2 feb 2012 |

Dios es Bueno



Job 2:9-10 Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. 10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas,  has hablado.  ¿Qué?  ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?  En todo esto no pecó Job con sus labios.

He escuchado infinidades de veces la siguiente frase: “el culto estuvo lindo” o “estuvo bonita la reunión”, y me he percatado de dos cosas respecto a esa frase, una es que todos esperamos que el “culto este bonito”, y dos es que esta frase se ha vuelto la muletilla perfecta para decir de una manera respetuosa y benevolente, que en aquel culto o reunión no ocurrió nada del otro mundo, todo estuvo en orden o armonía y no ocurrió nada fuera de lo normal.
Querer que la reunión del domingo sea “bonita” no es ningún pecado, porque no lo es tener expectativa sobre las cosas que ocurrirán, y aunque a veces podemos llevarnos decepciones al respecto, no es malo querer que la reunión sea una hermosa reunión, más bien, pienso que el asunto radica en la definición que cada uno tiene respecto de la palabra “lindo”, “bueno” o “bonito” y si esa definición concuerda o no con la definición que Dios tiene respecto de que es bueno, bonito o lindo para Él.

Definitivamente los hombres en nuestra naturaleza caída no vemos la vida, el mundo y las cosas que están en él, como el Señor en su divina mirada lo ve, y es que es imposible que el humano caído pueda sentir con el corazón de Dios, si no ha pasado por la milagrosa experiencia de volver a nacer, por eso Isaías dice Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. (55:8). Y esto es porque el centro de la vida del viejo hombre no es Dios, ni el propósito de la vida del hombre caído es hacer la voluntad de Dios, por eso que nos es imposible ver cualquier cosa existente con la visión de Dios o la mente de Cristo, si no hemos tenido la experiencia de nacer de nuevo y ser transformados diariamente por el Espíritu de Dios.    De alguna manera somos como los hombres de hace unos miles de años atrás, creyendo que el mundo era el centro del universo, y que todo el espacio sideral giraba alrededor de nosotros, cuando en realidad el mundo entero, con los miles de millones de hombres dentro de él, siempre ha girado alrededor de algo mucho más grande y supremos que él, El Sol.

Así somos nosotros los hombres caídos, tenemos tan errada la mirada, que centramos nuestra vida y todo lo que se adhiere a ella, en nosotros mismos, pensamos y sentimos que somos dueños del aire que respiramos, nos sentimos señores de nuestras circunstancias, olvidando que somos simples creaturas que viven por que alguien superior les sustenta con vida y que esa vida se acabará, solo cuando ese divino ser superior lo decida y no cuando nosotros estimemos que hemos vivido ya lo suficiente.      El hombre caído vive una vida infeliz, por esta misma razón, por que centra su miserable vida en la vanidad de él mismo, en vez de cumplir con el propósito para lo cual fue creado, vivir para Dios y hacer su voluntad.

Ahora bien, lo lamentable de esto no es tanto que el hombre caído viva como caído, por que más que mal, esa es su naturaleza, tal y como la pez es vivir bajo el agua, y la de las aves vivir en las alturas, lo triste de esto es que algunas personas, a pesar de haber “nacido de nuevo” aun viven como muertas, y no porque sus vidas no sean alegres o no pasen momentos felices, viven como muertas por que aún sus vidas se centran en ellas mismas, en sus problemas, en sus victorias y en sus fracasos, y el Señor viene a ser una simple y bella añadidura a sus vidas centradas en el YO, pues bien, estas personas (y de alguna manera todos tenemos algo de eso) ven LO BUENO, LO BONITO Y LO LINDO, no con los ojos del creador del universo, sino con su propia y caída mirada, por ende, sus caminos no son los caminos de Dios, porque sus pensamientos NO son los pensamiento de Dios.

