2ª Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Hace unos días escuche la siguiente frase en una predicación en la iglesia ¡¡No es lo mismo que Dios haga lo que tú quieres que tú le estas pidiendo que él haga, a que Dios haga lo que debe hacer!! Tomándose el pastor de aquel versículo que dice Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura (Mateo 9:16) y por primera vez en mi vida de Cristiano comprendí el verdadero significado de esta palabra.
Jesús vino a esta tierra con un propósito ¡¡Morir por los que pecados de la humanidad!! Y con un objetivo ¡¡Hacer salvos a todos aquellos que se quieran apropiar de esa expiación y vuelvan a Jesús el Señor de sus vidas!! Y como la naturaleza de Cristo no tiene nada que ver con este mundo (…yo soy de arriba;… yo no soy de este mundo. Juan 8:23) el milagro más hermoso proveniente de aceptar esa expiación de Gracia por medio de la fe, es que una vez que nuestras vidas pasan de las tinieblas al Reino de Luz del Hijo de Dios, nuestra naturaleza ya nunca más es la misma (al menos es así ante una genuina conversión) y no digo con esto que Jesús haya extirpado ¡¡YA!! Toda nuestra naturaleza caída, sino que por medio de su sacrificio hoy nosotros mismos podemos ir despojándonos día tras día (a través del poder del Espíritu Santo) de ESA NATURALEZA CAÍDA, y si bien por Cristo tenemos esa capacidad de la cual antes carecíamos, somos nosotros los que tenemos el deber de revestirnos del nuevo hombre que es creado a la imagen de Dios, y desechar todo lo que tenga relación con la vieja naturaleza, caída y viciada con los deseos engañosos de este mundo (En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos Efesios 4:22 ) Pues si hasta ahora pensaste que Cristo lo había hecho todo, pues claramente el hizo la parte que era imposible para el hombre hacer, derramando del único poder que puede liberarnos de la esclavitud del pecado, Primero con su Sangre que nos limpia de la culpa por los pecados cometidos, y Segundo dándonos el Poder del Espíritu Santo, que habitando en nosotros nos posibilita para rechazar aquellos pecados que sin este poder, jamás podríamos haber dejado, eso era imposible para el hombre, y desde esa perspectiva, Él lo hizo Todo ¡¡Gracias Amado Dios!!
Ahora, como dice Efesios 4:22, el llamado a despojarnos es para cada uno de nosotros, una responsabilidad que si podemos y debemos por amor a él y a nuestras propias Almas, cumplir. Alguno se preguntará ¿pues yo pensé que Cristo ya me había expiado de todos mis pecados y que yo nada más debía hacer? Pues sí, eso es verdad, Cristo pago por todos mis pecados (pasados) y los atribuyo a su cuenta, pero eso no es sinónimo de que yo ya no deba hacer nada más.
Insisto en que creo, que nosotros no podemos vencer al pecado por nosotros mismos, tiene que haber un elemento externo que nos de la potencia de la cual nuestra naturaleza caída carece, y ese es Cristo en nosotros, pero fíjense en algo, la biblia dice lo siguiente: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13) Yo no puedo solo, pero si puedo en Cristo, pero aún soy YO el que debe trabajar en aquello que sin Cristo no podría lograr, es decir, Jesús sabe que yo no puedo POR MI MISMO, por eso él se entrega a mí y vive en mí para que YO en él y en el poder de su fuerza, pueda alcanzar todo aquello para la cual fui creado, todo aquello para lo cual fui salvado, todo aquello que necesito vencer para llegar a ser como Cristo mismo, para llegar a la preciosa Estatura del Varón Perfecto. Es Él en mí quien me brinda la posibilidad de llegar a ser como Él.
Ahora bien, la bondad que Cristo me entrega por medio de su Espíritu Santo, es el poder que está a mi alcance para perfeccionarme a su imagen, y esa imagen difiere de todo aquello viejo que yo tenía en este mundo cuando YO era de aquel, por ello que 2ª Corintios 5:17 dice: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Es necesario que yo nazca de nuevo, que aquello viejo pase de mí y que lo nuevo de Cristo se forje en mí, para que la naturaleza del Reino de Dios sea visible en mí, tal y como fue totalmente visible en Cristo Jesús. Para entrar al Reino de Dios, yo no necesito ser una buena persona (solamente) no necesito tener un excelente trabajo, no me es menester ser teólogo, ni haber cursado algún grado académico, no es necesario ser millonario, ni ayudar a los más necesitados (aunque debo hacerlo cada vez que pueda) Para ir al Reino de mi Dios, yo tengo que necesariamente haber nacido de nuevo, es decir, ser una NUEVA CRIATURA y allí radica la medula de este mensaje.
