26 nov 2014 |

EL TAN CONTROVENCIAL 10%



 


Malaquías 3:11  Reprenderé también por vosotros al devorador,  y no os destruirá el fruto de la tierra,  ni vuestra vid en el campo será estéril,  dice Jehová de los ejércitos.

El tema del diezmo, es un tema muy controversial, existen muchas interpretaciones al respecto, hay quienes los refutan completamente, aludiendo a que el diezmo no es para el nuevo testamento, y otros que se aprovechan del principio bíblico para abusar de las personas, pero creo que hay algo que no podemos negar, EL DIEZMO ES BIBLICO, y lo que es bíblico, es PARA MI, no es para los inconversos, no es para gente de otra religión, si algo es bíblico, debe ser digno de ser tratado en mi vida, en perspectiva, con altura de mira, y desde la premisa de “cómo puedo aplicarlo a mi vivir”.

Me llamó la atención una cosa medular sobre el diezmo, y es que Dios dice lo siguiente “REPRENDERÉ DE VOSOTROS AL DEVORADOR”, esto me hace pensar ¿en cuántas cosas mi vida puede estar siendo devorada? Es que el llamado a diezmar, no es solo una cuestión de dinero, sino más bien un acto de obediencia, si alguien obedece (entre otros) este principio, tiene una promesa de Dios “el reprenderá al devorador”, él reprenderá a aquello que se devora mi paz, aquello se devora mi amor por Dios, mi familia y la obra, aquello que se devora mi gozo, aquello que me roba el sueño, aquello que se devora mi salud, etc., etc., etc.

El diezmo no es una ley, lo fue en el antiguo testamento para Israel, pero Abraham diezmo antes de la Ley, y considero que si para Jehová no hubiera sido importante destacar esta acción, entonces simplemente no la hubiera permitido en la escritura ¿esto basta para que el diezmo sea una doctrina en este tiempo? Pues es curioso como el sacerdocio de Melquisedec (Y NO EL LEVITA) se destaque en el Nuevo Testamento, y que además DE ESE SACERDOCIO (no del Aarónico), se destaque que proviene el sacerdocio de nuestro Señor Jesucristo.     Curiosamente, es A ESE TIPO DE SACERDOCIO es al que le diezmó Abraham, y no al Levita, es más, la escritura destaca que Leví estaba “los lomos de Abraham, cuando Melquisedec le salió al encuentro”.  

Sinceramente, yo no creo que Dios quiera “imponernos” el diezmo, sino más bien, creo que él creó el diezmo por dos razones:

1)     Para librarnos de la avaricia, que es una manifestación idolátrica hacia el dinero, porque seamos sinceros ¿el dinero que no diezmo, en quien lo gasto? Pues, excepto algunas contadas personas, el resto de los mortales, el dinero que podríamos gastar en el sustento de un ministerio, al no diezmar, lo gastamos en lo nuestro, y en nuestros deseos.

2)     Para el sustento de ministerios espirituales, tales como el de Melquisedec (la orden sacerdotal de Jesús), ministerios que hacen su trabajo de pastorear, alimentar espiritualmente, y guiar hacia Cristo a las ovejas que están allí.

El simple hecho de que existan “pastores” que abusan del principio del diezmo, no invalida al diezmo como LA manera que tiene Dios, para el sustento de SU obra.           El diezmo no tiene la culpa de que algunos abusen de él, como muchos medicamentos no tienen la culpa de que se les manipule como droga.      Es curioso como muchos medicamentos tienen tantos usos positivos, sin embargo, en muchas ocasiones se les usa para drogarse, de esa misma manera, el diezmo contiene en si un montón de bendiciones espirituales y materiales, sin embargo, muchos abusan de él, la culpa no es del medicamento, sino, de quien abusa de él.

El diezmo es bíblico, es una creación de Dios, no de los hombres, y como tal, como todo lo que está en su palabra, permanece para siempre.            Es injusto solamente apropiarse de las bendiciones de Abraham como el Padre de la fe, dejando de lado las responsabilidades y el precio que pago Abraham, no podemos particionar la escritura como más nos acomode, porque lo que el hombre siembra, eso cosecha, y si sembramos el “creer” solo la mitad de la escritura, también entonces cosecharemos solo la mitad de las “bendiciones” que están en la escritura.

Alguien a esta altura puede decirme ¡¡pero los Apóstoles en la iglesia primitiva jamás pidieron diezmos!! Y es verdad, no hay registro en el libro de los hechos, sobre la “imposición” de los diezmos, sin embargo, si hay registro de gente que “vendió todo lo que tenía” y lo puso a los pies de los Apóstoles, y por causa de ponerlo a los pies de los Apóstoles, nadie de los que vivía en la comunidad, padecía necesidad. ¿Cuántos de nosotros venderíamos todo lo que tenemos para ponerlo a los pies de un ministro? Todo debe entenderse en el contexto, nosotros no vivimos en comunidad, ni creo que ese sea el “único” modelo de sociedad que Dios desee para nosotros, así que extrapolando “el principio” de “dar todo” y que nadie “padecía necesidad”, obtenemos como resultado, una comunidad de creyentes en Cristo, que aportan el 10% de sus ingresos al ministerio, con el fin de que el ministro que asiste a esa comunidad, pueda dedicarse a pastorear espiritualmente a esa comunidad, y así nadie tenga necesidad.

