21 abr 2011 |

Los Enemigos de la Cruz


Filipenses 3:17 Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. 18 Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; 19 el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. 20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;

Hace un tiempo atrás, compartí sobre la cruz, sobre el motivo por el cual fue creada y de que cuando Jesús se refiere a ella, lo hace en un sentido prácticamente literal, el murió en ella y todos quienes pretendan seguirlo, tendrán que de alguna forma, morir también en ella, ya sea en un sentido retorico, negándose a los deseos carnales y crucificándolos diariamente, o como la iglesia primera muriendo literalmente sobre ella por causa de no negar su fe en Cristo Jesús.

Para algunos la cruz, es solo aquella cosa que está en el fondo de la catedral católica, justo detrás del párroco, o lo que adorna la superficie más alta de su iglesia, para otros debe estar semi caída, ya que con ello demuestra que la cruz no detuvo la vida de Cristo y para otros es aquel infaltable amuleto colgado en el cuello, que cada vez que se necesita un poco de buena suerte, viene hacer el receptáculo de incontables besos. 


Pero, a pesar de que cada una de estas tradiciones respectos de la cruz tiene su peso y trascendencia, la cruz no es un símbolo religioso (al menos no solamente), sino más bien, para Cristo, a quien cada semana santa el mundo conmemora su muerte sobre ella, es un elemento crucial y fundamental para vivir la verdadera vida cristiana.


Es que la cruz no viene a solo moldear un par de conductas morales en el hombre, la cruz no es un simple margen que determina lo que religiosamente es bueno o malo, la cruz no es algo que te hace más recto socialmente (solamente) ni que corrige tu actitud frente a la sociedad, la cruz puede hacer eso, pero la cruz hace mucho más que eso.         Cristo no se rasguño las manos en la cruz, él se las horado con clavos, él no se paso a llevar sus hermosos pies con la madera, él se clavó los pies en la cruz, él no se hizo una pequeña herida en su costado mientras yacía colgado, el fue traspasado con una lanza mientras colgaba casi muerto en la cruz.

TE DAS CUENTA que la cruz no es un simple elemento religioso, sino más bien un elemento de muerte, de cambios y a su vez DE VIDA aunque suene contrariado, alguno se preguntará ahora ¿pero como, si acabas de decir que la cruz es un instrumento de muerte? Pues claro que la cruz mata y debe hacerlo, sino, entonces no cumple su verdadera función, pero el milagro de Cristo es que él, con su muerte nos dio vida, y no solamente a nosotros, se la dio a asimismo, resucitando al tercer día.                            El castigó al pecado en la cruz y trajo derrota al imperio de este mismo (del pecado) y derrotó a la muerte con la cruz, de la misma manera, quienes buscamos perder nuestra vida por seguir a Cristo, somos quienes decidimos crucificarnos a diario (Lucas 9:23) y con ello encontramos la verdadera vida, Lucas 9:24 dice: Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.                                                Pues la única manera de seguir a Cristo es auto crucificándose, es perder la vida propia, los sueños, los anhelos, los deseos personales, los proyectos de vida y todo lo que tenemos en nosotros mismos, cada partícula de nuestro ser, si realmente deseamos vivir, debemos perdernos por causa de él en la cruz, y solo luego de eso, obtendremos la verdadera vida de Cristo.

Alguno me dirá ¡¡Pero bueno, yo no quiero tener la vida de Cristo, sino vivir mi propia vida!! Pues es una lastima, pero quien no tiene a Cristo, no tiene la vida (1° Juan 5:12), y la única manera de tener a Cristo, es tomando tu cruz diariamente y siguiéndolo, de lo contrario hoy tienes nombre como de que vives, pero estas muerto (Apocalipsis 3:1)


Como ya te abras dado cuenta, es imposible seguir a Cristo sin morir, tan es imposible como seguirlo sin que él te resucite en su poder, y pases de la vida vieja y perecible, a la nueva e imperecedera.

Lo lastimoso del cristianismo de hoy, es que el concepto de la cruz de Cristo, está tan trastocado que la cruz se ha vuelto solo una imagen, un símbolo colgado en la pared, un trozo de madera al fondo de la iglesia que tiene la imagen de yeso de un sufriente hombre lleno de llagas sobre ella, sin embargo, el concepto real, verdadero y fundamental de la cruz, ya no se predica en las mismas iglesias donde la cruz es un adorno, es que eso se ha vuelto hoy la cruz para nosotros, un simple adorno, un elemento decorativo en el fondo del templo, un lugar donde puedes prender velas para hacer alguna (a veces egoísta) petición.  


