia, aún somos seres humanos de carne y hueso, aún no nos hemos despojado totalmente del viejo hombre, aún nuestra mente carnal maquina maldad, aún somos objetos de tentación, aún somos frágiles, por eso el Apóstol Juan dice en su primera epístola:  Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; es el corazón de Dios hablando a sus hijos animándolos a no pecar, pero sabiendo que habrán momentos donde si pecarán, donde tropezarán, donde resbalarán, y para esos momentos él dice: y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Ese Jesucristo que un día nos perdonó cuando estábamos perdidos en delitos y pecados, es el mismo Jesús que tenemos hoy abogando por nosotros delante del Padre ¡¡BENDITO SEA JESÚS PARA SIEMPRE!!

Hoy en día en muchas congregaciones se muestra a Dios como el típico patrón de fundo, que tiene peones en vez de hijos, que ordena con violencia en vez de estar a la puerta y llamar (apocalipsis 3:20), y que está esperando el momento de vernos caer para castigarnos, cuando el motor que hace palpitar el corazón de Dios es LA GRACIA.

Solo piensa un momento en esto ¿Por qué habiendo pecado Adán y Eva, no los destruyo de una vez? ¿Por qué siendo el pueblo de Israel tan desobediente, no lo destruyo para siempre? ¿Por qué no apedreo Jesús a la mujer adultera o por qué no condeno al ladrón que murió a su costado? ¿Por qué Jesús no condeno a Pedro luego de su traición? ¿Por qué Jesús mantuvo a Judas administrando la ofrenda, si él sabía que siempre sustrajo dinero de la bolsa? ¿Por qué Jesús no condenó a la promiscua mujer samaritana? En fin, la lista sería interminable, pero la respuesta a todas esas preguntas se puede reducir a una sola palabra, GRACIA, bendita y dulce Gracia de Dios.

Quiero que comprendamos que DIOS NO QUIERE CONDENARNOS, sino salvarnos, su primera intención jamás ha sido destruirnos, Él no está esperando a que tropieces y caigas para lanzarte un rayo y partirte en dos, Él nos espera con paciencia, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2ª Pedro 3:9) ¡¡QUE BONDADOSO ES NUESTRO DIOS!!

Cuanta Gracia derramada sobre la humanidad, por eso Romanos 5:20 dice… mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;

Quizás tu pensarás ¡¡bueno, yo conozco el mensaje de la Gracia, yo sé que mi Dios es perdonador, por lo que este tema no es para mí!! Si es así, pues me alegro que comprendas a cabalidad la Gracia de Dios, pero yo te invito a reflexionar en lo siguiente ¿Cuándo pecas, te arrepientes? Pues espero que sí, de lo contrario significa que aún no te ha alcanzado la Gracia y el Espíritu de Dios no vive en ti.
Pero una vez arrepentido ¿Qué haces? Pues regularmente seguir sintiéndote mal, y aunque claramente el alma se duele con nuestro pecar, el dolor que sentimos luego de arrepentirnos y pedir perdón, regularmente no es dolor del alma, sino, un sentir condenatorio que te dice a la mente ¿Cómo pudiste hacerle esto a Cristo? ¿Cómo fuiste capaz de negarle? ¿Ahora blasfemarán el nombre de Cristo por tu culpa? Mientras que Cristo está al otro costado del corazón, diciéndonos: ¡¡hijo mío ¿te arrepentiste verdad? Pues entonces déjalo ir, yo ya te perdone? 

Al pecar, el sentir de nuestro corazón es ¿pero cómo pude Señor? ¡¡Por favor, perdóname!! Y Jesús está allí extendiendo su mano diciéndote ¡¡levántate, sigamos adelante, ya paso, ya te perdone!! Sin embargo, nuestro corazón dice ¡¡si sé que me perdonaste, pero no entiendo como pude hacerte esto, por favor, perdóname!! y así pasan días, semanas, meses e incluso años dando vueltas en círculos buscando un perdón que obtuvimos en el preciso instante que nos arrepentimos y pedimos al Señor que nos perdonara.

Eso que habla a la mente y al corazón, es el espíritu de condenación, alimentado por el orgullo y la autosuficiencia, por la religiosidad y la mentalidad de las obras, ese espíritu nos dice que debemos ganarnos el perdón de Dios, y allí nos mantiene, en el suelo, y cuando no logramos afirmar una rodilla para levantarnos, vuelve y nos acusa de pecados pasados y ya perdonados, haciéndonos ver como impuros y sucios por cosas ya redimidas, y volvemos al suelo nuevamente, y nuestra vida que debería ir de victoria en victoria y de gloria en gloria, se encuentra de fango en fango, rodeado por pecados pasados y por tropiezos presentes, y aunque somos salvos, vivimos como esclavos, por causa de que estamos en Canaán, pero tenemos una mentalidad de Egipto.

