30 jun 2010 |

DEDICANDONOS A DIOS


1ª Samuel 3:1 El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia.

1ª Samuel 3:10 Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye. 11 Y Jehová dijo a Samuel: He aquí haré yo una cosa en Israel, que a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos. 12 Aquel día yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta el fin. 13 Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado. 14 Por tanto, yo he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas.


La historia de Ana, la madre del Profeta Samuel, es una historia muy hermosa y motivadora, nos llama a tener fe en medio de la adversidad, aun cuando las condiciones físicas nos digan que realizar cierto sueño o anhelo es imposible, podemos seguir su ejemplo y alinear nuestro deseo más profundo, con la voluntad de Dios, y la clave para ver nuestro sueño hecho realidad es que nuestro corazón de donde nacen nuestros anhelos, se vuelva tan sensible como entender que Dios se quiere glorificar en nuestros sueños realizándolos, siempre que nuestros sueños busquen no tan solo cumplir un sentir egoísta, sino, que la finalidad de ver realizado nuestro anhelo sea que los demás puedan dar gloria a Dios, por ver cumplido aquel imposible. Es así como Ana en 1ª de Samuel 1:11 le ruega a Jehová que le honre con un hijo, que quite de su vida la esterilidad, que cumpla el anhelo más profundo de su corazón, pero a su vez le promete que cuando ella vea su sueño hecho realidad, no se quedará ella con la gloria que corresponde a Jehová, sino que dedicará aquel sueño cumplido, para que ese sueño sirva a Dios durante toda la vida.

Muchas veces nosotros los cristianos queremos ver nuestros sueños realizados, nuestros anhelos en esta tierra cumplidos, queremos ese buen trabajo, nuestra buena casa, nuestro buen matrimonio, nuestro dinero en el banco, pero ¿lo queremos para nuestro bienestar y estabilidad o para glorificar al Señor? Esa es una gran pregunta, por que estoy seguro que muchos, si no es que todos nuestros anhelos, primero pasan por nuestro deseo y por aquello que a nosotros nos parece bien, y luego cuando ya nos hemos embarcado en la travesía de cumplirlos, con viento en popa, y navegando en el alta mar de lo impredecible, es cuando nos acordamos de “recordarle” a Dios que cumpla lo que a nosotros nos parece excelente. ¡¡Que mal!!, nos hemos olvidado que al profeta Jonás lo trago un pez gigante por embarcarse en un proyecto que no era la voluntad de Dios, ojala nosotros tengamos también la suerte de que estando en el estomago de nuestra frustración, podamos escuchar la voz de Dios, y nuestro aparente fracaso sea el móvil para volver a la dirección que el Señor nos trazo en un principio. Debemos entender que somos llamados a hacer la voluntad del Señor y a cumplir sus sueños y no los nuestros, ¡¡Que el Señor no ayude a comprender que aventura tiene él trazada para nosotros, y que nos de la valentía para embarcarnos en ella!!

Una vez nacido y destetado Samuel, todos sabemos que Ana cumplió su promesa, era el momento de entregarle la Gloria al Señor, y Ana en un ejemplificador acto, nos muestra como debe ser nuestro comportamiento cuando vemos que Dios cumple los anhelos de nuestro corazón, en 1ª de Samuel 1:27-28 Ana dice lo siguiente al sacerdote Elí: Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí. 28 Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Y adoró allí a Jehová. Que lección de adoración, que claro tenia el panorama esta humilde mujer, ella sabia que fue Dios quien cambio las circunstancias de su esterilidad, y no ella misma, y por ende sabe que la gloria no le pertenece ni a su esfuerzo, ni a su oración, sino al Dios que cumplió su anhelo, y por ende es a ese Dios a quién entrega (devuelve) la honra.

Ahora bien, en todos estos versículos del capitulo 1, hay una cosa que me asombra más que una mujer estéril halla podido concebir, sin duda alguna Dios es Dios de lo imposible, por lo tanto el que haga algo que supere la razón o las leyes de la naturaleza no me asombra en lo más mínimo, el es Dios y hace como mejor le place, y gracias a él que siempre cuando actúa, somos los hombres los beneficiados por su obrar. Lo que me asombra es que en medio del pueblo de Dios (Israel), donde al Dios de la creación le plació vivir en medio de ellos, el número 3 versículo 1 nos diga lo siguiente …y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia. ¿Cómo es posible que el pueblo de Israel, que se jactaba en ser el pueblo del Dios vivo, no tuviese de parte de su Dios “vivo” más comunicación que los filisteos pudiesen tener de parte de Baal? ¿Acaso Jehová no tenia más poder que un ídolo? Claramente Jehová es Dios de dioses, y no hay nadie por sobre él, no existe otro Dios, Jehová de los ejércitos es Dios desde siempre y para siempre, Amen… ¿entonces, como es posible que escaseara su palabra y su visión? Pues como siempre no es el Señor quien no quiere hablar a su pueblo, es su pueblo quién enloda con sus pecados sus oídos y ojos espirituales y por causa de ese fango pecaminoso se hace imposible que la voz y las visiones de Dios sean frecuentes en su pueblo.
Esto mismo pasa hoy en la iglesia de Cristo, tenemos grandes corporaciones, maquinarias evangélicas trabajando en todo el país, tenemos pastores esparcidos por todo Chile, iglesias desde tres o cuatro por cuadra, y sin embargo, no hemos podido impactar a Chile con los valores cristianos y con la palabra de Dios, sino todo lo contrario, vemos como el mundo al cual nosotros debiésemos leudar con nuestra cristiandad, nos leuda a nosotros con su mundanalidad, y como resultado tenemos grandes templos llenos de “cristianos” que se visten como cristianos, hablan cristianes, llevan sus biblias al templo, cumplen con los “sacramentos”, pero VIVEN como mundanos… y luego decimos a Jehová ¿POR QUÉ ESCASEA TU PALABRA? O peor aún, ya ni siquiera buscamos oír su voz para que nos dirija, sino simplemente nos quedamos con la forma del culto a Dios, pero no con el fondo de la verdadera adoración al Dios Vivo. Si estimas que hablo de más, tan solo piensa ¿Cuántas veces has querido que el culto termine pronto para ir a tu casa a ver la televisión, o salir al mall, o al cine o a cualquier tipo de diversión? O ¿Cuántas veces, derechamente no te congregas por que sabes que el culto va estar fome, que no obtendrás nada mejor que lo que obtendrías mirando la tv, o divirtiéndote con tus amigos o familia? Pues si ese ha sido tu sentir en más de una vez, es por que en tu congregación no se olle ni la voz de Dios, ni hay visión de Dios, sin embargo, la iglesia sigue con sus cultos, sigue con sus eventos, continúa con sus quehaceres, aún sin tener una clara dirección de parte de Dios, tal y como Elí lo hacía en el tiempo donde escaseaba la voz y la visión de Jehová.

Ahora bien, si la palabra de Jehová escaseaba en aquel tiempo ¿Cómo es posible que un simple niño de quizás no más de 12 años, fuese capaz de oír la voz de Dios? Pues dentro de esto se esconde una gran enseñanza, en 1ª de Samuel 1:28 Ana declara lo siguiente: Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová. Samuel no solo fue entregado en gratitud y adoración a Dios, Samuel nació con un propósito, Ana se lo clamó a Jehová pero no solo para que fuese honrada con un hijo, sino también para honrar a Jehová con ese pequeño, es por eso que Samuel nació dedicado, no a cumplir sus sueños personales ni los sueños de su madre, el nació para DEDICARSE A DIOS. Que verdad tan profunda, el saber que tu propósito en la vida no es ser solo arquitecto o medico, abogado o albañil, sino que en lo que hagas o lo que seas, serlo para la honra de Dios, es decir, dedicarte a lo tuyo, pero en todo eso, hacerlo dedicándote al Señor.

