30 nov 2010 |

Liderazgo ¿fracasado?

1ª Pedro 3:20 los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.

El liderazgo es, sin lugar a dudas, algo inherente en algunas personas, muchas veces vemos a niños pre-escolares con claros dotes de liderazgo, ellos son los que siempre “mandan” en los juegos, los que dirigen el equipo de futbol y a veces (por no decir regularmente) son los preferidos por las niñas, incluso aunque ellos muchas veces no se auto mencionen como quienes lideran cierta actividad, el resto de los niños ve en ellos un alito de seguridad (quizás paternal) que les hace allegarse a estos niños y ponerse bajo su liderazgo.             Quizás alguno discrepara conmigo respecto de esta “visión” de liderazgo innato en algunos niños, pero aunque queramos que todos los niños sean lideres, seria una mentira negar que siempre hay unos que destacan por sobre otros en las distintas áreas, y no estoy diciendo con esto que un niño que cuente con dotes de liderazgo sea necesariamente mejor que otro que no los tenga, sino que existen liderazgos que nacen con la persona, y que no por ello esa persona es superior al resto, sino que simplemente le toca ser participe de una área más preponderante que el resto.

Todo esto sin desmerecer a aquellos niños de más bajo perfil, que no buscan estar al frente de un grupo o que son más calladitos, ya que ellos son tan importantes dentro de un grupo como el mismo líder, ellos son los que ponen el contrapeso a la balanza, y sin lugar a dudas que en su licencioso vivir obtienen muchas veces más sabiduría que aquel vistoso y preponderante líder innato.

El liderazgo es algo necesario en la sociedad, por ello que Dios permite que nazca gente (hombres y mujeres) con esta intrínsica capacidad de dirigir, lo que no deja de lado aquellos que por distintas circunstancias han “tenido” que aprender a liderar algún grupo de personas.              Yo soy de los que cree que con el liderazgo “se nace”, pero que también “se hace”, y que de alguna forma el líder nato no solo debe usar su inscritica capacidad de liderar, sino que también debe aprender (hacerse) un líder completo, cosa que solo la sabiduría de la experiencia le puede entregar.
Por lo tanto el líder que “se hace”, ya sea por las distintas circunstancias que se convierte en líder, no es “peor” líder que aquel que es natamente líder, ya que este último para ser un gran líder debe pasar a su vez por el cedazo de la experiencia que formo al líder que “se hace”.

Sea cual sea la fuente del liderazgo de alguien, existe un objetivo en común que tiene todo líder, y es OBTENER ÉXITO EN LO QUE LIDERA, y es justamente en este objetivo que todo líder tiene en común, donde se producen las más grandes diferencias entre un liderazgo y otro ¿y por qué? Pues por que a pesar de que todo líder quiere llegar a la cúspide más alta del éxito, es la montaña que quiere subir la diferencia entre líder y líder.

Por ejemplo para algunos el éxito de su congregación es obtener una cierta cantidad de templos de su denominación en todo Chile, para otros es que su congregación obtengan la mayor capacidad de ingresos económicos posibles, para otros es que todos tengan un pleno y completo conocimiento teológico, para otros puede ser que a pesar de su ignorancia teológica puedan amarse los unos a los otros, en definitiva todo líder o pastor, tiene un objetivo en su ministerio, objetivo que imparte a su congregación y que anhela que se cumpla en toda su congregación plenamente.

Un líder sin un objetivo, aunque suene fuerte, no es un buen líder, por que ¿Qué clase de marido es el que no sabe si ama o no a su mujer? ¿O que clase de conductor de microbús lleva a sus pasajeros sin un destino predeterminado? O peor aún ¿Qué clase de pastor o líder que tiene almas a cargo, no sabe lo que Cristo quiere para él y el rebaño que se le encargó? Y no digo con esto que no existan momentos donde el pastor debe determinar con mayor claridad la visión que el Señor le da, y que para eso deba detenerse un momento y mirar hacia los montes sin avanzar y buscando el socorro, pues en ese momento el socorro vendrá del Señor que hizo los cielos y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.                De todas maneras un líder no puede pasar toda la vida buscando un objetivo, ya que Dios a pesar de su incalculable paciencia, nunca pierde su tiempo.

Ahora bien ¿es malo tener como objetivo expandir la iglesia en todo Chile, o querer que todos sean prosperados económicamente, o que todos aprendan teología o que sin teología querer que la iglesia se ame mutuamente? Claramente nada de ello es malo en si mismo, el problema ni siquiera radica en las buenas intenciones que cada líder tenga tras su objetivo, el asunto está en que piensa Dios respecto de los objetivos del liderazgo.

Nosotros tendemos a mirar el pastorado u otro ministerio de una manera mundanal, y el liderazgo mundano es en un ciento por ciento distinto a un liderazgo bíblico o cristiano, o al menos debería serlo así.                   Me he percatado de que esto es verdad por que nosotros, los cristianos contemporáneos, medimos el resultado del liderazgo en virtud de los logros materiales que este obtenga, es decir, como en el mundo una empresa fructífera es aquella que logra una gran cantidad de ventas de sus productos, y además abre nuevas sucursales en regiones, y que amplia considerablemente la cantidad de gente que trabaja en ella, entonces nosotros medimos desde ese parámetro el pastorado o liderazgo cristiano, y decimos lo siguiente: ¡¡wow, como esta bendecido ese pastor, su iglesia está llena, sus diezmos se incrementan y está cada años abriendo más iglesias a lo largo de todo el país, realmente ese pastor tiene LA BENDICIÓN DE DIOS!!     ¿Por qué decimos eso? Pues por que hemos sacado el modelo (o patrón) desde el mundo respecto del éxito del liderazgo.

Jesús dijo respecto de esto lo siguiente: …Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor Mateo 20:25-26  esto nos muestra como Jesús mira el liderazgo, el sabe que el mundo determina el “éxito” desde una perspectiva totalmente distinta a como la determina Dios, para el mundo el líder debe ser alguien que tenga total autoridad sobre sus siervos, y que además incremente ese mismo poder y ojala el territorio donde ejerce su poder, es decir, un gran líder es quien logra tener una gran cantidad de gente que le sirve, y un gran terreno donde ejercer su poder, sin embargo, para Cristo el mejor líder no es aquel que logra una cantidad de seguidores, ni obtiene más templos en su nación, sino aquel que es capaz de ser un siervo de Dios y del rebaño que el mismo Dios le otorgo para servir.

Creo que tenemos una visión errónea respecto del liderazgo, y lo demuestran los mismos comentarios que se dan dentro de nuestras iglesias, nosotros decimos: ¡¡Oh, cuanta gente hizo la oración de fe en aquella campaña!! ¡¡Cuantos templos y que sólidos son los de tal denominación!! ¡¡Como Dios usa a aquel pastor que más y más gente se congrega en su iglesia!!, pero creo que Cristo nos pregunta ¿pero cuanta de la gente que hizo la oración de fe, camina en la fe que agrada a Dios hoy día? O ¿en cuantos de esos templos soy yo el diseñador y quien gobierna esa denominación? O ¿Cuánta de esa gente que se congrega con tal pastor, va a la iglesia por que le predican lo que quiere oír y no la verdad del evangelio? ¡¡Que barbaridad!! ¿Cuántas de nuestras obras cuando sean pasadas por fuego se harán cenizas por causa de nuestra mala visión de liderazgo?

Un día Jesucristo dijo a sus discípulos y a quienes le seguían: …Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame (Marcos 8:34) cuando Cristo dijo esto, la cruz no era el símbolo del cristianismo, sino más bien un símbolo de tortura y sufrimiento, y con esto me puedo percatar de dos cosas:
1) que el cristianismo como Jesús quiere que lo vivamos no es un juego, sino una decisión de morir al yo diariamente, y
2) que Jesús no fue un predicador demagogo ni buscaba la mayor cantidad de seguidores que fuera posible.
Cristo vino a la tierra a mostrarnos el camino al Padre, a decirnos la verdad y regalarnos la verdadera vida, y en ninguno de estos elementos entra el pecado, la maldad o el mundo, por lo tanto el éxito de una iglesia y de un pastorado u otro ministerio jamás debe ser leudado por nada de esto.

Este mismo ejemplo lo siguió Noé, su ministerio para muchos no fue un éxito, y desde la perspectiva mundanal fue un perfecto fracaso.                Es tan fácil como calcular que de los miles de seres humanos que existían en el periodo de construyo el arca, solo subieron con él 7 personas a la nave, y el resto de la humanidad pereció bajo el agua.  ¡¡Que fracaso de ministerio!! Dirán algunos (y de hecho lo han dicho), ¡¡su predicación no tuvo éxito!! Dirán otros, pero no importando que diga uno, lo importante es que dice Dios al respecto.