He meditado por tiempo en este sentir, porque yo también lo he padecido y mucho, pero Dios me ha convencido de algo, QUE ÉL ME AMA y que todo lo que sucede en mí vida, mientras yo busque vivir para él, está bajo su control y dominio.      Muchas veces la mentalidad de esclavo nos hace pensar que si nos portamos bien con Dios, entonces Dios no nos castigará, y si nos portamos mal, entonces su ira estará sobre nosotros.          Pues si bien todo lo que el hombre sembrare, eso también cegará, eso no significa que si “nos portamos bien con Dios”, él no nos dejará pasar por momentos de tribulación, si fuera así ¿alguien podría decirme en que peco Job para padecer lo que sufrió? ¿O cuan desobediente fue el Apóstol Pablo, que Dios le envió un mensajero de Satanás para que lo abofeteara?

Hermanos amados, el pensar así es tener mentalidad de esclavo y no de Hijo, porque Dios no anda buscando hacernos caer en pecado, para luego tener motivos justos para castigarnos, si esos piadosos hombres semejantes a Cristo, padecieron en vida el dolor y/o la persecución no fue por causa de lo “mal cristianos que fueron”, sino porque su buen Padre celestial tenía un propósito en cada dolor y padecimiento.            Y por otro lado, pensamos que necesariamente estamos bendecidos por que nos portamos bien y tenemos el cielo ganado con Cristo, pues si fuera así ¿los narcotraficantes no ganan demasiado dinero con su tráfico? Pues claro que sí, pero ¿es Dios quien los bendice por su buen proceder? y más aún ¿Qué pasa con aquellas personas que no siendo traficantes, les va bien económicamente, pero no tienen a Cristo en sus vidas? ¿Ellos irán al cielo? ¿Es Dios quien los bendice?

Pues no porque nos vaya bien en la vida, debemos pensar que estamos bajo la Gracia de Dios, ni por qué nos vaya mal, que hemos sido quitados de su cobertura, por que como bien dice la escritura, ya sea que vivamos o muramos, del Señor somos (Romanos 14:08).             Debemos comprender que lo que mueve el corazón de Dios no es su agrado o desagrado por alguien (necesariamente), Dios no está sujeto a pasiones, lo que mueve el corazón de Dios, es SU GRACIA, si estamos en una prueba en la que él nos metió, no siempre es por causa de que hayamos hecho algo mal, y aunque así fuera, no es para castigarnos, sino para hacernos comprender que Él desea fervorosamente bendecirnos, pero si vivimos sin sabiduría ¿podrá Dios bendecir lo insensato? Y aún siendo sensatos ¿no podrá Dios mostrar su gloria en metiéndonos en medio de una prueba? Pues si no lo creen así, pregúntenle a los tres jóvenes en por su completa adoración a Dios y por causa de su integridad (no maldad ni pecado) fueron lanzados al horno de fuego.  No siempre somos probados por qué hayamos cometido un pecado, pero siempre lo seremos por causa de LA GRACIA DE DIOS, que desea bendecirnos y no condenarnos.

Hace tiempo conocí a un dueño de una librería en Santiago, que tiene mucho dinero y debo reconocer que sus libros son los más baratos del mercado, pero él es un hombre que en términos bíblicos podría llamarse NECIO, abusa de sus trabajadores, les roba cada vez que puede, y les paga poco en comparación al esfuerzo que hacen, y un día pensé ¿Qué pasaría si este hombre perdiera todo lo que tiene, quizás allí se volvería a Dios? Y ¿si se quemara su librería y perdiera todas sus inversiones, no sería la Gracia de Dios en acción llevándolo al arrepentimiento? ¡¡TE DAS CUENTA COMO DIOS NO QUIERE CONDENAR AL HOMBRE, SINO SALVARLO!! 
Claramente ese hombre quedaría destruido, en la ruina, en una literal banca rota, sin embargo, esa crisis podría llevarlo a arrepentirse de todos sus pecados y finalmente llegar a ser salvo, alguno pensará ¡¡pero es un precio demasiado alto para llegar a ser salvo!! Mas yo me pregunto ¿Qué recompensa puede el hombre dar por su alma? (Mateo 16:26) ¿Qué no es mejor padecer aquí por causa de la justicia, que lamentarse eternamente por haber sido injusto? Amados en Cristo, Job dijo ¡¡desnudo vine al mundo y desnudo moriré!! (Job 1:21 parafraseado) ningún precio es suficientemente alto, con tal de pasar la eternidad junto a Dios.