En medio de una sociedad que esta dedicada a si misma, a cumplir sus propios sueños, a entregarse a sus propias pasiones, hubo uno que nació para DEDICARSE a Dios. Podrán decirme ¡¡Pero fue predestinado!! Pues solo lean los versículos y miren que él estaba haciendo la misma labor que hacia Elí, ministrar en el templo, y sin embargo, no fue a Eli a quien Jehová hablo, sino al pequeño Samuel, ¿Por qué? Pues no por qué fuese un muchacho predestinado, sino por qué en Eli solo había quedado la forma religiosa de sacrificar a Dios, pero en el fondo de su corazón había tanto pecado como en sus hijos, en cambio en Samuel estaba el ministrar a Jehová como al Dios que vive, no en forma religiosa, en él estaba la pureza de un corazón que sirve a Dios, no por cumplir, sino por amor, él en su corta edad, había DECIDIDO, servir a Dios con todo su corazón.

Hoy vemos como esos gigantes ministerios trabajan en congresos, en vigilias, en conferencias, en programas de radio, etc, y todo eso es bueno, tan bueno como presentar sacrificio a Jehová, el problema no son ni las conferencias ni los programas de radio, como tampoco lo fueron los sacrificios a Jehová, el problema radica en que Dios no es el Dios de las sobras, no es un Dios de religiosades, no es un Dios sordomudo, él es el Dios vivo y como tal merece adoración en Espíritu y Verdad, y en todas esas actividades ¿es Dios quien es glorificado con vidas que se despojan de si mismas y se dedican al Señor? O ¿son reuniones donde la carne se satisface con saltos y gritos de “jubilo” que rozan con el desenfreno que tendría un concierto mundano? ¿Podríamos decir que como resultado de todas esas actividades se obtienen mejores cristianos con vidas que claramente viven en integridad? Esa es la gran diferencia entre Eli y Samuel, en que el primero ministra con la forma correcta, pero sin dedicación, y el segundo ministra de la manera correcta con una vida DEDICADA a Dios.

Dios aún quiere hablar a su pueblo, él aún tiene el animo de dirigir al cuerpo de Cristo hacia la Altura del Varón Perfecto, pero sinceramente creo que el pueblo hoy solo se escucha asimismo y obedece a sus visiones personales, no al voz de Dios ni a la visión de Dios. Alguno dirá ¿Cómo puedes saber cuando es Dios quien habla y cuando no? No tan solo por la doctrina que se predica, sino, por los resultados que esta produce, es por eso que muchos ministerios hoy solo se han quedado con la palabra correcta, pero sus oídos están tan llenos del cerumen del pecado que no logran divisar lo que Dios les dice a viva voz: ¡¡No sean tan solo oidores de la palabra correcta, sino que sean fieles en aplicarla a sus vidas!!
La motivación de que el Dios creador hable a su pueblo, no es tan solo para que le rindan gloria y honor, sino, por que Dios sabe que cuando su pueblo le obedece, es SU PUEBLO el mayor beneficiado de oír y obedecer a la voz y a la visión de Dios.

Yo veo la decadencia del cristianismo en Chile, es penoso y quizás para algunos no sea así, pero cuando miro la vida cristiana de muchos que solo se conforman con la “forma” y se han olvidado del fondo, es decir, cumplen con los sacramentos religiosos (al igual que Elí), pero sus vidas distan de la verdadera obediencia a la palabra del Señor
Debemos entender que nuestro llamado es a ser mejor que tan solo buenas personas, es a la santidad, a la pureza, a la obediencia y a la fidelidad por sobre nuestra comodidad y placer, la presencia del Espíritu Santo se derrama sobre nosotros no solo para darnos el placer de sentir su renovación, sino para usar esa fuerza en cambiar aquellas cosas de nuestras vidas que son estorbo a la dedicación de nuestro vivir para Cristo. Me doy cuenta cuando en un culto no esta Dios, no por que en su omnipresecencia no este (él siempre está), me refiero al poder derramado de su presencia, y ese poder no está aún en reuniones donde se predica lo correcto, por que en esas reuniones no hay corazones dispuestos a arrepentirse para vivir lo correcto, no está ese poder cuando hay pastores que no están dispuesto a sacrificarse por vivir de manera correcta, ni cuando en el liderazgo se permiten ciertas licencias (pecados evangélicos) que a los ojos de los “sacerdotes” no son malos, pero a los ojos del Santo de Israel son abominación.

¿Por qué la iglesia evangélica no se destaca por ser una iglesia que vive realmente bajo los preceptos cristianos? Pues por que no los vive, y eso es una vergüenza. Un pastor que vive jugando al mundano no impacta a nadie, y como esa es su costumbre, tendrá una grey que tampoco impactará a nadie, y por ende, su iglesia tampoco impactará a nadie, y como consecuencia el mundo que debería ver en nuestras vidas la luz de Cristo, como vivimos jugando al mundano, con sueños mundanos, metas mundanas, con comportamientos mundanos, el verdadero mundano dice ¿Cuál es la diferencia entre ser evangélico, mormón, testigo de Jehová o ateo? ¿Si ser cristiano es tan solo ser buena persona, pues puedo ser buena persona e ir al cielo sin jamás ir a una iglesia? ¡¡Dios nos perdone!!, somos los culpables de que muchos no quieran convertirse en hijos de Dios, por que donde deberían ver la luz de Cristo, tan solo ven tinieblas.

Alguno me dirá ¡¡que exagerado, en mi iglesia siempre evangelizamos en la calle!! Pues eso está bien, pero ¿Cuántas personas hoy van a las iglesias buscando una respuesta a sus conflictos y se encuentran con un pastor que en vez de predicar la verdadera palabra de Dios, se dedica a tirar la rifa pro-templo? O ¿se encuentra con un taller de la exegesis del salmo 119? O ¿diciéndoles que pacten con Dios su dinero, que paguen su diezmo (como es debido), o pidiendo la 2ª o 3ª ofrenda del culto? ¿Cómo podemos pedir que esa gente que va a buscar una salida al problema de su alma, al lugar donde deberían haber muchas personas con mucha luz, y se encuentra con unas hermanas (que con mucho esfuerzo) que le ofrecen al salir del culto que compre un completo para agrandar el templo? ¿Existe alguna diferencia entre un club deportivo y la iglesia que se encuentra a la vuelta de la esquina?.
Me he percatado en muchas congregaciones se destacan por organizar grandes banquetes para recibir a hermanos de afuera, invitados, etc, y me alegro por eso, es una bonita actividad, pero lo lastimoso es que solo se preocupan del banquete físico, y dejan a los invitados sin comida espiritual ¿por qué? Por que como escasea la palabra de Dios y su Visión, lo único que tenemos para ofrecer es un exquisito coctel, una buena tasa de café y un trozo de queque, pues yo preferiría mil y una vez que no nos compartiesen jamás siquiera el más mínimo canapé, pero que a cambio se nos sirviera en bandejas de plata el exquisito pan del cielo que necesitamos para vivir comprometidos con Dios (claramente una cosa no quita la otra).

Todo esto es consecuencia de que no pueden oír la voz de Dios, no hay una visión de Dios para ellos, es decir, escasea la PALABRA Y LA VISIÓN DE DIOS, y ¿Por qué? Pues por una sola y gran razón ¡¡NO HAY DEDICACIÓN A JEHOVÁ!!. Cuando hay gente que se dedica a Jehová, Jehová no oculta su voz ni su propósito, cuando solo tenemos la biblia y nuestra interpretación teológica racional de ella, o cuando la tenemos y la predicamos pero no la vivimos, no podemos esperar que sea Dios quien nos dirija, en ese caso o es nuestra carne quien nos guía en aquellas cosas que ante nuestro punto de vista nos parecen bien, o es la voz del diablo quien guía a esa congregación que duerme como las vírgenes insensatas.

