30 nov 2010 |

Liderazgo ¿fracasado?

1ª Pedro 3:20 los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.

El liderazgo es, sin lugar a dudas, algo inherente en algunas personas, muchas veces vemos a niños pre-escolares con claros dotes de liderazgo, ellos son los que siempre “mandan” en los juegos, los que dirigen el equipo de futbol y a veces (por no decir regularmente) son los preferidos por las niñas, incluso aunque ellos muchas veces no se auto mencionen como quienes lideran cierta actividad, el resto de los niños ve en ellos un alito de seguridad (quizás paternal) que les hace allegarse a estos niños y ponerse bajo su liderazgo.             Quizás alguno discrepara conmigo respecto de esta “visión” de liderazgo innato en algunos niños, pero aunque queramos que todos los niños sean lideres, seria una mentira negar que siempre hay unos que destacan por sobre otros en las distintas áreas, y no estoy diciendo con esto que un niño que cuente con dotes de liderazgo sea necesariamente mejor que otro que no los tenga, sino que existen liderazgos que nacen con la persona, y que no por ello esa persona es superior al resto, sino que simplemente le toca ser participe de una área más preponderante que el resto.

Todo esto sin desmerecer a aquellos niños de más bajo perfil, que no buscan estar al frente de un grupo o que son más calladitos, ya que ellos son tan importantes dentro de un grupo como el mismo líder, ellos son los que ponen el contrapeso a la balanza, y sin lugar a dudas que en su licencioso vivir obtienen muchas veces más sabiduría que aquel vistoso y preponderante líder innato.

El liderazgo es algo necesario en la sociedad, por ello que Dios permite que nazca gente (hombres y mujeres) con esta intrínsica capacidad de dirigir, lo que no deja de lado aquellos que por distintas circunstancias han “tenido” que aprender a liderar algún grupo de personas.              Yo soy de los que cree que con el liderazgo “se nace”, pero que también “se hace”, y que de alguna forma el líder nato no solo debe usar su inscritica capacidad de liderar, sino que también debe aprender (hacerse) un líder completo, cosa que solo la sabiduría de la experiencia le puede entregar.
Por lo tanto el líder que “se hace”, ya sea por las distintas circunstancias que se convierte en líder, no es “peor” líder que aquel que es natamente líder, ya que este último para ser un gran líder debe pasar a su vez por el cedazo de la experiencia que formo al líder que “se hace”.

Sea cual sea la fuente del liderazgo de alguien, existe un objetivo en común que tiene todo líder, y es OBTENER ÉXITO EN LO QUE LIDERA, y es justamente en este objetivo que todo líder tiene en común, donde se producen las más grandes diferencias entre un liderazgo y otro ¿y por qué? Pues por que a pesar de que todo líder quiere llegar a la cúspide más alta del éxito, es la montaña que quiere subir la diferencia entre líder y líder.

Por ejemplo para algunos el éxito de su congregación es obtener una cierta cantidad de templos de su denominación en todo Chile, para otros es que su congregación obtengan la mayor capacidad de ingresos económicos posibles, para otros es que todos tengan un pleno y completo conocimiento teológico, para otros puede ser que a pesar de su ignorancia teológica puedan amarse los unos a los otros, en definitiva todo líder o pastor, tiene un objetivo en su ministerio, objetivo que imparte a su congregación y que anhela que se cumpla en toda su congregación plenamente.

Un líder sin un objetivo, aunque suene fuerte, no es un buen líder, por que ¿Qué clase de marido es el que no sabe si ama o no a su mujer? ¿O que clase de conductor de microbús lleva a sus pasajeros sin un destino predeterminado? O peor aún ¿Qué clase de pastor o líder que tiene almas a cargo, no sabe lo que Cristo quiere para él y el rebaño que se le encargó? Y no digo con esto que no existan momentos donde el pastor debe determinar con mayor claridad la visión que el Señor le da, y que para eso deba detenerse un momento y mirar hacia los montes sin avanzar y buscando el socorro, pues en ese momento el socorro vendrá del Señor que hizo los cielos y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.                De todas maneras un líder no puede pasar toda la vida buscando un objetivo, ya que Dios a pesar de su incalculable paciencia, nunca pierde su tiempo.

