2ª Samuel 1:23 Saúl y Jonatán, amados y queridos; Inseparables en su vida, tampoco en su muerte fueron separados; Más ligeros eran que águilas, Más fuertes que leones.
La fidelidad es una virtud muy escasa en estos días, y no tan solo la fidelidad entre las personas y sus relaciones, sino también la fidelidad de las cosas, hoy por hoy en el mundo todo se ha vuelto desechable y por ende todo también a perdido su valor, es así como un par de zapatos hoy cuestan considerablemente menos que hace 30 años atrás, y eso por que también su calidad es inferior a la calidad de hace 30 años atrás, y por ende la fidelidad de ese producto es también muy inferior que la fidelidad del producto de antaño. Pasa también con la cinematografía, un estreno en el cine cuesta aproximadamente unos $3.500.- por persona, y el mismo estreno en una feria persa, cuesta $1.000.- en un disco dvd que fácilmente puede contener más que un solo estreno, y que puede ver mucho más que tan solo una persona y muchas más veces que una sola vez, con la única diferencia que la calidad de la imagen y del audio se ven notoriamente corrompidos, por causa de la fidelidad del origen de la película, es decir, esta copia no es fiel al original.
La fidelidad es algo de lo cual casi toda la humanidad carece hoy en día, es muy difícil encontrar dentro de las filas del mundo, a un marido que sea 100% fiel a su esposa, y quizás no ha tenido la “valentía” para ser infiel físicamente, pero incluso desde antes de casarse, ya le era infiel con el pensamiento y en su corazón ya mantenía relaciones sexuales con mujeres extrañas, alguno me dirá ¡¡pero que exagerado, si mirar no es malo!! Claro que mirar no es malo, el problema está en la codicia que promueve esa mirada, y en todo caso no seria yo el exagerado, sino Jesús al decir en Mateo 5:28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón, y si Jesús es la verdad, esto es verdad.
De todas maneras la infidelidad es la marca de los hombres de los últimos tiempos, en 2ª Timoteo 3:1 al 4, declara está característica como el carácter de los hombres en los postreros días 1 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos… 4 traidores… Todo esto demuestra que para Dios no es nada nuevo el tema de la infidelidad en el hombre, y no tan solo matrimonial, sino en todo sentido, en la amistad, en el trabajo, en la familia, etc., y desgraciadamente, para nosotros tampoco debiese ser algo que nos asombre, sino más bien debemos estar prevenidos que como a Cristo, a todo fiel cristiano, el diablo pondrá en su camino un Judas, alguien que un principio quizás vendrá a nosotros como un buen amigo, como un hermano en la fe, como alguien en quien podamos confiar y terminará entregándonos por un miserable precio en manos de quienes buscan nuestra muerte.
Lastimosamente nosotros también somos llamados a cuidarnos de nosotros mismos por causa de la traición, es que la carne aún no nos ha abandonado, ni lo hará hasta que Cristo nos transforme (1ª Corintios 15:52) y mientras eso no ocurra, nosotros, al igual que los doce apóstoles, seremos tentados a traicionar a nuestro Señor, siendo faltos a nuestra fidelidad, ¿y como puede ocurrir eso? Pues la infidelidad está más cerca de lo que creemos, el “simple” hecho de decidir por nosotros mismos sin tomar en cuenta su opinión, es más que suficiente para pasar por alto la declaración de fe que hicimos un día al declarar a Jesús como el Señor de toda nuestra vida, lo tal seria como engañar a mi mujer y transgredir el pacto de fidelidad que hice con ella en el altar, prometiendo serle fiel incluso con el pensamiento, de esa manera, si yo opto pasar por alto al Señor en una decisión soy falto a mi pacto con él de ser su siervo hasta más allá de la muerte.
Gracias al Señor que así como su amor por mí, no pasa en nada de mi amor por él, así tampoco su fidelidad hacía mí pasa en nada de mi fidelidad hacia él ¡¡Gracias Señor!! ya que si fuera así, muchas de las bendiciones de las que hoy gozo no las tendría junto a mí, por que aunque yo haya sido infiel el no puede negar su naturaleza fidedigna, 2ª Timoteo 2:13 Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo… Insisto ¡¡Gracias Señor!! Por que si no fuera por tu fidelidad, yo hoy no estaría aquí.
Ahora bien ¿quiere decir que no importa cuan infiel seamos al Señor, él de todas maneras cumplirá sus promesas para mi vida? Clara y rotundamente NO, por que una cosa no quita la otra, ya que la misma escritura que dice que Dios que es fiel a pesar de nuestra infidelidad (por causa de nuestra naturaleza no de nuestra decisión) dice también No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Gálatas 6:7… por lo tanto, si el Señor es fiel a pesar de nuestra infidelidad ¿no te motiva ese amor y esa misma fidelidad a ser fiel a tu Señor? Pues si eso no te impulsa a ser fiel a Cristo, entonces no amas al Señor verdaderamente.