La cruz ya no sale desde los pulpitos hacia el corazón de los “creyentes”, la hemos limitado a una simple figura sin mayor sentido e inentendible, a algo del pasado que solo muestra el dolor que Cristo padeció por nosotros, dejando completamente de lado, que él mismo nos llama a vivir su vida pasando por la cruz día a día.


Tengo que decir esto, y aunque quizás a alguno le ofenda, es la verdad y la verdad es la única manera que podemos ser libres.         Si alguien pretende seguir a Jesucristo para ser salvo, debe tener presente que tiene morir, no que debe ser moral simplemente, no que debe no mentir, no robar, no fornicar ni ver pornografía nada más, sino que junto a eso, debe definitivamente fallecer al Yo y a todos los deseos que ese Yo tenga, tal y como Jesús siendo en forma de Dios, no estimo su deidad como cosa a que aferrarse, sino que se humilló y se limitó a ser en forma de siervo, obediente hasta la muerte, y no cualquier muerte, sino hasta la muerte de CRUZ. (Filipenses 2:8).


¿Quieres ser cristiano? Pues debes morir, seguramente tú eres un “creyente” muy moral, no bebes, no fumas, no dices groserías, no eres una mala persona y seguramente das beneficencia a los necesitados, mas la pregunta que cabe hacerse ¿mueres al mal que radica en tu corazón? ¿Te niegas pensar inmundicia por que eso le molesta a Dios simplemente o te molesta a ti pensarla? Una cosa es abstenerse del mal por que Dios lo demanda y otra muy distinta es dejar el mal por que odio el mal, eso se llama tener la naturaleza divina en ti, y si has nacido de nuevo, si el Espíritu Santo vive verdaderamente en ti, tu deseas el bien, deseas a Dios, y aborreces el mal y odias profundamente el pecado, principalmente el que aún radica en tu naturaleza caída, pues bien, solo el que decide por naturaleza aborrecer el pecado, es el que tiene la capacidad espiritual de crucificar los deseos carnales y las bajas pasiones, y no me refiero solamente a la fornicación y al adulterio, me refiero a la mentira, al egoísmo, al afán, a la codicia, a la envidia y a cualquiera de las expresiones que provienen de la obras de la carne.


Te pregunto por ejemplo ¿piensas en lo celestial? Es decir ¿tu prioridad es poder llegar a ser como Cristo? ¿Anhelas ser un creyente como el Apóstol Pablo, Tito o Apolo? ¿Buscas dirección para guiar a tu familia como esposo (a), para empezar un negocio o para decidir que carrera estudiar, en la palabra de Dios o te basas en tu propia opinión para tomar decisiones? ¿Anhelas tener un plasma o un LCD? ¿Quieres cambiar de barrio por que eso te hace subir de estatus social? Pues, fíjate que en ninguna de estas preguntas la respuesta negativa nos lleva a ser un pecador empedernido (necesariamente), sino simplemente nos lleva (si es que las respuestas son negativas) a darnos cuenta que podemos estar diciendo TENER AL ESPÍRITU DE DIOS, pero sin embargo solo pensar EN LO TERRENAL, eso es tener nombre de vivo, y sin embargo estar muerto.


Independientemente que tú creas o no en el rapto pre tribulación, si hoy no vives pensando en lo celestial, te quedarías, ya sea antes de la tribulación, en medio de ella o en su final ¿por qué? Pues por que no lo esperas, no lo anhelas, no deseas el cielo como un lugar donde está Dios, sino simplemente como un lugar donde no serás atormentado.              Si mi mente piensa solo en lo terrenal quiere decir entonces que mi corazón está aquí, en la tierra, y lo más posible es que cuando ocurra el arrebatamiento, yo me quede aquí, por que si vivo pensando en lo terrenal por sobre lo celestial, lo más posible es que el Espíritu Santo no viva en mí, y cuando Cristo vuelva para tomarse asimismo (Juan 14:3) no podrá tomarse en mí, por que no lo tendré en mí ¿pero por que no lo tendré en mí? Pues por que no hay forma de tener a Cristo, sin la cruz.

Todo esto es consecuencia de que hoy para los cristianos contemporáneos, la cruz es cosa del pasado, los ministros de hoy se dedican a decirte que ya está todo bien, que Cristo pago por todo, por lo tanto, tu solo debes sentarte a recibir tu bendición, que tu eres un “hijo del Rey” y por ende, debes vivir como tal, usando rolex, manejando un BMW, comiendo en los mejores restoranes, vistiendo armaní o oliendo y a Calvin Klein, perdón pero ¿Pedro, Pablo, Juan, Jacobo y el resto de los apóstoles vivieron así? Si fuera así, que quizá decir el Apóstol Pablo con lo siguiente: Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad (Filipenses 4:12 Pues él está afirmando que no importa la circunstancia en que se encuentre, mientras él este con Cristo, el sabe que debe llevar su cruz, y sabe que quizás puede pasar hambre, pero esa hambre o lo llevará a la muerte para estar con Cristo o le dará vida en Cristo, matando su carne llevándola a la cruz.