Quizás tu pienses que no es necesario padecer tanto para acceder a la salvación, mas de una cosa estoy convencido, que NADIE SE ACERCA A JESÚS AMENOS QUE ESTE TOTALMENTE PERSUADIDO DE QUE LO NECESITA, y si Dios necesita arruinarte con tal de poder ejercer su GRACIA en ti, estoy seguro que lo hará (Job 2:3)

El espíritu de condenación te dirá que si pecas, debes arrastrarte y pedir perdón por un largo periodo de tiempo, llorar, sufrir, compungirte de todo tu ser ¡¡HABER SI ES QUE ASÍ, JESÚS PUEDE COMPADECERTE DE TI!! Y claramente tenemos que arrepentirnos de nuestros pecados, y si nuestro corazón está dolido, pues llorar amargamente por nuestro error y pedir perdón, pero luego del cilicio, Jesús estará de pie frente a ti, extendiendo su mano para levantarte y decirte ¡¡te perdono, ahora quiero que sigamos adelante!! Y mientras que el espíritu de condenación dirá ¡¡aún falta por arrastrarte pidiendo perdón!! Jesús dice ¡¡vamos, de pie, porque largo camino te espera!!

AHORA DEPENDE DE TI A QUE VOZ OBEDECERÁS, la que te detiene diciéndote indigno, o la que te levanta diciéndote, NO TE PREOCUPES, MI SANGRE DE DIGNIFICA, SIGAMOS ADELANTE.
  
Hebreos 4:16 Acerquémonos, pues, CONFIADAMENTE (con humillación pero confiados) al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y HALLAR GRACIA (No condenación) para el oportuno socorro.

Dios te bendiga,

Profeta de Dios.
14 feb 2012 |

Un milagro nunca viene solo




Mateo 14:16-18  Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer. 17 Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces. 18  El les dijo: Traédmelos acá.

Una de las cosas que diferencia a Dios de los hombres, es que los hombres estamos limitados, necesitamos comer, dormir, nos enfermamos, nos cansamos con facilidad y finalmente un día partiremos del escenario de esta tierra a un destino que ni siquiera podemos escoger con nuestra simple voluntad.          Por el contrario, Dios no tiene límites, el es simplemente Todopoderoso, él hace lo que quiere en virtud de su divina providencia, él no duerme, no necesita alimentarse para seguir viviendo, ni necesita de nada ni de nadie, ni aún de una familia como muchos creen y que por eso creo al hombre y a los ángeles, porque necesita compañía, mas Dios no necesita nada de nadie, es insorprendible y no existe manera alguna de poder comprar su amor, compañía o favor.  Si el hombre tiene algo de parte de Dios, no es por causa de su esmero o esfuerzo, sino por nada más ni nada menos que por su Gracia (1º Corintios 15:10).

El hombre por causa de sus limitantes físicas, crece también con una mentalidad limitada, por ejemplo un bebe de un año cree que puede subir o bajar la escalera de un salto, y no se le pasa por la mente que podría causarse un grave daño al hacer eso ¿Por qué? Pues porque su mentalidad no está al tanto de sus limitantes físicas, sin embargo, un adulto jamás haría tal cosa porque conoce perfectamente cuáles son sus márgenes.

Si bien, es de inteligentes no realizar actividades riesgosas sin las medidas de precaución necesarias, y sin un motivo justificado, de alguna manera las limitantes físicas hacen que el hombre se acomode y se conforme a ellas, por eso muchos de los desafíos que la vida nos plantea tienen la respuesta inmediata y archí-mega conocida de “No puedo”, no lo intentamos mucho y ya estamos pidiendo que alguien “más capacitado” que nosotros haga el trabajo o cumpla el desafío, pero estoy seguro que muchas de aquellas cosas, nosotros, los simples mortales, si nos retáramos a nosotros mismos, podríamos realizar si pusiéramos un poco más del típico esfuerzo.

Si todos solo miráramos nuestras incapacidades físicas pues entonces hoy no podríamos volar en aeronaves, no podríamos nadar hasta lo profundo del océano, no existirá la electricidad ni la comunicación celular, y en fin, muchas de las cosas que hoy disfrutamos no existirían si “alguien” no se hubiera desafiado asimismo al decir “Si se puede”, quizás no a la primera, segunda o milésima, pero con esfuerzo “si se puede”.        Pues creo que alguna manera Jesús quiere que comprendamos eso, que si se puede, que con él a nuestro lado o más bien, que nosotros estando de su lado, SI PODEMOS realizar las proezas y desafíos que él y su palabra nos ponen por delante, que dejemos de lado nuestras limitaciones basadas en lo que no podemos físicamente y que echemos mano a la fe (obediencia a su palabra) creyendo que si el dijo que lo podemos hacer, entonces no importa que pase, lo lograremos.  Y aunque este no es el tema principal, Dios me ha ministrado con esta palabra, Romanos 8:37 dice: Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Sin embargo, vivimos vidas fracasadas, movidas por las circunstancias, por las decepciones, por las emociones, dependemos de lo que nuestro engañoso corazón sienta para “sentirnos” más que vencedores, mientras el que nunca miente dice en su palabra que hoy “SOMOS MÁS QUE VENCEDORES” y nosotros estamos esperando UN DÍA ser más que vencedores, perdón pero ¿a quién le estamos creyendo? ¿Al corazón, al diablo o a Jesús?, ¿Te das cuenta como todo nos limita, incluso nuestras propias circunstancias? Podríamos vivir vidas completamente plenas si nos desafiáramos a vivir la palabra de Dios en nosotros.