Ahora bien ¿es malo tener como objetivo expandir la iglesia en todo Chile, o querer que todos sean prosperados económicamente, o que todos aprendan teología o que sin teología querer que la iglesia se ame mutuamente? Claramente nada de ello es malo en si mismo, el problema ni siquiera radica en las buenas intenciones que cada líder tenga tras su objetivo, el asunto está en que piensa Dios respecto de los objetivos del liderazgo.

Nosotros tendemos a mirar el pastorado u otro ministerio de una manera mundanal, y el liderazgo mundano es en un ciento por ciento distinto a un liderazgo bíblico o cristiano, o al menos debería serlo así.                   Me he percatado de que esto es verdad por que nosotros, los cristianos contemporáneos, medimos el resultado del liderazgo en virtud de los logros materiales que este obtenga, es decir, como en el mundo una empresa fructífera es aquella que logra una gran cantidad de ventas de sus productos, y además abre nuevas sucursales en regiones, y que amplia considerablemente la cantidad de gente que trabaja en ella, entonces nosotros medimos desde ese parámetro el pastorado o liderazgo cristiano, y decimos lo siguiente: ¡¡wow, como esta bendecido ese pastor, su iglesia está llena, sus diezmos se incrementan y está cada años abriendo más iglesias a lo largo de todo el país, realmente ese pastor tiene LA BENDICIÓN DE DIOS!!     ¿Por qué decimos eso? Pues por que hemos sacado el modelo (o patrón) desde el mundo respecto del éxito del liderazgo.

Jesús dijo respecto de esto lo siguiente: …Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor Mateo 20:25-26  esto nos muestra como Jesús mira el liderazgo, el sabe que el mundo determina el “éxito” desde una perspectiva totalmente distinta a como la determina Dios, para el mundo el líder debe ser alguien que tenga total autoridad sobre sus siervos, y que además incremente ese mismo poder y ojala el territorio donde ejerce su poder, es decir, un gran líder es quien logra tener una gran cantidad de gente que le sirve, y un gran terreno donde ejercer su poder, sin embargo, para Cristo el mejor líder no es aquel que logra una cantidad de seguidores, ni obtiene más templos en su nación, sino aquel que es capaz de ser un siervo de Dios y del rebaño que el mismo Dios le otorgo para servir.

Creo que tenemos una visión errónea respecto del liderazgo, y lo demuestran los mismos comentarios que se dan dentro de nuestras iglesias, nosotros decimos: ¡¡Oh, cuanta gente hizo la oración de fe en aquella campaña!! ¡¡Cuantos templos y que sólidos son los de tal denominación!! ¡¡Como Dios usa a aquel pastor que más y más gente se congrega en su iglesia!!, pero creo que Cristo nos pregunta ¿pero cuanta de la gente que hizo la oración de fe, camina en la fe que agrada a Dios hoy día? O ¿en cuantos de esos templos soy yo el diseñador y quien gobierna esa denominación? O ¿Cuánta de esa gente que se congrega con tal pastor, va a la iglesia por que le predican lo que quiere oír y no la verdad del evangelio? ¡¡Que barbaridad!! ¿Cuántas de nuestras obras cuando sean pasadas por fuego se harán cenizas por causa de nuestra mala visión de liderazgo?

Un día Jesucristo dijo a sus discípulos y a quienes le seguían: …Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame (Marcos 8:34) cuando Cristo dijo esto, la cruz no era el símbolo del cristianismo, sino más bien un símbolo de tortura y sufrimiento, y con esto me puedo percatar de dos cosas:
1) que el cristianismo como Jesús quiere que lo vivamos no es un juego, sino una decisión de morir al yo diariamente, y
2) que Jesús no fue un predicador demagogo ni buscaba la mayor cantidad de seguidores que fuera posible.
Cristo vino a la tierra a mostrarnos el camino al Padre, a decirnos la verdad y regalarnos la verdadera vida, y en ninguno de estos elementos entra el pecado, la maldad o el mundo, por lo tanto el éxito de una iglesia y de un pastorado u otro ministerio jamás debe ser leudado por nada de esto.

Este mismo ejemplo lo siguió Noé, su ministerio para muchos no fue un éxito, y desde la perspectiva mundanal fue un perfecto fracaso.                Es tan fácil como calcular que de los miles de seres humanos que existían en el periodo de construyo el arca, solo subieron con él 7 personas a la nave, y el resto de la humanidad pereció bajo el agua.  ¡¡Que fracaso de ministerio!! Dirán algunos (y de hecho lo han dicho), ¡¡su predicación no tuvo éxito!! Dirán otros, pero no importando que diga uno, lo importante es que dice Dios al respecto.