Aquí radica todo el problema del liderazgo contemporáneo, es que hoy solo nos dejamos guiar por algunos preceptos bíblicos mezclados con nuestro sentir y nuestra personal manera de interpretarlos y luego de aquello sacamos una conclusión de cómo debiera ser nuestra manera de liderar y de cómo Dios puede bendecir nuestro ministerio.         Craso error, por que para aquel que es sabio en su propia opinión hay menos esperanza que para el necio (Proverbios 26:12), y el que se deja guiar por su propio corazón se engaña asimismo (Jeremías 17:9), sin embargo, el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre (1º Juan 2:17).Ahora bien, no estoy diciendo con esto que los ministerio que tienen miles de miembros son necesariamente ministerios guiados por el corazón de un hombre y no por el Espíritu Santo, si fuera así, no podríamos decir que los tres mil que se convirtieron en la primera predicación del Apóstol Pedro fueron parte de un ministerio establecido y 100% guiado por Dios, lo que estoy diciendo es que hoy nosotros no podemos medir el resultado del liderazgo cristiano desde la perspectiva mundanal, sino, por el fruto que Dios mismo produce en un ministerio.                 De esos tres mil que se convirtieron con la predica de Pedro, podemos decir que fueron fieles hasta el final, por que ellos sabían que para aceptar que Jesús era el Mesías debían renunciar a su Judaísmo, incluso renunciar a sus propias vidas.



Sin embargo, ¿Qué podemos decir de los miles que hoy se congregan en las megas iglesias? ¿Son cristianos que realmente están convertidos, que han dejado de practicar el pecado y han optado por la cruz y están dispuestos a ir hasta la muerte por Cristo? Los frutos se deben medir no por la cantidad, sino por la calidad, y si en un mega ministerio se congregan tres mil o más personas, pero ni un cuarto de ella realmente ira al cielo, entonces ese ministerio es UN FRACASO, desde la perspectiva de Dios, que es en definitiva la perspectiva que realmente importa.

El pobre Noé no logró convencer a nadie fuera de su familia, entro solamente él y los suyos junto a los animales una nave que ni siquiera estaba cerca del mar, en un mundo donde jamás había llovido, en una sociedad que no me cabe duda se burlaba de él, quizás él fue la mofa principal en medio de las bodas de aquel tiempo, lo más seguro es que su familia fue el hazme reír de los banquetes sociales, sin embargo, aunque llenos de humillación entraron al arca POR FE, cuando salieron de ella, ninguno de todos lo que blasfemaron de Dios estuvo allí después del aluvión, todos y cada uno de ellos pereció.

Aunque para muchos el ministerio de Noé fue fructífero, él solo hizo lo que Dios le pidió, y por haber obedecido en fe al Señor, pudo salvarse él, su familia, los animales y como consecuencia la raza humana, es decir, por la obediencia de uno, millones hoy pudimos haber nacido en este planeta.

Lo importante de las decisiones que un líder tome, no deben pasar por lo que la gente que lo siga quiere, no deben ser influenciadas tampoco por lo que su corazón le diga, ni necesariamente deben pasar por lo que circunstancialmente sea mejor para la mayoría, sino que sus decisiones deben rigurosamente pasar por si lo que se decide ES O NO LA VOLUNTAD DE DIOS.    

Los miles que Vivian contemporáneamente a Noé y su familia tomaron sus propias decisiones ¿era la voluntad de Dios que ellos se salvaran? Pues claro que si ¿entonces, fracaso Noé y Dios detrás de él por que solo la familia de Noé fue salva? o ¿Podríamos decir que Dios es un mal líder por que no pudo convencer a más de ocho personas antes del diluvio? Pues si los frutos de un liderazgo se miden por la cantidad de gente que se hace adepto de ese líder, Jesús en este mundo es un fracasado (lo digo retóricamente), ya que son muchos más los que no creen en Cristo, que los que si creen, entonces ¿Cómo medimos el éxito de un ministerio? Pues se mide en si ese líder o ministro en lo que hace, está haciendo la voluntad de Dios.

Jehová le dijo a Noé que construyera un Arca ¿lo hizo? SI, ¿la construyo a su manera? NO, la hizo a la manera de Dios, ¿Jehová le dijo que convenciera a sus contemporáneos? Claro que NO, sin embargo, el les predicó y cada uno tomo su decisión.           
En conclusión, si en tu ministerio estas oyendo la voz de Dios, la estas obedeciendo como él te dijo que la obedecieras, y así y todo la gente no se congrega, pues no te sientas fracasado ni uses de métodos mundanos para atraer a la gente, por que el liderazgo cristiano no se mide por la cantidad de personas que se congregan contigo, sino en como tú obedeces a cabalidad la voluntad de tu Señor, recuerda que es Él quien añade a los que han de ser salvos (Hechos 2:47), eso quiere decir que no importando los métodos evangelisticos que uses, o como persuadas a la hermandad para que se congregue, es Cristo quien finalmente añade los miembros a su cuerpo, como Él quiere y cuando Él quiere, esa responsabilidad no es nuestra.

Finalmente debemos comprender que nuestra visión de liderazgo debe cambiar, solo piensa que la iglesia primera no tenia templo, y Cristo jamás les ordeno construir uno, sin embargo, esa iglesia, perseguida, humillada, vituperada, asesinada es el vivo ejemplo de lo que Dios quiere para cada uno de nosotros como el cuerpo de Cristo.

No existe en la historia de la humanidad una iglesia más radiante y más santa que la iglesia primitiva, y sin embargo, el único gran merito de sus lideres fue que cada uno de ellos no busco llenar de prosélitos sus templos, sino, el hacer estrictamente solo la voluntad de Dios.

Un liderazgo con éxito, no es aquel que logra (necesariamente) más adherentes, sino aquel que aunque no los logre, hace exactamente lo que su Señor le mandó.

Dios te bendiga,



Profeta de Dios.
6 nov 2010 |

Dios quiera que te aborrezcan



Juan 15:18-19 Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.