La palabra fidelidad, también se traduce como digno de confianza, y eso es justamente lo que el humano promedio no puede ofrecer, confianza, y no digo no quiere, sino que no puede, por que para el hombre natural ser infiel es parte de su naturaleza, así como el pez nada toda la vida sin necesidad de salir a flote para buscar aire, por que su naturaleza le otorga está virtud, así también el defecto de la naturaleza del hombre caído es la falta de fidelidad, y no digo con esto que en parte el hombre no puede ser fiel, pero ¿Qué clase de confianza puede ofrecer un hombre a su esposa, si de 100 mujeres que se le ofrecieron, el dijo a 99 mujeres que no seria infiel, pero con una si lo fue? ¿Podrá la esposa confiar plenamente en su esposo? Es cuestión de lógica solamente, alguien que no puede ofrecer un 100% de fidelidad, tampoco puede ser digno de nuestra confianza, y no por que no queramos confiar, sino por que no podemos ser tan irresponsables en confiar en alguien que no es 100% infalible.
Entonces, si el hombre por naturaleza es infiel ¿en quien podemos confiar? Decir que en Dios nos podría llevar a la ambigüedad, no por que Dios no sea fiel, sino por que la fidelidad de Dios se debe mostrar a través algo palpable, y eso en esta tierra se llama IGLESIA. Por todo ello, no importa si el mundo es infiel y por ende indigno de confianza, lo realmente gravoso es cuando la luz Dios que debiese estar iluminando a través de la iglesia, se ve opacada por nuestra falta de integridad, allí es cuando el mundo se encuentra en problemas, cuando la única fuente de luz que puede resplandecer en las tinieblas se ve más opaca que radiante, por causa que el concepto de fidelidad hacia Dios se ve trastocado por la naturaleza caída (la carne) y la confianza que el cristiano debiese expeler como fragancia, comienza a tomar un olor más a traición y desconfianza, que fidelidad e integridad.
Nosotros debemos ser fieles e íntegros, no en un 80% ni aún en un 99%, sino en plenitud y totalidad, en Cristo no deben existir términos medios, o somos realmente fieles e íntegros o simplemente no lo somos.
¿Quiere decir esto que si yo falle una vez, Dios me desechará? Claro que no, Dios es amor y donde abundo el pecado sobreabundo la gracia (siempre que haya un genuino arrepentimiento), pero sinceramente creo que por causa de la infidelidad hacia Dios, muchas veces Él mismo se ve limitado a poder entregarnos todo lo que Él tenía planeado para nosotros, eso fue lo que Jehová dijo a David cuando fue descubierto su pecado 2ª Samuel 12:8 y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más.
Muchas veces nuestro pecado e infidelidad a Dios, hace que el mundo blasfeme contra Dios, y Dios mismo que no mal gasta sus recursos se ve limitado por nuestra falta de integridad, esto quiere decir, que a pesar de que Él es fiel aún en nuestra infidelidad, el podría abrir mucho más los cielos sobre nosotros, si nuestra integridad y confianza no se viera leudada por nuestra antigua y pecaminosa manera de vivir. Mientras más fieles seamos a Dios, más testimonio daremos ante el mundo de SU FIDELIDAD y por ende Dios tendrá la libertad bendecirnos mucho más de lo que nos ha bendecido.
Ahora, como la infidelidad es la marca del hombre postrero, la fidelidad debe ser la marca del hombre cristiano, la integridad y la confianza deben ser características de nuestra naturaleza adquirida (la espiritual) y por ende de nuestra manera de vivir, debemos ser fieles a nuestros cónyuges, a nuestros hijos, a nuestros hermanos en la fe, a nuestros familiares y amigos, a nuestros compañeros de trabajo y a nuestros jefes, debemos ser fieles a nuestra iglesia y por sobre todo esto debemos ser incomparablemente fieles a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, la fidelidad debe (como dije antes) expelernos por los poros, no tan solo por una cuestión de testimonio, sino por sobre todo por una cuestión de amor a Dios, ya que si el es fiel a nosotros, lo mínimo es que nosotros seamos fiel a Él.
Un ejemplo de fidelidad en la biblia, es el que da Jonatán hacia su Padre, 2º de Samuel 1:23 dice de Jonatán y Saúl que eran inseparables en su vida, y que también fueron inseparables en su muerte, es decir, Jonatán fue fiel a su Padre incluso hasta la muerte, él no estuvo dispuesto a “traicionar” a su padre en ningún momento, e incluso cuando su padre decidió traicionar a Jehová, él estuvo fielmente al lado de Saúl, y no critico su actuar.
Eso es fidelidad, ciega y mal enfocada, pero fidelidad al fin y al cabo, y eso es lo que hay que rescatar.
