28 ago 2010 |

Amigos de Dios, enemigos del mundo


Santiago 4:4 ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

La amistad es una institución social que es inherente a todo hombre, al menos en términos generales todos hemos tenido un amigo, al menos una vez en la vida, y si bien con el tiempo los amigos van mayoritariamente variando, es del ser humano crearse nuevas amistades, quizás no al grado de revelarse los secretos más profundos del corazón (o quizás si) pero al menos alguien con quién contar, a quién pedir un favor, e incluso alguien a quién apoyar en algún proyecto.
La amistad en si tiene variadas formas y niveles, todos sabemos que hay amigos y “amigos”, pero el asunto es que nadie necesita ser intelectual o sabio en cuanto a los fenómenos sociales para concebir algún amigo aunque sea solo uno, o por un periodo de tiempo.


Según la biblia, hay amigo más unido que un hermano (Proverbios 18:24) y muchos de nosotros sabemos que esto es verdad, quienes hemos contado con el privilegio de tener un amigo, nos hemos dado cuenta que muchas veces son más unidos a nosotros que incluso nuestra propia familia (aunque hay que rescatar que la familia en Cristo logra lazos que ni el mejor de los amigos puede superar), es por ello que Jesús no tan solamente nos llama siervos o hermanos, sino también amigos, por que el nos ha confidenciado los misterios del cielo en el evangelio, misterios que el conoció directamente de su padre, y el nos compartió ya no como siervos sino como amigos, por que el siervo no sabe lo que hace su Señor, pero el amigo conoce la intimidad de la vida de su amigo (Juan 15:14). Que hermoso es oír que no somos tan solo siervos, sino también amigos de Dios por habernos confiado el evangelio, ciertamente yo me siento indigno de aquella confianza.

En otro pasaje también, la Biblia nos declara que habiendo sido enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. (Romanos 5:10) esto quiere decir que antes de que Cristo reinara en nuestras vidas (como supongo que lo hace) nosotros, tu y yo, éramos enemigos de Dios, estábamos lejos de él y de su verdad, el estaba descontento con nuestra vida y nuestro obrar, a él le molestaban las decisiones que tomábamos y todo lo que hacíamos, para él estaba mal, de hecho si no fuera por que llueve tanto para justos como para pecadores, ni tu ni yo hubiésemos tenido el sustento para sobrevivir en este mundo. Dios nos aborrecía por que vivíamos en pecado y eso nos convertía en sus enemigos, pero más pudo su amor que el sentimiento de enemistad contra nosotros (bendito sea el Señor) y habiendo estado todo el mundo perdido en delitos y en pecado, aún así murió por nosotros, para que a través de él no tan solo fuésemos amistado con él, sino también a través de él fuésemos salvos del infierno que nos esperaba ¡¡Gloria al Señor por su Gracia!! Y mi exclamación va en serio, ya que cuando descubres que le pasara a los enemigos de Dios, te das cuenta que le debes demasiado a Jesús, Marcos 12:36 dice al respecto: Porque el mismo David dijo por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus pies. Eso es lo que te merecías, ese era mi futuro, ese era nuestro final por causa de nuestro pecado, por nuestras malas obras.

El nos amisto con él por que él lo quiso así, él sabia claramente que nadie más podría hacer lo que él hizo, y yo me siento infinitamente agradecido por la empatía que mostró por mi pecado, y espero que cada cristiano de este planeta pueda sentir esa misma gratitud, pero así como el amor no son solo palabras sino hechos, concretos y verdaderos hechos, de esa misma forma la amistad se demuestra con fidelidad.
Nosotros sabemos que existen amigos y “amigos”, por que hay “amigos” que dejan mucho que desear, en buen chileno podríamos decir que algunos “amigos” son bastante “chuecos”, e incluso algunos nos han hecho tantas que a veces no entiendo por que aún les seguimos llamando “amigos”, pero también existen la otra clase de amigos, esos que se quitan el pan de su boca por ti, esos que te dicen la verdad a la cara aunque te duela, tan solo por que quieren lo mejor para ti, esos amigos que sabes que puedes molestar a las 3 de la mañana por que necesitas conversar, si tienes uno de esos, glorifica a Dios por ello, por que de esa clase cada vez quedan menos, incluyendo cristianos. Esa es la clase de amistad que Cristo nos ofrece tras su muerte y resurrección, el dijo que no existe mayor amor que aquel que pone su vida por la de sus amigos (Juan 15:13) él si que es un verdadero amigo, y así como el demostró su amistad para con nosotros subiendo a esa terrible cruz ¿no será prudente que nosotros paguemos con fidelidad e incondicionalidad la parte de nuestra amistad con él que nos corresponde? Pues yo creo que sí, si el fue capaz de morir por mi como mi amigo ¿Por qué no seré capaz YO de entregarme a él en una amistad sin limites?
Pues bien, a Cristo le interesa nuestra genuina y verdadera amistad, no aquella que se acerca a él tan solo cuando necesita ayuda (tu y yo aborrecemos a los oportunistas), debemos ser fieles a él, no tan solo por que él es Dios, sino por que el SE GANÓ NUESTRA AMISTAD muriendo por cada uno de nosotros.

