24 jul 2013 |

Su Venida

2ª Parte


2ª Timoteo 4:8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

El apóstol Pablo escribió estas palabras, cuando estaba cercana su muerte, y esto nos enseña una vez más, que aun viviendo al borde de la muerte, eso no justifica (como nada lo justifica) el no esperar que Cristo venga por su iglesia.

El Apóstol Pedro por otra parte, dijo que él sabia que la venia la hora de abandonar el cuerpo (2º Pedro 1:14) sin embargo, el mismo también dijo el peligro que tiene el tener por tardanza la venida de Cristo… El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. (2ª Pedro 3:9).

Jesús mismo cuando regresó al cielo, dejo por testimonio dos Ángeles que les recordaran a sus discípulos que así como el se fue, así mismo volvería (Hechos 1:11).

Uno de los últimos versículos de la escritura dicen “Si Señor Jesús VEN, el Espíritu y la Esposa dicen ven (Apocalipsis 2:17) como un clamor espiritual pidiendo el retorno del Rey.

Y finalmente, la últimas palabras de Jesús en la Biblia son estas “Ciertamente, vengo en breve” (Apocalipsis 22:20)

Definitivamente existe un abismo espeluznante entre el solo “SABER” que Cristo volverá, y realmente “ESPERAR” que el venga, y eso se puede ver en el triste contraste de la parábola de las diez vírgenes (Mateo 25:1-13) donde el grupo se divide en dos partes iguales, tan solo por una palabra LA SENSATEZ (PRUDENCIA).

Si leemos con detención esa parábola, nos podemos percatar que ambos grupos tenían más cosas en común que en contra, todas eran VÍRGENES (misma naturaleza), todas llevaban sus LAMPARAS (misma luz), todas estaban “ESPERANDO” (mismo objetivo) al novio y todas CABECEARON (mismo tiempo de espera), sin embargo, aunque ostentaban igualdad en su mayoría, solo un “elemento” bastó para dejar a la mitad fuera de la salvación, EL ACEITE.

Yo agradezco profundamente que haya sido Cristo quien mencionó esta parábola, por que nadie ahora puede cuestionar si carece de inspiración divina o no (Jesús es Dios).           Y es Él quien determina que ese “pequeño e “insignificante” detalle, hiciera toda la diferencia para su entrada en la vida eterna.

La moral, la obediencia, la sujeción, la lectura diaria de la escritura y los buenos modales son elementos que todo cristiano tiene en común, o al menos debiese tenerlos, pero por desgracia, ninguno de ellos es suficiente por si mismos para llevarnos al cielo, tiene que haber una diferencia, LA COMUNIÓN CON EL ESPÍRITU SANTO, es la diferencia.    Todos los cristianos ostentamos tener al Espíritu de Dios en nosotros, pero como según lo veo yo, y el escenario mundial me lo corrobora, LA MAYORÍA DE LOS QUE DECIMOS TENER AL ESPÍRITU SANTO, vivimos como si “no lo tuviéramos”.      
¿A quien escuchamos, a quien obedecemos, quien nos guía? Por que claramente como dice Apocalipsis ¡¡EL ESPÍRITU DICE VEN!! Y lo hace antes que la esposa, pero la esposa no se calla la boca, por que seguido de ese clamor, ella también dice ¡¡VEN!!.             
Si estuviéramos oyendo la voz del Espíritu que vive en nosotros, entonces estaríamos diciendo con nuestra manera de vivir ¡¡VEN SEÑOR JESÚS!! ¡¡Ven, no te preocupes, ya estoy viviendo en plena santidad, me estoy comportando como alguien digno de ti, te temo, predico y vivo tu palabra, en mi no hay manchas, me he guardado para ti!! Sin embargo, la voz que yo veo levantándose en clamor desde las iglesias es ¡¡Señor, paga mis deudas, perdóname, susténtame, bendíceme!! Y si bien todo aquello no es “malo” ensimismo, no puedo negar que ese clamor no sale desde ningún otro lugar, que desde mi egoísta y carnal corazón.

¿Qué esta haciendo la iglesia por Cristo? Al parecer no hemos entendido que Jesús vendrá por una iglesia “Sin Mancha y sin Arruga” por una Santa y pura virgen que LO ESPERA, no solo con “aceite” sino con abundancia de Aceite, tanto así que la prudencia la lleva a ser precavida y guardar más aceite, por si el esposo, el amado pudiese tardar más de lo que “creo”.                      
Eso se llama inconformismo espiritual y no guiarse por la prudencia propia, eso me recuerda a cristianos que no se quedan en casa cuando llueve, si es día de reunión, me recuerda a cristianos que se incomodan con la inmundicia de la televisión, que no miran ni codician a la mujer de su prójimo, que se guardan de decir cosas banales o groserías, que respetan las autoridades y que saben escuchar cuando el Espíritu de Dios les dice “has esto”.        Esas vírgenes prudentes, son personas que no se sacian jamás de estar con Dios, que siempre quieren más, que anhelan de su presencia y que sobre todo, anhelan estar junto Él.