Una de las cosas que casi todas las personas tienen en común es que nunca quieren ser rechazados, a nadie le gusta que le digan ¡¡NO!! Respecto de algo, y es por ello que en muchas casas de este planeta, durante el almuerzo o la cena, de algo que jamás se habla es de política, por que generalmente ese tema nace del fuero más interno del ser humano, de donde están aquellas cosas que uno jamás tranza, y mientras tan solo se charle de cosas superficiales y divertidas, un partidario de extrema izquierda y uno de extrema derecha podrán sonreír juntos en la misma mesa, disfrutando de una agradable comida en una hermosa velada.
Lo mismo pasa con muchas personas respecto de su religión, pueden hablar de un montón de trivialidades que quizás no edifiquen en mucho, a lo más entre personas religiosas se puede hablar respecto de Dios, su amor, su bondad y su misericordia, pero cuando se menciona el nombre de JESÚS, y se apela a que SOLO ÉL es  El Camino, La Verdad y La Vida, entonces es cuando comienzan los problemas, por que como bien se sabe, hablar de Dios no es lo complejo, ya que la perspectiva de Dios está demasiado distorsionada y existen dioses para todos los gustos y tallas, pero cuando hablamos de que Jesús es el Unigénito Hijo de Dios y que fuera de Él no hay salvación para el alma, es cuando nace el conflicto.           Por ello, lo “recomendable” para muchos mientras comen, es no hablar ni de religión ni de política, ya que ello genera conflictos.  Lamentablemente ahora ese pensamiento no solamente esta radicado a las horas del almuerzo, sino también a las del trabajo, en las relaciones con los vecinos, en los horarios de escuela para los estudiantes, y en fin, por una cuestión de “prudencia”, nosotros los que profesamos fe en Jesucristo, por miedo al rechazo, por temor al desprecio, por no querer pagar el precio de que nos lancen una carcajada (en el mejor de los casos) o un garabato a la cara, es que como dijo de Jesús (Mateo 5:15) escondemos nuestra luz bajo un Almud, hasta que se apague.
Que lastima, no entiendo como es posible que hayamos podido negar a Cristo de esa manera, y no tan solo así, por que debemos ser justos y reconocer de que no tan solo hemos fallado a Jesús cerrando nuestros labios y negándolo como nuestro Señor ante los hombres, sino también le hemos negado cuando nuestro mensaje es predicado tan solo a la mitad, ¡¡Si!! Lo hemos hecho ¿Pero cuándo? me dirá alguno, pues cuando solo le decimos a la gente que Jesús les quiere bendecir y no les explicamos que la más grande bendición es que Él nos quiere librar del lago de fuego, sin embargo, por miedo a que nos tilden de “fanáticos religiosos” preferimos tan solo mostrarle el lado “bonito” del mensaje del evangelio, dejando de lado esos “fundamentalismos religiosos” que nos hacen más parecer un talibán que un “cristiano moderno” y lleno de amor.
¿Cómo nos ha podido engañar el diablo de esa manera? Es increíble como le hemos dado lugar al enemigo tratando de maquillar nuestro cristianismo con racionalidades del mundo contemporáneo, para con eso parecernos más al mundo y no tener que pagar el precio del desprecio, ¿es que acaso Jesús no predicó más veces sobre el infierno que sobre el cielo? Entonces ¿con que moral nosotros predicamos más veces sobre el cielo que sobre el infierno? ¿Habremos recibido una Visión mayor que la Cristo? No estoy diciendo con esto que no debemos predicar sobre la esperanza que es Jesucristo, no estoy diciendo tampoco que debemos lapidar a la gente diciéndole que se irán al infierno si no se vuelven evangélicos, sino que no dejando de lado la bendición que es tener a Cristo en la vida, y los beneficios que implica vivir la vida desde la perspectiva cristiana, no deberíamos dejar de lado la gran verdad que está oculta detrás de los beneficios del evangelio, y es que por mucho que nos haga bien Dios en medio de nuestra existencia, el mayor de todos sus beneficios después de su amor, es que gracias a que uno (Cristo) decidió vivir 33 años en santidad plena para morir y resucitar por nosotros, y evitarnos con eso a todos los que creemos en su nombre, el ir eternamente al lago de fuego.         Y ¿Por qué predicar de esta verdad también? por qué ¿Qué sucede con una persona que está llena de beneficios, tiene dinero, salud, una buena familia y una buena “moral”? ¿Creerá esa persona que necesita a Jesús por sus beneficios? Pues claro que no, pero si además de los beneficios de Jesús predicásemos el resto de la verdad aludiendo a que quienes no se acerquen a Él se condenan asimismos a pasar una eternidad en el Lago de Fuego, ¿quizás no sería otra la reacción? Pues ¿Quién lo sabe? Al menos deberíamos no trozar el evangelio con el único interés de no ser rechazados por predicarlo completo.
Una de las cosas que nosotros los cristianos debemos aprender, es que Jesús jamás le temió al rechazo, Él estuvo dispuesto a pagar el precio del desprecio, el estuvo siempre llano a decir toda la verdad aunque aquello le costara la vida.         Tan solo analicemos la escritura ¿la intención de Jesús fue crear una mega iglesia y por ello tranzo en parte su mensaje? Pues claro que no, la objetividad de la biblia muestra como Jesús no tenia ningún tapujo en decir las cosas con el amor que se requiere, pero las cosas tal y como son, Él jamás anduvo buscando la manera de manipular el mensaje que el Padre le había dado, con tal de no ser rechazado por la gente, es así lo que ocurrió en el relato de Lucas 4:18 cuando el Señor da lectura al rollo del profeta Isaías, donde al terminar la lectura dice sobre Él mismo en el versículo 21… Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. Y al final de toda su exhortación, todos los que lo oyeron en la sinagoga se llenaron de ira; y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle. (Versículos 28 y 29).           Wow, que muestra compromiso con la verdad, es que no podía ser de otra forma, si Cristo mismo era la verdad.            Él estuvo dispuesto a poner en riesgo su vida y su reputación al ser tildado de hereje cuando asumió por primera vez en su vida que Él era el Mesías que relataba el profeta Isaías.
Este es tan solo uno de los tantos episodios donde Jesús no mostró ningún tapujo en decir la verdad, aunque ello le resultare incluso en el rechazo de la gente.          Esa es sin duda una de las cosas que más me agrada de Cristo, el hecho de darme cuenta en la objetividad de la biblia que Él jamás anduvo tras las masas, ya que si fuera así, su mensaje derechamente debería haber sido más populista, es así como relata el evangelio de Marcos donde dice que Él llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo,  y tome su cruz, y sígame (8:34).             Claramente este no es el evangelio que hoy se predica en muchas iglesias, este no sería el discurso que motivaría a “recibir a Cristo” en una campaña evangelística de nuestros tiempos, pero sin duda alguna, aunque no sea un mensaje derechamente populista el que llamen a la gente a negarse a hacer su propia voluntad y que tomen la decisión que crucificar todo su ser diariamente en pos de ir detrás del maestro, es EL MENSAJE QUE CRISTO PREDICÓ, y si este es el mensaje que el Dios hecho hombre proclamó a los cuatro vientos aunque eso le costará que muchos de los que le seguían ya no lo hicieran, de todas maneras es EL VERDADERO MENSAJE DEL EVANGELIO, es que es imposible concebir la verdad de las buenas nuevas de una manera diferente, si así fuera seriamos llamados anatema por traer un evangelio que aunque más popular, no es el mensaje que predicó Cristo en la tierra.
Hermanos amados, los cristianos no estamos llamados a ser populares, es inconcebible pensar que desde el día en que nos convertimos al evangelio y por ende hijos de Dios y discípulos de Jesús, podamos creer que seremos amados por el mundo, cuando el mensaje que predicamos es un claro llamado al cambio de vida.
Jesús dijo, si lo hicieron con el árbol seco, así también harán con la rama seca (Lucas 23:31), y déjame recordarte que al árbol verde lo acusaron falsamente, lo condenaron por pecados que no cometió, lo torturaron hasta arrancarle toda la piel y dejar su cuerpo en carne viva, sin contar el dolor por las espinas enterradas en su frente, y terminó humilladamente clavado y desnudado sobre una cruz, eso paso con nuestro Maestro amado (todo por ti y por mi), y si eso le paso al precioso árbol verde, no puedes esperar que todo el mundo te ame por predicar la verdad.
Por otro lado, ese humillado y lastimado árbol verde, cuando todos habían pensado que se habían desecho de Él, sorpresivamente al tercer día resucito, venció a la muerte y hoy está sentado a la diestra del Padre, para su gloria.  Y para su gloria también, todos los que verdaderamente creemos en su nombre, los que le seguimos y amamos incondicionalmente, los que estamos dispuestos a pagar ese desagradable precio del desprecio, resucitaremos juntamente con Cristo (Efesios 2:6) y estaremos con Él para siempre ¡¡Aleluya!!
La única manera en que a ti y a mí no nos desprecien por causa del evangelio verdadero, es que tu y yo decidamos deliberadamente transar los principios del evangelio, en que estemos dispuestos a negar a Cristo, pero no necesariamente con nuestras palabras, sino con nuestros hechos y con nuestro silencio.           Distinto es esperar a predicar el evangelio correcto, en el momento correcto, a no predicar el evangelio o hacerlo predicando uno incompleto.    La verdad es una sola y oírla no cuesta nada, pero vivirla tiene un precio, el precio del desprecio del mundo que sin ningún miramiento crucificaría nuevamente a Cristo con tal de que no le prediquen de santidad y de un cambio de vida.
No le caerás bien a la gente cuando llegue el momento de demostrar que verdaderamente eres cristiano, que no fumaras ni beberás con ellos, que no mentiras como ellos, que no blasfemaras el nombre de Dios como ello, que no fornicaras ni física ni mentalmente junto a ellos y que estás dispuesto a cualquier cosa, incluso ir a la cruz cada día, con tal de seguir en pos de tu Maestro, hermanos a amados quien este dispuesto a hacer todo aquello y más por Cristo, puede disfrutar de la paz que sobrepasa todo entendimiento, por que el tal es digno de autoproclamarse cristiano.
La vida es un conjunto de decisiones que demarcaran nuestro destino, si decido seguir a Jesús debo tener en claro que lo difícil no será empezar la carrera diciendo y viviendo en la verdad, sino que lo difícil estará en mantenerme firme en los principios de la palabra de Dios aunque eso me cueste muy caro o incluso la vida y llegar hasta el final de la carrera habiendo cumplido con vivir santidad y fidelidad a Dios.          Siempre seré yo quien decida, negar a Cristo o la mitad del evangelio y que la gente me ame y que Jesús me niegue a mí, o seguir a Cristo fielmente hasta el final de mi vida aunque eso me cueste que cada persona de este planeta me mire con asco y desprecio, como cuando miraban a Jesús caminar hacia el gólgota, no importa, total lo que el mundo no sabe, es que el camino hacia la crucifixión no es para siempre, sino tan solo parte del proceso que me llevará hacia la vida eterna para estar juntamente con Dios.
Amado por el mundo y aborrecido por Dios, o aborrecido por el mundo y amado por el Señor, al final , solo eres tu el que decide.