El texto de Santiago 4:4 comienza llamando a la iglesia ADULTERA, y lo hace así por que la iglesia de Cristo se encuentra comprometida con él en un noviazgo en términos judíos, es decir, se ha comprometido durante un periodo de tiempo para luego celebrar las bodas (del cordero) junto a él, por lo tanto, si la novia le entrega su amor a otro hombre, entonces no es una simple falta a la fidelidad, sino derechamente un ADULTERIO.
Ahora bien, la pregunta es ¿Por qué Santiago llama adultera a la iglesia? ¿Qué es lo que hace que la iglesia adultere contra su esposo? La respuesta se encuentra en el resto del versículo ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?, esto quiere decir, que cada vez que tu y yo nos amistamos con él mundo, nos volvemos enemigos de Dios, y por ende faltamos a la fidelidad al novio de la iglesia, por lo tanto nos volvemos una novia ADULTERA, una mujer que le entrega su corazón a cualquier otro hombre, menos a su supuesto “amado”, aquel que la compro de ser una ramera en el mundo, para convertirla en una virgen santa, pura, sin manchas ni arruga, así de desgraciados somos tu y yo cuando preferimos las cosas del mundo y deliberadamente engañamos a nuestro fiel y amado amigo y esposo.

La amistad para Dios significa mucho, y de hecho en este contexto es la amistad la base de la fidelidad con algo o con alguien, es decir, si soy amigo del mundo es por que soy fiel a él, y no tan solo a él sino también a todo lo que estar amistado con el mundo implica, ósea, vivo para el mundo y sus deseos, cumplo sus expectativas respecto a todo, moda, manera de hablar, reacciones, manera de relacionarme con la personas, en fin, todo lo que implica ser mundano, así mismo, cuando alguien es amigo de Dios lo es no tan solo de palabra, sino de hechos, la amistad con Dios (al igual que la amistad con el mundo) implica acciones, hechos concretos respectos de esa amistad, la misma biblia lo declara: Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando (Juan 15:14), ósea, para Dios no basta cumplir con los requisitos religiosos para ser sus amigos, tales como, el bautismo, el orar por los alimentos, el ir a la iglesia una vez por semana, y el hacer buenas obras, todo eso realizado con un corazón bien intencionado está bien, pero ¿eso es suficiente para llamarnos amigos de Dios? pues claramente no, ya que los mandamientos de Dios abarcan mucho más que buenas obras, y todo lo que contradice los mandamientos de Dios son acciones mundanales que solo enlodan la santidad con la que Cristo nos quiere cubrir.
El “evangelio” Light que hoy se predica nunca te dirá que si te juntas con mundanos a conversar vanidades y a deleitarte junto a su pecado entonces te estas amistando con él mundo, ese falso evangelio, y los falsos ministros que lo predican, solo te hablaran que debes cumplir con el diezmo, las ofrendas y las primicias y de la santidad ni hablar, o te dirán, ¡¡usted no se debe cambiar de iglesia, por que aquí es donde conoció al Señor, aquí se debe quedar!! ¿Es así? ¿Me debo quedar aunque eso me signifique no crecer espiritualmente? ¿Me debo quedar aunque eso ponga en riesgo mi salvación? ¡¡Que Dios abra nuestros ojos a su verdad!!

Este mentiroso y torcido “evangelio” no se mete en las vidas de las personas, no se mete en la televisión que vez, no se mete en las palabras que usas, no se mete en tu relación matrimonial ni en tu relación con tus hijos, ese “evangelio” no se mete en la manera en como tu trabajas, no se mete en que amistades tienes, a ese “evangelio” falso solo le importa que tu mantengas tus ojos cerrados a la verdad de Cristo, y que mantengas los bolsillos llenos de esos falsos ministros de “justicia” (que no son otra cosa que mensajeros de Satanás) ¿y sabes por que es así? Pues por que mientras tu creas que estas viviendo un evangelio que te llevara al cielo, no importando con quien te amistes, tu estarás bien, pero ese “evangelio” mi estimado hermano, te llevara al infierno, te pondrá por estrado de los pies de Jesús, con ese “evangelio” y junto a ese falso ministro que te lo predica, serás lanzado al lago de fuego, por que no importa que te hallas bautizado, no importa que pagues el diezmo, no importa que ya no bebas o no digas garabatos, mientras seas amigo del mundo y disfrutes junto a él de sus pasiones, ERES ENEMIGO DE DIOS.