Dios quiere hacer un milagro en nuestras vidas cada día, quiere que podamos tomar el desafío de creer en él por sobre lo que nos pueda suceder, y que la vida llena de gozo que él nos prometió se vuelva un hecho a diario en nosotros, pero por desgracia, veo como la frustración en la vida cristiana predomina por sobre el gozo de la salvación, veo como nos limitamos a nosotros mismos en virtud de decepciones pasadas, de malos recuerdos o de ideas que predominan con impotencia en nuestras mentes, nos limitamos a vivir lo que el día nos permite, cuando podríamos vivir en un milagro a diario si nuestros ojos estuvieran bien fijados en Jesús, el autor y consumador de la fe.

Al Señor no le sorprenden nuestras limitantes, ni tampoco son algo que lo acoarte, él siempre llama a aquellos que sabe que son limitados por naturaleza, así llamo a Moisés y este se excusó diciendo que era tardo de labios, así también llamo al servicio a Jeremías y este también se excuso diciendo que era muy niño, el excusarnos en nuestros límites es parte de nuestra naturaleza caída, y aunque la mayoría no lo hace con mala intención, de todas maneras son excusas que vienen a tratar de poner tropiezo a lo que Dios quiere hacer con nosotros.

De esta misma manera Jesús desafío a sus doce apóstoles diciéndoles en Mateo 14:16 que la gente no tenía necesidad alguna de irse, sino, que ellos (los 12) les dieran de comer, la primera reacción de ellos fue la típica que tendríamos cada uno de nosotros, ósea “No puedo”, y el tema no es para justificarnos a nosotros mismos y a los apóstoles diciendo que todos hubiéramos respondido igual, sino que Jesús dio una orden, Jesús dijo denles de comer, y SI JESÚS dijo eso ¿podríamos cuestionarlo? ¿Podríamos decirle al que todo lo sabe y todo lo puede, es que NO PUEDO? Pues mis estimados hermanos, estamos tan acostumbrados a justificar nuestra mediocridad y desobediencia a la palabra de Dios que no nos atreveríamos a decir, que el “no puedo” de los apóstoles fue un mero acto falto de toda fe, y si, lo fue, tan falto de fe y obediencia como cuando tu y yo le decimos a Cristo “No puedo” luego de que él nos dice que hagamos algo, con esa actitud en definitiva le estamos diciendo al Señor “no eres de fiar”, “tu palabra no es suficiente para mí”, sin embargo, nos consideramos gente de fe (obediencia) mientras que la frustración de nuestras “cristianas vidas “muestra que la fe para nosotros no es tan diferente a lo que el mundo que no tiene fe, llama fe.

Quiero que comprendamos una cosa con esto, si hoy nuestro cristianismo está a medias, no es culpa de Cristo, si hoy no hemos podido experimentar la plenitud de la vida Cristo en nosotros no es culpa de Dios, si hoy nos sentimos decaídos y decepcionados del evangelio no es culpa de Jesús, porque él no está limitado como nosotros, él no falla, él no deja de sostenernos, él no ha menguado en su gozo, si nuestras vidas en “Cristo” están a medias es simplemente porque estamos viviendo un evangelio a medias, porque hemos decidido tener “fe” para algunas cosas y para otras no, y nos excusamos al ver nuestro fracaso espiritual diciendo, bueno, si se dio así es porque Dios lo quiso así, pues déjame decirte que creo que muchas de las cosas que hoy de “dan así” tan mediocres, tan frustradas, tan mal hechas, no es porque Dios no tenga poder, sino por que cuando él nos plantío el desafío para realizarlas, nosotros simplemente nos miramos a nosotros mismos y dijimos “No puedo”, cuando debimos decir, ¡¡claro que yo no por mí no puedo, pero todo lo puedo en Cristo que me fortalece!! Es decir, nos falto fe y camuflamos el fracaso con la típica frase “pues, será de Dios”.