DIOS QUIERE HABLARTE, pero como lo hará si estás tan preocupado de cumplir TUS SUEÑOS, TUS ANHELOS, TUS PROPOSITOS, TUS METAS, si están tan atareado con TU FAMILIA, TUS HIJOS, TUS NIETOS, ¿como puedes oír la voz de Dios si tu DEDICACIÓN más grande no es Dios, sino tu mismo y los tuyos?

Hoy estamos dirigidos en la mayoría de los ministerios por hombres y sus propósitos personales (buenos o malos, Dios juzgará aquello) pero no por hombres que se estén DEDICANDO a Dios, y eso es lo peligroso.

Nosotros nunca seremos más que lo que nuestros pastores y lideres son, si los que nos dirigen son personas carnales que se dedican a cumplir sus sueños y metas personales y familiares, no esperemos ser más que ellos, tal y como en todo el pueblo de Israel no había palabra de Jehová ni su Visión, por que ¿Cómo podemos esperar que la grey o el mundo sea espiritual, si los sacerdotes están más dedicados a satisfacer sus deleites personales que de cumplir los propósitos para los cuales son llamados al sacerdocio?. Estimado pastor ¿quieres tener una congregación espiritual? VIVE CONFORME AL ESPÍRITU Y NO CONFORME A LA CARNE, y como consecuencia los diezmos que te hacen falta, las ofrendas que necesitas, la fidelidad que anhelas en tus ovejas, la obtendrás por que el Dios que te guiara, será quien moverá las piezas que haya que mover.

Hoy falta gente que se DEDIQUE a Dios, y no digo esto como un llamado a la abstención del matrimonio, ni para vivir en una especie de monasterio, el llamado es a que en el todo de nuestra vida como cristianos, ya sea que tengamos un liderazgo, un pastorado o seamos ovejas oidoras de la palabra, nuestra vida desde hoy sea DEDICADA al Señor, ofrecida como holocausto vivo cada día, que cada mañana nuestra oración sea ¡¡Jesús, crucifico mi vida junto a ti!! Y no ¡¡Señor concédeme este u este otro deseo!!

Por ultimo, podemos ver como la escritura nos muestra el corazón del Sacerdote Eli, que después de ser juzgado por Dios y condenado por no haber sido estorbo en los pecados de sus hijos (que también eran sacerdotes), su actitud no fue la más reverencial ni la más humilde, sino que con orgullo dijo como si no le importara la palabra de Jehová: Jehová es; haga lo que bien le pareciere (1ª Samuel 3:18).
Esa es la actitud de muchos “siervos del Señor” hoy en día, quizás sus palabras publicas no son tan irreverentes como las de Eli, pero sin duda que sus actitudes son similares a ellas, sus hijos (niños mimados) dicen groserías, viven como viviría cualquier muchacho mundano, y luego son nombrados pastores, ministros de alabanza o lideres de jóvenes, mezclando así la santidad del cristianismo con la impureza de una vida mundanal, esos pecados serán juzgados por Dios en su debido tiempo, el pecado de no vivir dedicado a Dios, y el pecado de no estorbar a los hijos cuando ellos corren al pecado.

Ya es hora de estimar nuestro cristianismo como algo verdaderamente trascendental o definitivamente desestimarlo y volvernos mundanos, o de una vez por todas nos DEDICAMOS AL SEÑOR, o nos dedicamos a vivir como mejor nos acomode, pero la tibieza espiritual es nauseabunda para Cristo, y viviendo hoy los últimos tiempos, ya no queda más que decidirse por como viviremos nuestra vida aquí y donde pasaremos nuestra eternidad.

DEDICATE AL SEÑOR.

Dios te bendiga,

Profeta de Dios.
19 jun 2010 |

¿Dónde está nuestro tesoro?



Mateo 6:19 "No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho destruyen, y donde ladrones entran y hurtan; 20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho destruyen, y donde ladrones no entran ni hurtan, 21 porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.


Todos los seres humanos buscan el éxito en este mundo, y sin duda alguna mucho de estos sueños y anhelos son totalmente validos, como por ejemplo es el correcto sentir de una madre que sus hijos tengan estudios universitarios y logren un futuro económico estable, como también es correcto que un padre quiera que su hija se case con un hombre que cuente con un buen porvenir económico, que le pueda dar la comodidad que el como padre se esforzó por darle a su hija, es un precioso anhelo el querer ver a los hijos triunfar en la vida, con un buen trabajo, con un buen auto, con una hermosa familia, y sin lugar a dudas también Dios quiere con todo su corazón, prosperar en todo sentido a la humanidad, aunque desgraciadamente muchas veces la humanidad rechace la idea que Dios tiene respecto a la prosperidad.

Antiguamente en Chile, se predicaba un evangelio de pobreza, un evangelio donde mientras más pobre eras, más cristiano eras, mientras en más miseria vivías, más santo te volvías, ¿Por qué? Pues por que ningún rico entrara en el Reino de los cielos, entonces si los ricos no estarán con Dios en el cielo, son los pobres que por causa de su miseria lograran entrar en el Reino celestial. Este es un concepto nada menos que errado respecto del evangelio, ya que no por la condición socioeconómica en la que viva la gente, se asegura la estadía en el Reino de los cielos, eso es tan errado como creer que podemos comprar la entrada a este maravilloso reino, ya que no debemos olvidar que ninguna obra o merito nos puede impulsar para entrar al paraíso, solo la sangre de Cristo nos da la entrada en el reino celestial.

Por causa de estos extremos del evangelio, que llevaba a las personas a vivir pobremente, surgió casi como una salvación, otro extremo del evangelio, uno de riqueza y éxito, que propone que mientras menos problemas económicos tengas, más cerca te encuentras de Dios, mientras más exitoso seas, más agradado esta el Señor de ti, mientras más riqueza y bienes terrenales poseas, mejor es tu comunión con Dios, en definitiva, según este evangelio, el cristiano que es monetariamente prosperado, ese es el cristiano consagrado. Suena gracioso pensar que haya gente que crea esto, pero lamentablemente son millones los que siguen y creen a ojos cerrados al movimiento de la prosperidad, y que si no dejan de adorar al dios dinero, no podrán entrar al precioso Reino que Dios tiene preparado para los que le aman.

Es así como hoy los cristianos que en un comienzo nacieron por amor y amando a Dios, en el camino por causa de corrientes ignorante de la palabra, se han encaminado en senderos equivocados como el de pensar que Dios no quiere que seas un estudiante universitario, o por el contrario pensar que Dios solo quiere que tu seas muy exitoso, cuando en realidad, Dios anhela que tu seas prosperado en todo, pero así como prospera tu alma, es decir, el Señor quiere un pueblo que contenga en si una calidad integra de vida espiritual, una vida de pureza y santidad, y que el equivalente de esa vida integra y que glorifica al Señor, sea una vida (si es que Dios lo estima conveniente así) de prosperidad económica. El creer que Dios quiere que vivamos un evangelio miserable, o un evangelio de prosperidad, es una de las mentiras más grandes de santanas, por que el Señor no murió en la cruz para que fuésemos ricos o pobres, el murió en la cruz para darnos vida eterna, no importando nuestro status social, ya que seamos ricos o pobres, miserables somos en nuestra vida espiritual, mientras la sangre del cordero de Dios no quita la mancha del pecado que hay en nosotros.

Dios nos salvo de la muerte eterna, del tormento que deberíamos haber padecido por causa de nuestra maldad, el nos entrego el regalo de la vida eterna que habíamos perdido en el edén, y según la escritura, el nos quiere sentar junto con él, en lugares celestiales. Es maravilloso comprender que Dios anhela nuestro bienestar, espiritual y económico, el a prometido que nunca nos desamparara y que nuestra simiente jamás mendigara pan, es decir, que tendremos lo suficiente para vivir, y en muchos casos, muchos de nosotros, tenemos mucho más que lo suficiente para vivir ¡¡Gracias Señor por tu fidelidad!!