Todos vivimos en este mundo, trabajamos la mayoría para mundanos, debemos cumplir horarios y ciertas metas, debemos proyectarnos para el futuro, pero en todo eso y más, NO TENEMOS POR QUE HACERNOS AMIGOS DEL MUNDO, por que aunque estamos en este mundo, claramente NO SOMOS DE ÉL (Juan 17:16). Ahora tu te preguntaras ¿pero si vivo en el mundo, como puedo no ser amigo del mundo? Pues la respuesta es que aunque estamos en el mundo, y vivimos con mundanos, nosotros claramente debemos nadar contra la corriente de este mundo, es decir, en términos concretos, si el mundo fuma y eso contamina el templo de Cristo ¿Qué debo hacer yo? Si el mundo fornica y la biblia nos llama a abstenernos del sexo prematrimonial ¿Qué debo hacer yo? Y si el mundo adultera, no tan solo físicamente sino cada día mentalmente ¿Qué debo hacer yo? Y si el mundo se deleita en música que promueve la inmoralidad, los romances extramatrimoniales y/o las relaciones fornicarias ¿Qué debo hacer yo? Y si el mundo roba y la biblia dice no robaras ¿Qué debo hacer yo? Y si el mundo se deleita con programas televisivos donde aparecen mujeres semi-desnudas ¿Qué debo hacer yo? El vivir en santidad es todo lo contrario a vivir en este mundo, y claramente si tu o yo vivimos deleitándonos en este mundo y entregándonos a sus pasiones, pues notoriamente no vivimos en santidad, y tristemente quien no vive en santidad no podrá ver a Dios (Hebreos 12:14)

Por último, por si a alguien no le queda claro que a pesar que vivimos en este mundo, no somos de él, 1ª de Juan 2:15 dice lo siguiente: No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él, si en ti o en mi existe amor por las cosas de este mundo, es por que somos amigos del mundo y por ende ADULTEROS CONTRA DIOS, y consecuentemente, aunque nos llamemos cristianos, SOMOS ENEMIGOS DE DIOS, y la ira de Dios esta sobre nosotros, ya que si amamos al mundo entonces el amor de Dios no está en nosotros. Ahora tu me dirás ¡¡Yo no amo nada de este mundo!! Pues gloria a Dios si eso es verdad, pero yo pregunto ¿vivirías por fe si Dios te lo pidiera? Es decir, si Dios te dijese hoy, deja tu trabajo que sustenta tus deleites, tu casa, tus privilegios, el trabajo que hoy te mantiene con un auto que sin ese ingreso no pudieras mantener, que dejaras las comodidades que hasta hoy te entrega el dinero y vive por la fe en Dios, que él te sustentara diariamente ¿lo harías? Y si estudias ¿dejarías la universidad si tu carrera te aparta de Dios? y si no amas al mundo ¿Qué haces manteniendo amistad con mundanos? ¿Les predicas el evangelio o te dedicas todo el tiempo a reír de las ociosidades del mundo junto a ellos? o por último, piensa en la cosa que más amas de este mundo, y piensa si Dios te pidiera que eso lo dejaras por amor a él ¿sinceramente tú obedecerías al Señor? Si de corazón sincero sabes que no lo harías, pues estas amistado (amas eso) con eso más que con Dios, y eso te constituye enemigo de Dios

Dios quiere salvarte estimado hermano, Dios anhela que vivas una relación de amor muy intima con él, el quiere ser el rey de toda tu vida, por que sabe que cuando nosotros reinamos, nuestro corazón nos guiara al pecado, al fracaso y finalmente a la muerte, por ello nos llama a desechar las inmundicias de este mundo que no sirven ni son eternas, sin embargo, su amor si lo es, su presencia si que tiene valor en nuestra existencia, pero no podremos intimar con plenitud en nuestro corazón con aquel que nos ama entrañablemente, si estamos siéndole infieles con este mundo.

Dios nos ama, y quiere ver nuestro corazón vacío del mundo para llenarlo de él, por que recuerda, Dios es celoso, y no compartirá tu amor ni la prioridad de tu corazón con el mundo, para él no hay términos medios.

Si no quieres que tu final se encuentre en el lago de fuego, enemístate con el mundo, y amístate con Dios.

Dios te bendiga,

Profeta de Dios.