Jesús dijo a sus apóstoles: ¡¡denles de comer!! Y ellos dijeron ¡¡No podemos, solo tenemos un poco de pan y un par de peces!! Jesús les respondió ¡¡Eso es más que suficiente, tráiganmelo!! Hermanos amados ¿cuánto tenemos nosotros ahora? Una vida fracasada, un montón de decepciones, frustraciones y cosas a medias, pues tu y yo sabemos que con eso no podemos hacer ningún milagro a nadie, es más, somos nosotros mismos los que necesitamos un milagro, pues con 5 panes y 2 peces no comen 13 personas (los 12 más Jesús) así nuestras vidas necesitan el poder de Dios actuando, pues mi amado en la fe, tráele hoy eso a Jesús, deja en sus pies todos tus fracasos, penas y victorias a medias, deja en sus pies lo lastimero que puede ser tu vida hoy, deja en sus manos esas limitantes que él puede obrar el tan anhelado milagro que necesitas.

Un milagro jamás viene solo, un Moisés no puede hablar frente a un pueblo si primero no trae esa tardanza de lengua para que Dios la use, un Bartimeo no puede ser el objeto de una visión nueva si no trae su ceguera a Jesús y una mujer Cirofenicia no puede ver a su hija libre del demonio sino pone a los pies de Cristo su nacionalidad gentil.             Hermanos amados, cuánto tiempo hemos mirando nuestra limitante esperando que un milagro ocurra de la nada, como caído del cielo, mientras que Jesús nos dice respecto de esas limitantes, ¡¡Tráiganmelas acá!!           

Anhelamos que muchas cosas cambien en nosotros, que algo sobrenatural ocurra y nuestras circunstancias nuestras sociedades e incluso nuestras iglesias, pero Jesús quiere que comprendamos que un milagro nunca viene solo, él hizo que muchos ciegos de Jerusalén vieran, pero la biblia no dice que todos los ciegos de su tiempo obtuvieron la vista, ni todos los paralíticos anduvieron, ni todos los sordos oyeron, solo obtuvieron el milagro aquellos que llevaron sus miserias delante del Hijo de Dios y él con su poder transformo sus limitantes en capacidades.  
Definitivamente debemos poner todo lo que somos, nuestra capacidad y limitantes a los pies de Cristo, si queremos que nuestras vidas cristianas pasen de vidas “frustradas” a vidas REALIZADAS, no decir que iremos un día domingo a la iglesia y pretender que todo cambie como por acto de magia, sino hoy, ahora mismo poner nuestras miserias, problemas y limitantes junto con nuestra disposición de cambiar en las manos de Jesús y comenzar a hacer un hecho aquello que llamamos Fe.

Si quieres ver lo que aún no has visto, pues comienza a hacer lo que hasta ahora no has hecho, ese es el primer paso para ver como tu vida en Cristo, se vuelve un milagro día tras día.

Dios te bendiga,

Profeta de Dios.
2 feb 2012 |

Dios es Bueno



Job 2:9-10 Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. 10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas,  has hablado.  ¿Qué?  ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?  En todo esto no pecó Job con sus labios.

He escuchado infinidades de veces la siguiente frase: “el culto estuvo lindo” o “estuvo bonita la reunión”, y me he percatado de dos cosas respecto a esa frase, una es que todos esperamos que el “culto este bonito”, y dos es que esta frase se ha vuelto la muletilla perfecta para decir de una manera respetuosa y benevolente, que en aquel culto o reunión no ocurrió nada del otro mundo, todo estuvo en orden o armonía y no ocurrió nada fuera de lo normal.
Querer que la reunión del domingo sea “bonita” no es ningún pecado, porque no lo es tener expectativa sobre las cosas que ocurrirán, y aunque a veces podemos llevarnos decepciones al respecto, no es malo querer que la reunión sea una hermosa reunión, más bien, pienso que el asunto radica en la definición que cada uno tiene respecto de la palabra “lindo”, “bueno” o “bonito” y si esa definición concuerda o no con la definición que Dios tiene respecto de que es bueno, bonito o lindo para Él.

Definitivamente los hombres en nuestra naturaleza caída no vemos la vida, el mundo y las cosas que están en él, como el Señor en su divina mirada lo ve, y es que es imposible que el humano caído pueda sentir con el corazón de Dios, si no ha pasado por la milagrosa experiencia de volver a nacer, por eso Isaías dice Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. (55:8). Y esto es porque el centro de la vida del viejo hombre no es Dios, ni el propósito de la vida del hombre caído es hacer la voluntad de Dios, por eso que nos es imposible ver cualquier cosa existente con la visión de Dios o la mente de Cristo, si no hemos tenido la experiencia de nacer de nuevo y ser transformados diariamente por el Espíritu de Dios.    De alguna manera somos como los hombres de hace unos miles de años atrás, creyendo que el mundo era el centro del universo, y que todo el espacio sideral giraba alrededor de nosotros, cuando en realidad el mundo entero, con los miles de millones de hombres dentro de él, siempre ha girado alrededor de algo mucho más grande y supremos que él, El Sol.