Ahora, comprendiendo esto, que hay “cristianos” que piensan como mundanos (centrando sus vidas en el YO) me pregunto ¿a que se refieren cuando dicen, ¡¡estuvo lindo el culto!!? Pues me imagino que esas palabras, se refieren a una reunión donde el Espíritu de Dios se “derramo”, toco sus vidas con caricias de gracia y misericordia, donde la “palabra de Dios” les dijo que les ama tal y como son y que no importando como manejen sus vidas, ni quien sea el centro de estas, el Señor les sigue amando, sin importar ninguno de sus errores.  Creo que a eso se refieren cuando hablan de un “culto bonito” o “una linda reunión”, pero ¿el Señor pensará de esa misma manera? E insisto que nada de esto es pecado anhelarlo, ni tampoco es mentira que Dios nos ama a pesar de nuestros errores, pero no nos equivoquemos respecto a su amor, porque Dios ama incluso a la gente que irá al infierno, el problema no es el amor de Dios o que Dios nos ame, el asunto radica en que la misma escritura que dice que hay un Dios que nos ama, dice también que ese mismo Dios, jamás pasará por inocente a un culpable (Éxodo 34:07), por ende, Dios es justamente amoroso y su amor no excede su justicia, sino que él ejerce su justicia en amor, solo imaginen que injusto que personas como Adolf Hitler, a pesar de todo lo que hicieron y sin arrepentirse de corazón, estuvieran en el cielo, sabiendo que en vida asesinaron más gente que la peste negra ¿sería justo eso? Pues claro que no, ya que no porque Dios ame al hombre a pesar de su condición, significa aquello que pasará por alto esa condición, pensar así, es creer entonces en otro evangelio, no en el que aparece en la biblia.

En definitiva, entonces ¿Qué es algo bueno, bonito o lindo para Dios? claramente eso no es lo mismo para nosotros que para Dios, solo piensen en esto, el salmo 100:05 dice Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia… Sin embargo, ese mismo Dios al cual la escritura llama BUENO, hizo lo siguiente: Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él PARA QUE LO ARRUINARA SIN CAUSA? (Job 2:3)  Ósea ¿fue Jehová, el bueno, el benevolente, el que por naturaleza no puede ser malo, quien ARRUINÓ a Job? Pues, según la escritura que nunca miente, SI, fue Jehová y no el diablo quien destruyo todos los bienes y mato a los hijos de Job.                 Esto solo muestra que el Dios que se autoproclama bondadoso, es el mismo Dios que puede arruinarnos la vida, y aún seguir siendo el más bueno de todos, es más, seguir siendo el único bueno, tal y como Jesús dijo Ninguno hay bueno, sino sólo Dios (Lucas 18:19).

Sin embargo, con todo y fundamentado esto con la escritura ¿no es contradictoria esta actitud de Dios de arruinar la vida de las personas, con lo que nosotros pensamos y creemos respecto de lo que es bueno, lindo o bonito? Claro que lo es, aún más en el cristianismo actual, que dice que debemos ser exitosos o que el Señor quiere volvernos millonarios, definitivamente esta manera de ver a Dios se contradice completamente con que hoy se predica respecto de Dios.

Esta verdad no riñe solamente con el vituperado evangelio de la prosperidad, sino también con todo el evangelio actual, si, riñe con tu evangelio y con el mío, riñe con nuestra manera de concebir a Dios, con nuestra teología, nosotros hemos sido criados y educados en la era más humanista de la historia del mundo, por ende, el evangelio también lo hemos humanizado, lo hemos centrado en nosotros, nos han enseñado por ejemplo que la fe que mueve montañas, es esa fe que proclama que Dios hará lo que nosotros le pidamos con fuerza y convicción, o que decretemos y proclamemos bendición, y cuando lo hagamos con “fe”, entonces Dios nos concederá los deseos de nuestro corazón, porque “eso dice la escritura”.     Hoy fundamentamos los principios familiares, en base a lo que algún libro de sicología “cristiana” nos plantea, en vez de basarlos en lo que la biblia nos dice, siendo la sicología la medicina humanista para el alma de seres caídos y la biblia el antídoto de Dios para vidas espiritualmente muertas y que con todo y sicología, pueden perecer eternamente en el infierno.           Definitivamente estamos lejos de Dios, aun creyendo que estamos en el redil de Jesús, andamos perdidos buscando verdades alternas a la única verdad de Dios que es Jesús.   En base a esto, Dios nos pregunta ¿estamos buscando ser como Jesús? Pues mi estimado lector, si estamos buscando ser como Cristo, tengo que decirte que la vida eterna no empieza en una “linda”, “buena” o “bonita” reunión de día domingo, la vida eterna comienza en una dura, pesada y áspera cruz de madera, donde tú y yo debemos crucificar toda nuestra humanidad para que Cristo Jesús pueda formar SU VIDA ETERNA en nuestro corazón.