Debemos comprender que nosotros no le pertenecemos en un 10% al Señor, el nos compró por completo, en cuerpo, alma y espíritu, somos de él en nuestras finanzas, en nuestros sueños, nuestros hijos son de él, nuestro futuro, por lo tanto, el “PRINCIPIO DEL DIEZMO”, muestra la grandeza de la mente de Dios, porque Él nos sustenta con el trabajo, nos da el sueldo, y de ese sueldo que le pertenece en un 100% a Él, nos pide solo la decima parte, para con ello pagarle a SU SIERVO.

Quiero destacar que yo no soy pastor, y jamás en la vida e recibido el diezmo de nadie (para que no crean que tengo alguna pretensión) pero he creído en este principio desde que nací de nuevo, sin que nadie más que el Espíritu Santo, pusiera ese sentir en mi corazón.           Recuerdo que llevaba un mes de converso, asistía a una congregación donde nadie me dijo que debía o tenía que diezmar, yo era un estudiante becado, y con el 10% de mi beca, diezme en aquellos años $4.300 pesos, recuerdo con exactitud la gran sensación de gratitud que sentí en mi corazón cuando eche ese sobre en lo que llamamos “alfolí”, gratitud por que sentía que hacia lo correcto, que mi vida comenzaba a estar en orden, gratitud por qué me sentía salvado, libre de todo lo malo que traía de mi vida pasada, diezme con gozo por que de todo lo que había hecho Jesús por mí, yo lo único que podía hacer, era dar el diezmo.  Insisto, nadie me enseñó sobre diezmar, fue un impulso 100% espiritual, porque eso es el diezmo, no algo legal, sino una manifestación espiritual.      Quien no está atado a la avaricia, no encontrará ninguna excusa válida para diezmar, porque después de todo ¿Qué es el 10% de tu sueldo, si Dios entrego a su hijo en un 100% por nosotros?

Recuerdo un tiempo de escases económica en mi casa, le comenté a mi pastor a manera de testimonio que el gas que estábamos ocupando en mi casa, era del mes pasado, y que no se había acabado solo por milagro, recuerdo que me reí con gozo cuando le conté, porque Dios era fiel.   Pasaron unos días, y mi pastor me preguntó ¿y cómo sigue el balón de gas? Yo nuevamente, con un corazón agradecido del amor de Dios le dije “sigue bien, aún nos dura”, entonces él saco de su bolsillo $20.000.- y me dijo “toma, para que compren el gas”, mis ojos se llenaron de lagrimas, y mi primera reacción fue “se los voy a devolver”, pero el Espíritu Santo me dijo ¡¡No se los devuelvas!!, le dije inmediatamente ¡¡No se los voy a devolver, solo por que el Espíritu Santo me dice que no lo haga!! Y él me dijo “eso es porque Dios me quiere bendecir”.

Quiero que sepan que esos $20.000.- pesos, eran en ese tiempo, la mitad del diezmo que yo le daba a mi pastor, y que mi pastor vive de la obra de Dios desde antes que me congregue con él (vale destacar que dejo su trabajo por orden de Dios, para vivir de lo que Dios le daría a través de la obra), y que nuestra iglesia no era una iglesia multitudinaria, considero que en ese tiempo, no diezmaban más de 15 personas, a los sumo.  En resumidas cuentas, él me pastoreó, hizo lo que dice la escritura, no solo oro por mí, sino que de su sustento, saco para sustentarme a mí.  Por favor, pregúntense en sus corazones ¿sería justo no diezmar en un ministerio así?.

Quiero que comprendamos que si nuestro problema para diezmar es que me causa duda que el pastor se gaste el dinero en algo congruente o positivo, o si yo siento que el pastor en general no se gana su sustento, entonces debo tener en cuenta que la escritura no me condena por la labor que “no hace” mi pastor, sino por aquella que “YO NO HAGO”, y si me parece que el ministerio donde me congrego no es  “una buena tierra”, entonces mi deber es buscar una “tierra deseable”, un pastor que me pastoree, alguien en donde poder cumplir con el principio del diezmo.

Finalmente, mi deseo no es condenar a quien no diezma, porque aunque quisiera, solo Dios salva, y solo Dios condena, no está en mi esa potestad, pero si quiero atacar a esa avaricia que está dentro de algunos corazones, avaricia que nos lleva dar excusa para no hacer aquello que está en la escritura, y que por no hacerla, perdemos, el devorador nos roba, nuestra semilla es escasa.                      Dios nos quiere libres, libres de no solo del pecado de la mentira o el robo, sino también de las ataduras que nos hacen amar el dinero, ya que en el fondo, quien no diezma, está atado por una cadena al dinero, porque estoy seguro, que si Dios llamase al pastorado a esas personas y les dijera que dejen su trabajo secular, para dedicarse a la obra del ministerio, “re-analizarían” su doctrina “anti-diezmo”, y todo este mensaje, tomaría un valor significativo para sus vidas.

Dios les bendiga,

Profeta de Dios.