17 jun 2011 |

El problema es que no somos débiles

2ª Corintios 12:10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Desde muy pequeños se nos enseña en esta sociedad vertiginosa, que por ningún motivo, bajo ninguna circunstancia debemos ser débiles, ¡¡No Señor, mi hijo debe saber cómo enfrentar la vida!! dicen los padres, y las madres dicen a sus hijas ¡¡Usted debe ser profesional para que ningún hombre domine su vida, usted debe ser independiente!!, pues bien, el resultado de eso, es que hoy tenemos la generación con más alta tasa de divorcios de la historia, y a su vez con la tasa más baja de casamientos, ya que como todos están mentalizados en no permitir que alguien se les acerque demasiado para acariciarles por miedo a ser golpeados, que nadie se atreve a tomar el desafió de ser uno (en el matrimonio) para toda la vida, porque al hacerlo podríamos en algún momento tener que depender el uno del otro, y claro está, hoy nadie quiere mostrar un poco de debilidad, ya que a la primera lagrima brotando por nuestros ojos, creemos que el prójimo tomara ventaja y nos pisoteara sin piedad.
No digo con esto que el hombre no deba hacerse cargo de sus responsabilidades, ni que la mujer no pueda estudiar, sino que no debemos preocuparnos no tan solo de hacer las cosas, sino también del motivo porque las hacemos, hoy podemos vivir una vida matrimonial tortuosa por basarla en un contrato solamente o podemos vivirla con sus altos y bajos, en dicha basada en el amor.         El asunto no es tan solo estar casado, sino el amar empáticamente a aquel con el que se comparte la vida.

Quizás este no es el sentir generalizado de los cristianos (y no debe serlo), pero de cierta forma hoy tampoco muchos cristianos quieren llegar al Altar, porque al hacerlo verían coartadas muchas posibilidades económicas.   Y si bien la economía cambia con el matrimonio, el mantener (felizmente) una esposa, una casa y un hijo, notablemente cambia nuestras prioridades, pero en esto cabe hacerse una pregunta ¿es el egoísmo y el vivir solo para el “yo” lo que nos hace feliz? pues si el egoísmo nos impide formar familia, ese mismo egoísmo nos dejará en la tierra cuando Cristo quiera formar familia con su novia en los cielos, solo piénsenlo...

Pero el tema es que hoy nosotros no queremos ser débiles, ¿tú quieres serlo? pues claro que no, la debilidad es algo malo, es algo por lo que nadie quiere ser reconocido, en el colegio el débil y flaco compañero de curso no era el ejemplo de lo que queríamos ser, sino por el contrario, aquel niño que era fuerte, rápido, atlético e independiente era el modelo de cómo cada uno de nosotros pretendía ser, cuando estamos en la enseñanza media, no es el estudioso con lentes y malo para los deportes nuestro ejemplo a imitar, sino aquel fortachón y galante joven que siempre era famoso entre las muchachas a quien todos queríamos igualar, y en la universidad queremos lograr la meta más alta y ser reconocido por el éxito, por haber obtenido nuestro sueño con nuestras propias fuerzas, con nuestro empeño, con el solo empujo de nuestro impetuoso corazón que nunca se debilita ante ninguna circunstancia...  seamos sinceros, queremos que todo el mundo vea lo poderoso que somos, lo alto que hemos llegado y cada vez que podemos, hacemos despliegue de nuestro poder, somos así, somos humanos, somos naturaleza caída.

Una vez alguien dijo, el problema no son los mundanos, ellos solo obedecen a su propia naturaleza y no se les puede pedir más, el problema son los cristianos, que se dicen nacidos de nuevo, y sin embargo, viven como muertos... esa es una gran verdad, el mundo y la sociedad compuesta mayoritariamente por mundanos, se rige por sus propios principios y reglas, en el mundo el líder es alguien fuerte y autoritario, que generalmente no ha llegado a ser líder por mostrar su lado frágil (o femenino) sino por su fortaleza, por la entereza que ha mostrado frente a los embates de la vida, por la prepotencia que ha obtenido a causa de las humillaciones que ha pasado, y ha salido adelante, tu puedes ver en su pecho (virtualmente) las cicatrices de humillaciones pasadas, cuando lo escuchas dar una orden a un sub alterno, tú conoces a un líder del mundo porque él sabe dar una orden y hacer que se cumpla.

El asunto es que hoy creemos que el liderazgo cristiano y más bien dicho la misma vida cristiana debe ser así, se nos educa de tal manera que nuestra "fe" debe ser una "fe" fuerte, que nos mantenga, sanos, victoriosos, obteniendo lo "mejor" para nuestras vidas, por la fortaleza de esa "fe" nosotros no podemos flaquear ante la prueba, no podemos llorar, no podemos decirle al Señor !no puedo más!, porque al hacer eso entonces estaríamos reconociendo que somos débiles ¿y cómo serlo verdad? Teniendo un Dios tan grande y fuerte !oh no, no desmayare!

