8 mar 2012 |

Fe = obediencia



Hebreos 11:31 Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz.


Siempre me pregunté por qué Jehová fue tan drástico con las naciones que ocupaban el terreno de Canaán, cuando Israel llegó para conquistar su tierra prometida, siempre las ordenes de Jehová fueron, destruyan todo, no dejen a nadie, ni nada, niños y animales incluidos, eso a nuestra “moderna” mentalidad leudada por los derechos humanos, es totalmente inconcebible, no podemos concebir que un Dios que se autoproclama de “amor”, pueda dar órdenes tan “inhumanas” a su pueblo.  Esto sin contar que aquellas naciones que estuvieran aledañas al territorio de Israel, por nada del mundo debían mezclarse con el pueblo escogido (Deuteronomio 18:9).


Esto ha dado que hablar a los detractores del Dios vivo, siempre dicen ¡¡como un Dios que se supone ama su creación, es posible que hoce usar hombres para aniquilar razas enteras, un Dios así, no podrá ser jamás mi Dios!! Y seamos sinceros, si está planteado así, claro que podemos encontrar la razón a ese pensamiento, más cuando la misma Ley de Dios dice “No matarás”, ósea, Dios demanda a los hombres una cosa en una parte de la biblia, y unos pasajes después se desdice ordenando al pueblo de Israel que acabe con cuanto pueblo se le cruce por delante.

No quiero que piensen que estoy cuestionando a Dios o su palabra, no estoy diciendo con esto que la biblia se contradiga, ni estoy dudando de la siempre sabiduría de Dios, lo que quiero es que una vez planteada la inquietud podamos comprender las razones por las que Dios demandó a Israel azolar las naciones que ocupaban Canaán, aunque claramente Dios puede hacer como quiera, donde quiera y cuando lo quiera, por la simple razón de ser Dios, jamás los hombres debemos cuestionar los actos de Dios, no nos olvidemos que el siempre será más sabio que nosotros y como creador no se merece nuestro cuestionamiento.     Creo que por eso somos un pueblo que no avanza con facilidad, porque osamos decirle a Dios como hacer las cosas y por que cuando él da una orden, no mostramos sujeción, sino dudas y excusas para no obedecer su orden ¡¡aún nos falta mucho que madurar al respecto!!


El asunto es que creo comprender por qué Jehová destruyó a los Amorreos, Filisteos, Cananeos, etc, y es que el texto de Hebreos 11:31 declara que POR LA FE Rahab no pereció junto con los DESOBEDIENTES, ella junto a toda su familia, no corrieron la misma suerte que el resto del pueblo de Jericó, por que la FE actuó en ellos en OBEDIENCIA.             Ahora bien, cabe preguntarse ¿en qué momento alguien se convierte en desobediente? Pues en el preciso momento que se ha recibido una orden o mandamiento y se decide deliberadamente no llevarlo a cabo, como cuando tu y yo somos multados por un policía al conducir un vehículo sin el cinturón de seguridad, el policía no te multa por ser mala persona, porque le caíste mal (aunque a veces eso sea una motivación) o por que le dio la gana, el principal fundamento de esa infracción es LA DESOBEDIENCIA a la Ley del Tránsito, ni más, ni menos.


Estoy completamente seguro que Jehová nunca quiso como primera instancia que las naciones que ocupaban Canaán antes que Israel, desaparecieran por completo, y aunque la escritura no funda lo que digo, si lo hace el carácter de Dios que si se desprende de las escrituras, cabe preguntarse esto ¿Por qué razón Jehová ordenaría a Jonás ir a Nínive a decirles que por causa de la maldad del pueblo, él destruiría la ciudad? pues por la simple razón que Jehová NO tenía como primera, segunda o tercera opción el destruir Nínive, aunque esta ciudad claramente se lo mereciera, y aunque siempre juzgamos a Jonás por su desobediencia, debemos tener en claro que él tenía sus fundadas razones para no llevar el mensaje de Jehová a esa nación impía, y es que Nínive muchas veces oprimió a Israel y masacro muchos judíos, colgando cientos de cabezas de Israelitas en las colinas con el fin de sembrar el terror entre el pueblo.          Mas aún siendo este pueblo tan perverso y habiendo hecho tanto daño al pueblo escogido, así y todo Jehová mandó a unos de SUS PROFETAS a esa perversa e impía ciudad que no temía ni le servía, eso solo muestra que Jehová no es un Dios perverso, sino de GRACIA, que no tiene el ánimo de destruir al hombre, sino salvarlo.                 Ahora, curiosamente el mensaje del Profeta Jonás no fue un mensaje de salvación, sino de destrucción… De aquí a cuarenta días Nínive será destruida (Jonás 3:4) cabe preguntarse ¿hay GRACIA en un mensaje así? Pues aunque suene contradictorio, esa sentencia de muerte fue el motor para provocar en los Ninivitas un arrepentimiento genuino, a tal grado que hasta el mismo Rey de Nínive se sumo al ayuno nacional, y mandó que ni aún los animales comieran, diciendo ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos? (Jonás 3:9) y llegando el cumplimiento de los cuarenta días ¿Qué sucedió? Pues nada menos que lo Jehová quería, SALVAR a Nínive de una devastación total.