Jesús no vino a esta tierra para hacerme una Buena Persona, Él vino a esta tierra para hacer de mí una Nueva Persona, uno que ya no vive, ni siente, ni piensa como uno más en esta tierra, sino uno totalmente nuevo, con una nueva manera de mirar la vida, la moral, la iglesia, a las personas, con valores que no han sido concebidos en base a los parámetros sociales, sino, un hombre (o mujer) totalmente nuevo, cuyos márgenes sean aquellos que provienen desde el tercer cielo y están plasmados en el evangelio.
Uno puede mejorar muchas cosas en esta vida si se esfuerza un poco por cambiar, de seguro puede dejar de fumar, beber, apostar e incluso si se pone un poco más de empeño, se puede dejar de ser un adultero, un disipador, o un mentiroso, pero el asunto es que si bien estos cambios son positivos para la vida de todo ser humano, estos cambios no son necesariamente lo único que Dios quiere hacer en tu vida y la mía a través de Cristo. A esta altura alguien pensará que estoy proponiendo que a pesar de que nos autodenominemos cristianos, sigamos viviendo con la misma moralidad baja de siempre, pero eso no es así, claro que nuestra moralidad debe cambiar, mejorar y llegar al nivel más alto que pueda existir, de hecho los principios morales más positivos que han marcado a la sociedades en las distintas etapas de la historia de la humanidad, han sido los valores basados en un cristianismo puro, en miras objetivas de los evangelios, y estoy seguro que si en alguna sociedad sus leyes y decretos se sustentaren en los diez mandamientos, esa sociedad subsistiría, porque Dios no se equivoca y si Él estableció diez preceptos para que rijan la vida del hombre, estos diez pueden darle al hombre la vida más plena, moral y feliz que él hombre puede imaginar.
El asunto es que si bien estoy feliz de que una persona deje de fumar, beber o adulterar, con todo y esas luces de cambios en su vida, si Dios no transforma completamente a aquella persona en una nueva criatura, entonces por muchos cambios morales que sufra, aún no está capacitada para ir al cielo, ¿pero cómo, yo pensaba que el Señor quería hacer de mí una persona mejor? Pues claro que Él quiere hacer de mí no una buena persona solamente, sino LA MEJOR persona que pueda existir, pero quiero poder expresarles está verdad, Dios anhela que seas buena persona pero no mejorando la que ya es, sino, matando todo lo que ya existe en ti y en mí, y creando desde adentro un nuevo ser, un nuevo hombre (o mujer), una persona distinta (y por ende mejor) en definitiva, UNA NUEVA CRIATURA, un ser que nace ya no de una simiente corruptible y mortal como la humana, sino, al igual que Cristo, uno Nacido del Poder del Espíritu de Dios y crece hasta llegar a ser como Cristo mismo, un completo Hijo de Dios. (1ª Pedro 1:23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre). El asunto radica, en que muchas personas piensan que cuando te conviertes al cristianismo, Dios te saca lo malo y mejora lo bueno que hay en ti, y aunque por fuera puede verse así, la escritura nos habla de UN NUEVO NACIMIENTO, no de una mejoría, de UNA NUEVA CREACIÓN, no de una reparación de lo que ya somos, porque debemos tener en claro que el hombre caído o la carne también puede ser BUENA PERSONA, solo piensa y mira en el mundo cuantas personas han marcado la historia con su Piedad, por ejemplo Mahatma Gandhi El Libertador pacifista de la india, Nelson Mandela quién logro la democracia multirracial en Sudáfrica luego de 27 años preso (al parecer injustamente) y George Hogg El periodista ingles que salvo en 1938 a un grupo de niños chinos de ser masacrados por los japoneses y que muere de tétano por causa de la travesía, en fin la lista podría ser muy larga si meditamos incluso en aquellas personas piadosas de las distintas religiones del mundo que han hecho el bien por otros, solo porque la convicción de sus mentes (aún terrenales) y el sentir de sus corazones (aunque a veces engañoso) les decían que debían hacerlo. Para ser sincero, aún en estos actos heroicos puedo ver la misericordia de Dios, es en estas bondades que me doy cuenta que aún en aquel hombre caído (el Adán que hay en mí) aún queda algo del origen de su creación, recordemos que Adán no siempre pecó, no siempre fue desobediente, no siempre hizo lo contrario a la voluntad de Dios, y estoy seguro que si el primer hombre creado viviera hoy entre nosotros, no solo sería una buena persona, quizás sería la MEJOR persona que podríamos haber visto jamás después de Cristo, porque en él, aún quedarían vestigios de la imagen del que lo creo y desde allí se desprendería nada menos que admirable y heroica bondad pura.
