Apocalipsis 3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Existe un pensamiento popular
respecto al poderío de Dios, y es que “Si él es Dios, entonces puede hacer lo que
quiera”. En cierto modo, eso es
cierto, tomando en cuenta que el Poder de Dios no tiene limites, pero a pesar
de contar con esa magnifica capacidad, Él jamás ha pasado por alto la capacidad
personal del hombre, de escoger mientras viva como quiere que sea su vida.
En Apocalipsis 3;20 Jesús se
encuentra en la entrada de una “casa” y está tocando la puerta, con la esperanza
de que alguien “dentro” quiera abrirla
y le permita entrar para cenar con él (tener amistad íntima), y aquel que
abra, cene con Jesús (relación y reciprocidad). Ahora bien, este mensaje, regularmente se usa
de un modo evangelistico, presentando a Jesús como el que toca la puerta de los
corazones de aquellos que no le conocen, pero en realidad, este mensaje de “Estoy
a la puerta y llamo” no es evangelistico, sino el mensaje de Jesús a la
iglesia.
Que lamentable cuadro relatado
allí, mientras dentro del templo están los cristianos “adorando”, “predicando” y “proclamando” a Jesús, el Señor verdaderamente
se encuentra fuera de ese templo, golpeando como todo un caballero visitante,
para que lo dejen entrar A SU IGLESIA.
Regularmente cuando llego a mi
casa, saco mi manojo de llaves, abro la puerta y entro, no pido permiso, no me
excuso por entrar sin avisar, ni me avergüenzo por entrar ¿Por qué? Pues por que estoy EN
MI CASA, y en el único lugar de este planeta donde no “debería” sentirme un
extraño, es allí. Sin embargo,
Jesús quien se supone para Laodicea era la cabeza de su iglesia, en esta
ocasión se encuentra fuera, golpeando como un visitante más, como un extraño a
la puerta, esperando que alguien se “conmueva”,
escuche el llamado y le invite a pasar.
Me pregunto ¿Quién le habrá quitado el manojo
de llaves a Jesús? Seguramente los administradores de Laodicea y sus
miembros. Eso mismo está pasando hoy en muchas iglesias, tienen el cartel de que
viven, pero están muertas, adoran a un Dios que esta en todas partes, menos
donde debe estar, en el trono de ese templo.
Cabe preguntarse ¿Por
qué Jesús no solo abre la puerta, entra y pone en orden todo lo que está allí?¿después
de todo, él es Dios? ¿él puede hacer lo que quiera? Pues no lo hace,
por que Dios es Justo y Respetuoso, por que Dios no obliga a nadie que lo ame o
que lo siga, y eso incluye aun a su propia iglesia. Jesús puede persuadir a su iglesia, instarle, llamarla, golpear a
la puerta, pero jamás obligará a nadie a hacer su voluntad.
Es fácil culpar a Dios de las
desgracias del hombre, muchos dicen ¿Dónde está Dios cuando maltratan a un
niño, donde está Dios cuando matan a un inocente, donde estuvo Dios cuando
robaron mi casa? Pues la respuesta a esa pregunta es que Dios está en
el mismo sitio que cuando el hombre miente, roba, es egoísta, es perverso,
fornica y maldice, en ese mismo lugar Dios está esperando con su
amor y su Gracia a que TODOS los
hombres accedan al arrepentimiento. ¿Es
culpa de Dios la injusticia social? Dios es justo y llama al hombre a
vivir en justicia ¿es culpa de Dios que hayan países donde las personas mueren de hambre? mientras
hay países que votan a diario toneladas de comida, otros mueren de inanición ¿es
culpa de Dios? Claro que no, es culpa del egoísmo del hombre, que no
valora ninguna vida más que la propia, por ende, la desigualdad y la hambruna
mundial no son culpa del Dios que a provisto de todos los recursos necesarios para que todos los hombres
vivan bien, sino culpa DEL HOMBRE que es egoísta y que no es capaz de posponerse asimismo por amor a su prójimo.