Ahora bien, me he percatado que gracias a Dios la mayoría de los cristianos (al menos los que yo conozco) no tienen en su mente el complejo de que estudiar en la universidad sea pecaminoso, o que el hecho de tener un buen trabajo sea malo, en definitiva no se sienten mal por que Dios les haya bendecido con estabilidad económica, y eso esta bien, Dios quiere darnos el sustento diario y más aún si es posible, pero también me he percatado que si bien muchos de estos cristianos no están de acuerdo con el nefasto “movimiento de la prosperidad”, de alguna u otra forma no reniegan en contra de los beneficios de este, y no por que sean cristianos apostatas, o por que piensen que pactar dinero este bien, sino por que el concepto que estos movimientos usan para atraer a los ilusos hacia la adoración al dinero, de alguna forma se les ha metido en el corazón, quizás por que dentro del corazón del hombre, hay una parte que anhela lo que el dinero puede comprar, y no lo que necesariamente Dios quiera adquirir para nosotros.

La mejor manera en que podemos saber donde esta el tesoro de una persona, es saber donde tiene el corazón, y la manera de saber donde tiene el corazón, es escuchar lo que recurrentemente habla esa persona, es así como veo jóvenes cristianos universitarios que de lo único que hablan es de sus ramos, unos me dirán ¡¡pero es obvio, deben estudiar!! Claro que si, DEBEN estudiar, pero estoy completamente seguro que antes de que comenzaran con su DEBER de estudiar, no era Dios quien abundaba en los labios de ese estudiante, es así como también estoy seguro que cuando ese estudiante salga de su carrera, sus labios estarán llenos del DEBER de trabajar, y cuando se case, sus labios estarán llenos del DEBER matrimonial, y cuando tenga hijos, sus labios se llenarán del DEBER para con los hijos, pero desgraciadamente (lo digo con pena) cuando en los estudios, en el trabajo, en el matrimonio, o cuando con los hijos le vaya mal, entonces sus labios se llenaran de lo que Dios quería que siempre estuviesen llenos, DE DIOS.

Veo como la prosperidad espiritual los cristianos no la toman en cuenta, veo como cuando alguien es transformado por el Señor, cambiado a un nuevo hombre, mudado en su vida a una vida espiritual prospera, la gente cristiana solo dice, ¡¡mira que bonito, como Dios lo transformo!! pero cuando vemos a un “cristiano” comprarse un auto nuevo, un departamento, una casa espectacular, cuando sabemos que viajara fuera del país, cuando vemos que económica y/o académicamente le esta yendo de maravilla, ahí nuestros labios no dicen solamente ¡¡mira que bonito como Dios lo prospero!!, allí nuestro labios dicen ¡¡Que Genial, me encantaría tener esa casa, ese auto, me encantaría viajar y tener esa cantidad de dinero¡¡ pero cuando Dios prospera espiritualmente al hombre, nuestra miserable y mundanal mente y corazón, solo dice ¡¡que bonito como Dios cambia la vida!! cuando en realidad de nuestros labios debería salir un ¡¡Dios mío, me encantaría tener la espiritualidad, la santidad, el amor por ti de aquel hermano, me fascinaría poder entregarme a ti tanto como aquel, daría cualquier cosa por ser como aquel o aquella que te aman mucho más que a sus propias vidas!!... que el Señor nos perdone por menospreciar lo que él hace con el hombre y valorar mucho más lo que el dinero puede hacer con el hombre.

Muchos cristianos hoy son muy buenas personas, tienen un buen corazón (creo), regalan libros cristianos, trabajan en el discipulado, se congregan y no dicen groserías, pero lamentablemente se conforman con eso y nada más, ¿y por qué? Pues por que no pueden alcanzar más para Dios que tan solo llegar a ser buenas personas, ¿y por que no pueden alcanzar nada más? Por que el resto del tiempo que podrían invertir en adquirir de parte de Dios una vida espiritual mayor, lo “tienen que” dedicar a trabajar, buscado beneficios para el futuro de sus hijos o el propio, es decir, muchos cristianos para los cuales Dios tiene un futuro de gloria en su prosperidad atesorando riquezas en los cielos, no tienen el tiempo suficiente para Dios, por que ellos están preocupados de su propia prosperidad y a su manera buscando atesorar riquezas en la tierra.

Es triste darse cuenta donde esta el corazón de las personas, no de las mundanas, sino de las cristianas, y no digo con esto que ser profesional sea malo, pero estoy seguro que muchos de los cristianos universitarios de hoy, nunca le preguntaron a Dios si él tenia en su corazón que ellos estudiasen esa carrera en especifico, sino que estaba en el corazón de ellos mismos, era un sueño que quizás tenían desde niño, quizás era un anhelo impuesto por sus padres, pero ¿por el hecho de ser un buen sueño, era necesariamente la voluntad de Dios? Me caben muchas dudas al respecto. Insisto que es triste darse cuenta de cómo los cristianos contemporáneos valoran el bienestar económico, la estabilidad, el sustento y la prosperidad material, por sobre el bienestar espiritual y la prosperidad eternal. Valoramos y admiramos con codicia al que se saco el Kino, envidiamos los cientos de millones que ese “afortunado hombre” se ganó, pero ni siquiera nos preguntamos como viven esos miles de misioneros que se entregaron con todo su ser a la obra de Dios, y que muchos padecen enfermedades que no tendrían por que padecer, pero que por amor a Dios y a las almas perdidas, se entregan con todo su corazón a predicarles a los que de otra forma nunca serian salvos, de ellos ni siquiera nos acordamos en nuestras oraciones al comer, en nuestra cómoda casa, con abundante comida que fuimos a comprar al cómodo supermercado, y que pagamos con la prosperidad que supuestamente Dios nos dio, a ellos no los admiramos de la misma manera como admiramos y anhelamos los millones del “afortunado” ganador del Kino, sin importarnos siquiera que con millones y todo, sin Cristo va camino al infierno.

Somos miserables, si lo somos, por que de la abundancia del corazón habla la boca, y sin embargo, los que nos decimos hijos de Dios, hablamos miles de palabras al día, y estoy seguro que ni el diezmo de esas palabras son para glorificar a Dios. Me da pena ver como en nuestras conversaciones es glorificado el dinero, y las metas que con el se pueden lograr, me da asco pensar en que nos llamados cristianos, y en nuestra boca abunda la mundanalidad, siento miseria en mi ser con el solo hecho de pensar que Jesucristo pago tan alto el precio por nosotros, y nosotros nos ponemos contentos cuando una buena persona adquiere un bien terrenal, pero nos somos capaces de insistirles que irán directo al infierno aunque sean buenas personas.
Somos malos cristianos, todos aquellos en que sus labios abunda la mundanalidad, los logros personales, las metas, el trabajo, la familia y el dinero, somos malos cristianos, por que es allí donde esta nuestro tesoro, en las cosas de esta tierra, en las dadivas y no en el dador.

Les insisto que la finalidad de los cristianos no es buenas personas, sino el llegar a ser como Cristo, y sabiendo esto, ¿Cuántos de nosotros nos esforzamos día a día para no ser tan solo buenas personas, sino realmente a morir a nuestros sueños y deseos y llegar a ser como Cristo? Una verdad sabia sin vivirla, es como vivir una mentira, por que nada nos vale decir ¡¡Yo soy cristian(a)!! Si en nuestros labios reinan los triunfos terrenales y no los tesoros en los cielos.