Pero, a pesar de esa bondad, la escritura dice que aquel hombre está viciado conforme a deseos engañosos ¿se pueden dar cuenta que por ello no podemos ganarnos la salvación? Es que buenos podemos ser todos según nuestros parámetros, pero Jesús no fue bueno solamente, Él fue quién camino EN TODO como el Padre quería que caminase, haciendo bondad, justicia y siendo empático, no como un hombre bondadoso más en la historia de la humanidad, sino como el Único verdaderamente Justo, Santo y Puro, la Imagen a la cual todos los cristianos Nacidos de nuevo estamos llamados a llegar.
1ª Corintios 15:45 dice: Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante. El asunto con todo esto es, que aun los que por la Gracia de Dios hemos Nacido de Nuevo, debemos dejarnos transformar por el Espíritu que concibió a Cristo mismo, pero no transformando en algo mejor lo que hoy somos, sino muriendo hoy a todo lo que somos. Solo piénsalo un momento, Dios nos dio la posibilidad de Nacer Nuevamente para ver su Reino, y cuando un ser humano nace, nace un nuevo futuro, nacen nuevas expectativas, nace toda una nueva Vida, y con esa vida, millones de posibilidades que sin esa aquella, no podrían existir, no se “mejora” una vida que ya existe, sino, nace una nueva criatura, y es eso lo que Dios por su Espíritu quiere hacer de nosotros.
El error está en que muchas veces nuestros esfuerzos están en hacernos nosotros mismos mejores Padres, Hijos, Esposos y Personas, mientras que no dejamos a Dios hacer de nosotros unos Nuevos Padres, Hijos, Esposo y Personas, y allí radica el desafío, por que el cristianismo verdadero, el que vivía la iglesia primera, no hacia mejores a quienes por la fe se volvían cristianos, sino, HACIA DE NUEVO a todos aquellos que permitían dejarse morir con Jesús (virtualmente y a veces no) en la Cruz, para renacer siendo personas no mejoradas, sino totalmente nuevas.
Ahora piensa un poco ¿Por qué tu vida no ha mejorado en muchos aspectos, como en tus relaciones interpersonales, en las finanzas, en tu relación familiar, en tu trabajo, etc.? Pues porque quizás has dejado que La Luz del Espíritu de Dios solo ilumine una parte de aquello que tú sabes debe mejorar, pero el resto de aquello que está en tinieblas y aún sigue siendo lo mismo de siempre ¿Por qué? Pues porque mientras tú quieres MEJORAR lo que hay, Dios quiere CAMBIAR LO QUE HAY ¿comprendes?, pues el que hace aquello es semejante a aquel que pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo, y que es solo cuestión de tiempo para que tal remiendo tire del vestido hasta hacer peor la rotura (Mateo 9:16 parafraseado).
Si tú tienes la virtud de haber nacido de nuevo, hoy tu puedes despojarte del Hombre caído (viejo vestido) para revestirte del Nuevo (Vestido Nuevo) que es conforme de aquel que lo creo, pero no en partes, porque aquello no funciona, siempre volverá atrás, debes revestirte cada día con el nuevo ser (Cristo) en toda tu vida completamente.
Hermano amado, la solución no está en la mejoración de tu moralidad, sino en el cambio (renovación) de todo tu entendimiento (Romanos 12:2), Cristo no quiere hacer en tu perecedera vida una BUENA persona, sino que habiéndote dado la eternidad, quiere hacer de ti una NUEVA persona… pero como dije al principio (y respetando tu libre albedrío) eso depende de Ti y de Mí, porque somos llamados nosotros a revestirnos del vestido nuevo llamado Cristo, despojándonos del viejo adán, que aunque tiene cosas positivas, ninguna de ellas produce vida eterna.
1ª Corintios 15:22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
Dios te bendiga,
Profeta de Dios.
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