Justamente esto es un problema para Dios, Él anhela poder hacerse grande y fuerte en su iglesia, pero como los cristianos somos ¡¡TAN FUERTES!! La figura de Cristo se muestra débil (cual crucifijo católico), su Espíritu es menguado, su presencia se cambia por una simple expresión emocional, y todo lo que Dios quiere hacer en el quebranto, NUESTRA FORTALEZA SE LO IMPIDE, porque Él solo puede hacerse fuerte en ti, en todo lo lugar de tu vida, donde TU ERES DEBIL.

No digo que nuestra fe no deba fortalecerse en el Señor, ni que debamos ser contados siempre entre los débiles en la fe, sino todo lo contrario, siendo la fe la convicción de que la voluntad de Dios es lo mejor para mí y siendo también la certeza de que Dios sabe lo que hace con mi vida, entonces por la fe hare frente a todo aquello que quiera apartarme del camino del Señor.       Es que muchas veces uno habla lo que no entiende (Job 42:5) y necesita de una prueba para ver al Señor mostrando todo su despliegue de fortaleza y misericordia, y terminar diciendo, ahora mis ojos te ven, es que como dijo alguien una vez "hay que tener más fe para vivir con una enfermedad que para ser sano de ella"... Problema es que  hoy somos muy fuertes.

Ahora tú te preguntaras ¿Dios me quiere débil? Pues claro que sí, es más, él requiere de tu debilidad para mostrarte su fortaleza, pero el hombre de hoy sofisticado y moderno, acostumbrado a manejar todas las variable, está demasiado vivo, es demasiado fuerte, hay demasiado YO aun en él, y ese es el problema, el hombre cristiano actual está más vivo que muerto y eso no le permite vivir en toda la plenitud de la vida de Cristo.

El mundo hoy nos ofrece muchas maneras de superarnos económicamente, nos ofrece diferentes variables para lograr nuestro sueños y anhelos, ¿no ofrece eso mismo el cristianismo actual? ¿No existen hoy cientos de libros de auto ayuda, de iglecrecimiento y de cómo sacar el mejor potencial de tu interior? Pues aunque alguno le duela, el que busca su propia auto superación personal, perderá su vida, sin embargo, quien ponga su vida, sueños y anhelos en el altar de Dios para que el haga lo que quiera con ellos, pues ese alcanzara la vida eterna. (El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. Juan 12:25).   

El asunto radica que cuando confesamos que Cristo es nuestro Señor, obviamos un gran asunto, Él es el Señor de todo, y eso incluye mi fuerza, y si creo que debo ser fuerte para vivir en la fe, estoy muy equivocado, porque la vida cristiana es imposible vivirla con fuerzas humanas, fuerzas que por lo demás deben estar muertas en el altar de Dios (Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Efesios 6:10) 

Hoy se predica la auto superación personal, se enseña en base a un libro como obtener “tu mejor vida ahora”, para sacar el mejor potencial de ti, se nos enseña en base a metodologías sicológicas y humanas, porque el hombre de hoy TIENE QUE SER FUERTE, en medio de una sociedad vertiginosa, debemos tener éxito ¿pero qué clase de éxito? Pues el financiero primeramente, debemos obtener una casa en un excelente barrio, debemos tener el mejor auto y nuestros hijos deben estudiar en un colegio de prestigio, para que lleguen a ser los mejores, autosuficientes e independientes profesionales ¿esa no son nuestras metas? Y en cuanto a lo que a la vida cristiana respecta, hoy la iglesia tiene que ser “fuerte”, no podemos congregarnos en hogares, porque aquello es poca cosa, no podemos pasar por apretones financieros, porque eso es falta de fe, no podemos NO tener un templo, porque eso marca la debilidad de una congregación… ¡¡que basura más gran y mentirosa nos ha metido el diablo en la iglesia!! ¿Quién dijo que los márgenes del éxito mundano son los que Dios estableció para su iglesia? ¿Quién dijo que la cantidad de miembros es sinónimo de prosperidad espiritual? Creo que hemos sido engañados por el enemigo, y él utilizo nuestra propia mente carnal y mundana para hacerlo.