Así somos nosotros los hombres caídos, tenemos tan errada la mirada, que centramos nuestra vida y todo lo que se adhiere a ella, en nosotros mismos, pensamos y sentimos que somos dueños del aire que respiramos, nos sentimos señores de nuestras circunstancias, olvidando que somos simples creaturas que viven por que alguien superior les sustenta con vida y que esa vida se acabará, solo cuando ese divino ser superior lo decida y no cuando nosotros estimemos que hemos vivido ya lo suficiente.      El hombre caído vive una vida infeliz, por esta misma razón, por que centra su miserable vida en la vanidad de él mismo, en vez de cumplir con el propósito para lo cual fue creado, vivir para Dios y hacer su voluntad.

Ahora bien, lo lamentable de esto no es tanto que el hombre caído viva como caído, por que más que mal, esa es su naturaleza, tal y como la pez es vivir bajo el agua, y la de las aves vivir en las alturas, lo triste de esto es que algunas personas, a pesar de haber “nacido de nuevo” aun viven como muertas, y no porque sus vidas no sean alegres o no pasen momentos felices, viven como muertas por que aún sus vidas se centran en ellas mismas, en sus problemas, en sus victorias y en sus fracasos, y el Señor viene a ser una simple y bella añadidura a sus vidas centradas en el YO, pues bien, estas personas (y de alguna manera todos tenemos algo de eso) ven LO BUENO, LO BONITO Y LO LINDO, no con los ojos del creador del universo, sino con su propia y caída mirada, por ende, sus caminos no son los caminos de Dios, porque sus pensamientos NO son los pensamiento de Dios.

Ahora, comprendiendo esto, que hay “cristianos” que piensan como mundanos (centrando sus vidas en el YO) me pregunto ¿a que se refieren cuando dicen, ¡¡estuvo lindo el culto!!? Pues me imagino que esas palabras, se refieren a una reunión donde el Espíritu de Dios se “derramo”, toco sus vidas con caricias de gracia y misericordia, donde la “palabra de Dios” les dijo que les ama tal y como son y que no importando como manejen sus vidas, ni quien sea el centro de estas, el Señor les sigue amando, sin importar ninguno de sus errores.  Creo que a eso se refieren cuando hablan de un “culto bonito” o “una linda reunión”, pero ¿el Señor pensará de esa misma manera? E insisto que nada de esto es pecado anhelarlo, ni tampoco es mentira que Dios nos ama a pesar de nuestros errores, pero no nos equivoquemos respecto a su amor, porque Dios ama incluso a la gente que irá al infierno, el problema no es el amor de Dios o que Dios nos ame, el asunto radica en que la misma escritura que dice que hay un Dios que nos ama, dice también que ese mismo Dios, jamás pasará por inocente a un culpable (Éxodo 34:07), por ende, Dios es justamente amoroso y su amor no excede su justicia, sino que él ejerce su justicia en amor, solo imaginen que injusto que personas como Adolf Hitler, a pesar de todo lo que hicieron y sin arrepentirse de corazón, estuvieran en el cielo, sabiendo que en vida asesinaron más gente que la peste negra ¿sería justo eso? Pues claro que no, ya que no porque Dios ame al hombre a pesar de su condición, significa aquello que pasará por alto esa condición, pensar así, es creer entonces en otro evangelio, no en el que aparece en la biblia.

En definitiva, entonces ¿Qué es algo bueno, bonito o lindo para Dios? claramente eso no es lo mismo para nosotros que para Dios, solo piensen en esto, el salmo 100:05 dice Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia… Sin embargo, ese mismo Dios al cual la escritura llama BUENO, hizo lo siguiente: Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él PARA QUE LO ARRUINARA SIN CAUSA? (Job 2:3)  Ósea ¿fue Jehová, el bueno, el benevolente, el que por naturaleza no puede ser malo, quien ARRUINÓ a Job? Pues, según la escritura que nunca miente, SI, fue Jehová y no el diablo quien destruyo todos los bienes y mato a los hijos de Job.                 Esto solo muestra que el Dios que se autoproclama bondadoso, es el mismo Dios que puede arruinarnos la vida, y aún seguir siendo el más bueno de todos, es más, seguir siendo el único bueno, tal y como Jesús dijo Ninguno hay bueno, sino sólo Dios (Lucas 18:19).

Sin embargo, con todo y fundamentado esto con la escritura ¿no es contradictoria esta actitud de Dios de arruinar la vida de las personas, con lo que nosotros pensamos y creemos respecto de lo que es bueno, lindo o bonito? Claro que lo es, aún más en el cristianismo actual, que dice que debemos ser exitosos o que el Señor quiere volvernos millonarios, definitivamente esta manera de ver a Dios se contradice completamente con que hoy se predica respecto de Dios.

