18 may 2012 |

Amarlo es Obedecerle (Parte I)



Juan 14:15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.

Los cristianos cotidianamente espiritualizamos todo, al menos los “pentecostales” latinoamericanos somos así en su mayoría, le ponemos nombre de espíritu a todo, recuerdo la historia que contaba un pastor sobre un hermano que en la iglesia tenía “problemas con sus ojos”, cada vez que pasaba una hermanita a ofrendar adelante o cuando las veía pasar por el pasillo de la iglesia, sus ojos le daban un festín a su libidinosa carne, su imaginación al parecer daba para mucho.            Con el tiempo, este “hermanito” comenzó a sentirse mal por lo que veía y por la “supuesta lucha” que tenia con sus ojos que querían mirar lo que no debían y de una manera carnal, por todo esto, no hallo nada mejor que pedir la oportunidad un día para pasar adelante y “acusar al espíritu” que lo estaba “atormentando”, al que él curiosamente nombro como “un espíritu de lacho”, creyendo que “al acusar el espíritu” se hacía libre de la manera sucia que tenia de mirar a sus hermanas en la fe.       

Está puede ser una historia cómica y típica chilena, pero la verdad, es que en muchas iglesias es el pan de cada día, no por causa de esos “espíritus” que andan pululando por sobre las iglesias, sino, por que en nuestra ignorancia le ponemos nombre y apellido a nuestra falta de comunión, a nuestra religiosidad, a nuestra manera cuadrada y limitada de vivir la vida cristiana, con todo el respeto que me merece aquel varón que padecía por ese “espíritu de lacho” ¿en qué parte de la escritura aparece algo similar? Pues si mal no recuerdo, en ninguna, sin embargo, cuando el contó esa historia (trágica para él por supuesto) todo el mundo dijo ¡¡Amén!! ¿Y por qué? Pues por ignorancia de la escritura, por ser sobre-espiritualizados y por falta de orientación en darnos cuenta que no todos nuestros fracasos son producto de la actividad demoniaca, ni tampoco todas nuestras “victorias” son la voluntad de Dios, de ser así entonces, quien por trabajar excesivamente deja nada de tiempo para la comunión personal con Cristo, ni menos para congregarse, entonces estaría viviendo en victoria, aunque gane todo el dinero del mundo, está perdiendo algo mucho más relevante, LA VIDA ETERNA, Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. (Lucas 12:15).

A mi punto de vista, lo que padecía aquel varón, era de lascivia, y no critico su condición por que el varón que este firme, mire que no caiga, pero la lascivia no se quita con un ungimiento a nivel de iglesia, ni con cadenas de oración, yo no me levanto menos lascivico luego de pasar por una vigilia de oración, yo seré menos lascivico desde el preciso momento que comience a filtrar lo que mis ojos ven y decidir lo que mi mente piensa, claramente ayudará la oración y el ayuno, claramente ayudará la oración de mi pastor y la de mi iglesia, pero nada de eso funcionará si YO NO DECIDO determinar que pensamientos gobernarán mi mente y que “cosas” verán mis ojos.

De esa misma manera, cada actitud que emane del temperamento del viejo hombre que arrastro en mí, será vencida cuando YO someta ese carácter A LA OBEDIENCIA a la palabra de Dios.           Hoy conversaba con mi amada esposa y le preguntaba ¿tu crees que Jesús camino sobre las aguas? Pues sí, respondió ella, ¿Por qué? le pregunte nuevamente, Pues por fe, dijo ella, porque creo lo que dice la palabra, entonces yo le dije ¿tú crees que podemos amar a nuestros enemigos y bendecir a aquellos que nos aborrecen? Pues, eso es un poco más difícil (parafraseando lo que me dijo) ¿y por qué? ¿Acaso la misma biblia que dice que Pedro camino sobre las aguas, no nos manda a amar y bendecir a nuestros enemigos? Ósea, siendo bien sincero ¡¡yo no siento ni un poco de amor por mis enemigos (que no los tengo)!! Sin embargo, si la biblia lo dice, es porque claramente yo, un simple mortal puede llegar a amar a aquellos que lo aborrecen ¿pues, como llego a eso, como venzo el carácter del viejo hombre en mí? OBEDECIENDO A LA PALABRA DE DIOS, alguno me dirá ¿es que yo no siento de amar o bendecir a aquellos que me han hecho tanto daño? Pues jamás nadie lo sentirá si primero no obedece a la ordenanza del Señor.

En ninguna parte de la escritura dice que debemos “sentir” amor por quienes nos odian, simplemente dice como un mandato, como una ordenanza, como una norma ¡¡AMAD A QUIENES OS ABORRECEN!! Y si Dios lo mandó ¿Quiénes somos nosotros para desobedecer? Lo que sucede es que nosotros somos engañados por el corazón y esperamos sentir algo para hacerlo, cuando Dios dijo claramente ¡¡AMENLOS!!.          Adán nunca había sentido la muerte, él no había conocido que significaba ese ¡¡ciertamente morirás!! (Génesis 2:17) sin embargo, ¿debía obedecer el mandato de Jehová? Adán pudo haber dicho ¡¡Pero Dios, yo no siento que comer ese fruto sea malo, es que yo no sé lo que es morir!! EL DEBIÓ OBEDECER POR QUE DIOS LO DIJO, aunque no hubiera sentido jamás lo que era la muerte, no debió comer del fruto prohibido para experimentar (sentir) que lo que Dios había dicho, era verdad.  Esa no era la voluntad de Dios para ellos.