Dios es bueno, no porque el hombre piense que lo es, Dios es bueno porque su palabra lo dice, esa misma palabra que dice que somos salvos por gracia, dice que Dios es bueno, y la salvación del alma del hombre es tan real como la verdad que Dios es bueno.                        Ahora bien, Dios definitivamente no es bueno en términos humanos, quiero que comprendamos eso, Él no es bondadoso en virtud de lo que nosotros estimamos terrenalmente como bueno, por eso que Jesús dijo que no hay ni uno bueno, sino solo Dios, porque a nuestros ojos humanos y caídos, hay gente buena, hay gente que se quita el pan de la boca o incluso entrega toda su vida por otros, y a nuestro parecer es buena, más Jesús dijo la verdad, NO HAY BUENO, SINO SOLO DIOS, porque lo que el hombre piensa que es bondadoso, no es otra cosa que un acto natural de benevolencia terrenal que no tiene nada que ver con lo que trascenderá para la vida eterna, de ser así, entonces tu y yo podríamos ser salvos por obras, y no sería necesaria la gracia, porque la bondad viviría en nosotros, sin embargo, aún nuestras justicias son como trapos de inmundicia (Isaías 64:06) delante de un Dios verdaderamente bueno, ya que aún lo más justo del hombre caído, esta leudado con la naturaleza perdida, y eso ante un Dios Santo, no tiene ningún valor.

Job dijo ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? Y yo te hago la siguiente pregunta ¿Dios es malo? CLARO QUE NO, entonces ¿Por qué arruino la vida de Job? Pues mi estimado hermano, justamente porque Dios es BUENO lo hizo, y no solo BUENO, sino MUY BUENO, ya que Job estaba bendecido por Dios, y esas bendiciones hicieron que Job fuera un varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, sin embargo, con toda la benevolencia y bendición que Dios había dado a Job, todavía él no había conocido a Dios, mas Dios fue tan bueno, que arruino a Job, para que este no solo oyera que existía un Dios bueno, sino que experimentara  a través del dolor y la perdida, la transformación de sus ojos terrenales y caídos y así por una vez tener la bendición ver al Rey.

Por esto Job termina diciendo De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. (Job 42:5) pues todo eso no paso, sino porque Dios es bueno, y en su bondad Jehová arruinó la vida de Job para poder mostrársele con todo su esplendor.

Mi estimado hermano en la fe, Dios es bueno, pero no es bueno solo cuando nos da todo en la vida, él es más bueno aún, cuando no nos da aquello que nuestro egoísta corazón quiere, y que sabe que nos alejará de él, de su verdad y en definitiva de su Reino.  
           
Puedo decirte con moral, que he conocido a Dios mucho más y en mayor esplendor cuando en la vida las cosas se han dado al contrario de lo que yo pensaba, cuando el dolor de alguna perdida de algo o de alguien ha roto mi corazón, es cuando mis ojos han visto al Rey, cuando la ruina ha golpeado mi puerta, curiosamente es cuando he visto la mano todopoderosa de Dios actuando sin estorbo alguno, es que creo con toda la convicción de mi alma, que esta naturaleza caída, el hombre que hoy somos, no podrá conocer a Dios en todo su esplendor, con toda su gracia fuerza y poder, sino es a través de la prueba, el dolor y la angustia, la misma cruz me dice que el sacrificio de Cristo es la manera en que nosotros podremos resucitar, no existe otro camino mi estimado hermano, nosotros, los hombres, jamás aprenderemos ni conoceremos más de Dios en sus misericordias, como lo conoceremos en el dolor, parece una desgracia, pero es así, y seguirá siendo así mientras tengamos en el trono de nuestro corazón al YO en vez de a Cristo, y mientras sigamos asiendo nuestra voluntad dejando a un lado voluntad de Dios.