De esta misma manera, estoy seguro que cada una de las naciones que ocuparon Canaán antes que Israel, fueron advertidas de alguna u otra manera, en más de alguna ocasión por parte de Jehová, llamándolas al arrepentimiento y a dejar sus abominaciones, y aunque escrituralmente no puedo probarlo, el carácter de Dios me lo demuestra, aún mi propia vida es un ejemplo de la Gracia de Dios, y es que yo no era el hombre más santo antes de convertirme a Cristo, ni aún ahora lo soy, si no fuera por su Gracia de seguro, no solo yo sino todos los cristianos estaríamos fuera del Reino de Dios y condenados al fuego eterno, por causa de nuestra maldad, al igual que aquellos que no están en la fe de Cristo.          Si hoy vamos camino al cielo, no es por nuestro buen comportamiento, sino porque un día la GRACIA de Dios nos alcanzó y día a día nos sigue alcanzando.


Ahora bien, esto nos declara una verdad muy profunda respecto a la fe, y es que si bien la fe es algo que “se siente”, también se puede tocar, por eso Santiago 2:18 dice lo siguiente: Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.      Esto quiere decir, que Rahab pudo haberle dicho a los espías en Jericó ¡¡pero si yo creo en Jehová, pero entiéndanme, no puedo ocultarlos en mi casa!! Sin embargo, ella mostro su fe en Jehová no diciendo, sino haciendo, por eso que no PERECIÓ JUNTO A LOS DESOBEDIENTES, porque sabía con certeza que Jehová el Dios de Israel había hecho un promesa a su pueblo, Y ÉL como Dios todopoderoso la cumpliría, pues eso mi estimado hermano, se llama FE.


El Libro de Josué relata también la historia de un pueblo que logró con astucia engañar a Israel, los Gabaonitas (Josué 9:1-27), que diciéndole a Josué que eran un pueblo que venía de lejos para hacer alianza con Israel, lograron librarse a una masacre segura.     Con esto no estoy justificando la mentira ni el engaño, pero debo destacar que este astuto pueblo, le creyó a Jehová, y por su “fe” salvo la vida de toda una nación, los Gabaonitas dijeron lo siguiente: ...Como fue dado a entender a tus siervos que Jehová tu Dios había mandado a Moisés su siervo que os había de dar toda la tierra, y que había de destruir a todos los moradores de la tierra delante de vosotros, por esto temimos en gran manera por nuestras vidas a causa de vosotros, e hicimos esto. (Josué 9:24).      Gabaón creyó la Palabra de Jehová dio a Moisés, y si eso no es FE ¿pues qué lo es? Y por haber creído esa palabra (FE) ellos ganaron sus vidas (Salvación).                   Siendo sincero conmigo mismo, hay momentos donde creo que los de Gabaón han tenido más que Fe que yo para que creer que lo que dijo Dios, lo hará, por la simple razón de que él es Dios, y él jamás miente ni falla.


Ellos comprendieron que Jehová había dado una orden y había prometido estar con Israel, ósea, que los dichos (la palabra) de Jehová para ellos eran palabras de verdad y más valía obedecerlas, por eso pasaron de ser un pueblo pagano a ser un pueblo que debe (según la escritura) servir al altar de Jehová hasta el día de hoy (Josué 9:26-27).


Ahora bien, debemos comprender con esto que lo que Hebreos 11:1 menciona como la certeza de lo que se espera,  la convicción de lo que no se ve, es algo totalmente practico, porque para esperar con certeza debo tener FE, y mi FE se demostrará no con palabras sino con OBEDIENCIA, si Dios me dio una promesa pues aunque tarde, espero con FE y tengo la convicción de que aunque HOY no VEO nada, puedo y debo OBEDECER a su palabra, porque SIN FE, ES IMPOSIBLE QUE YO PUEDA AGRADAR A DIOS.