Hoy se predica que si tu eres cristiano, puedes vivir como quieras, total Cristo pago por tu pecado y su gracia te cubre, pero Jesús no dijo eso, sino que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado (Juan 8:34) y el Apóstol Pablo corrobora estas palabras diciendo ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? (Romanos 6:15-16).


Entonces ¿Por qué hoy no se predica que el pecado es un peligro para la vida espiritual, y no la gracia un permiso para practicar el pecado? Pues por hoy andan por ahí muchos que no son otra cosa que ENEMIGOS DE LA CRUZ, cuyo Dios no es Cristo, sino sus propios vientres, es decir, su propia conveniencia, su avaricia y su deseo desmedido de poder y autoridad, ellos solo piensan en lo terrenal, en lo carnal, predican sobre el dinero, sobre la “sola” bendición de Dios sin disciplina, hablan palabras infladas y mienten a la gente diciendo que si vuelven cristianos la vida se les volverá color de rosa, mas todos ellos son obreros fraudulentos, mentirosos hijos del diablo, que tienen el corazón lleno de mentira y de sus labios les destila el engaño, sus ojos codician todo lo terrenal y desechan con sus actitudes, el deseo de alcanzar la vida eterna, a través del negarse asimismo y tomar su cruz diariamente.


¿Es que como podrían ellos tomar una cruz, si en esa cruz se deben clavar todos aquellos deseos que ellos mismos predican? Estos enemigos de la verdad que convencen a la gente de su “estabilidad espiritual” con sus voladeros de luces, solo predican de que TU PUEDES SER EXITOSO en todos tus negocios, en que TU debes llegar alto por que eres un hijo del Rey, en que TU debes ser muy adinerado y vivir bien por que Dios te bendice, y que TUS sueños, todos y cada uno de ellos se harán completamente reales en Cristo… que basura más mentirosa, solo díganme una cosa ¿Cuándo Jesús dijo que su propósito era cumplir todos tus sueños? No existe ni un solo versículo en la escritura en que podamos corroborar esa mentira, sin perjuicio que, Cristo bendice, prospera y a veces, cuando tus sueños coinciden con los de él, él puede hacerlos realidad, pero, todo esto, en el contexto de que tu y yo debemos crucificarnos en su cruz, no para llenarnos de gozo (aunque ciertamente el crucificarte aunque en un principio produce dolor, al final su fruto es gozo) sino para morir.            

Es que si el mismo Hijo de Dios se despojó de su todo para venir a ser crucificado ¿Qué nos hace merecedores de algo menor a quienes somos salvos por él? Él mismo lo dijo, Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará? (Lucas 23:31)            


Hoy día nos dicen estos predicadores de la prosperidad, cuyas tribunas son los canales de tv. evangélicos internacionales, que no hay que hacer absolutamente nada más que PACTAR, para obtener la bendición del Señor, sin embargo, la escritura nos dice que no importa cuanto yo quiera o pueda pactar con él, mientras no tome mi cruz, no lo podré seguir, y si no lo sigo no seré su discípulo, y si no tengo la entereza de crucificarme cada día con el fin de ser su discípulo, pues podré vivir bien todos mis años en esta tierra, pero cuando muera y vaya al trono de Dios para ser juzgado, mi sentencia ya estará redactada y firmada para cumplir eternamente mi condena en el lago de fuego.


Sin Cruz, no hay vida, por que en Cristo la vida no puede proceder sino a través de la muerte, y no cualquier muerte, sino de la muerte de la vieja naturaleza en la cruz, dando así lugar a la nueva que es conforme a la imagen del Hijo de Dios.


Cuidado estimado hermano con lo que escuchas, discierne, por qué no todos los espíritus son de Dios (1° Juan 4:1), así como no todos los predicadores son voceros de la verdad, es más, muchos hoy se visten como ministros de luz, y te engañan con su falsa luz, pero solo toma un poco de tiempo pasarlos por la lumbrera de la palabra de Dios, para darte cuenta que ellos son pozos sin agua, nubes vacías, que aparentan la piedad, pero niegan su eficacia ¡¡Cuidado, con estos enemigos de la cruz!! Hoy puedes estar siendo pastoreado hacia el infierno, en vez de estar siendo guiado al cielo, y la diferencia solo la puede hacer LA CRUZ.


Dios te bendiga,

Profeta de Dios.