Esta verdad no riñe solamente con el vituperado evangelio de la prosperidad, sino también con todo el evangelio actual, si, riñe con tu evangelio y con el mío, riñe con nuestra manera de concebir a Dios, con nuestra teología, nosotros hemos sido criados y educados en la era más humanista de la historia del mundo, por ende, el evangelio también lo hemos humanizado, lo hemos centrado en nosotros, nos han enseñado por ejemplo que la fe que mueve montañas, es esa fe que proclama que Dios hará lo que nosotros le pidamos con fuerza y convicción, o que decretemos y proclamemos bendición, y cuando lo hagamos con “fe”, entonces Dios nos concederá los deseos de nuestro corazón, porque “eso dice la escritura”.     Hoy fundamentamos los principios familiares, en base a lo que algún libro de sicología “cristiana” nos plantea, en vez de basarlos en lo que la biblia nos dice, siendo la sicología la medicina humanista para el alma de seres caídos y la biblia el antídoto de Dios para vidas espiritualmente muertas y que con todo y sicología, pueden perecer eternamente en el infierno.           Definitivamente estamos lejos de Dios, aun creyendo que estamos en el redil de Jesús, andamos perdidos buscando verdades alternas a la única verdad de Dios que es Jesús.   En base a esto, Dios nos pregunta ¿estamos buscando ser como Jesús? Pues mi estimado lector, si estamos buscando ser como Cristo, tengo que decirte que la vida eterna no empieza en una “linda”, “buena” o “bonita” reunión de día domingo, la vida eterna comienza en una dura, pesada y áspera cruz de madera, donde tú y yo debemos crucificar toda nuestra humanidad para que Cristo Jesús pueda formar SU VIDA ETERNA en nuestro corazón.

Dios es bueno, no porque el hombre piense que lo es, Dios es bueno porque su palabra lo dice, esa misma palabra que dice que somos salvos por gracia, dice que Dios es bueno, y la salvación del alma del hombre es tan real como la verdad que Dios es bueno.                        Ahora bien, Dios definitivamente no es bueno en términos humanos, quiero que comprendamos eso, Él no es bondadoso en virtud de lo que nosotros estimamos terrenalmente como bueno, por eso que Jesús dijo que no hay ni uno bueno, sino solo Dios, porque a nuestros ojos humanos y caídos, hay gente buena, hay gente que se quita el pan de la boca o incluso entrega toda su vida por otros, y a nuestro parecer es buena, más Jesús dijo la verdad, NO HAY BUENO, SINO SOLO DIOS, porque lo que el hombre piensa que es bondadoso, no es otra cosa que un acto natural de benevolencia terrenal que no tiene nada que ver con lo que trascenderá para la vida eterna, de ser así, entonces tu y yo podríamos ser salvos por obras, y no sería necesaria la gracia, porque la bondad viviría en nosotros, sin embargo, aún nuestras justicias son como trapos de inmundicia (Isaías 64:06) delante de un Dios verdaderamente bueno, ya que aún lo más justo del hombre caído, esta leudado con la naturaleza perdida, y eso ante un Dios Santo, no tiene ningún valor.

Job dijo ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? Y yo te hago la siguiente pregunta ¿Dios es malo? CLARO QUE NO, entonces ¿Por qué arruino la vida de Job? Pues mi estimado hermano, justamente porque Dios es BUENO lo hizo, y no solo BUENO, sino MUY BUENO, ya que Job estaba bendecido por Dios, y esas bendiciones hicieron que Job fuera un varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, sin embargo, con toda la benevolencia y bendición que Dios había dado a Job, todavía él no había conocido a Dios, mas Dios fue tan bueno, que arruino a Job, para que este no solo oyera que existía un Dios bueno, sino que experimentara  a través del dolor y la perdida, la transformación de sus ojos terrenales y caídos y así por una vez tener la bendición ver al Rey.

Por esto Job termina diciendo De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. (Job 42:5) pues todo eso no paso, sino porque Dios es bueno, y en su bondad Jehová arruinó la vida de Job para poder mostrársele con todo su esplendor.

Mi estimado hermano en la fe, Dios es bueno, pero no es bueno solo cuando nos da todo en la vida, él es más bueno aún, cuando no nos da aquello que nuestro egoísta corazón quiere, y que sabe que nos alejará de él, de su verdad y en definitiva de su Reino.  
           
