23 dic 2011 |

Simplemente inseparables


Juan 14:23  Respondió Jesús y le dijo: El que me ama,  mi palabra guardará;  y mi Padre le amará,  y vendremos a él,  y haremos morada con él.

El evangelio de Juan establece, a mi parecer, una enunciación bastante poética (pero no menos real) sobre la persona de Jesucristo, el comienza diciendo En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Juan 1:1, el verbo (acción) que creo todo el universo, todo lo que existe tanto en lo visual o terrenal como en lo espiritual, todo paso por la acción del verbo, por el rugido del León de la tribu de Judá, el verbo es sin lugar a dudas el gestor de la creación entera, él junto al resto de la Trinidad, dieron vida a todo lo que hoy existe y de lo cual hoy podemos disfrutar. 

El verbo en este versículo, es traducido desde el griego Logos, que se define entre otras como: Palabra, evangelio, razón o doctrina, y se usa para definir, a toda la palabra canonizada, es decir, toda la palabra inspirada por el Espíritu de Dios y revelada a los hombres, desde el Génesis hasta el Apocalipsis.                       Logos también es la palabra usada por Jesús, en la explicación de la parábola del sembrador (Mateo 13:19) donde define a Logos (palabra) como aquella palabra de proviene del Reino, es decir, el evangelio.    Todo esto indica una cosa, que el Verbo creador y su palabra no son otra cosa que simplemente, una misma cosa, en esencia Jesucristo es la biblia y la biblia es lo que carnalizó (hizo carne) Jesucristo.

Él es quien se siembra asimismo en los corazones de los hombres, buscando una tierra buena y fértil que quiera producir en ella la misma vida del Hijo de Dios en sí, Él es quien se mete en el corazón del hombre y lo apega asimismo, buscando producir fruto abundante y una fuente de agua que salte para vida eterna.

Que hermoso es conocer a Dios, realmente Él no tiene comparación, solo piensen en aquel carpintero de Galilea, que antes de ser concebido por el Espíritu de Dios en el vientre de María, estaba sentado YA, desde siempre y antes del origen de todas las cosas, a la Diestra del Padre, creando y gobernando toda su creación, y un buen día él mismo quiso ser el artífice de la salvación del alma del hombre ¡¡Que Glorioso!! Saber que ese magnífico Verbo, hoy por la fe, vive en nuestros corazones, sinceramente, Yo no merezco tal honra.

Ahora bien, quizás muchas de estas cosas que a mí me maravillan, a la mayoría no les provoque nada, por la simple razón de que ya manejan esa información en sus mentes, ¡¡a sí, yo sabía que Dios es el creador, que murió por mí y que ahora vive en mí!!.     Qué pena es darse cuenta cómo podemos hacer tan pequeño algo tan magnifico, por no tener un corazón con las prioridades correctas, o quizás simplemente no nos hemos dado cuenta de lo que significa todo esto ¡¡es que es Dios mismo viviendo en mí!! Es el verbo que una vez se hizo carne el que hoy Reina para siempre a la diestra de Dios, es Jesús el carpintero que murió por mí, un sucio y vil pecador, para que yo hoy pueda por la fe en su sacrificio ir al cielo y para siempre estar con él.                      Que simple puede parecer el respirar, mientras hay aire, pero que complicado será (ni Dios lo quiera) cuando ese suministro sea cortado, en ese día agradeceremos aquello que menospreciamos, ignoramos y contaminamos, Dios quiera que cuando decidamos conocer, amar y apreciar a Dios, no sea demasiado tarde (Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Isaías 55:6).

El asunto es que el verbo hecho carne, es también su propia palabra, es también La Verdad, Él es La Vida misma, y como muchos lo habremos sentido alguna vez, cuando escuchamos su palabra, esa Palabra produjo vida en nuestro interior en aquellos lugares donde había muerte, trajo luz donde estaban las tinieblas, produjo esperanza donde abundaba la desolación, provoco aliento donde solo reinaba la depresión, eso es La Palabra de Dios, el mismo lo dijo en Juan 6:63 las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Son aliento y sustento, son fuerza y vigor, en definitiva, la Palabra de Dios es Jesús, siempre lo ha sido y siempre lo será.

Ahora, entendiendo esto, que Jesús es La Palabra de Dios y que La Palabra de Dios es Jesús, podemos también comprender lo que Lucas 21:33 quiere decir… El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. El cielo y todo lo creado por La Palabra pasará, pero La Palabra misma siempre existirá porque siempre ha existido, porque tiene la virtud de ser eterna, tal y como Jesús es eterno.

