8 ago 2011 |

Para facilitarte la vida




Juan 2:14 Y halló en el templo a los que vendían bueyes y ovejas y palomas, y a los cambistas sentados. 15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y derramó el dinero de los cambistas, y trastornó las mesas; 16 y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre una casa de mercado. 17 Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consumió.

El evento que describe el Apóstol Juan en estos versículos, es una impresionante reacción para el tan amoroso temperamento de Jesús, él siempre se mostró como el cordero que debía ser inmolado por los hombres, como un hombre con un carácter tan afable y tierno que aún los niños gustaban de acercarse a él para jugar, tan empático y carismático que a pesar de su inigualable santidad, muchos de los publicanos y prostitutas de Israel se sentían cómodos al compartir la mesa con él y tan comprensivo que aquella mujer pecadora no sintió temor en derramar perfume en sus pies y secarlo con sus cabellos, en definitiva para quienes conocemos el amor de Jesucristo, ese evento donde el celo de la casa de su Padre lo consumía, es un momento bastante descolocador, sabiendo que el Cristo siempre guardo la compostura y si bien siempre dijo la verdad mirando a la cara de la gente, nunca se me hubiera pasado por la mente, siendo yo uno de los doce, que mientras él hacia un azote de cuerdas, aquel era para literalmente azotar y echar fuera del templo a aquellos cambistas, en una sola palabra podría decir que si yo hubiera visto al maestro en esa actitud, yo hubiera quedado simplemente IMPRESIONADO.

Ahora bien, la escritura dice lo siguiente sobre Cristo… Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza,  pero sin pecado. (Hebreos 4:15) esto quiere decir que a pesar de esa “airosa” actitud frente a los cambistas y los bramidos de los animales en el templo de su Padre, Él no pecó ni una sola vez, ni un solo instante mientras azotaba las mesas, volcaba las cajas con monedas de cambio y dejaba caer las jaulas con los animales, a pesar de toda aquella violenta escena, el NO PECÓ, simplemente hizo lo que debía hacer, descargar toda su ira ante la inmundicia que veían sus ojos, los cambistas y los animales en aquel lugar sagrado, eran tan mal olientes para Dios como lo es una simple mosca en la casa del perfumero… Jesús no podría haber hecho nada menos que lo que hizo. 

Cabe preguntarse ¿cómo fue que Jesús llego al extremo de mostrar su enojo no tan solo con palabras, sino con un hecho de violencia tan exuberante como este? Pues su ira no sobrepaso la exuberancia del pecado que se estaba cometiendo en la sagrada casa de Dios, eso está claro, aunque quizás para algunos haya sido solo un momento de arrebato exagerado, y no una demostración equitativa de la justicia de Dios, tal y como aquellos que hasta el día de hoy hacen uso del templo que se supone es para la exclusiva adoración y alabanza a Dios, vendiendo empanadas, hot dog, o cualquier tipo de alimento.      Aquí alguno pensará que me estoy saliendo de los márgenes del respeto, pero antes de que veten el resto de este mensaje, solo cuestiónense un poco que fue lo que pensaron los fariseos y el resto del pueblo al ver como Jesús en un arrebato del celo conocido para nosotros celo de Dios, toma las mesas y las da vueltas, azota todo lo que pilla a su alcance y destruye las jaulas que guardaban a los animales ¿no habrán pensado lo mismo? ¿Jesús está loco? ¿Pero cómo se le ocurre ser tan incivilizado? ¿Cómo es posible que este nazareno de mala muerte se presente así en el templo de Dios y destroce todo lo que se le ocurre? ¿Quién se cree este lunático que hace tal escándalo, está es la casa de Dios? Ahora bien, el por qué ahora en muchos templos cristianos se vende todo tipo de cosas, es por un motivo bastante piadoso, por ejemplo para reparar el templo, para ampliarlo, o para aportar a la obra misionera, y si bien esto nace desde un corazón “bueno”, cuya única finalidad es ser un aporte a la obra de Dios, obedece más que una actitud bíblica, a una que se desprende del viejo refrán “ayúdate que Yo te ayudare, dice el Señor”.