Quizás tú seas un buen cristiano, y no dudo que así sea, pero considero que aún miramos con nuestros ojos aquello que llamamos bondad, porque cada vez que viene la ruina a nuestra vida, nos amargamos, comenzamos a reprender al diablo y el gozo de nuestro corazón se esfuma, en vez de glorificar a Dios como Job lo hizo, diciendo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. (Job 1:21). Esta asombrosa declaración es digna de alguien que tiene la convicción que su Dios siempre tiene el control de todo en la vida, él sabía que esa dolora y perversa ruina, no provenía de un enemigo vencido por Dios.

¿Estuvo bonita la reunión? Pues, pensemos bien antes de volver a responder esa pregunta, porque quizás a nuestros ojos, el culto estuvo lindo por que nos hablaron del amor y la benevolencia de Dios, y mientras nos predicaban de esa parte de la verdad de Dios, seguíamos viviendo las mismas vidas carnales y centradas en nosotros mismos, cuando la voluntad de Dios es que seamos Santos, en toda nuestra manera de vivir (1ª Pedro 1:15), aunque vivir santamente signifique no darle ciertos gustos a nuestro engañoso corazón, pues yo prefiero ver como mi carne se frustra por ver cumplido el propósito de Dios en mí, en vez de ver como se frustra ese bendito propósito, mientras mi viejo hombre se siente deleitado por mi vana manera de vivir, y defraudo a mi propia alma, haciéndole creer que es salva, mientras va camino al infierno.

Hermano amado, que nuestra vida sea lo que Jehová diga que sea, y que la belleza de la misma no se base en términos terrenos sino celestiales, que nuestras reuniones sean de ánimo y aliento en la fe, cuando Dios así lo quiera, y que sean de corrección y azote, cuando el Señor así también lo estime conveniente, no le demos el gusto a la gente ni a lo que la carne quiere oír, hagamos toda la voluntad de Dios y obedezcamos todo su consejo, aunque aquello conlleve un precio doloroso que pagar, sabiendo que lo bondadoso de Dios no siempre será una victoria continua, sino también será fracaso, porque la ruina que Dios produce en nosotros, nos edifica a su imagen y semejanza.

Dios es bueno, aun cuando nos arruine la vida, la familia, la salud o la economía, Dios es bueno porque su Palabra dice que lo es, y aunque hoy yo no pueda ver como la desgracia que Dios permitió en mi vida pueda ser beneficiosa para mi, debo confiar en aquel que me ama y nunca falla, como esos tres muchachos que en babilonia, prefirieron ser quemados que postrarse ante la imagen de un hombre, sin embargo, por haber tomado esa dolorosa decisión de morir por sus convicciones y dejar que Dios permitiera su ruina o el fin de sus vidas, es que tuvieron el privilegio que ninguno de nosotros en esta generación ha podido tener, pudieron ver cara a cara al Hijo del hombre caminar junto a ellos en medio de las infernales llamas de fuego.  Si ellos hubieran preferidos sus vidas antes de hacer la voluntad de Dios, no hubieran sido arruinados, y hubieran vivido el resto de sus terrenales vidas, sin haber tenido el privilegio de conocer al Hijo de Dios, incluso antes de haberse hecho hombre.

Confía mi estimado hermano, CONFIA, que Dios sabe lo que hace, lo que destruye y lo que edifica, lo que arruina y vivifica, el sabe mejor que tu y que yo, que hay cosas que deben ser sacadas de nuestra mirada como un velo, para que detrás de esa dolorosa experiencia, tu y yo, un glorioso día, con nuestros transformados ojos PODAMOS VER AL REY CARA A CARA.

NUNCA LO OLVIDES, DIOS EN NUESTRA RUINA, SIGUE SIENDO BUENO.


Dios te bendiga,

Profeta de Dios.