Dios te bendiga,
Profeta de Dios.
 
27 oct 2010 |

Hay fidelidades que matan


2ª Samuel 1:23 Saúl y Jonatán, amados y queridos; Inseparables en su vida, tampoco en su muerte fueron separados; Más ligeros eran que águilas, Más fuertes que leones.

La fidelidad es una virtud muy escasa en estos días, y no tan solo la fidelidad entre las personas y sus relaciones, sino también la fidelidad de las cosas, hoy por hoy en el mundo todo se ha vuelto desechable y por ende todo también a perdido su valor, es así como un par de zapatos hoy cuestan considerablemente menos que hace 30 años atrás, y eso por que también su calidad es inferior a la calidad de hace 30 años atrás, y por ende la fidelidad de ese producto es también muy inferior que la fidelidad del producto de antaño. Pasa también con la cinematografía, un estreno en el cine cuesta aproximadamente unos $3.500.- por persona, y el mismo estreno en una feria persa, cuesta $1.000.- en un disco dvd que fácilmente puede contener más que un solo estreno, y que puede ver mucho más que tan solo una persona y muchas más veces que una sola vez, con la única diferencia que la calidad de la imagen y del audio se ven notoriamente corrompidos, por causa de la fidelidad del origen de la película, es decir, esta copia no es fiel al original.


La fidelidad es algo de lo cual casi toda la humanidad carece hoy en día, es muy difícil encontrar dentro de las filas del mundo, a un marido que sea 100% fiel a su esposa, y quizás no ha tenido la “valentía” para ser infiel físicamente, pero incluso desde antes de casarse, ya le era infiel con el pensamiento y en su corazón ya mantenía relaciones sexuales con mujeres extrañas, alguno me dirá ¡¡pero que exagerado, si mirar no es malo!! Claro que mirar no es malo, el problema está en la codicia que promueve esa mirada, y en todo caso no seria yo el exagerado, sino Jesús al decir en Mateo 5:28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón, y si Jesús es la verdad, esto es verdad.

De todas maneras la infidelidad es la marca de los hombres de los últimos tiempos, en 2ª Timoteo 3:1 al 4, declara está característica como el carácter de los hombres en los postreros días 1 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos… 4 traidores… Todo esto demuestra que para Dios no es nada nuevo el tema de la infidelidad en el hombre, y no tan solo matrimonial, sino en todo sentido, en la amistad, en el trabajo, en la familia, etc., y desgraciadamente, para nosotros tampoco debiese ser algo que nos asombre, sino más bien debemos estar prevenidos que como a Cristo, a todo fiel cristiano, el diablo pondrá en su camino un Judas, alguien que un principio quizás vendrá a nosotros como un buen amigo, como un hermano en la fe, como alguien en quien podamos confiar y terminará entregándonos por un miserable precio en manos de quienes buscan nuestra muerte.
Lastimosamente nosotros también somos llamados a cuidarnos de nosotros mismos por causa de la traición, es que la carne aún no nos ha abandonado, ni lo hará hasta que Cristo nos transforme (1ª Corintios 15:52) y mientras eso no ocurra, nosotros, al igual que los doce apóstoles, seremos tentados a traicionar a nuestro Señor, siendo faltos a nuestra fidelidad, ¿y como puede ocurrir eso? Pues la infidelidad está más cerca de lo que creemos, el “simple” hecho de decidir por nosotros mismos sin tomar en cuenta su opinión, es más que suficiente para pasar por alto la declaración de fe que hicimos un día al declarar a Jesús como el Señor de toda nuestra vida, lo tal seria como engañar a mi mujer y transgredir el pacto de fidelidad que hice con ella en el altar, prometiendo serle fiel incluso con el pensamiento, de esa manera, si yo opto pasar por alto al Señor en una decisión soy falto a mi pacto con él de ser su siervo hasta más allá de la muerte.

Gracias al Señor que así como su amor por mí, no pasa en nada de mi amor por él, así tampoco su fidelidad hacía mí pasa en nada de mi fidelidad hacia él ¡¡Gracias Señor!! ya que si fuera así, muchas de las bendiciones de las que hoy gozo no las tendría junto a mí, por que aunque yo haya sido infiel el no puede negar su naturaleza fidedigna, 2ª Timoteo 2:13 Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo… Insisto ¡¡Gracias Señor!! Por que si no fuera por tu fidelidad, yo hoy no estaría aquí.
Ahora bien ¿quiere decir que no importa cuan infiel seamos al Señor, él de todas maneras cumplirá sus promesas para mi vida? Clara y rotundamente NO, por que una cosa no quita la otra, ya que la misma escritura que dice que Dios que es fiel a pesar de nuestra infidelidad (por causa de nuestra naturaleza no de nuestra decisión)  dice también No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Gálatas 6:7… por lo tanto, si el Señor es fiel a pesar de nuestra infidelidad ¿no te motiva ese amor y esa misma fidelidad a ser fiel a tu Señor? Pues si eso no te impulsa a ser fiel a Cristo, entonces no amas al Señor verdaderamente.

La palabra fidelidad, también se traduce como digno de confianza, y eso es justamente lo que el humano promedio no puede ofrecer, confianza, y no digo no quiere, sino que no puede, por que para el hombre natural ser infiel es parte de su naturaleza, así como el pez nada toda la vida sin necesidad de salir a flote para buscar aire, por que su naturaleza le otorga está virtud, así también el defecto de la naturaleza del hombre caído es la falta de fidelidad, y no digo con esto que en parte el hombre no puede ser fiel, pero ¿Qué clase de confianza puede ofrecer un hombre a su esposa, si de 100 mujeres que se le ofrecieron, el dijo a 99 mujeres que no seria infiel, pero con una si lo fue? ¿Podrá la esposa confiar plenamente en su esposo? Es cuestión de lógica solamente, alguien que no puede ofrecer un 100% de fidelidad, tampoco puede ser digno de nuestra confianza, y no por que no queramos confiar, sino por que no podemos ser tan irresponsables en confiar en alguien que no es 100% infalible.

Entonces, si el hombre por naturaleza es infiel ¿en quien podemos confiar? Decir que en Dios nos podría llevar a la ambigüedad, no por que Dios no sea fiel, sino por que la fidelidad de Dios se debe mostrar a través algo palpable, y eso en esta tierra se llama IGLESIA.                        Por todo ello, no importa si el mundo es infiel y por ende indigno de confianza, lo realmente gravoso es cuando la luz Dios que debiese estar iluminando a través de la iglesia, se ve opacada por nuestra falta de integridad, allí es cuando el mundo se encuentra en problemas, cuando la única fuente de luz que puede resplandecer en las tinieblas se ve más opaca que radiante, por causa que el concepto de fidelidad hacia Dios se ve trastocado por la naturaleza caída (la carne) y la confianza que el cristiano debiese expeler como fragancia, comienza a tomar un olor más a traición y desconfianza, que fidelidad e integridad.
Nosotros debemos ser fieles e íntegros, no en un 80% ni aún en un 99%, sino en plenitud y totalidad, en Cristo no deben existir términos medios, o somos realmente fieles e íntegros o simplemente no lo somos.

¿Quiere decir esto que si yo falle una vez, Dios me desechará? Claro que no, Dios es amor y donde abundo el pecado sobreabundo la gracia (siempre que haya un genuino arrepentimiento), pero sinceramente creo que por causa de la infidelidad hacia Dios, muchas veces Él mismo se ve limitado a poder entregarnos todo lo que Él tenía planeado para nosotros, eso fue lo que Jehová dijo a David cuando fue descubierto su pecado 2ª Samuel 12:8 y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más.
Muchas veces nuestro pecado e infidelidad a Dios, hace que el mundo blasfeme contra Dios, y Dios mismo que no mal gasta sus recursos se ve limitado por nuestra falta de integridad, esto quiere decir, que a pesar de que Él es fiel aún en nuestra infidelidad, el podría abrir mucho más los cielos sobre nosotros, si nuestra integridad y confianza no se viera leudada por nuestra antigua y pecaminosa manera de vivir.           Mientras más fieles seamos a Dios, más testimonio daremos ante el mundo de SU FIDELIDAD y por ende Dios tendrá la libertad bendecirnos mucho más de lo que nos ha bendecido.