Aquí radica todo el problema del liderazgo contemporáneo, es que hoy solo nos dejamos guiar por algunos preceptos bíblicos mezclados con nuestro sentir y nuestra personal manera de interpretarlos y luego de aquello sacamos una conclusión de cómo debiera ser nuestra manera de liderar y de cómo Dios puede bendecir nuestro ministerio.         Craso error, por que para aquel que es sabio en su propia opinión hay menos esperanza que para el necio (Proverbios 26:12), y el que se deja guiar por su propio corazón se engaña asimismo (Jeremías 17:9), sin embargo, el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre (1º Juan 2:17).Ahora bien, no estoy diciendo con esto que los ministerio que tienen miles de miembros son necesariamente ministerios guiados por el corazón de un hombre y no por el Espíritu Santo, si fuera así, no podríamos decir que los tres mil que se convirtieron en la primera predicación del Apóstol Pedro fueron parte de un ministerio establecido y 100% guiado por Dios, lo que estoy diciendo es que hoy nosotros no podemos medir el resultado del liderazgo cristiano desde la perspectiva mundanal, sino, por el fruto que Dios mismo produce en un ministerio.                 De esos tres mil que se convirtieron con la predica de Pedro, podemos decir que fueron fieles hasta el final, por que ellos sabían que para aceptar que Jesús era el Mesías debían renunciar a su Judaísmo, incluso renunciar a sus propias vidas.



Sin embargo, ¿Qué podemos decir de los miles que hoy se congregan en las megas iglesias? ¿Son cristianos que realmente están convertidos, que han dejado de practicar el pecado y han optado por la cruz y están dispuestos a ir hasta la muerte por Cristo? Los frutos se deben medir no por la cantidad, sino por la calidad, y si en un mega ministerio se congregan tres mil o más personas, pero ni un cuarto de ella realmente ira al cielo, entonces ese ministerio es UN FRACASO, desde la perspectiva de Dios, que es en definitiva la perspectiva que realmente importa.

El pobre Noé no logró convencer a nadie fuera de su familia, entro solamente él y los suyos junto a los animales una nave que ni siquiera estaba cerca del mar, en un mundo donde jamás había llovido, en una sociedad que no me cabe duda se burlaba de él, quizás él fue la mofa principal en medio de las bodas de aquel tiempo, lo más seguro es que su familia fue el hazme reír de los banquetes sociales, sin embargo, aunque llenos de humillación entraron al arca POR FE, cuando salieron de ella, ninguno de todos lo que blasfemaron de Dios estuvo allí después del aluvión, todos y cada uno de ellos pereció.

Aunque para muchos el ministerio de Noé fue fructífero, él solo hizo lo que Dios le pidió, y por haber obedecido en fe al Señor, pudo salvarse él, su familia, los animales y como consecuencia la raza humana, es decir, por la obediencia de uno, millones hoy pudimos haber nacido en este planeta.

Lo importante de las decisiones que un líder tome, no deben pasar por lo que la gente que lo siga quiere, no deben ser influenciadas tampoco por lo que su corazón le diga, ni necesariamente deben pasar por lo que circunstancialmente sea mejor para la mayoría, sino que sus decisiones deben rigurosamente pasar por si lo que se decide ES O NO LA VOLUNTAD DE DIOS.    

Los miles que Vivian contemporáneamente a Noé y su familia tomaron sus propias decisiones ¿era la voluntad de Dios que ellos se salvaran? Pues claro que si ¿entonces, fracaso Noé y Dios detrás de él por que solo la familia de Noé fue salva? o ¿Podríamos decir que Dios es un mal líder por que no pudo convencer a más de ocho personas antes del diluvio? Pues si los frutos de un liderazgo se miden por la cantidad de gente que se hace adepto de ese líder, Jesús en este mundo es un fracasado (lo digo retóricamente), ya que son muchos más los que no creen en Cristo, que los que si creen, entonces ¿Cómo medimos el éxito de un ministerio? Pues se mide en si ese líder o ministro en lo que hace, está haciendo la voluntad de Dios.