Es fácil darse cuenta quien ha pasado de tan solo “SABER” que Cristo volverá, a ESPERAR  a que Regrese.  El Apóstol Pablo habló de la corona de justicia, reservada para todos aquellos que (no solo saben) AMAN su venida.

¿Como sabe un esposo que su esposa lo ama cuando llega de su trabajo? Pues la mejor manera de demostrárselo es HACIÉNDOLE VER QUE LO ESTABA ESPERANDO, preparada para estar con él.  Hoy yo veo que la mayoría de los cristianos están proyectos personales y sueños terrenales, pero prácticamente nadie está sinceramente esperándolo a él.        Casi nadie está preparado, yo no veo de manera recurrente (como veo las profecías de prosperidad y bienestar terrenal) un mensaje de la iglesia diciendo ¡¡Prepárate para la vida eterna, por que Jesús ya vuelve por su novia!!

Finalmente, esta incredulidad de la pronta venida de Cristo, me muestra el preciso estado de la cristiandad en el tiempo de su venida, Jesús dijo en Lucas 18:8 …Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?  ¿Por que Jesús habrá dejado esta incógnita? Pues, según yo veo, precisamente para que nos diéramos cuenta que mientras más incredulidad haya esparcida, es precisamente cuando más cerca se encuentra la venida de Jesucristo. Ahora bien, esa notoria falta de fe es el principal motivo de que las tinieblas hayan tomado tal espacio en la vida mundial contemporánea.                  La falta de fe no puede criticársele al mundo, por que el lugar donde uno alimenta su fe, no es el Mall, sino LA IGLESIA, y si en el mundo hay carencia de fe, es por que en la iglesia hay demasiada incredulidad.

¿Has pensado por que la mayoría de los “cristianos” hoy día aunque saben que Jesús podría venir ahora mismo, viven una vida carnal? Pues por que NO LO ESTÁN ESPERANDO, y ese fue el problema del siervo malo que menciona Jesús Mateo 24:48, que comenzó a mal utilizar los bienes de su Señor, y a golpear a sus consiervos, y dijo ¡¡Mi Señor tarda en venir!! No tomando en cuenta, que con eso lo único que estaba haciendo, era marcar ciegamente su destino en perdición.

Hoy día se cuestiona deliberadamente el Rapto de la iglesia, muchas voces dicen ¡¡no, aún falta para que el Señor venga!! ¡¡El Rapto es algo no comprobable teológicamente!! ¡¡El arrebatamiento no ocurrirá aún!! ¡¡Es que nadie sabe el día ni la hora!! Etc. Etc. Sin embargo, la mayoría de esas personas simplemente están escudando su amor por ESTA VIDA, con una muralla de “teología” racional, que les hace parecer modernos y bien pensados. De alguna manera, el diablo a sembrado la mentalidad de que creer en el arrebatamiento de la iglesia es un pensamiento “arcaico” y pasado de moda, que hace perder el tiempo en vez de invertirlo.     

Por ultimo, Jesús dijo en Mateo 24:12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.  Esto obra como un circulo vicioso, primero entra la incredulidad en la iglesia, la notoria falta de fe que hace confiar más en las fuerzas humanas y en los planes del hombre, que en la voluntad de Dios, segundo, producto de esa incredulidad, comienza a proliferar la maldad, las tinieblas, y eso se hace notorio en el tercer punto, LA FALTA DE AMOR, que se deja notar principalmente por la falta de empatía por nuestro prójimo más cercano, nuestro hermano en la fe, y a su vez nuestra falta de amor por Dios, al no obedecer su palabra.                       
Esto una vez más demuestra que hoy ESTAMOS VIVIENDO EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS.            
Se ha multiplicado la maldad, el amor de muchos que antes amaron la venida de Cristo, hoy se ha ENFRIADO.   En el presente ya a casi ningún cristiano le importa la segunda venida del Mesías y el arrebatamiento de la iglesia.

Lo triste es que la incredulidad no limita la existencia de Dios, así como tampoco el no creer en el arrebatamiento pondrá un límite al cumplimiento de ese evento.     Así como el diluvio (evento no conocido en su tiempo) ocurrió, así también el rapto ocurrirá, lo queramos creer o no, será en un abrir y cerrar de ojos y justo luego que ocurra, las tinieblas más densas que esta humanidad ha visto jamás, se apoderaran de este mundo por completo, haciendo que cada día durante siete años (la gran tribulación) sea como un infierno en la tierra.

Lo que me alegra saber, es que Jesús dijo que “el amor de muchos” se enfriará, pero no el amor de TODOS, y es allí donde yo quiero estar, en el lugar donde esta esa manada pequeña, donde esos que no son la corriente más fuerte hoy en día, donde esos como Simeón no ostentan tener sabiduría o algún cargo importante, pero que sobre ellos está el Espíritu Santo marcando sus tiempos, donde esos pocos aún AMAN fervorosamente la VENIDA DEL MESÍAS, donde esos quiero estar diciendo ¡¡Si Señor Jesús, VEN!!

Espero que esto despierte tu corazón y te anime, ya que por causa de no saber cuando ocurrirá, más apercibido debemos estar.

Dios te bendiga,

Profeta de Dios.

¡¡Cristo viene!!