Ahora, como la infidelidad es la marca del hombre postrero, la fidelidad debe ser la marca del hombre cristiano, la integridad y la confianza deben ser características de nuestra naturaleza adquirida (la espiritual) y por ende de nuestra manera de vivir, debemos ser fieles a nuestros cónyuges, a nuestros hijos, a nuestros hermanos en la fe, a nuestros familiares y amigos, a nuestros compañeros de trabajo y a nuestros jefes, debemos ser fieles a nuestra iglesia y por sobre todo esto debemos ser incomparablemente fieles a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, la fidelidad debe (como dije antes) expelernos por los poros, no tan solo por una cuestión de testimonio, sino por sobre todo por una cuestión de amor a Dios, ya que si el es fiel a nosotros, lo mínimo es que nosotros seamos fiel a Él.       
Un ejemplo de fidelidad en la biblia, es el que da Jonatán hacia su Padre, 2º de Samuel 1:23 dice de Jonatán y Saúl que eran inseparables en su vida, y que también fueron inseparables en su muerte, es decir, Jonatán fue fiel a su Padre incluso hasta la muerte, él no estuvo dispuesto a “traicionar” a su padre en ningún momento, e incluso cuando su padre decidió traicionar a Jehová, él estuvo fielmente al lado de Saúl, y no critico su actuar.

Eso es fidelidad, ciega y mal enfocada, pero fidelidad al fin y al cabo, y eso es lo que hay que rescatar.

Ahora bien, esto también nos hace preguntarnos ¿hasta donde debe llegar nuestra fidelidad? ¿A que grado debe llegar mi fidelidad con alguien? Pues claramente debemos ser fieles en todo y con todos, pero hay que definir a quien realmente somos fieles, si a los hombres por sobre Dios o si a Dios por sobre los hombres, es decir, ¿seré yo fiel a mi jefe cuando el me pide que truquee documentos con el fin de estafar al fisco? O ¿seré yo fiel a mi pastor cuando lo vea en una relación indecorosa con una mujer que no es su esposa? ¿Seré yo fiel a un hermano tapándole sus fechorías? ¿Seré fiel a mi iglesia si se dedica a aceptar el pecado como si fuera Santidad y a rechazar la Santidad como si fuera pecado? ¿Seré fiel yo a mi cónyuge cuando eso implica ser infiel a la palabra y al Señor? La fidelidad a pesar de que carece en estos días, y debe sobreabundar en nosotros como cristianos, definitivamente debemos considerar hasta que grado debemos ser fieles y a quien debemos serlo.

Jonatán tenia un buen corazón, él amó entrañablemente a David e hizo pacto con él respecto de su descendencia (1ª Samuel 20:14-16), de hecho fue él mismo quien corroboro a David que su Padre Saúl quería asesinarlo (1ª Samuel 20:41-42) pero a pesar del amor que tuvo hacia David, fue mayor su fidelidad hacia Saúl, y por ello aunque Saúl quería matar al (en ese entonces) ungido de Jehová, Jonatán no fue capaz de dejar a su padre y seguir a David junto con los muchos que le siguieron.       Quizás el futuro de Jonatán hubiera sido distinto si en un acto de verdadera fidelidad a Dios, hubiese increpado a su padre cuando este comenzó a falta a su fidelidad a Jehová, o si se hubiese notoriamente opuesto las muchas veces que quiso matar a David, y mucha más fidelidad hubiera mostrado a Dios si en vez de seguir bajo el pésimo liderazgo de Saúl, que iba claramente en decadencia y de mal en peor y hubiera seguido a su tan amado David para ponerse bajo su cobertura, que sin duda alguna digo, era la cobertura de Dios.
¿Cuántas personas hoy están bajo una cobertura que fue desechada por Dios, y sin embargo, aún viendo sus malos frutos, siguen fieles a ese liderazgo? Que desgracia, si sabiendo hacer lo bueno y no lo hago, me es contado por pecado (Santiago 4:17), y si viendo con mis propios ojos que la cobertura de mi congregación no es la cobertura de Dios ¿Qué estoy haciendo allí? Es que el mundo nos ha distorsionado la visión espiritual, y por ende asimilamos el tener un templo, ser parte de una corporación, o ser miembro de algo que ya esta formado, como si eso fuera necesariamente la cobertura del Señor, ¡¡Que mal enfocado esta el lente de nuestra visión!! ¿Qué acaso la más grande iglesia de la historia de la humanidad (la Iglesia primitiva) tenia templo? ¿Qué acaso la iglesia primera tenia la venia del gobierno para predicar con libertad? ¿Qué acaso la iglesia primera se destacaba por llenar sus bancas con fieles como Ananías, Safira y Simón el mago? Que mala visión, y es justamente esa mala visión la que nos a trastocado la verdadera prioridad en cuando a quien realmente debemos ser fieles ¿a nuestro pastor o líder a pesar de que se que no esta haciendo la obra guiado por Dios? O ¿a Dios aunque eso me salir de la obra y dejar mi liderazgo?

Por ultimo me pregunto ¿Cuántas bendiciones se perdió Jonatán por no haber dejado a Saúl? Pues considero que muchas bendiciones, pero no por causa de no ser fiel, sino por serlo pero con la persona incorrecta, y por ende hasta hoy solo se recuerda a Jonatán como el muy amado amigo de David, que murió junto a su padre apostata y que dejo como herencia a un hijo parapléjico (2ª Samuel 4:4) (lo digo con respeto y pena) Quizás que historia se hubiera escrito de él, si su fidelidad hubiese sido clara y violentamente hacia David.

Sinceramente creo que Dios tiene mucho más para cada uno de nosotros, pero por causa de que muchas veces nuestra fidelidad se encuentra mal enfocada, es que Dios no nos puede bendecir como Él quisiera, y corremos el serio peligro de perdernos del propósito que Él trazó para nuestras vidas, y terminar abruptamente muerto en medio de una batalla con un Líder que Dios desecho hace demasiado tiempo ya.
Jesucristo nos ama, y anhela de hacer de nosotros esa iglesia sin mancha ni arruga ni cosa semejante, pero eso no ocurrirá mientras no tengamos en claro y bien definido que nuestra fidelidad no es primero para con un hombre, ni para con una iglesia en particular, ni para con una organización, sino que nuestra primera fidelidad es para con Dios y su palabra, y cuando aquellas dos figuras sean transgredidas yo tengo solo tengo dos opciones, o quedarme hasta la muerte espiritual junto con el que decidió traicionar a Dios, o marchar firme y adelante junto con el precioso Hijo de David (Jesús) sabiendo que junto a Él estoy siendo fiel a Dios verdaderamente.

Dios te bendiga,
Profeta de Dios.


*algunas ideas rescatadas del sermón “debes dejar a Saúl” de David Greco.





8 oct 2010 |

Mi justicia V/S La Justicia de Dios


Mateo 5:20 Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Considero que respecto a la justicia bíblica, existe una mala interpretación, ya que se cree comúnmente que cuando hemos confesado a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, entonces el nos reviste de su propia justicia y por ende podemos ser llamados SALVOS, y si bien eso es bíblicamente correcto (Romanos 3:22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él...) y ¡¡Gracias al Señor por que es así!! Aquella justicia nos cubre de la injusticia que proviene de la naturaleza caída que radica en nosotros, y solo se mantiene como un manto sobre nosotros, mientras cada uno de nosotros se mantenga dentro de la Gracia de Dios.