¿Cómo podremos llegar un día a ser como la iglesia primera, que se despojó de todo lo mundano por ganar a Cristo, si nosotros nos despojamos de todo lo verdaderamente cristiano por ganar lo del mundo? Insisto, somos miseria, nos engañamos a nosotros mismos conformándonos con el glorioso culto del domingo, pero vivimos como mundanos el resto de la semana, y lo digo con autoridad, o acaso ¿no nos reímos con las groserías mundanas, no nos vestimos a la moda como los mundanos, no nos preocupa cumplir las metas que el mundo nos propone?
Entiéndanme lo que digo, buscar ser mejores secularmente no es algo malo en si, solo insisto que piensen un momento ¿ES ESA LA VOLUNTAD DE NUESTRO DIOS? No nos sigamos engañando, en nuestros labios no abunda la palabra de Dios, tememos decirle al mundo ¡¡eso es pecado!! ¡¡Eso no le agrada al Señor!! ¿Y por que no le decimos al mundo la verdad? Pues por que desgraciadamente aún en nuestras vidas hay cosas mundanas que nos gustan tanto que hemos transado un porcentaje de nuestra santidad con ellas con tal de seguir disfrutándolas, de no ser así, tendríamos la moral para decirle al mundo que tal y tal cosa desagradan a Dios.

De la abundancia del corazón habla la boca, del tesoro del corazón es lo que expresan nuestros labios, así hay cristianos que no hacen otra cosa que hablar de los hijos, del trabajo, de la polola o el pololo, de la carrera, de la casa, o de los sueños y los anhelos, pero son contados con los dedos de la mano izquierda los que yo conozco que no hablan otra cosa que solo del Señor, y que la vida para ellos se vuelve un detalle, y Cristo el centro.
¿HASTA CUANDO VIVIREMOS ASÍ, DANDOLE EL RESTO AL SEÑOR Y A SU OBRA, Y LO PRIMORDIAL A LOS SUEÑOS, METAS, TRABAJOS Y FAMILIAS? ¡¡acaso el Señor no se merece todo de nosotros!!

Efesios dice que no somos salvos por la buenas obras, pero si somos salvos para buenas obras que Dios preparo de ante mano para que anduviésemos en ellas (efesios 2:10) ¿sabes tu cuales son esas buenas obras? ¿Te has puesto a pensar si andas en esas buenas obras? Esas buenas obras, el propósito de que Dios nos trazo de ante mano para que nosotros anduviésemos en el, son las mismas obras justas que visten a la novia (iglesia) en Apocalipsis 19:8, y déjame aclararte que estas obras justas no son el ayudar a cruzar a la abuelita hacia la otra esquina, es por eso que no basta tan solo con ser buena persona, por que muchas buenas personas se han ido al infierno con todas sus buenas obras, ya que las obras a las que se refiere este versículo son la santidad, la búsqueda continua de Dios, el madurar espiritualmente y finalmente el llegar a la Altura del Varón perfecto, es decir, llegar a ser como Cristo, y eso deja muy por debajo el tan solo ser buena persona. ¿Cuántas riquezas tienes tú en el reino de los cielos? Pues piénsalo, aquí quizás te va bien económicamente y bendigo al Señor por eso, pero si en tus labios abunda solo lo que esta tierra te puede dar y no el Señor, pues no esperes nada bueno en los cielos para ti, por que tu tesoro no esta haya, sino aquí, junto a tu familia, tus logros y tus metas personales.

Dios es un Dios que nunca cambia, el no muta con el tiempo, somos nosotros los que debemos ir cambiando de tiempo en tiempo para que un día lleguemos a ser como él, piénsalo un momento ¿has cambiado desde que te “entregaste” a Cristo, o sigues siendo el mismo? Puedes averiguarlo escuchando lo que dicen tus labios, si en tu boca reina tu trabajo, tu familia o tu departamento, sigues siendo como un mundano, mas si reina el Señor y su palabra, entonces también en tu corazón Reina el Dios de tu salvación.

¿Eres un mendigo o un millonario en el Reino de los cielos?

Dios te bendiga,

Profeta de Dios.
12 jun 2010 |

Caminando con Dios


Génesis 5:24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.

Enoc es uno de los personajes más llamativos del Antiguo Testamento, por qué narra en pocas palabras cosas muy profundas y misteriosas, el hecho que haya desaparecido y que la biblia mencione que fue Dios quién se lo llevó nos hace pensar muy profundamente que es lo que Dios quiere mostrarnos sobre este gran varón, en tan pocas palabras.

Se especula que Enoc no siempre caminó con Dios, es decir, no es que Enoc haya sido un mal hombre, una mala persona, un mal esposo o un mal hijo, pero si analizamos bien, en ninguna otra parte de la escritura, al menos no en la genealogía de Adán, aparece otro hombre al cual se le caracterice por “Haber caminado con Dios”.
Se dice que Enoc no siempre camino con Dios, sino hasta que cumplió los 65 años, por qué en el versículo 21 del mismo capitulo, dice Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén, y el versículo 22 dice Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, y finalmente el versículo 23 dice Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años.

Por todo ello es que podemos sanamente especular, que Enoc no caminó con Dios hasta que ya tenia un edad adulta, y aunque la Biblia no lo dice, sinceramente creo que algo ocurrió en la vida de Enoc a los 65 años que cambio radicalmente su vida, insisto que no creo que Enoc haya sido un ruin o un patán antes de los 65 años, pero sin duda alguna que algo en su corazón fue mudado en esa edad, quizás tuvo un encuentro con el Dios vivo que marcó su vida para el resto de sus años, y aunque la biblia no lo especifique estoy seguro de que fue así.

Considero que la corta pero profunda historia de Enoc, solo muestra un poco de lo que nuestra propia historia como cristianos muestra, Enoc era una persona “normal” hasta que a los 65 años comienza a caminar con Dios, y si la biblia lo recalca de esa manera, es por que algo crucial en la vida de este hombre lo marco para siempre ¿no es eso lo que nos paso a nosotros antes de conocer a Cristo?

No éramos homicidas (algunos), ni tampoco delincuentes (algunos), sin embargo, todos nosotros, los que hemos nacido de nuevo, podemos decir con total franqueza que desde que Jesús se nos cruzó en el camino, nuestras vidas nunca más fueron las mismas, Dios impacto con su hijo nuestros corazones, nos enamoró de él y nos cautivó con su dulce amor de tal manera que desde ese momento, nos vimos atraídos a CAMINAR JUNTO A ÉL, por el resto de nuestras vidas.

En este texto (Génesis 5:24) veo no tan solo como Dios puede cambiar radicalmente la vida de una persona, sino también como él, en su infinita bondad no mira nuestros “65 años” donde hemos caminado a nuestro antojo y sin preguntarle a Dios, sino que mira los próximos “300” que si estamos dispuestos a caminar con él, es decir, claramente veo como Enoc, sin haberse escrito aún el texto de 2ª Corintios 5:17 el pudo decir, “las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas”. Gloria a Dios por eso, por que desde siempre Dios a querido que el hombre camino junto a él.