Jehová le dijo a Noé que construyera un Arca ¿lo hizo? SI, ¿la construyo a su manera? NO, la hizo a la manera de Dios, ¿Jehová le dijo que convenciera a sus contemporáneos? Claro que NO, sin embargo, el les predicó y cada uno tomo su decisión.           
En conclusión, si en tu ministerio estas oyendo la voz de Dios, la estas obedeciendo como él te dijo que la obedecieras, y así y todo la gente no se congrega, pues no te sientas fracasado ni uses de métodos mundanos para atraer a la gente, por que el liderazgo cristiano no se mide por la cantidad de personas que se congregan contigo, sino en como tú obedeces a cabalidad la voluntad de tu Señor, recuerda que es Él quien añade a los que han de ser salvos (Hechos 2:47), eso quiere decir que no importando los métodos evangelisticos que uses, o como persuadas a la hermandad para que se congregue, es Cristo quien finalmente añade los miembros a su cuerpo, como Él quiere y cuando Él quiere, esa responsabilidad no es nuestra.

Finalmente debemos comprender que nuestra visión de liderazgo debe cambiar, solo piensa que la iglesia primera no tenia templo, y Cristo jamás les ordeno construir uno, sin embargo, esa iglesia, perseguida, humillada, vituperada, asesinada es el vivo ejemplo de lo que Dios quiere para cada uno de nosotros como el cuerpo de Cristo.

No existe en la historia de la humanidad una iglesia más radiante y más santa que la iglesia primitiva, y sin embargo, el único gran merito de sus lideres fue que cada uno de ellos no busco llenar de prosélitos sus templos, sino, el hacer estrictamente solo la voluntad de Dios.

Un liderazgo con éxito, no es aquel que logra (necesariamente) más adherentes, sino aquel que aunque no los logre, hace exactamente lo que su Señor le mandó.

Dios te bendiga,



Profeta de Dios.
6 nov 2010 |

Dios quiera que te aborrezcan



Juan 15:18-19 Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.