El sacrificio de Jesús por nosotros, nos abrió una puerta que nadie podía haber abierto jamás, ya que si bien la Ley vino a mostrarnos lo correcto, sometida nuestra naturaleza caída a tales divinos preceptos, era imposible que un humano pudiese hallar justicia por la Ley, sino más bien la Ley encerró en nuestra naturaleza carnal (y caída) todo el pecado, por ello que el que vive conforme a la carne, la misma Ley lo condena eternamente Romanos 8:3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;      por todo ello, el hombre no puede ser justificado jamás por sus obras, sino por la fe en Jesucristo Romanos 3:28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.
Debemos dar infinitas gracias al Padre por habernos dado a su Hijo, ya que de otra manera hubiera sido imposible que nuestra justicia alcanzara el estándar que se necesita para llegar al cielo.
Ahora, si bien Cristo no justifico metiéndonos dentro de su justicia, logrando que el Padre nos mirara atraves de él (2ª Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él), ¿Qué hay de aquellas actitudes injustas que aún tenemos? ¿El sacrificio de Cristo cubrió todas nuestras injusticias pasadas y las futuras también? es imperante tener muy en claro que Dios nos perdonó en Cristo Jesús, todas y cada una de las faltas, errores y pecados que cometimos hasta el día que con nuestros labios lo confesamos como nuestro Señor y Salvador (Colosenses 2:14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz), pero también es importante destacar que esa acta clavada en la cruz no es por los pecados que cometamos después de haberle confesado como nuestro salvador, ya que si fuera así, ¿no sería demasiado fácil el cristianismo? Osea los cristianos del primer siglo que morían en el circo romano, tan solo debían negar (pecando) a Jesucristo como Dios y confesar a Cesar como dios, y eso era todo, quedaban libres de la hoguera o de las fauces de los leones, y como Jesús perdonó los pecados pasados y futuros, entonces no importa a quien confiesen como Señor, de igual manera serian salvos ¿es así verdaderamente?.          Aquí es donde entra lo que se denomina “nuestra propia justicia”.
Si bien todos los que hemos confesado a Jesús como Señor, hemos sido revestido de su justicia, y por ende, no importa cuantas cosas buenas yo haga, jamás habría alcanzado la salvación por mismo, pero, aquello no es sinónimo de que mi justicia (la que yo realizo bajo mi voluntad) no tenga nada que ver con mi salvación, tal seria entonces que yo podría pecar deliberadamente el resto de mi vida y luego al morir Jesús me diría “bien hecho siervo fiel…” ¿es así de fácil el cristianismo? Es decir ¿podemos cometer actos injustos e incluso vivir de una manera tal que ni pareciera cristiano y de igual forma ir al cielo? Pues creo que ningún versículo de la biblia avalaría eso.
Debemos tener muy en claro que la Gracia derramada por Dios en Cristo Jesús y sobre nosotros es quien nos mantiene en la salvación, pero también debemos entender que la Gracia por si sola no tiene efecto alguno, es nuestro sincero arrepentimiento el que permite a la Gracia obrar en nosotros, esto quiere decir, que para que la justicia de Cristo nos revista debe haber en nosotros un sincero cambio de actitud, de lo contrario estamos inundados de nuestra propia injusticia y nuestro final no será el cielo.
De la misma manera, una vez que Cristo hace morada por la fe en mi corazón, su justicia no puede cubrir un pecado no arrepentido, no puede ejercer su gracia en aquellas cosas que no son tropiezos en mi caminar cristiano, sino aquellos pecados deliberados, que debo decir no siempre son pecados visibles, no siempre son pecados que se puedan oler, si las obras de la carne no son solamente la fornicación ni el adulterio, que claramente no son tampoco tropiezos, sino maquinaciones de la naturaleza caída aun obrando en nuestros miembros, y que sembrando el pecado en nuestro corazón, cuando nuestra voluntad cede ante la baja pasión, da como consecuencia el pecado, y el pecado como resultado LA MUERTE (Santiago 1:14-15), pero no todos los pecados son así de visibles, las enemistades, los pleitos, los celos, las iras, las contiendas, las disensiones y las envidias también son parte de las obras de nuestra carne (Gálatas 5:21) y tales cosas, hoy muchos de los que se autoproclaman cristianos las cometen como si no vivieran en el temor de Dios, como si la sangre de Cristo fuera simplemente una cosa barata que se arroja sobre cualquier inmundicia de nuestra vida, cubriendo maldades y pecados que no han pasado por el proceso del genuino arrepentimiento.

La justicia de Dios no puede cubrir la injusticia no arrepentida del hombre, la puerta de la salvación está abierta y cualquiera que quiera cruzarla puede hacerlo, pero jamás podrá hacerlo si lleva en sus lomos un saco de injusticia, y si no está vestido para caminar en el camino de la verdad, por ello es necesario dejar en la puerta la inmundicia de nuestra maldad y pedirle al único Justo (Cristo) que nos revista de su santidad y provea el perdón de nuestros pecados, por ello que hoy ni tu ni yo podemos darnos el lujo de volver a llenarnos nuevamente de injusticia alguna, y quizás tu dirás ¡¡pero si yo cuido mis ojos, cuido mis manos, cuido mis labios de toda maledicencia, diezmo de todo lo que tengo!! Entonces cosa buena haces, no solo agradable para Dios, sino también muy buena para ti, pero ¿acaso los fariseos no hacían lo mismo? Ellos meticulosamente diezmaban el porcentaje exacto de la menta, del eneldo y del comino, y cuidaban con precisión de toda contaminación la pureza de sus cuerpos, y todo eso estaba bien (si se hacia con un buen corazón) pero no por el hecho de hacer todo eso bueno, era justificable dejar de hacer justicia y misericordia, y e aquí el problema de nuestra propia justicia. Isaías 64:6 dice respecto a esto… y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia… esto (en parte) quiere decir que la naturaleza del hombre, estima como justicia lo que la naturaleza divina estima como inmundo.        Que manera de contrastar una naturaleza con la otra, Dios mira como un asqueroso trapo que se usa para limpiar el W.C., lo que para nosotros es lo equitativamente correcto, es decir, una mujer embarazada en un país donde el aborto es legal, podría decir ¡¡estoy en todo mi derecho, voy a abortar, la “justicia” me lo permite!! Y Dios por otro lado está diciendo: ¡¡esa actitud me huele como un trapo inundado de excremento!! y sin ir más lejos, nuestras envidias, nuestras iras, nuestras enemistades, nuestros pleitos, disensiones y contiendas que a nosotros nos parecen justas, son tan malolientes como el mencionado aborto.    Y no digo con esto que la ira en si sea pecado, por que si así lo fuera Dios mismo sería pecador (Apocalipsis 19:15), y la misma escritura declara que la ira puede ser una expresión de nuestro sentir, pero no debe culminar siendo un pecado (Efesios 4:26), pero cuando la ira o la enemistad (Santiago 4:4) no provienen de Dios, sino del corazón corrompido del hombre, entonces en cada actitud obrará la injusticia humana, y la preciosa justicia de Jesús no nos cubrirá de  aquello.      

Es que debemos analizar ¿Jesús puede cubrir con su sangre un corazón que esta lleno de envidia? ¿Puede acaso la Sangre de Cristo limpiar un corazón lleno de disensiones y que no se arrepentido? Entonces ¿Qué hacemos codiciando la mujer, el auto, los hijos y/o el ministerio ajeno? ¿Qué hacemos provocando la división entre los hermanos cuando una decisión del pastor a mi no me pareció bien? ¿Qué hacen los pastores queriendo sobresaltar por sobre otros, aludiendo a su cantidad de ovejas, a la calidad de su templo, o a la cantidad de iglesias que tienen en Chile o en el mundo? ¿Qué hacen los cristianos codiciando los bienes mundanos o mintiendo para conseguir beneficios del estado? Wow ¿yo pensaba que mientras no fornicará, no adulterará y no robará grandes cosas mi justicia en Cristo estaba completa? Pues ese es el error, creer que Cristo ya lo hizo todo, incluyendo el perdón por las injusticias pasadas y futuras, y por ese error muchos hoy viven un cristianismo mundanal, lleno de injusticia y pecado, sin buscar vivir en la santidad que demanda el verdadero cristianismo que el evangelio demanda.

Jesús para los Fariseos era un comilón y bebedor de vino, amigo de prostitutas y de cobradores de impuestos, blasfemo por sanar en sábado y hereje por perdonar a mujeres adulteras en vez de apedrearlas, en definitiva el Señor para ellos no pasaba la vara de justicia que sus tradiciones y mala interpretación de la Ley les imponía.