Ahora bien, Enoc caminó con Dios, pero ¿Qué cosas marcaron el caminar de Enoc, que la biblia menciona su nuevo caminar? Pues pienso y no peco en esto, que Enoc si bien era un buen hombre, nunca conoció verdaderamente a Dios antes de los 65 años, y por ende, jamás le entregó su vida, y como consecuencia en su caminar no estaba involucrada la voluntad de Dios, Enoc solo vivía su vida como mejor le parecía, sus valores se regían por lo que el consideraba bueno o malo, y para el su propia opinión era la opinión final, pero cuando en su caminar se encuentra con su creador (cosa que a los que hemos nacido de nuevo nos sucedió) se dio cuenta que sus parámetros valóricos estaban muy por debajo de lo que Dios entendía como bueno o malo, y que definitivamente la opinión de Dios sobre las decisiones de su vida, era mucho más sabía que su propia opinión. Por todo ello, y por la deliciosa impresión de encontrarse “cara a cara” con el Dios vivo, es que sin duda alguna, a los 65 años de edad, la vida de Enoc cambio para siempre.
Dentro de esa vida cambiaron hábitos pecaminosos, cambiaron cosas que se vestían de buenas pero que en lo profundo eran malas, cambio su manera de hablar, cambio la forma en la cual se dirigía a su esposa, cambio la manera en que trataba a sus hijos, cambio su trato con las personas en general, en fin, desde que tuvo un encuentro con el Dios Todopoderoso, se sintió profundamente cautivado a desechar su antigua manera de caminar, y escogió el caminar junto a Dios.
Alguno se preguntará ¿Cómo yo se que Enoc cambio su manera de vivir? Pues la respuesta es simple, Amos 3:3 dice ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?, y la palabra andarán también se traduce como “caminaran”, es decir, para que Enoc y Jehová caminasen juntos por la vida, ambos tuvieron que estar de acuerdo, y como Enoc tenia su propia perspectiva de la vida, tal y como la tiene Dios, uno de los dos tuvo que ceder respecto a esa perspectiva, y sabemos que si hay alguien que no cede en cuanto a sus principios, pues ese es Dios, por lo tanto, el que tuvo que aprender una nueva perspectiva de la vida, fue Enoc, ya que de lo contrario le hubiese sido imposible haber caminado junto a Dios por el resto de su vida.

Jesús mencionó en el nuevo testamento que existen dos caminos en la vida, uno es el ancho y espacioso que lleva a la muerte, y otro es angosto, difícil y pedregoso que nos lleva a la vida, muchos toman el ancho y espacioso por que es obvio que a nadie le gusta esforzarse más de lo debido, a nadie le gusta que le estén diciendo como llevar su vida, a nadie le gusta que le impongan valores externos, a las personas les gusta manejar su propia escala de valores y caminar espaciosamente por la vida haciendo lo que mejor les parezca. Por otra parte, el camino angosto es difícil de caminar, es pedregoso y duelen los pies, en este camino solo existe una escala de valores (por que no hay espacio para más) y es la que el Señor creó, en este difícil camino solo caben dos a la vez, Dios y tu, y si tu y Dios no están de acuerdo respecto de algo, es mejor resolverlo de inmediato, por que no existe nada más desagradable que caminar junto a alguien, en un agosto camino y que además estemos en profundo desacuerdo respecto de algo en especifico.

He visto como cristianos caminan en el difícil pero precioso camino del evangelio, de la manera correcta y aferrados a la mano de Dios, veo como no ceden a las tentaciones del mundo, a los juegos de Satanás, ni a las pasiones de su carne, veo como luchan por ser fieles a su amoroso Dios, como a pesar de lo angosto y difícil de este camino, se gozan en el Dios que les mostró este camino y que no les toma en cuenta esos “65 años” en los cuales no caminaron junto a él, veo como sacrifican cosas, dinero, tiempo y familia por avanzar a la par con Dios, por que hay algo que debemos saber todos, Dios no se detiene, el que regularmente se estanca es el hombre, y por ende cuando no se decide en dejar su vieja vida detrás y tomarse de la mano de Dios, Dios sigue avanzando y cada momento que el hombre duda en dejar las cosas pasadas, más Dios se aleja y avanza, y más el hombre queda detenido y desgraciadamente obstruye el paso de los que por su buen caminar venían detrás (personas que con nuestro testimonio y predicación debían creer en Cristo). Dios no se detiene, el tiene un propósito que cumplir en nuestras vidas, y si nosotros no estamos dispuestos como Enoc a caminar a la par junto a Dios, el avanzará sin detenerse y nosotros quedaremos atrás, solos y a expensas de retroceder, y con serio peligro de ser in-apto de entrar en el Reino de Dios, Jesús mismo lo dijo Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios (Lucas 9:62).

Así como he visto muchos hijos de Dios que fielmente siguen a su Señor, también he visto como algunos que con fe en un principio tomaron el arado y comenzaron a avanzar y por alguna razón se estancaron en el camino, pero no por que una piedra no les dejase avanzar, por que frente al arado van haber cosas que nos obstruirán nuestro caminar, habrán tropiezos y caídas, pero si caminamos junto a Dios, si vamos a la par con él, el nos ayudara con su fuerza a sacar la piedra, el nos sostendrá al tropezar y con su mano nos levantara al caer, pero muchos se estancan por que simplemente extrañan el camino ancho, donde se vivía holgadamente, donde no había nadie que les diera ordenes, donde se dejaban guiar tan solo por su propio corazón. Lo veo en las iglesias, esas personas que están bien un par de meses, se congregan, cantan, oran y son tocados por Dios, pero luego salen del culto y es tanto su deseo por las cosas del camino ancho (donde no está Dios) que al poco tiempo vuelven a él, comen y beben lo que ese camino les entrega, se divierten y disfrutan los deleites que ese espacioso camino les da, y luego cuando se cansan por que se dan cuenta que ese camino les ha vuelto a engañar ofreciéndoles un gozo que jamás les entregó, entonces vuelven al camino angosto que saben que es difícil, pero que también saben que encontraran el abrazo de amor que en ningún otro lugar pudieron encontrar, el abrazo de la presencia de Dios.

Yo anhelo que tu corazón hoy piense, no tan solo en esos personajes que juegan seis meses en el año a ser cristianos y luego vuelven al mundo a entregarse durante 6 meses a los deleites que el diablo les ofrece, sino también que pienses qué cosas hoy en este angosto caminar te están obstruyendo y te mantienen en desacuerdo con tu acompañante (Dios), y que te des cuenta de qué necesitas soltar de tus manos y sacar de tu corazón aquellas cosas que en este camino, no le gustan a Dios, ni te dejan caminar de su mano. Solo piensa, ¿puedes caminar junto a Dios en el camino angosto si enlodas tu corazón con el rencor? ¿Puedes darle la mano a Dios en tu caminar, si la tienes llena de ambición por el dinero, tanto que ya no te congregas por las malditas horas extras? ¿puedes sentarte en el sillón de tu casa a ver junto a tu acompañante de este camino, a mirar programas como “infieles”, “Morandé con compañía” o el club de la comedia”? solo piensa un momento ¿crees que puedes caminar con Dios a las 6 de la mañana después de haberte divertido junto a tus “amigotes” toda la noche? Tú me dirás ¡¡pero yo no tome ni fume!! Mas yo te pregunto ¿no es pecado hablar groserías, codiciar a las mujeres, y mentir? Hay pecados que no tienen ningún olor al olfato humano, pero que sin duda alguna, huelen a excremento en las narices de Dios, ten cuidado como caminas en tu evangelio.

¿Cómo podemos decir que caminamos con Dios, que estamos de acuerdo con su palabra, que vivimos y hacemos lo que el nos pide, si vivimos como lo hacíamos antes, durante esos “65 años que no lo conocíamos”? el Señor quiere caminar junto a nosotros, el anhela ser el primero en cada una de nuestras decisiones, lo primordial y la opinión que más nos importe, pero muchas veces el nos suelta la mano y sigue avanzando, mientras que nuestro orgullo, egoísmo, flojera, vanagloria u avaricia, nos detienen en el camino que sabemos nos lleva a la vida, pero preferimos dejar la carrera hasta la mitad, por causa de que estúpidamente nos gusta el sabor que tiene nuestro pecado.
Para todos aquellos que durante 6 meses al año, y quizás menos, juegan al cristiano congregándose, cantando música cristiana, juntándose con amigos cristianos, pero que pasando esos 6 meses de desintoxicación vuelven al mundo que en su corazón nunca dejaron, a todos ellos algún día se les acabara el camino, el como y el cuando, solo Dios lo sabe, pero sin duda que así como la vida empieza con la concepción, también termina con la muerte, y no sabemos cuando ocurrirá ni de que manera vendrá, pero la muerte llegará y si te encuentra justo cuando te tocaba jugar los seis meses para la selección del mundo, créeme, tu final no será el del camino angosto que lleva a la vida, será la muerte eterna, junto a todos tus “amigos” mundanos, y junto a los demonios que los dominan, el final llegará, solo piensa donde quieres pasar tu eternidad.