¡¡Todo esto se hace para el Señor y su obra, nosotros no nos quedamos sin ningún peso!! Dirá alguno, y que bonita intención, que loable trabajo, entregar tu tiempo y dinero para obtener ganancias que serán un aporte a las arcas sostenedoras de la iglesia, pero quiero decirte en pos de esa misma idea, que los cambistas, las aves y los corderos no estaban allí por casualidad, ni por qué no quedara más espacio en el mercado del pueblo, todas esas cosas estaban allí con la clara autorización de todo el sanedrín, y con la finalidad de facilitarle la vida a la gente, ya que como estaba cerca la pascua judía, muchos Israelitas venían desde todas partes del mundo a celebrar la fiesta y hacer algún sacrifico a su Dios, pero como provenían de distintos lugares, traían también moneda extranjera que para ser usadas en Jerusalén, debían ser cambiadas por monedas vigentes en ese lugar, y como era de esperarse, aquellos judíos que venían de lejos, les era más conveniente comprar un buen animal en la ciudad, que acarrearlo desde lejos, por ende, seguramente los mercaderes en conversaciones con el Sanedrín decidieron que con la finalidad de “facilitarle la vida a la gente”, era factible que aquellos que tenían su lugar en el mercado del pueblo, ahora podían estar dentro de la Casa de Dios, no con el fin de adorarle, sino con el objetivo de hacer negocio dentro ella, pero no con un afán de hacer dinero solamente, sino con el sincero sentimiento de “ayudar” a sus hermanos Judíos que provenían de tan lejos y así “facilitarles la vida”.

Con toda esta buena intención de parte del pueblo de Israel, y con lo bien y fácil que le hacían la vida a los judíos visitantes, Jesús tuvo una reacción que no se vuelve a ver en todos los evangelios, definitivamente él salió de sus casillas de paciencia y volcó toda su ira contra aquello que, sin lugar a dudas pudo haber partido en una buena intención, pero definitivamente NO ERA LA INTENCIÓN DE DIOS, y es aquí donde quiero llegar.

Hoy existen dentro de nuestras congregaciones, muchas tradiciones, costumbres y actitudes que nacieron desde una buena intención, tal y como es vender cualquier cosas dentro o desde nuestros templos, yo me preguntó ¿Jesús se enojó con los bueyes, ovejas y palomas? Imposible, es Dios mismo quien los creo y quien estableció todo un sistema de sacrificios con ellos, ¿entonces estaba airado porque había monedas dentro del templo? Imposible porque el mismo dijo que la mujer viuda que deposito dos blancas en el ofréndelo, dio más que todos los otros, y esto ocurrió dentro del templo, ¿entonces estaba molesto con los cambistas porque eran usureros en aplicar la tasa de interés? Tampoco, y aunque si podría haberse molestado por el interés usurero, si la molestia hubiera partido desde allí, entonces su ira podría haber volcado en el mercado y no en el templo, el asunto es que todas estas cosas no son malas en sí mismas, pero no estaban en el lugar que según Dios debían estar.

Hoy día, con el fin de facilitarnos la vida, existen demasiados recursos, y si bien aquellas cosas muchas veces nos hacen la vida más llevadera, tenemos que pensar que ninguna de ellas debe estar fuera de su lugar, el Sanedrín decidió que los cambistas tenían un lugar junto a sus bueyes dentro de la casa de Dios ¿y por qué no? Debe haber dicho el sumo sacerdote, pues porque ese templo no fue invención del hombre sino de Dios y el objetivo de ese templo jamás fue facilitarle la vida a la gente, sino ser un lugar de oración, de encuentro con Dios y de sacrificio de pecados, sin embargo, hoy muchas iglesias se han vuelto lugares donde a la gente se les hace más fácil la vida, donde los bramidos y los arrullos de sus pecados se encuentran cada culto más cómodos y holgados, y siendo que hoy tu y yo somos el templo de Dios (sí es que lo somos) puede que en nuestros corazones hayan pecados tan grotescos como del porte de un buey, o incluso tan pequeños desapercibidos como puede ser una paloma, sin embargo Dios quiere que en mi corazón viva y reine en completo solo Cristo y nadie más.