Ahora bien, cada cristiano contemporáneo tiene en común el rechazo por esta secta por su comportamiento egoísta y “legalista”, pero considero que nosotros debemos analizar que su justicia (la de los fariseos) en muchas ocasiones no dista de la nuestra, quizás si hoy Cristo caminara como hombre nuevamente en medio de nosotros, con su pensamiento libertador, nos acusaría de ser (al igual que los fariseos) faltos de misericordia, egoístas, mentirosos, avarientos y ególatras, buscadores del bien propio y sin nada de empatía ¿es que no es eso lo que demostramos cuando caminamos por la calle y una viuda o un huérfano nos pide una limosna? En nuestro corazón no hay una dadiva, quizás la hay de vez en cuando en nuestro bolsillo, pero quizás ni aún esa dadiva somos capaces de entregar.   ¿Cuántas veces tú y yo dentro del templo somos blancas palomas, llenos de amor por Dios, llenos de amor por nuestros bañados y bien olientes hermanos? Pero saliendo del templo, durante la semana laboral ¿Cuántas veces hemos rechazado al mendigo que huele a cloaca y que humildemente nos pide una moneda para paliar su miserable existencia? ¡¡Oh Dios mío, perdóname a mí!! ¿Cuántas veces quizás le hemos cerrado la puerta de nuestra casa a esa persona que verdaderamente necesita algo de mercadería para sus hijos, y en eso le hemos cerrado la puerta de nuestra casa a Jesús? ¿Cuántas veces le hemos negado la misericordia a quien verdaderamente la necesita y le hemos redundado en bendiciones a personas que jamás se interesarían por el evangelio de salvación? Creo que muchas veces nuestra justicia no ha sido mejor que la de los fariseos, y si no piensan así ¿Por qué cuando alguien llega bien vestido a nuestro templo, le cedemos nuestro mejor asiento, y sin embargo, cuando llega alguien que en su vestir es mucho más humilde o es notorio que vive en la calle y le sentamos al último para que no “moleste” a ningún hermano y ojala se vaya pronto?     Que bueno que diezmemos, que bueno que adoremos en espíritu y en verdad, que bueno que nos congreguemos, que bueno que nos guardemos de toda fornicación, adulterio y lascivia, todo esto es necesario hacer, pero sin dejar de hacer misericordia y justicia.           Creo que nuestras justicias, muchas veces no han sido mejores que las de los fariseos, por lo tanto, si ha sabiendas obramos mal, al igual que ellos no entraremos al Reino de los Cielos.

¡¡Que Dios nos perdone!!


Dios te bendiga,

Profeta de Dios.
 
21 sept 2010 |

¿Hijo obediente o desobediente criatura?



Efesios 5:3-6  Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; 4 ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. 5 Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. 6 Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.

Ser hijo en una familia no disfuncional es excelente, y no digo necesariamente una familia cristiana, ya que en los últimos años (desgraciadamente) no es sinónimo decir que una familia por ser cristiana es necesariamente una familia bien constituida, pero sin entrar en detalles respecto aquello, el ser hijo bien amado, nacido en una familia bien constituida, con padres responsables, que se preocupen de inculcar principios y valores positivos, tales como el no robar, el no mentir, la fidelidad en el matrimonio, el hacerse responsable de sus actos, etc. es una bendición, y mucha más grande bendición cuando además y por sobre todos esos valores y principios, se inculca el temor a Dios, que por lo demás sustenta y fundamenta la correcta moral del ser humano.

El ser hijo tiene sus ventajas, como no has pedido nacer, y más bien eres deseado cuando naces, tienes también el privilegio, por las distintas circunstancias (eres pequeño, frágil, débil, inmaduro, etc.), de ser mantenido, sustentado, cuando tienes hambre te dan de comer sin que hayas trabajado un solo día, si tienes frio te abrigan, aunque eso amerite que tus padres pasen frio, no tienes necesidad de ir al baño ya que cada cierto periodo de tiempo te cambian los pañales, que dicho sea de paso, tú no compraste, cuando creces tu única responsabilidad es estudiar, en un colegio donde tú no pagaste ni matricula ni mensualidad, en la locomoción colectiva tienes durante la infancia el privilegio de circular sin pagar pasaje, y cuando tienes que pagarlo es considerablemente reducido el monto a un pasaje adulto, ya que el gobierno entiende que eres hijo, pero no solo hijo, sino además eres un hijo chileno (o de cualquiera nación) por lo que se te debe apoyar ya que no eres tan solo responsabilidad de tu padres, sino también de la nación, en fin, ser hijo tiene muchos privilegios, y de hecho he oído de labios de padres amorosos que “un hijo, siempre será un hijo”, suena redundante y obvio, pero es el sentido de lo que se dice lo que hay que rescatar, un hijo, no importa la edad que tenga, si es casado o soltero, si vive solo o en casa, un hijo siempre debe ser apoyado por sus padres, en todo lo que sea bueno y mientras se pueda.


El evangelio de Juan en el capitulo uno, versículo 12 dice algo muy interesante respecto de quienes son los que obtienen la calidad de hijo de Dios,  Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios, digo que es muy interesante ya que existe la errónea creencia de que todos los seres humanos son hijos de Dios, y claramente la biblia nos dice que no es así, ya que si bien Dios ha creado todo incluyendo a la humanidad, el solo hecho de ser creación no nos constituye con el derecho legal de ser llamados hijos de Dios, de ser así cada animal, cada montaña, cada rio y cada océano creado por Dios podría alegar el derecho de ser hijo de Dios por haber sido creado por él, y es solo cosa de sentido común el darse cuenta que jamás un animal o una montaña alegarían derechos hereditarios respecto de Dios.                  Cabe entonces hacer la siguiente pregunta ¿Qué es lo que nos constituye como hijos de Dios? Muchos ya saben la respuesta, y es que recibir a Cristo (aunque el nos hace el favor de recibirnos en su Reino) y CREER en su nombre, es aquello que nos da dicha POTESTAD, es decir, el derecho de ser llamados hijos de Dios, y este precioso privilegio es el que hace toda la diferencia entre un humano converso (cristiano) y uno inconverso (mundano).            Este privilegio no es otra cosa que el producto del precioso amor del Padre, fue Él quien entregó a su Hijo amado, para que a través de Él, todos nosotros, los que verdaderamente creemos en Cristo como el amo y Señor de nuestras vidas, obtengamos el derecho (por Jesucristo) de ya no ser simplemente criaturas de Dios, sino ahora Él nos llamé, con la misma voz que creo el universo, Hijos de Dios.   1ª Juan 3:1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios… ¡¡¡Gracias Padre Amado por tu precioso Hijo, sin Él jamás podríamos haber sido herederos en tu Reino!!!
 
Ahora bien, así como el ser hijos en una familia bien constituida es una bendición, solo imaginen cuan bendición es ser hijo en la familia de Dios, solo piensen en la cantidad de privilegios que tiene esto, imagina cuanto amor hay reservado para nosotros desde la fundación del mundo y para siempre, imagina el gozo, la paz, y la confianza que tu y yo podemos tener en Él, no por que lo merezcamos ni por buenas obras que háyasenos hecho, sino por el hecho de que cuando el Dios de la creación nos mira con sus ojos de amor, lo que Él ve es a un montón de gente que esta bañada en la preciosa sangre de su Hijo amado (Jesús) en quién Él halló toda su complacencia, y por esa carmesí vestidura tú y yo gozamos del amor y la bendición del Dios que ya no es tan solo nuestro creador, sino ahora nuestro Padre.

Dios se destaca por ser un Padre responsable, al contrario de muchos padres a través de la historia, Él cumple con el sustento diario para sus hijos (Salmos 37:25), al igual que a las aves del cielo y mucho más aún, Él suple la necesidad de la vestimenta, el alimento y el techo (Mateo 6:33) y como si esto fuera poco, el prometió estar con nosotros todos los días hasta el fin, para que ante cualquier eventualidad, nosotros sus hijos, contásemos con Él en medio de cualquier circunstancia (Mateo 28:20), sin contar que Él permanece fiel a nosotros, aunque nosotros (por descuido) háyasenos sido infieles a Él (2ª Timoteo 2.13).                     ¡¡¡Díganme si acaso Dios no se hace responsable de sus Hijos!!!

Sin duda alguna ser hijo de Dios no solo te asegura la entrada a su Reino eterno, sino también el sustento para sobrevivir en este mundo, pero así como ser hijo (de hombre) dentro de una familia bien constituida te asegura muchas bendiciones, y mucho más si en esa familia Dios es el centro, también tiene en sí muchas responsabilidades, como por ejemplo estudiar y tener bueno resultados académicos, el ser responsable en cumplir con los horarios puestos por nuestros padres, el ser respetuosos con ellos, el ayudar en los quehaceres del hogar, en fin, ser hijo tiene muchos privilegios, pero no por eso tiene menos responsabilidades.                       De esa misma forma, el privilegio de ser llamados Hijos de Dios tiene mucho en si mismo, el solo hecho de que cuando el Señor venga por nosotros estaremos junto a él eternamente, y eternamente también reinaremos con él (Apocalipsis 5:10), es un privilegio incalculable, pero no por ese gran privilegio se descartan la cantidad de responsabilidades que cada uno de nosotros debe cumplir, incluso por causa también de esos privilegios.