La única explicación que existe para aquellos que por un periodo de tiempo están bien y caminan bien, pero luego vuelven a lo mismo de siempre, es que aunque externamente deciden caminar con Dios, internamente sus corazones aún están deleitándose con su pecado. Recuerdo una persona así, recuerdo que Dios le sacó de la droga, recuerdo que Dios le cambió en muchos aspectos, recuerdo que había sufrido desilusiones amorosas tremendas, y que Dios le había sanado, luego el decía “ya me chante”, y caminaba como “cristiano” unos meses, pero durante esos meses me di cuenta que a pesar de ir a la iglesia, de saber la verdad, seguía comprando películas piratas con títulos como “trafico de órganos”, “trafico de personas”, “crepúsculo”, “exterminio”, y pasado el tiempo, esa persona dejaba de congregarse, volvía a vivir mundanalmente y se alejaba de Dios. ¿Por qué ocurre eso? Por que por un tiempo deciden exteriormente caminar con Dios, pero en lo profundo de su ser, siguen siendo los mismos, están supuestamente caminando en el “camino angosto”, pero en sus corazones siguen en el espacioso camino que les lleva a la muerte.

Caminar con Dios no es fácil cuando no estamos a la par con Dios, cuando el se adelanta por que nosotros nos detenemos, estamos a un paso de ser desechados del reino de los cielos, mas él quiere que avancemos, y en muchas ocasiones nos vuelve a buscar y nos fortalece para seguir, pero llega un momento donde el caminará y caminará y su imagen se hará cada vez más pequeña en el horizonte hasta cuando ya no la veamos más, en ese momento ya no hay nada más que hacer que volver al ancho camino del cual nunca en su corazón se salió.

Hoy Dios quiere que su pueblo tome decisiones, el va hacer algo grande con este país, algo tremendo viene para Chile, pero Dios no puede usar odres mitad mundano, mitad cristiano, para derramar su vino nuevo, él quiere que hoy mismo, no mañana ni pasado, hoy nos decidamos que aquellas cosas que sabemos que se visten de buenas, pero son pecado salgan de ese camino angosto, donde solo caben tu, Dios y su santidad.

Decídete ya ¿por donde caminarás?

Dios te bendiga,

Profeta de Dios.
3 jun 2010 |

¿A Quien pertenecemos?


Romanos 14:8 Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos.

La vida es el bien más preciado por el hombre, aún más preciado que la libertad, y a pesar de que muchas personas pareciesen amar los bienes mucho más que sus vidas, de todas maneras si en sus corazones hubiese tiempo de escoger en alguna catástrofe, entre sus vidas y sus bienes, definitivamente sus vidas tienen la prioridad.

El hombre tiene un amor por su vida tan intrínsico que sin darse cuenta, se niega a morir, de hecho la mayoría de las personas vive la mayor parte de su vida como si jamás fuese a envejecer y por ende, como si jamás llegase a morir. Es por ello que existen tantas enfermedades que llegada la vejes son incurables, pero si en la juventud hubiese habido una preocupación por el mañana, sin duda alguna esa enfermedad nunca hubiese llegado a ser incurable, así mismo la obesidad mórbida es totalmente tratable en un comienzo, pero casi imposible de regular cuando ya se tiene un sobrepeso exuberante, en definitiva, una de las razones por las cuales los hombres pagan consecuencias de sus actos cuando al alcanzado la edad mayor, es por que en su juventud, el hombre por naturaleza siente que jamás perderá ese bien tan preciado y hermoso para la mayoría de la gente, es decir, LA VIDA.

He oído decir, LA VIDA ES LO PRIMERO, y creo que dicen verdad, por que una persona puede perder todos sus bienes, puede perder todo su dinero, puede perder su trabajo, sus sueños, sus anhelos más profundos, pero mientras no pierda la vida, aún puede recuperar sus bienes, su dinero, trabajo y aún puede volver a soñar y luchar por cumplir un anhelo, mientras hay vida existe la clara oportunidad de volver a empezar.

Desgraciadamente todos los hombres y todo ser viviente en esta tierra esta condenado a que la bendición de la vida se acabe alguna vez, aquello por lo cual luchamos y cuidamos con tanto ahínco, tiene un fin, y ese fin es implacable, ocurre si o si, ese fin viene para toda la creación, y para cada uno en particular.

Si hay algo que tiene en común el hombre millonario, con el pordiosero que vive en la calle, es LA MUERTE. No importa cuanto ames la vida, no importa cuanto te aferres a ella, no importa que tu plan medico sea espectacular, no tiene valides alguno que tengas un seguro de vida que cubra todo, sea como sea, vivas en la Dehesa, en Manhattan o en las riveras del Mapocho, si hay algo de lo cual el hombre tiene seguridad, es que MORIRA.

La muerte es un gran tema, es un tremendo misterio para muchos el asunto de la muerte, y por ende se han creado diversas teorías respecto de ese evento al cual todos llegaremos, unos la ven como algo terrible (la mayoría), otros como algo terrible, otros como un descanso, otros como un viaje a lo tenebroso, otros como el fin y el comienzo, a la vez, de algo nuevo, en fin, cada cultura tiene su propia opinión respecto de la muerte, y así también cada cultura ha dispuesto que es en vida cuando se define donde iras cuando mueras. En casi todas las culturas del mundo, existe lo que se conoce como el principio de retribución, todos piensan que en virtud de la cantidad de cosas “buenas” que uno haga en esta tierra, es como uno recibirá recompensa en la vida después de la muerte, y es justo esa manera de pensar la que nos hace ver la vida como una posibilidad de alcanzar la gloria al morir, ya que mientras yo más cosas buenas haga en esta vida, mejor será el recibimiento en los cielos, es una bonita motivación el pensar así, pero totalmente errada e incorrecta, ya que nadie puede ir al cielo por el merito propio.

La vida y la muerte deben mirarse con los ojos con los que Dios los mira, ya que es él quien mejor que nadie sabe cual es el principio y el fin de todas las cosas, y así como él es quien nos da la vida, él es también quien nos la quita cuando hemos cumplido la hora, y lo importante de todo esto, no es que yo haya hecho las cosas lo suficientemente bien para ganarme el cielo, sino que yo haya hecho lo que Dios quiso que yo hiciera, por que no es lo bueno lo que me llevara al cielo, sino lo correcto, y lo correcto es la perfecta voluntad de Dios.

Nadie quiere perder su vida, de cierto modo el hombre siempre intenta preservarla lo más que puede, a pesar que muchas veces la malgasta innecesariamente, pero jamás quiere perderla, y aunque el ser humano sabe que su vida algún se acabara, es esto mismo lo que lleva al hombre el querer ser lo suficientemente bueno (cuando se acuerda) para poder preservar la vida aún después de la muerte, en el cielo.

En definitiva, casi todo ser humano, a pesar de que no lo entiende, sabe muy dentro de su ser que esta vida terrenal es tan solo un paso a algo mucho más duradero y sublime, y por ello que cada cierto tiempo los humanos hacemos algo bueno por alguien con el fin de lograr preservar la vida aún más haya de la muerte, el hombre siempre busca trascender, y diga creer en Dios o no, siempre necesita al momento de morir, sentir la esperanza de que ira al cielo por haber sido un buen padre, una buena madre, un buen hijo, un buen amigo, en fin, habiendo sido lo suficientemente bueno, entonces Dios me aceptara en su cielo, piensa la mayoría de la gente. Pero, para desgracia de la mayoría de la gente, eso no es verdad.