Hace unos días alguien dijo respecto de una iglesia ¿podríamos decir que esa iglesia, es una iglesia débil? Pues, yo me hago esa misma pregunta ¿yo soy un miembro débil de mi iglesia? ¿Soy débil o aún soy fuerte? Tú, estimado lector ¿eres fuerte o débil? ¿Dónde está tu fortaleza, en tus conocimientos teológicos o experienciales? ¿O tu fortaleza está en el Señor?, porque para que nuestra fuerza este en el Señor, hoy DEBEMOS SER DEBILES, ¿pero cómo? Se preguntará alguno, pues porque cuando yo soy fuerte en mi propia prudencia, soy fuerte en mi propia capacidad, soy fuerte en mi propio parecer ¿Cómo entonces podrá ser fuerte la voluntad de Dios en mí? ¿Cómo será fuerte la prudencia de Dios y no la mía? Solo date cuenta, hoy tú puedes faltar a una reunión de tu iglesia, pero ¿Por qué faltarías? Pues porque estás cansado, porque has tenido una mala semana o por que no tienes ganas y dices ¡¡Total Dios está en todos lados!! Pues fíjate que si faltas por que estás cansado, es porque TU para ti, eres más importante que Dios, tu cansancio supera tu fe, si faltas por qué has tenido una mala semana, entonces eres un emocionalista y te dejas llevar por las circunstancias y tu corazón te engaña con facilidad, y si faltas por que no tienes ganas de congregarte y estar con Dios, aunque digas ¡¡Dios está en todos lados!! Tu hecho  no niega que el Señor esta en cualquier lugar, pero si muestra que aun estando en cualquier lugar, no está en tu corazón, porque si Dios reinará allí, tu estarías donde Dios te cita a estar, y por favor no me digan que si faltan a la iglesia no le darán lugar a un deleite de la carne, porque eso además de todo sería mentira.

¿Te das cuenta como somos independientes de Dios y nos apoyamos en nuestra propia prudencia?
El problema es que somos demasiado fuertes aún, y si no es así, solo piensa ¿Cuánto tiempo pasas junto a la palabra de Dios buscando su dirección para cualquier ámbito de la vida? Pues ni cinco minutos diarios, nos basamos en lo que “sabemos” o creemos correcto, y luego tomamos una decisión, pero claro ¡¡pedimos al Señor que bendiga nuestras decisiones, aunque ni lo tomamos en cuenta para tomarlas!! ¿Somos fuertes o no?

Si fuéramos débiles, pasaríamos mucho más tiempo junto al Señor, suplicando dirección para tomar decisiones diarias, pero como ¡¡Ya sabemos lo suficiente, como ya entendemos todas las cosas!! Entonces, no es necesario, ni orar tanto ni meditar en la palabra, ¡¡Que insensatos somos!! Creemos que Dios se goza en nuestra fortaleza, cuando EL GOZO DEL SEÑOR, ES NUESTRA FORTALEZA.                    Nos falta meditar en su palabra, nos falta comprenderla como Él quiere que la comprendamos, porque si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo. (1ª Corintios 8:2)

El tema de ser débil, es primordial en la vida cristiana, es que no podemos ser fuertes, no creas que ser fuerte en la fe no es temer, no creas que ser fuerte en la fe es sinónimo de no enfermar, no creas que ser fuerte en la fe significa no llorar, no sentir miedo, no sentirte atribulado, es que muchas veces Dios mismo permite tu quebranto para hacerte de nuevo, para mostrarte que es ÉL, quien tiene todo bajo control, y eso tampoco es sinónimo de que jamás nada malo nos ocurrirá, y si no me crees, lee el libro de Job y date cuenta que se puede mantener la fe en medio de haberlo perdido todo, y fíjate como Dios se hizo poderoso (Fuerte) en el quebranto (Debilidad) de su siervo.

Nadie es un verdadero cristiano maduro, si no ha aprendido a fortalecerse en el Señor, Pablo dijo… ciertamente,  aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura,  para ganar a Cristo (Filipenses 3:8) dime una cosa ¿Cuánto estimas por basura tu vida, tus bienes, tu trabajo, tu conocimiento teológico, tus años de conocimiento experiencial, con tal de ganarlo Él? Hermano ¡¡Somos demasiado fuertes!! Y por eso, Dios no puede establecer su propia fortaleza donde aún no existe debilidad.

Y si tú piensas que tienes ser  fuerte para ser un siervo de Dios, estas equivocado, TIENES QUE SER DEBIL para que la Gracia de Dios se fortalezca en ti… Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo (2ª Corintios 12:9)

Es una lástima ser fuerte, es una pena aún seguir aferrándose a la vana fortaleza humana y no soltarse en fe a la insuperable fuerza del Señor ¡¡Cuántas cosas gloriosas en Cristo podríamos vivir si soltáramos aquello que llamamos fuerza y nos reconociéramos faltos de toda fortaleza delante de él!! Solo piénsalo, no en razón humana, sino en fe y confianza en su palabra… cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Dios te bendiga,

Profeta de Dios.