Una de las cosas que casi todas las personas tienen en común es que nunca quieren ser rechazados, a nadie le gusta que le digan ¡¡NO!! Respecto de algo, y es por ello que en muchas casas de este planeta, durante el almuerzo o la cena, de algo que jamás se habla es de política, por que generalmente ese tema nace del fuero más interno del ser humano, de donde están aquellas cosas que uno jamás tranza, y mientras tan solo se charle de cosas superficiales y divertidas, un partidario de extrema izquierda y uno de extrema derecha podrán sonreír juntos en la misma mesa, disfrutando de una agradable comida en una hermosa velada.
Lo mismo pasa con muchas personas respecto de su religión, pueden hablar de un montón de trivialidades que quizás no edifiquen en mucho, a lo más entre personas religiosas se puede hablar respecto de Dios, su amor, su bondad y su misericordia, pero cuando se menciona el nombre de JESÚS, y se apela a que SOLO ÉL es  El Camino, La Verdad y La Vida, entonces es cuando comienzan los problemas, por que como bien se sabe, hablar de Dios no es lo complejo, ya que la perspectiva de Dios está demasiado distorsionada y existen dioses para todos los gustos y tallas, pero cuando hablamos de que Jesús es el Unigénito Hijo de Dios y que fuera de Él no hay salvación para el alma, es cuando nace el conflicto.           Por ello, lo “recomendable” para muchos mientras comen, es no hablar ni de religión ni de política, ya que ello genera conflictos.  Lamentablemente ahora ese pensamiento no solamente esta radicado a las horas del almuerzo, sino también a las del trabajo, en las relaciones con los vecinos, en los horarios de escuela para los estudiantes, y en fin, por una cuestión de “prudencia”, nosotros los que profesamos fe en Jesucristo, por miedo al rechazo, por temor al desprecio, por no querer pagar el precio de que nos lancen una carcajada (en el mejor de los casos) o un garabato a la cara, es que como dijo de Jesús (Mateo 5:15) escondemos nuestra luz bajo un Almud, hasta que se apague.
Que lastima, no entiendo como es posible que hayamos podido negar a Cristo de esa manera, y no tan solo así, por que debemos ser justos y reconocer de que no tan solo hemos fallado a Jesús cerrando nuestros labios y negándolo como nuestro Señor ante los hombres, sino también le hemos negado cuando nuestro mensaje es predicado tan solo a la mitad, ¡¡Si!! Lo hemos hecho ¿Pero cuándo? me dirá alguno, pues cuando solo le decimos a la gente que Jesús les quiere bendecir y no les explicamos que la más grande bendición es que Él nos quiere librar del lago de fuego, sin embargo, por miedo a que nos tilden de “fanáticos religiosos” preferimos tan solo mostrarle el lado “bonito” del mensaje del evangelio, dejando de lado esos “fundamentalismos religiosos” que nos hacen más parecer un talibán que un “cristiano moderno” y lleno de amor.
¿Cómo nos ha podido engañar el diablo de esa manera? Es increíble como le hemos dado lugar al enemigo tratando de maquillar nuestro cristianismo con racionalidades del mundo contemporáneo, para con eso parecernos más al mundo y no tener que pagar el precio del desprecio, ¿es que acaso Jesús no predicó más veces sobre el infierno que sobre el cielo? Entonces ¿con que moral nosotros predicamos más veces sobre el cielo que sobre el infierno? ¿Habremos recibido una Visión mayor que la Cristo? No estoy diciendo con esto que no debemos predicar sobre la esperanza que es Jesucristo, no estoy diciendo tampoco que debemos lapidar a la gente diciéndole que se irán al infierno si no se vuelven evangélicos, sino que no dejando de lado la bendición que es tener a Cristo en la vida, y los beneficios que implica vivir la vida desde la perspectiva cristiana, no deberíamos dejar de lado la gran verdad que está oculta detrás de los beneficios del evangelio, y es que por mucho que nos haga bien Dios en medio de nuestra existencia, el mayor de todos sus beneficios después de su amor, es que gracias a que uno (Cristo) decidió vivir 33 años en santidad plena para morir y resucitar por nosotros, y evitarnos con eso a todos los que creemos en su nombre, el ir eternamente al lago de fuego.         Y ¿Por qué predicar de esta verdad también? por qué ¿Qué sucede con una persona que está llena de beneficios, tiene dinero, salud, una buena familia y una buena “moral”? ¿Creerá esa persona que necesita a Jesús por sus beneficios? Pues claro que no, pero si además de los beneficios de Jesús predicásemos el resto de la verdad aludiendo a que quienes no se acerquen a Él se condenan asimismos a pasar una eternidad en el Lago de Fuego, ¿quizás no sería otra la reacción? Pues ¿Quién lo sabe? Al menos deberíamos no trozar el evangelio con el único interés de no ser rechazados por predicarlo completo.
Una de las cosas que nosotros los cristianos debemos aprender, es que Jesús jamás le temió al rechazo, Él estuvo dispuesto a pagar el precio del desprecio, el estuvo siempre llano a decir toda la verdad aunque aquello le costara la vida.         Tan solo analicemos la escritura ¿la intención de Jesús fue crear una mega iglesia y por ello tranzo en parte su mensaje? Pues claro que no, la objetividad de la biblia muestra como Jesús no tenia ningún tapujo en decir las cosas con el amor que se requiere, pero las cosas tal y como son, Él jamás anduvo buscando la manera de manipular el mensaje que el Padre le había dado, con tal de no ser rechazado por la gente, es así lo que ocurrió en el relato de Lucas 4:18 cuando el Señor da lectura al rollo del profeta Isaías, donde al terminar la lectura dice sobre Él mismo en el versículo 21… Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. Y al final de toda su exhortación, todos los que lo oyeron en la sinagoga se llenaron de ira; y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle. (Versículos 28 y 29).           Wow, que muestra compromiso con la verdad, es que no podía ser de otra forma, si Cristo mismo era la verdad.            Él estuvo dispuesto a poner en riesgo su vida y su reputación al ser tildado de hereje cuando asumió por primera vez en su vida que Él era el Mesías que relataba el profeta Isaías.