Por todo esto, debemos comprender la importancia de La Palabra de Dios, es que la escritura dejada para los hombres (La Biblia) no es simplemente un libro de bonitas sugerencias para mejorar nuestro estilo de vida o para ayudarnos en los momentos difíciles, ciertamente hay verdad en aquello, pero La Palabra de Dios es mucho más que eso, ES VIDA, ES VERDAD, ES JESÚS, ES EL HIJO DE DIOS plasmado en un libro ¿o de donde creen que ese precioso libro ha cambiado tantas vidas desde siempre? Pues porque en él esta intrínsecamente adherido todo lo que Cristo es.
Su Palabra es el refrigerio para muchos cristianos que hoy padecen persecución por La Palabra, es la fortaleza del quebrantado y el aliento del que ya no tiene fuerzas, como también la vara que corrige al indisciplinado y el cayado que endereza al que por alguna razón que ve torcido.       En definitiva, La Palabra del Señor, LO ES TODO.

Habiendo comprendido la preponderancia de La Palabra, quisiera que meditáramos un momento respecto de lo mismo, he oído a muchos “cristianos” decir lo siguiente: ¡¡bueno, yo solo desobedezco en “esto” la palabra, pero el resto está en orden!! ¡¡Yo lo único que hago, es no congregarme!! ¡¡No importa si tal persona no es convertida, igual me quiero casar con el  (ella) yo la puedo llevar al Señor y ayudar en su conversión!! En fin, testimonios como este abundan en las “iglesias” de hoy, y aluden para respaldar sus hechos que ¡¡Dios es amor!! Olvidando que Dios por AMOR,  AZOTA Y CORRIGUE a todo aquel que toma por hijo (Hebreos 12:6), y que SU PALABRA dice, que Él jamás nunca tendrá por inocente a un culpable (Éxodo 34:7), eso dice su palabra, eso dice Jesús, ESO ES JESÚS.

Sin embargo, mucha gente hoy esta engañada, creyendo que puede “seguir” a Jesús, “amar” a Jesús, “vivir” en Jesús y recibir el Amor de Jesús, pero pasando por alto LA PALABRA DE JESÚS, sin comprender que eso es nada menos que imposible.

El enemigo ha hecho un excelente trabajo tratando de convencernos que podemos separar a Jesús de su palabra, siendo que hacer eso es tan ridículo como creer que el metal un día se convertirá en madera, y aunque yo revista de madera un trozo de metal, lo rellene por dentro y lo envuelva por fuera con la madera más hermosa del mundo, pues, el metal, seguirá siendo metal hasta que un día se desintegre, de esa misma manera, yo jamás podre separar a Jesús de su palabra, simplemente porque es IMPOSIBLE, yo puedo creer que lo separo, puedo imaginar a un Jesús sin biblia, puedo creer que él me permite pecar y pecar, y seguir pecando deliberadamente y mantener cerrada la Biblia, auto convenciéndome que puedo tener un salvador fuera de la escritura, uno que pasara por alto todos mis pecados no arrepentidos, aunque LA PALABRA diga lo contrario.

Hoy puedo ver ministros así, hablando sobre lo que dijo otro “ministro” sobre un tema en particular, torcido versículos y sacando de contexto cosas de la biblia, para establecer “nuevas” doctrinas que nos muestran a un Jesús ajeno a su PALABRA.               Por ejemplo, he oído de bocas de ministros decir que Dios dejo a los médicos para aquellas personas que no tienen fe, es decir, el Profeta Eliseo, a pesar de hacer una cantidad considerable de milagros, incluso después de muerto, no tuvo la fe suficiente para sanarse asimismo, tal como dice 2ª de Reyes 13:14 Estaba Eliseo enfermo de la enfermedad de que murió.  Eso es tener un Jesús fuera de la biblia, uno que dice cosas fuera de los registros de la escritura, y alguno me dirá ¡¡pero Eliseo es Antiguo testamentario, hoy tenemos la fe, la gracia y el Espíritu Santo!! Pues Dios es uno solo, no cambia, y el mismo Dios de Eliseo, fue el del Apóstol Pablo inspirándolo a escribir a su consiervo Timoteo en el versículo 5:23 Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades. Pues aquí vemos al escritor de la mayoría del nuevo testamento, promoviendo la falta de fe, ante un siervo con menos fe que él, ya que no existe otra explicación que la falta de fe para que Pablo le diga a Timoteo que use vino para menguar sus dolores estomacales.
Por otra parte, también he sabido de ministros que saben que los miembros de su iglesia viven en relaciones extramaritales, de todas maneras les permiten predicar, ministrar la alabanza o enseñar en sus escuelas dominicales ¿Qué es esto, sino separar la figura de Cristo de su palabra? Pues estos se justifican diciendo ¡¡es que Dios es amor!! Claro que lo es, pero no es solo amor, también es fuego consumidor y yo no puedo tomar solo la mitad que me conviene de Cristo y su palabra, o tomo todo de Dios o no tomo nada de él, es IMPOSIBLE tomar a Cristo, y dejar de lado su palabra.
He escuchado testimonios de líderes de jóvenes de iglesias que fornican en su noviazgo, pero sin embargo, siguen liderando y guiando a otros jóvenes, y se justifican diciendo ¡¡bueno, la carne es débil!! Claro que la carne es débil, eso es escritural, pero también lo es decir ¡¡¡PERO EL ESPÍRITU ESTÁ DISPUESTO!!! (Mateo 26:41) Si por el Espíritu de Dios hacemos morir las obras de la carne, viviremos (Romanos 8:23) Yo me pregunto ¿Qué hace esa gente pecando deliberadamente y aun congregándose como si nada malo ocurriera? Pues están dividiendo a Jesús de sus dichos, separando a Dios de su palabra, creyendo que pueden tener un Dios con un porcentaje de la biblia que les conviene, dejando de lado la parte de Dios que les molesta, que les corrige, que les demanda vivir en santidad, se justifican en una gracia descontextualizada, separa de la verdad de Dios, solo se afirman en el refrán popular (y bíblico) de que Dios es Amor, dejando de lado las palabras de Jesús (que son Él mismo) diciendo ¡¡No todo el que me dice SEÑOR SEÑOR, entrará al Reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos!! (Mateo 7:21)