Tienes que pensar un momento ¿alguna vez has sentido que la palabra de Dios en tu iglesia ha volcado las mesas de tu corazón, que ha descubierto los bramidos del ídolo buey que puede haber allí o a echado a volar esas palomas que mantenían con estiércol aquello que debía permanecer limpio? Pues si no es así, entonces tu estas en un lugar donde se encargan de “facilitarte la vida”, donde no les importa tu alma, sino tu bolsillo, tu diezmo, tu aporte o tu trabajo, pero no tu persona, no la salvación de tu alma, y aunque suene penoso debes saber que si hasta hoy tu estilo de vida no ha sido desafiado, entonces donde se alimenta tu alma no es más que un Mcdonald´s “espiritual”, muy vistoso, muy sabroso y muy entretenido, pero para nada nutritivo ni saludable, las arterias de tu espíritu deben estar tan llenas del colesterol del pecado que muy poco de la sangre de Cristo puede fluir a tu corazón para mostrarte cuanto aún debes caminar hacia él.

Hace un tiempo yo me hago esta pregunta ¿Por qué una persona casada engaña a su pareja? Pues porque busca por fuera lo que no encuentra dentro (no estoy justificando el adulterio), ahora la misma pregunta pero en el sentido espiritual ¿Por qué una persona a pesar de tener su congregación, siempre busca escuchar algún predicador distinto, leer un libro o visitar otras iglesias? ¿o por qué no busca consejo en su propio pastor y siempre busca en algún sicólogo o en algún hermano que ni siquiera pertenece a su congregación? Pues porque busca por fuera lo que no encuentra dentro, porque así como hay buenos padres que tienen malos hijos, así también hay buenos cristianos que están en malas congregaciones, iglesias donde ya se hace insoportable el sonido de los bueyes, palomas y ovejas, donde solo hablan los cambistas de cosas terrenales, y que con cada palabra y bramido, solo arrullan el pecado de la gente con la finalidad de que aquellas personas no se vayan, ya que esas personas representan no un alma que le pertenece a Cristo, sino un número que sustenta el armonioso y pomposo estilo de vida de algunos líderes religiosos, y si no es así, pues simplemente representa un número más en el gran libro de membresía que permite a tales lideres jactarse de su organización, de lo que ellos han logrado conseguir con sus métodos, o han sostenido con sus ligaduras.

Recuerdo el caso de un hermano en la fe que se cambió de congregación y le dijo a su pastor que se iba junto a toda su familia, y luego de un año ese mismo pastor les llamo por teléfono preguntándoles si definitivamente no se congregarían más con él, para borrarlos del libro de membresía ¿puedes creerlo? ¡¡Había pasado un año!! Pues todo esto es porque hay lugares donde el pastor, el obispo o el apóstol han decidido hacerles la vida más fácil a “sus hermanos en la fe” y les permiten tener junto a sus cómodos asientos a sus bueyes, palomas y ovejas, y es más, si no traes ningún animal, pues pierde cuidado que es cuestión de tiempo que ellos mismos te faciliten alguno, para que te sientas cómodo, como si estuvieras en casa.

Yo te desafío a mirar a Jesús, no solo como el cordero inmolado en la cruz, sino como aquel que incomoda la vida pecaminosa de la gente, que mira a los ojos y te dice ¡¡arrepentíos y convertíos!! Como aquel que no tiene ningún tapujo de decirle al pulcro joven rico que venda todo lo que tiene y lo regale a los pobres, descubriendo así quien gobernaba en su corazón, te desafío a que pongas en la balanza tu vida espiritual y la de tu congregación junto a la escritura, y definas si en ese lugar, tu corazón y tu iglesia, Cristo cuando entrara te diría ¡¡Bien hecho buen siervo y fiel!! O se haría un azote de cuerdas y con violencia rompería todo lo que hay allí este, diciendo ¡¡esto que yo lo compre para que fuera la casa de mi Padre, vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones!!  Toma el desafío, te lo recomiendo, pues porque si en el resto de los evangelios no vemos una actitud de tal violencia de parte de Cristo, es porque entonces este tema es realmente preponderante para Él.

Jesús tiene la capacidad de hacer nuestras vidas las más maravillosas de todas las vidas en este mundo, pero no desde la base del desorden ni pasando por alto el pecado, el paga la deuda de mi maldad, pero no para hacérmela fácil para continuar con mi pecado, sino con el fin de darme el poder para escoger por él y por su santidad.

Dios te bendiga,

Profeta de Dios..