Aquí es donde radican muchos de los problemas de los cristianos contemporáneos, es que todo el mundo quiere privilegios, pero no todo el mundo esta dispuesto a pagar el precio por obtener esos privilegios, muchos pensaran ¿pero no fue Cristo quién pagó con su sangre para yo reine junto a él? pues desde cierto punto si es así, y es cierto que si no fuese por su sacrificio ninguno, ni aún el hombre más bondadoso hubiera podido entrar al Reino de los Cielos, pero debemos esclarecer esto, Jesús es la puerta, el mediador entre Dios y los hombres, es el puente para llegar a Dios, es el quién nos da acceso al Trono de la Gracia para alcanzar misericordia, y si no fuera por su Sangre nadie seria Heredero, pero ¿eso es todo, yo no tengo ni una sola responsabilidad por ser hijo de Dios? 2ª Corintios 5:10 dice lo siguiente: Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.       En virtud de ese versículo ¿ya somos herederos de todo el mundo? ¿Tendremos recompensa no importando lo que hagamos en la vida? ¿Recibirá la misma recompensa el que vive para satisfacerse como el que vive para Cristo? Pues si fuese así, Dios seria injusto, y claramente Él no lo es.

Si el  hecho de ser hijo tuviera solo privilegios, ¿pues entonces por que la biblia nos llama a vivir en Santidad? 1ª Corintios 1:2 dice respecto de los hijos santificados por la sangre de Cristo: a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos… ¿perdón, pero es no somos santos en plenitud? Pues claro que no, somos santos por la muerte de Jesús pero no por causa de esa santidad ya no es necesario santificarse, esto explica que el privilegio es ser llamado Santo (no por mis obras) por la Sangre del Hijo de Dios, y la responsabilidad es seguir buscando la santidad, Apocalipsis 22:11 corrobora esta verdad diciendo lo siguiente: … y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.

Ser hijo Dios nos asegura el cielo, y eso nadie lo puede negar, pero que injusto sería Dios con aquellos cristianos que buscan vivir en santidad si mantuvieran la misma salvación junto a todos aquellos que manoseando la gracia que Jesús derramó en la cruz, viven en la inmundicia del pecado, eso diría respecto de Dios que a Él no le importa si vives o no vives en santidad, y la biblia dice tocante a eso todo lo contrario Hebreos 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

Yo me asombro cuando veo “hijos de Dios” prestando sus miembros para el pecado, y debo decir que desgraciadamente cada vez me asombro menos, no por que menos de ellos vivan en pecado abusando de una falsa “gracia” que cubre pecados no arrepentidos, sino por todo lo contrario, he visto como cada vez más gente que en algún tiempo hablo en lenguas, danzo “carismáticamente”, predico, alabo y glorifico al Señor con todo su corazón, ahora presta su cuerpo para el adulterio y la fornicación, y no estoy hablando de alguien que movido por su pasión cayo (voluntariamente) una vez, sino de alguien que habiendo conocido la verdad ahora practica tales actos, que no necesito profundizar en decir que son obras de la carne, y que quienes las practican no heredaran el Reino de Dios (Gálatas 5:19-21).

No comprendo que es lo que pasa por las mentes de esas personas que una vez vivieron en la luz y disfrutaron de ellas, y que ahora se entregan a las tinieblas para realizar sus obras.

Dios nos ama de una manera incalculable, es tan grande su amor que nada ni nadie de todo lo creado nos puede apartar de ese inmenso amor (Romanos 8:39) pero he aprendido que por mucho de la grandeza de ese amor, el que practica el pecado si o si tiene parte junto al diablo en el lago de fuego, por que Dios ama inclusive a aquellas personas que pasaran su eternidad allí, pero que nunca quisieron echar mano al amor del Dios que es amor, y que no solo quería una “oración” reconociendo que eran pecadores, sino que anhelaba ayudarles a cambiar de actitud en virtud de un arrepentimiento genuino.

Con todo esto, la escritura dice que todos los hijos de desobediencia están bajo la ira de Dios, por que tu y yo sabemos que no importando cuanto nos amaran nuestros padres, cuando les provocábamos a ira el azote de la justicia nos llegaba implacablemente, al menos eso es como debiese ser, y conozco de cerca la gratitud de muchos hijos que en su infancia fueron corregidos y que hoy son personas de bien por causa de esa corrección, así mismo Dios no puede negarse a su justicia, el es justo en todo y para con todos, y si Él da la oportunidad para que mundo le conozca y este prefiere cerrar sus ojos y su corazón a la verdad, Él debe cumplir su amenaza que todo aquel que no tenga al Hijo (Jesús) debe ser condenado (Juan 3:18).

Si bien el texto de efesios 5:3 al 6 se refiere a aquellos que no quisieron arrepentirse de sus pecados, y por ende son HIJOS DE DESOBEDIENCIA, y por causa de esa DESOBEDIENCIA están puesto para ira, no puedo negar que dentro de las filas del pueblo cristiano existen hoy “hermanos” que practican tales cosas, y no estoy hablando solamente de los pecados del cuerpo como el adulterio o la fornicación, sino también de aquellos que radican en el corazón, como la avaricia que es IDOLATRIA POR EL DINERO, palabras deshonestas (garabatos), necedades (perder el tiempo), truhanerías (estafas), sin mencionar las mentiras, la envidia y la codicia por lo ajeno, todos estos pecados y demás existen al presente entre aquellos “hijos” de Dios que supuestamente ya no están puestos para ira, sin embargo, hoy las practican.

Desgraciadamente este no es un problema del cual adolezca solamente la iglesia contemporánea, sino también la iglesia de tiempos bíblicos, por ello el Apóstol Pablo escribió a los Corintios en su primera epístola lo siguiente: Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, LLAMÁNDOSE HERMANO, fuere fornicario,  o avaro,  o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis (1ª Corintios 5:11)         cuantas veces en nombre del amor de Dios hemos compartido la mesa con aquellos que llamándose hermanos (y sin querer arrepentirse) son fornicarios, avaros, idolatras, de labios livianos y llenos de groserías, borrachos y ladrones, creo que tenemos mucho que aprender respecto del verdadero amor de Dios, y de cómo enfocarlo sobre vidas que realmente estén arrepentidas, no sobre aquellos que aún sabiendo la verdad (“hijos” de Dios) siguen viviendo de manera inmoral, sin santidad alguna y lejos de un verdadero arrepentimiento.

Nosotros, los cristianos que hemos sido lavados por la sangre del Cordero de Dios, no estamos puestos para ira (1ª Tesalonicenses 5:9) somos hijos de Dios, por causa del Hijo de Dios, pero ¿eso nos asegura que pequemos sin temor por estar bajo su gracia? Pues de ninguna manera (Romanos 6:15), no podemos hacernos esclavos voluntariamente de aquello que fuimos liberados por la muerte de Cristo.       Entonces ¿Qué sucede con aquellos que llamándose “hijos” de Dios, pero que con sus actos viven como hijos de desobediencia? Pues yo no puedo condenar a nadie, por que yo mismo estaba puesto para la ira de Dios hasta que el Cordero pago mi deuda, pero debo decir que si alguien se comporta como hijo de desobediencia, practicando el pecado deliberadamente, la biblia lo condena bajo la ira de Dios.
No importa cuantas veces te hayan predicado sobre una gracia que perdona pecados no arrepentidos, no importa cuanto te hayan dicho que a Dios no le importa que cambies tu condición, de una vida que practica el pecado a una vida que se halla en santidad, no importa cuanto creas que Dios tendrá misericordia de ti sin importar que la mancha de tu pecado siga sobre ti, no te dejes engañar con vanas palabras, por que por todas estas cosas viene LA IRA DE DIOS SOBRE LOS HIJOS DE DESOBECIENCIA.

Estimado hermano, si tu te autoproclamas hijo de Dios por la sangre del Cordero, eres mi hermano, pero si llamándote hermano practicas el pecado, ya no eres un hijo de Dios, sino un hijo de desobediencia, y sobre ti está la ira de Dios, no es que yo quiera tú condena, no es que Dios se agrade en condenarte, es que Dios ya abrió la puerta a través de su hijo para que tu y yo verdaderamente la crucemos y VIVAMOS ya no como DESOBECIENTES HIJOS que se dejan llevar por su propia prudencia, sino como aquellos que apreciando el sacrificio de Cristo, viven en santidad y consagración por amor al que los rescato de la ira de Dios.

Dios te ama, por eso anhela que no seas tan solo su criatura, sino también su hijo, y no tan solo su hijo amado, sino también su hijo obediente.


Dios te bendiga,

Profeta de Dios.