Puedo decirte con moral, que he conocido a Dios mucho más y en mayor esplendor cuando en la vida las cosas se han dado al contrario de lo que yo pensaba, cuando el dolor de alguna perdida de algo o de alguien ha roto mi corazón, es cuando mis ojos han visto al Rey, cuando la ruina ha golpeado mi puerta, curiosamente es cuando he visto la mano todopoderosa de Dios actuando sin estorbo alguno, es que creo con toda la convicción de mi alma, que esta naturaleza caída, el hombre que hoy somos, no podrá conocer a Dios en todo su esplendor, con toda su gracia fuerza y poder, sino es a través de la prueba, el dolor y la angustia, la misma cruz me dice que el sacrificio de Cristo es la manera en que nosotros podremos resucitar, no existe otro camino mi estimado hermano, nosotros, los hombres, jamás aprenderemos ni conoceremos más de Dios en sus misericordias, como lo conoceremos en el dolor, parece una desgracia, pero es así, y seguirá siendo así mientras tengamos en el trono de nuestro corazón al YO en vez de a Cristo, y mientras sigamos asiendo nuestra voluntad dejando a un lado voluntad de Dios.

Quizás tú seas un buen cristiano, y no dudo que así sea, pero considero que aún miramos con nuestros ojos aquello que llamamos bondad, porque cada vez que viene la ruina a nuestra vida, nos amargamos, comenzamos a reprender al diablo y el gozo de nuestro corazón se esfuma, en vez de glorificar a Dios como Job lo hizo, diciendo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. (Job 1:21). Esta asombrosa declaración es digna de alguien que tiene la convicción que su Dios siempre tiene el control de todo en la vida, él sabía que esa dolora y perversa ruina, no provenía de un enemigo vencido por Dios.

¿Estuvo bonita la reunión? Pues, pensemos bien antes de volver a responder esa pregunta, porque quizás a nuestros ojos, el culto estuvo lindo por que nos hablaron del amor y la benevolencia de Dios, y mientras nos predicaban de esa parte de la verdad de Dios, seguíamos viviendo las mismas vidas carnales y centradas en nosotros mismos, cuando la voluntad de Dios es que seamos Santos, en toda nuestra manera de vivir (1ª Pedro 1:15), aunque vivir santamente signifique no darle ciertos gustos a nuestro engañoso corazón, pues yo prefiero ver como mi carne se frustra por ver cumplido el propósito de Dios en mí, en vez de ver como se frustra ese bendito propósito, mientras mi viejo hombre se siente deleitado por mi vana manera de vivir, y defraudo a mi propia alma, haciéndole creer que es salva, mientras va camino al infierno.

Hermano amado, que nuestra vida sea lo que Jehová diga que sea, y que la belleza de la misma no se base en términos terrenos sino celestiales, que nuestras reuniones sean de ánimo y aliento en la fe, cuando Dios así lo quiera, y que sean de corrección y azote, cuando el Señor así también lo estime conveniente, no le demos el gusto a la gente ni a lo que la carne quiere oír, hagamos toda la voluntad de Dios y obedezcamos todo su consejo, aunque aquello conlleve un precio doloroso que pagar, sabiendo que lo bondadoso de Dios no siempre será una victoria continua, sino también será fracaso, porque la ruina que Dios produce en nosotros, nos edifica a su imagen y semejanza.

Dios es bueno, aun cuando nos arruine la vida, la familia, la salud o la economía, Dios es bueno porque su Palabra dice que lo es, y aunque hoy yo no pueda ver como la desgracia que Dios permitió en mi vida pueda ser beneficiosa para mi, debo confiar en aquel que me ama y nunca falla, como esos tres muchachos que en babilonia, prefirieron ser quemados que postrarse ante la imagen de un hombre, sin embargo, por haber tomado esa dolorosa decisión de morir por sus convicciones y dejar que Dios permitiera su ruina o el fin de sus vidas, es que tuvieron el privilegio que ninguno de nosotros en esta generación ha podido tener, pudieron ver cara a cara al Hijo del hombre caminar junto a ellos en medio de las infernales llamas de fuego.  Si ellos hubieran preferidos sus vidas antes de hacer la voluntad de Dios, no hubieran sido arruinados, y hubieran vivido el resto de sus terrenales vidas, sin haber tenido el privilegio de conocer al Hijo de Dios, incluso antes de haberse hecho hombre.

Confía mi estimado hermano, CONFIA, que Dios sabe lo que hace, lo que destruye y lo que edifica, lo que arruina y vivifica, el sabe mejor que tu y que yo, que hay cosas que deben ser sacadas de nuestra mirada como un velo, para que detrás de esa dolorosa experiencia, tu y yo, un glorioso día, con nuestros transformados ojos PODAMOS VER AL REY CARA A CARA.

NUNCA LO OLVIDES, DIOS EN NUESTRA RUINA, SIGUE SIENDO BUENO.


Dios te bendiga,

Profeta de Dios.