Dios sabe que el hombre busca la vida aún después de la muerte, por que nadie quiere morir (excepto algún fanático religioso por hay), nadie piensa en la muerte como una buena posibilidad, y por ello que Dios mismo proveyó al hombre de una salida, él proveyó al hombre pecador de una puerta de salida después de la muerte, de un mediador que en vez de dejar al ser humano perecer para siempre en las tinieblas, le llevase a la VIDA ETERNA, Dios proveyó al hombre de un redentor que le diera la oportunidad de preservar ese bien tan preciado para él, LA VIDA.

Ahora bien, todos los seres humanos vemos la vida (lo creamos o no) como un pasadizo hacia algo más, hacia una vida mucho más sublime, y es por ello que la vida como la muerte no son tan importantes, como lo es el fin eterno, es por ello que el Apóstol Pablo entendiendo esta verdad escribió sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. Por que no importa nada en este pasadizo que comienza con la vida y termina con la muerte, tanto como importa la eternidad. Con todo esto no quiero decir que la vida no tenga un valor en si, sino que la vida con todo el valor que tiene, no es tan relevante como lo es la vida eterna, y la única manera de obtener esa vida eterna, es entregándole toda esta vida terrenal a Cristo, para que el la invierta como mejor le parezca, y nos de cómo resultado una vida eternal junto a él, en el cielo.

La vida no tiene valor alguno sin Cristo, tu puedes vivir en esta tierra 100 años, tener todo lo que este mundo te puede ofrecer, disfrutar cada momento, cada segundo de tu estadía en esta tierra, puedes tener todo lo que un hombre puede desear para vivir, pero hagas lo que hagas, con todo y tus bienes y logros, morirás, por que el hombre esta condenado a morir por causa de su pecado.
Es por ello que lo importante no es el vivir ni el morir, sino que lo importante radica en a quien pertenecemos, de quien somos, allí radica la cuestión del asunto, si no vives para Cristo en esta tierra, cuando mueras (y morirás eso te lo aseguro) sería necio de nuestra parte el pensar que vivirás con él en el cielo ¿Por qué debería Dios llevarte al cielo, si estando en la tierra ni te acordaste de él?

Dios te dio la vida, te dio la salud, te dio un mundo para vivir, te alimento, te proveyó de lo necesario, incluso sin merecerlo, sin que nosotros se lo agradeciésemos siquiera, así y todo el siempre fue fiel, y ¿Qué hicimos con nuestras vidas? Pues, hicimos lo que nosotros quisimos, sin preguntarle a él su opinión, sin dejarle a él tomar nuestras decisiones, y luego de muertos le diremos ¡¡Señor, déjanos entrar en tu vida eterna!! ¿No será demasiado patudo de nuestra parte?

Es cierto que Dios nos creo con un libre albedrío, nosotros tenemos la posibilidad de “razonar” y escoger, que es lo mejor para nosotros, y sabiendo que Dios el creador es bueno, y más que bueno, es lo mejor, ¿Por qué nunca escogemos por él? ¿Por qué nunca le preguntamos a él cual sería la mejor decisión que pudiéramos tomar en esta vida?, sin embargo, el hombre que tiene un corazón egoísta por naturaleza, hace toda la vida las cosas mal, se embriaga en su libre albedrío, hace las cosas como a él le parecen mejor, y en vez de usar su libre disposición para elegir por hacer la voluntad de Dios, siempre escoge hacer su propia voluntad y complacerse así mismo, ¿Cómo podemos después pedirle a Dios que nos de la vida eterna?. Tu me dirás ¡¡Yo he sido un buen hombre, no he matado a nadie!! Pues déjame decirte que no se trata ser un asesino a destajo o no, se trata de que para entrar al Reino de los cielos, el hombre debe cumplir con el parámetro del cielo respecto de que es lo suficientemente bueno.
Quizás para ti, tu ya eres bueno por que no has matado a nadie, pero para Dios eso no es suficiente, si pecaste, aunque sea tan solo una vez en la vida, eres merecedor del infierno, tu me dirás ¿Qué es malo Dios, como a la primera me condena? Dios no te condena, es tu pecado el que te condena, y como Dios es Santo, no tiene ni un solo pecado, el ama al que peca, pero odia su pecado, la única manera de sacar esa mancha de pecado, es la sangre de Cristo, y desde esa perspectiva, Dios es bueno, por que a pesar de nuestro pecado, el nos ha provisto de una salida del camino que nos lleva a la muerte eterna, esa salida se llama Jesucristo.

El libre albedrío del cual el hombre tanto se jacta, es tan solo la herramienta con la cual el hombre debe escoger por la vida eterna, Dios no obliga a nadie a amarlo, es el hombre quien debe decidir amarlo por su propia voluntad, y cuando el hombre se decide por Dios, Jesús le dice ¡¡El que en mi cree, aunque este MUERTO, VIVIRA!!

En definitiva, no importa ni la vida ni la muerte, importa de quien somos, a quien le pertenecemos, si somos nuestros, nosotros debemos lograr llevarnos a nosotros mismos al cielo, y eso es imposible, necesitamos de alguien que limpie nuestro pecado, pero si pertenecemos a Cristo, el nos provee de su sangre que nos limpia de toda nuestra maldad.

La raza humana, en su mayoría le teme a la muerte y ama la vida, teme en perder este bien tan valioso por que ignora todo sobre la vida eterna, pero Dios nos muestra através de la Biblia, que existe vida después de la muerte, y que depende de nuestra decisión en vida, donde pasaremos nuestra eternidad, si con él en el cielo por haber escogido en vida servir a Dios, o sin él en el infierno por haber usado mal nuestro libre albedrío y nunca le pertenecimos a Dios, sino a nosotros mismos.

Ahora bien, si muchos ya le hemos entregado nuestra vida a Cristo, ¿Por qué aún tememos a la muerte? He escuchado relatos de cristianos que temen morir, que aman la vida como si fuera lo único que tienen, eso lo puedo comprender de alguien que no tiene esperanza, pero ¿Cómo comprenderlo de alguien que se supone tiene asegurada la vida eterna? Pues la única respuesta lógica es, QUE AÚN SE PERTENECE A SI MISMO.
La clave para lograr entrar al cielo es que le pertenezcamos a Cristo, no importa si vivimos o morimos, DEL SEÑOR SOMOS, no importa si un terremoto viene hoy y se derrumba mi casa sobre mi, del Señor soy, no importa si pierdo mi vida, la de mis hijos, la de mi esposa, la de mi madre, DEL SEÑOR SOMOS, no importa si pierdo todos mis bienes más preciados, DEL SEÑOR SON, en definitiva, ¿podemos hoy tener la certeza de que nosotros y todo lo que tenemos le pertenece solo a Cristo? Allí radica lo importante de la vida cristiana, no en la vida, no en la muerte, sino en a quien pertenecemos, si a Cristo o a nosotros mismos, y es a Cristo pues gocémonos por que tenemos vida eterna, si es tan solo a nosotros mismos, temamos y cuidemos nuestra vida en esta tierra, por que es la única miseria que tiene valor para nosotros.

Si no eres de Cristo, yo te insto a que medites hoy en esto y tomes pronto tu decisión de pertenecerle a él, y si eres de Cristo yo te insto a que lo demuestres, no tan solo a que lo digas, sino a que le des vida a tu fe, viviendo en santidad, dejando en alto el nombre de Cristo, exaltando su verdad y su pureza, de lo contrario, comprendo por que aún le temas a la muerte.

Dios te bendiga,

Profeta de Dios.