Ahora bien, esto también nos hace preguntarnos ¿hasta donde debe llegar nuestra fidelidad? ¿A que grado debe llegar mi fidelidad con alguien? Pues claramente debemos ser fieles en todo y con todos, pero hay que definir a quien realmente somos fieles, si a los hombres por sobre Dios o si a Dios por sobre los hombres, es decir, ¿seré yo fiel a mi jefe cuando el me pide que truquee documentos con el fin de estafar al fisco? O ¿seré yo fiel a mi pastor cuando lo vea en una relación indecorosa con una mujer que no es su esposa? ¿Seré yo fiel a un hermano tapándole sus fechorías? ¿Seré fiel a mi iglesia si se dedica a aceptar el pecado como si fuera Santidad y a rechazar la Santidad como si fuera pecado? ¿Seré fiel yo a mi cónyuge cuando eso implica ser infiel a la palabra y al Señor? La fidelidad a pesar de que carece en estos días, y debe sobreabundar en nosotros como cristianos, definitivamente debemos considerar hasta que grado debemos ser fieles y a quien debemos serlo.
Jonatán tenia un buen corazón, él amó entrañablemente a David e hizo pacto con él respecto de su descendencia (1ª Samuel 20:14-16), de hecho fue él mismo quien corroboro a David que su Padre Saúl quería asesinarlo (1ª Samuel 20:41-42) pero a pesar del amor que tuvo hacia David, fue mayor su fidelidad hacia Saúl, y por ello aunque Saúl quería matar al (en ese entonces) ungido de Jehová, Jonatán no fue capaz de dejar a su padre y seguir a David junto con los muchos que le siguieron. Quizás el futuro de Jonatán hubiera sido distinto si en un acto de verdadera fidelidad a Dios, hubiese increpado a su padre cuando este comenzó a falta a su fidelidad a Jehová, o si se hubiese notoriamente opuesto las muchas veces que quiso matar a David, y mucha más fidelidad hubiera mostrado a Dios si en vez de seguir bajo el pésimo liderazgo de Saúl, que iba claramente en decadencia y de mal en peor y hubiera seguido a su tan amado David para ponerse bajo su cobertura, que sin duda alguna digo, era la cobertura de Dios.
¿Cuántas personas hoy están bajo una cobertura que fue desechada por Dios, y sin embargo, aún viendo sus malos frutos, siguen fieles a ese liderazgo? Que desgracia, si sabiendo hacer lo bueno y no lo hago, me es contado por pecado (Santiago 4:17), y si viendo con mis propios ojos que la cobertura de mi congregación no es la cobertura de Dios ¿Qué estoy haciendo allí? Es que el mundo nos ha distorsionado la visión espiritual, y por ende asimilamos el tener un templo, ser parte de una corporación, o ser miembro de algo que ya esta formado, como si eso fuera necesariamente la cobertura del Señor, ¡¡Que mal enfocado esta el lente de nuestra visión!! ¿Qué acaso la más grande iglesia de la historia de la humanidad (la Iglesia primitiva) tenia templo? ¿Qué acaso la iglesia primera tenia la venia del gobierno para predicar con libertad? ¿Qué acaso la iglesia primera se destacaba por llenar sus bancas con fieles como Ananías, Safira y Simón el mago? Que mala visión, y es justamente esa mala visión la que nos a trastocado la verdadera prioridad en cuando a quien realmente debemos ser fieles ¿a nuestro pastor o líder a pesar de que se que no esta haciendo la obra guiado por Dios? O ¿a Dios aunque eso me salir de la obra y dejar mi liderazgo?
Por ultimo me pregunto ¿Cuántas bendiciones se perdió Jonatán por no haber dejado a Saúl? Pues considero que muchas bendiciones, pero no por causa de no ser fiel, sino por serlo pero con la persona incorrecta, y por ende hasta hoy solo se recuerda a Jonatán como el muy amado amigo de David, que murió junto a su padre apostata y que dejo como herencia a un hijo parapléjico (2ª Samuel 4:4) (lo digo con respeto y pena) Quizás que historia se hubiera escrito de él, si su fidelidad hubiese sido clara y violentamente hacia David.
Sinceramente creo que Dios tiene mucho más para cada uno de nosotros, pero por causa de que muchas veces nuestra fidelidad se encuentra mal enfocada, es que Dios no nos puede bendecir como Él quisiera, y corremos el serio peligro de perdernos del propósito que Él trazó para nuestras vidas, y terminar abruptamente muerto en medio de una batalla con un Líder que Dios desecho hace demasiado tiempo ya.
Jesucristo nos ama, y anhela de hacer de nosotros esa iglesia sin mancha ni arruga ni cosa semejante, pero eso no ocurrirá mientras no tengamos en claro y bien definido que nuestra fidelidad no es primero para con un hombre, ni para con una iglesia en particular, ni para con una organización, sino que nuestra primera fidelidad es para con Dios y su palabra, y cuando aquellas dos figuras sean transgredidas yo tengo solo tengo dos opciones, o quedarme hasta la muerte espiritual junto con el que decidió traicionar a Dios, o marchar firme y adelante junto con el precioso Hijo de David (Jesús) sabiendo que junto a Él estoy siendo fiel a Dios verdaderamente.
Dios te bendiga,
Profeta de Dios.
*algunas ideas rescatadas del sermón “debes dejar a Saúl” de David Greco.