17 mar 2009 |

La Oración Vence a la Tentación

Siempre me he preguntado, como es posible que un cristiano que ha salido de flagelos tales como la droga o el alcoholismo, o de hábitos pecaminosos como el robar, mentir o fornicar o en fin cualquier tipo de pecado que le hubiera atado, de igual forma, habiendo compartido su testimonio con la congregación, habiendo degustado de la deliciosa presencia de Dios, habiendo conocido la libertad que se experimenta en Cristo, así y todo, vuelven a caer... y aún más, se alejan del amor de Cristo a tal grado que como dice la escritura "el perro vuelve a su vomito y la puerca lavada a revolcarse en el cieno (2° de Pedro 2:22") y esto desgraciadamente no es una teoría, es la realidad de no tan solo mi congregación, sino de las mayorías de este mundo. Seguir a Cristo no es fácil, la misma escritura lo narra así, aludiendo de que de los valientes es el Reino de los cielos, y al principio, cuando uno camina de la mano acogedora de Dios, uno no se da cuenta de la magnitud y la importancia de ser llamado hijo de Dios, realmente es un galardón que muy pocos en la tierra tienen, y que muchos menos saben conservar... es que matar la carne, su debilidad y su concupiscencia no es tarea de un día, ni mucho menos labor de quien no esta dispuesto, es dolor y sufrimiento, es decir que no a realizar actividades que carnalmente nos encantan, que nos han deleitado durante años, es negarse a si mismo y definitivamente morir al yo, en pos de lo supremo, la presencia de Dios.

El que vuelve atrás, no lo juzgo ni lo justifico, por que no puedo ni debo hacer ni lo uno ni lo otro, pero considerando el por que del asunto, y asintiendo la grabedad de lo que significa tomar el arado y mirar hacia atras, pues creo que la solución definifitiva no se encuentra en congregarse simplemente, o en leer un versiculo semanal, ni en orar de vez en cuando antes de dormir, se encuentra en la clave que Cristo dejo en Mateo 26:41 Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

Usted dira ¿pero claro que yo se eso? ¿sin lugar a dudas, este tema está más que tocado? pero ahora yo le pregunto, ¿cuantas veces usted y yo hemos caido en la tentación por causa de no haber orado?. Ciertamente el hecho de ser hijos de Dios, no nos da la victoria instantanea sobre la tentación, el haber confezado a Cristo como Señor es solo la puerta a la vida eterna, pero el permanecer fiel, resistiendo la tentación es una labor diaria en nuestro caminar... usted dira !!!pero bueno, total todos caemos alguna vez¡¡¡ pero yo le pregunto nuevamente ¿a Cristo le agradara que pudiendo no haber caido, teniendo las herramientas para vencer, estando a tiempo para obtener la victoria sobre la tentación, y a pesar de todo hayamos caido?. Creo que si Jesús se tomo el tiempo para darnos la clave para vencer nuestra carne, no fue para que pecasemos y despues oracemos, sino todo lo contrario, para que perseveraramos en la oración y luego vencieramos, pero la mayoria de nosotro primero nos sentimos tentados, dejamos que el diablo nos ensucie durante el día con su arsenal de inmundicia y luego en la noche clamamos al cielo ¡¡¡No nos dejes caer en tentación!!!

¿Cuando el pueblo de Dios vivira haciendo la voluntad de Dios? o mejor aún ¿cuando los lideres, obispos y pastores de las iglesia tendran una visión de Dios antes de tomar una desición? PUES CUANDO LA ORACIÓN SEA LO PRIMERO, antes de dormir, antes de levantarse, antes tomar una desición, antes salir a la calle, antes de ver televisión, antes de que el mundo siga instruyendo con basura nuestras mentes atravez del cine, las teleseries y los periodicos, antes de que sigamos siendo indolentes ante el dolor ajeno, antes de que seamos evangelicos solo dentro de la iglesia... antes de que nuestro corazón se enfrie por llenarlo de cualquier cosa, menos de la presencia de Dios, pues antes de que todo aquello ocurra, OREMOS AL SEÑOR.

Por todo ello, el hombre vuelve a su necedad, tal y como el perro a su vomito, por que la tentación no se vence una vez y para siempre, sino cada día perseverando en oración veremos al enemigo vencido bajo nuestros pies, y la recompensa la obtendermos, aquella puerta que ha estado cerrada tras la bendición se abrira, por que despues de tanto usar la llave, lograremos entrar a ese lugar tan deseado para nuestro espíritu, al delicioso LUGAR SANTISIMO.

No dejes, que el que el estomago de tu espíritu se encuentre saturado y satisfecho de oración el día de hoy, sea el motivo de hacerlo ayunar el día de mañana.

¿cuando fue la ultima vez que viste el rostro de tu Señor en oración?

Profeta_7
Shaloom