Lo mismo pasa en las familias (incluso
las cristianas), en los gobiernos, tanto locales como nacionales, y aún
pasa en las decisiones más personales y básicas que podamos pensar. Existen mujeres que dicen ¿Por
qué mi marido no se convierte, llevo años orando por él? Cabria
preguntarse al respecto ¿Cuánto de Cristo hay en el corazón de dichas
mujeres? Por que orar es fácil, pedir, pedir y pedir, no es mucho
problema, pero la solución no esta en orar y orar simplemente, sino en hacer la voluntad de
Dios. Lo mismo con un esposo que
por años a esperado la conversión de su mujer, o del Padre que ora y ora porque
Dios pueda alcanzar sus hijos, sin embargo, ¿habremos dado el paso desde la
oración a la acción? Y es que llenar el altar con peticiones es muy fácil,
pero ¿le
he abierto la puerta de mis decisiones más personales a Jesús, para que él
sentado a mi mesa me dirija en que debo hacer?
Es fácil decir ¡¡Amén!! En medio de la emoción del
momento, pero el desafío se encuentra en vivir todo aquello a lo que se dijo
amén.
Yo puedo vivir toda mi vida
esperando que un familiar se acerque a Jesús, y sin embargo, yo no ser un
referente para la vida de ese familiar, hay veces donde al ver a los evangélicos,
me avergüenzo de ser uno, sobre todo cuando veo lo religiosos que son, llenos
de reglas de hombre, tradiciones y costumbres que si bien no son necesariamente
pecados, tampoco producen vida, y bajo en esa mentalidad, tan solo se cumplen ciertas ritualidades y
tradiciones dentro del templo ¡¡y ya, somos lindos y radiantes cristianos!! mas al salir de la reunión, en sus casas los hombres golpean a sus esposas e
hijos, blasfeman en sus trabajos en presencia de sus compañeros, roban,
defraudan, piden prestado y no devuelven, y luego los vemos el domingo
nuevamente, bien vestidos, orgullosos y llenos de tradiciones caminando hacia el templo ¿de qué
estamos hablando? Y luego nos preguntamos ¿Por qué mi familia no quiere acercarse
al Señor? ¿Por qué ningún negocio me prospera? ¿Por qué mis hijos solo están
esperando crecer para alejarse de la iglesia? Pues la respuesta es, POR CAUSA DE NUESTRA HIPÓCRITA VIDA EVANGÉLICA. Este país tiene una gran cantidad de
evangélicos, sin embargo, me atrevo a decir que ni la mitad de ellos le abre la
puerta a Jesús y le invita a cenar en la intimidad de su hogar para recibir su
consejo, de ser así, nuestra nación seria completamente diferente.
Debo reconocer que llevando 9
años de converso, aún necesito que Jesús siga ganando terreno en mi corazón, en
mi familia, en mi vida más íntima, aún hay mucha religiosidad que me hace
sentir que estoy caminando en todo mi potencial poniendo límites al poder de
Dios.
E aprendido que la gran mayoría de
las cosas que hoy estoy cosechando, son fruto más que de mi oración, de mis decisiones,
y en eso uno puede decir ¿pero cómo, si Dios puede ayudarme, y tiene
el poder para hacerlo, porque simplemente no lo hace? Pues porque él no
tendrá jamás por inocente a un culpable, y si bien Dios me perdona, nadie me
podrá librar de la cosecha de mis decisiones, Dios es justo.
Si te preguntas por que las cosas
no salen como crees deberían salir si eres un hijo de Dios, te invito a callar
por un momento y dejar de pedir y pedir, y comenzar a escucha quien golpea tu puerta, para
que lo invites a entrar y de él recibir un verdadero banquete de la dirección
correcta para tu futuro.
Dios es bueno, y su finalidad es
cumplir todo su propósito en ti, pero eso no se cumplirá, mientras no sientes
en la cabecera de tu mesa, a aquel que no ha podido hacer algo sobrenatural en
tu vida, por que a respetado tu decisión de no involucrarlo en las determinaciones más relevantes de tu vida.
Dios te bendiga,
Profeta de Dios.
2 comentarios:
La interpretación es incorrecta. Ese pasaje es un llamado a la comunión; no, a la conversión.
Completamente de acuerdo estimado Emmanuel, seguramente no alcanzaste a leer todo el contexto de mi escrito.
Ese versículo menciona a Jesús hablando al "ángel" de la iglesia de Laodicea, por ende, habla de gente "conversa".
Dios te bendiga.
Juan Lemuñir
Stgo. Chile
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