Este es tan solo uno de los tantos episodios donde Jesús no mostró ningún tapujo en decir la verdad, aunque ello le resultare incluso en el rechazo de la gente.          Esa es sin duda una de las cosas que más me agrada de Cristo, el hecho de darme cuenta en la objetividad de la biblia que Él jamás anduvo tras las masas, ya que si fuera así, su mensaje derechamente debería haber sido más populista, es así como relata el evangelio de Marcos donde dice que Él llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo,  y tome su cruz, y sígame (8:34).             Claramente este no es el evangelio que hoy se predica en muchas iglesias, este no sería el discurso que motivaría a “recibir a Cristo” en una campaña evangelística de nuestros tiempos, pero sin duda alguna, aunque no sea un mensaje derechamente populista el que llamen a la gente a negarse a hacer su propia voluntad y que tomen la decisión que crucificar todo su ser diariamente en pos de ir detrás del maestro, es EL MENSAJE QUE CRISTO PREDICÓ, y si este es el mensaje que el Dios hecho hombre proclamó a los cuatro vientos aunque eso le costará que muchos de los que le seguían ya no lo hicieran, de todas maneras es EL VERDADERO MENSAJE DEL EVANGELIO, es que es imposible concebir la verdad de las buenas nuevas de una manera diferente, si así fuera seriamos llamados anatema por traer un evangelio que aunque más popular, no es el mensaje que predicó Cristo en la tierra.
Hermanos amados, los cristianos no estamos llamados a ser populares, es inconcebible pensar que desde el día en que nos convertimos al evangelio y por ende hijos de Dios y discípulos de Jesús, podamos creer que seremos amados por el mundo, cuando el mensaje que predicamos es un claro llamado al cambio de vida.
Jesús dijo, si lo hicieron con el árbol seco, así también harán con la rama seca (Lucas 23:31), y déjame recordarte que al árbol verde lo acusaron falsamente, lo condenaron por pecados que no cometió, lo torturaron hasta arrancarle toda la piel y dejar su cuerpo en carne viva, sin contar el dolor por las espinas enterradas en su frente, y terminó humilladamente clavado y desnudado sobre una cruz, eso paso con nuestro Maestro amado (todo por ti y por mi), y si eso le paso al precioso árbol verde, no puedes esperar que todo el mundo te ame por predicar la verdad.
Por otro lado, ese humillado y lastimado árbol verde, cuando todos habían pensado que se habían desecho de Él, sorpresivamente al tercer día resucito, venció a la muerte y hoy está sentado a la diestra del Padre, para su gloria.  Y para su gloria también, todos los que verdaderamente creemos en su nombre, los que le seguimos y amamos incondicionalmente, los que estamos dispuestos a pagar ese desagradable precio del desprecio, resucitaremos juntamente con Cristo (Efesios 2:6) y estaremos con Él para siempre ¡¡Aleluya!!
La única manera en que a ti y a mí no nos desprecien por causa del evangelio verdadero, es que tu y yo decidamos deliberadamente transar los principios del evangelio, en que estemos dispuestos a negar a Cristo, pero no necesariamente con nuestras palabras, sino con nuestros hechos y con nuestro silencio.           Distinto es esperar a predicar el evangelio correcto, en el momento correcto, a no predicar el evangelio o hacerlo predicando uno incompleto.    La verdad es una sola y oírla no cuesta nada, pero vivirla tiene un precio, el precio del desprecio del mundo que sin ningún miramiento crucificaría nuevamente a Cristo con tal de que no le prediquen de santidad y de un cambio de vida.
No le caerás bien a la gente cuando llegue el momento de demostrar que verdaderamente eres cristiano, que no fumaras ni beberás con ellos, que no mentiras como ellos, que no blasfemaras el nombre de Dios como ello, que no fornicaras ni física ni mentalmente junto a ellos y que estás dispuesto a cualquier cosa, incluso ir a la cruz cada día, con tal de seguir en pos de tu Maestro, hermanos a amados quien este dispuesto a hacer todo aquello y más por Cristo, puede disfrutar de la paz que sobrepasa todo entendimiento, por que el tal es digno de autoproclamarse cristiano.
La vida es un conjunto de decisiones que demarcaran nuestro destino, si decido seguir a Jesús debo tener en claro que lo difícil no será empezar la carrera diciendo y viviendo en la verdad, sino que lo difícil estará en mantenerme firme en los principios de la palabra de Dios aunque eso me cueste muy caro o incluso la vida y llegar hasta el final de la carrera habiendo cumplido con vivir santidad y fidelidad a Dios.          Siempre seré yo quien decida, negar a Cristo o la mitad del evangelio y que la gente me ame y que Jesús me niegue a mí, o seguir a Cristo fielmente hasta el final de mi vida aunque eso me cueste que cada persona de este planeta me mire con asco y desprecio, como cuando miraban a Jesús caminar hacia el gólgota, no importa, total lo que el mundo no sabe, es que el camino hacia la crucifixión no es para siempre, sino tan solo parte del proceso que me llevará hacia la vida eterna para estar juntamente con Dios.
Amado por el mundo y aborrecido por Dios, o aborrecido por el mundo y amado por el Señor, al final , solo eres tu el que decide.

Dios te bendiga,
Profeta de Dios.