La fe mi estimado hermano(a) si bien no es tipo de brebaje, es 100% palpable ¿y cómo puedo demostrarlo? pues no tienes que escuchar tanto lo que digo, sino más bien ver lo que hago, porque yo puedo hablar mucho sobre la FE, sin embargo, vivir como un perfecto incrédulo.           

Hoy se usa mucho en los pulpitos la palabra FE, se nos dice ¡¡debes creer tal cosa porque Dios lo dice!! Mas cuando te acercas un poco a la vida de aquel que te demanda FE, te das cuenta que sus DESICIONES son tan faltas de OBEDIENCIA a Dios y a su palabra como las de un incrédulo ¿Cómo te explicas esto? Pues el tal hablo de fe, pero no vivió la FE, por consiguiente jamás tuvo FE, porque la FE no se dice, sino que se VIVE.

De alguna manera estoy seguro que Jericó pudo salvarse por FE, lo digo porque conozco al Dios al que sirvo, tengo la convicción que Jehová mandó su mensaje de GRACIA a esa fuerte ciudad para que esta se salvara antes de dictar su sentencia contra ella, pienso esto por la curiosa declaración de Rahab: Sé que Jehová os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros. Porque HEMOS OÍDO que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán... (Josué 2:9-10)  ósea que las maravillas que Jehová hacía, eran predicadas en la ciudad de Jericó, y aún así la ciudad decidió no seguir al Dios de Israel, aún creyendo que Jehová era poderoso para hacer todo lo que hizo, es decir, habiendo oído la palabra de verdad, decidieron ser DESOBEDIENTES a la misma.


¿Nosotros no somos así? ¿No escuchamos la palabra, el consejo y la corrección de Dios, para luego pasar por alto todo eso y continuar en nuestras rebeliones? Es que si eso no se llama falta de FE ¿Cómo se llama? Porque insisto que la fe no se demuestra tan solo congregándose fielmente, no se demuestra tan solo repitiendo una oración, no puede demostrarse tan solo dentro de las cuatro paredes del templo, la única manera en que el mundo entero pueda enterarse en que yo si tengo FE, es a través de mi OBEDIENCIA.   Los moradores de Jericó tenían un corazón desfallecido por causa de que Jehová respaldaba a Israel, ellos visionaban una destrucción segura, sin embargo, nadie clamo misericordia a Jehová, nadie OBEDECIO a la palabra de Jehová como lo hizo la menospreciada Rahab, y quien moralmente debía perecer por causa de su pecado, se salvo a causa de su OBEDIENCIA.


¿Cuantas veces tu y yo decimos creer, sin embargo, somos DESOBEDIENTES a la palabra de Dios? ¿Cómo Dios puede darte un trabajo que te aparte de todas las reuniones de la semana en tu congregación o con tan bajo sueldo que no te alcance para la apoyar su obra? ¿Como Dios te dará una esposa(o) incrédula para que “tu” lo conviertas, cuando eso va directamente en contra de su palabra? Hermanos, SOMOS DESOBEDIENTES, podemos faltar a la iglesia, a la evangelización, a la enseñanza ¿pero faltaríamos a nuestro trabajo? ¿Qué curioso no? Somos fieles al 100% con Cesar, pero vivimos siendo DESOBEDIENTES con aquel que no solo nos da el trabajo, sino también las fuerzas para llevarlo a cabo.


Lo penoso de todo esto, es el final de los DESOBEDIENTES ES PERECER, no porque Dios no quiera salvarlos, no por que no hayan tenido la oportunidad, porque insisto que no podemos ser DESOBEDIENTES, sino a la orden expresa que descartamos.       Dios quiere salvarnos, pero no podrá hacerlo si no tenemos FE, porque por GRACIA somos salvos (eso está claro) pero el móvil de la GRACIA, es la FE, y la FE no es decir, sino hacer.    Una persona que realmente a creído el evangelio, es una persona que lo OBEDECE, no que tan solo se congrega, sino que pone en práctica la palabra de Dios, y no importando cuantos años llevemos en el camino del evangelio, ni cuantos cargos ostentemos, si no OBEDECEMOS el evangelio, estamos tan condenados a perecer eternamente, como los ciudadanos de Jericó.


Como hijos OBEDIENTES, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia

 (1ª Pedro 1:14). 


Dios te bendiga,


Profeta de Dios.