Jesús dijo Si me amáis, guardad mis mandamientos (Juan 14:15) ¿tu amas a Dios, amas a Jesús? Pues demuéstraselo ¿Cómo? OBEDECE LO QUE ÉL PIDA DE TI, y aquí es donde las iglesia contemporáneas han creado diversas doctrinas, donde tienen diversas actividades, donde nos enseñan miles de cosas, y muchas de esas miles no van al meollo del asunto, y es que podemos ayunar, orar, hacer vigilias, estudiar teología, hacer foros, crear páginas webs de evangelismo, estudiar y estudiar la biblia, y mientras no seamos capaces de comenzar a hacer lo básico de lo que el Señor nos pide, todo eso y más ES VANO, es vano hoy y lo será para el día del juicio, donde Dios nos preguntará ¿HICISTE FIELMENTE LO QUE TE DEMANDE?.

Jesús no está esperando que nos llenemos de conocimiento bíblico, mientras no somos capaces de mirar a nuestro prójimo y ser luz para él ¿Cuántas veces hemos rechazado a aquellos que están a nuestro alrededor, ciegos y perdidos, mientras nosotros nos llenamos de un conocimiento que perecerá con nosotros? No estoy diciendo que no estudiemos la biblia y nos vamos por el mundo ayudando a la gente sin preparación, estoy diciendo que dejemos de vivir preparándonos y comencemos a ser ESA LUZ Y SAL que el mundo necesita, estoy diciendo que comencemos a vivir en esa santidad e integridad que tanto hemos estudiado, estoy diciendo que todo los “evangélicos” saben que el evangelizar es EL PORQUÉ de la iglesia, y sin embargo, es lo que menos hacemos, estoy diciendo que hagamos lo que el Señor nos demando ¡¡amemos a quienes nos aborrecen!! ¿Por qué, Dios es malo o sicópata al pedirnos aquello? No, él pide que seamos como él, COMPASIVOS, que al igual que él nosotros podamos tener compasión de aquellos que están perdidos, creyendo que están bien.

La biblia habla del fruto del Espíritu, y tal como dice ¡¡Es el fruto del Espíritu!! Por ende, no hay mucho que yo pueda hacer para producirlo, es el Espíritu de Dios quien produce su fruto en mí, sin embargo, ¿te has percatado que nosotros somos cualquier cosa, menos abundantemente Amorosos, gozosos, pacíficos, pacientes, benignos, bondadosos, mansos, templados o llenos de fe? Y que hay con eso ¿será que el Espíritu de Dios no quiere producir eso en mí? Pues claro que si, el Espíritu de Dios pasa más tiempo contrito que alegre en nosotros, por que gozamos de paz y de amor por Dios en el templo mientras le adoramos, pero carecemos de bondad, benignidad y paciencia el resto de la semana mientras vivimos nuestras vidas “seculares”, ¿es el Espíritu quien no quiere producir su fruto en mí? CLARO QUE SI, soy más bien yo quien no lo dejo hacerlo.  Cabe preguntarse ¿Cómo entonces dejó que él produzca? Pues quizás la respuesta sea tan simple y falta de teología que no te guste, pero se llama OBEDIENCIA a su palabra, y ojala fuera tan simple hacerla como saberla.

La obediencia es básica para vivir una vida llena del Espíritu de Dios, es primordial ¿es que como podemos pensar en vivir una vida cristiana abundante y sin frustraciones mientras somos personas desobedientes a la voluntad de Dios? Estimado (a) no importan cuanta teología haya en nosotros, ni cuantos cargos ostentemos en nuestras iglesia, mientras no seamos personas OBEDIENTES A LA VOLUNTAD DE DIOS, nuestro juicio será vergüenza delante de Dios.   Solo pensemos un momento ¿vivo todo lo que se? Pues si vives el amar a tus enemigos, orar por ellos y bendecirlo, si vives el guardarte en santidad, el evangelizar a toda criatura, el ser fiel a tu mujer o esposo con tus pensamientos, el amar al Señor por sobre todas las cosas y al prójimos COMO A TI MISMO, entonces deseo felicitarte y rogarle al Señor que permanezcas firme a él, sin embargo, si eres como yo y aún no vives en todo lo que sabes, pues ha llegado el tiempo de hacerlo y dejar de acarrear mayor condenación sobre nosotros luego de llenar nuestra mente con más conocimiento.

El amor a Dios no se dice, el amor de Dios se hace, se vive, el amor a Dios se demuestra cuando amas a tu prójimo como a ti mismo, el amor de Dios se luce como una perla preciosa sobre el carácter de tu vida, el amor a Dios se deja sentir cuando logras comenzar a desear que aquel que te maldijo, pueda conocer el amor y la salvación de Jesucristo, al igual que tu y yo.

Esto mi estimado, no se logra tan solo con oración y ayuno, muchos talibanes oran fielmente y ayunan mientras pegan a sus cuerpos cartuchos de dinamita, para luego inmolarse en el nombre de Alá, esto se logra con obediencia, jamás lograremos llegar a ser como Jesús solo llenándonos de conocimiento, lo lograremos haciendo como él, AMANDO a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.

Dios te bendiga,

Profeta de Dios.