No podemos tener a un Jesús como la puerta a la vida eterna (Juan 10:9), sin un camino estrecho que transitar (Mateo 7:14), no podemos separar a Jesús de sus palabras, no por que no podamos intentarlo y auto engañarnos creyendo que sí, sino porque en esencia es IMPOSIBLE, tan IMPOSIBLE como respirar sin aire, así de imposible es separar a Cristo de la vida que produce obedecer su palabra.

El Fallecido Pastor David Wilkerson, predicó una vez un sermón que se llama ¡¡Uno mayor que Salomón!! Y menciono a la Reina de Sabá y todo lo que regalo a Salomón en gratitud por sus consejos, y como ella comprobó por si misma que la sabiduría del Rey era digna de obedecer, pues Jesús dijo esto… He aquí uno más que Salomón en este lugar (Mateo 12:42) ¿Cuántos de nosotros no haríamos lo imposible por tener una audiencia con el Rey Salomón si hoy existiera, no sería fascinante recibir dirección del hombre más Sabio del mundo para todas las áreas de nuestra vida? Pues si estaríamos dispuestos a hacer eso ¿Por qué no estamos dispuestos a obedecer la Palabra de aquel que Es Mayor que Salomón? Creemos en el Jesús de la biblia, pero con nuestros hechos lo separamos de su palabra, es tragicómico, creemos en el Dios de la Biblia y nos fundamentamos en ella para decir que es verdad, sin embargo, no vivimos por los principios de la misma, es casi una paradoja digna del cine, como el planeta de los simios, que si el hombre no hubiera viajado del pasado al futuro nunca hubiera habido eso de revolución primate, así de paradójico es CREER en el Jesús de la BIBLIA, pero no obedecer lo que dice la BIBLIA.

El evangelio de Juan 14:21 dice lo siguiente: El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.      Quizás, el hecho de no obedecer La Palabra de Dios, pase por una cuestión de amor, y es que tenemos sus mandamientos, los conocemos, sabemos que mentir, robar, adulterar y manipular las situaciones es pecado, sin embargo ¿Por qué no obedecemos los mandamientos? Pues quizás hemos separado a Jesús de su palabra, porque tal vez nos amamos tanto a nosotros mismos que no somos capaces de separarnos a nosotros mismo de nuestro pecado, por amor a él.            ¿Qué pasa con el cristianismo actual, tan lánguido y sucedáneo del original? Creo que hemos perdido la memoria, han pasado tantos años y las hojas de este árbol se han cambiado tantas veces, que nos hemos olvidado de nuestra raíz.

Ser cristiano en la iglesia primitiva era sinónimo de ser mártir, y ¿Por qué? Pues porque esa iglesia sabía que Jesús había dicho que quién lo negaba aquí en la tierra delante de los hombres, Él lo negaría en los cielos delante del Padre (Mateo 10:33), y eso es imposible de obviar, porque Jesús lo dijo, y no se puede tener en el corazón al Jesús de la palabra, sino se es capaz esforzarse por vivir esa palabra.

Dios te bendiga,

Profeta de Dios.