29 feb 2012 |

Un Dios Sin Gracia v/s Una Gracia Sin Dios



(Parte II)
El espíritu de libertinaje

Romanos 6:1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?

La escritura menciona un relato que llama mucho mi atención, sobre todo ahora que tengo la virtud de ser padre de un precioso niño, y es el relato de 1ª Samuel 3:3-15 donde Jehová declara al joven profeta Samuel, el castigo que vendría sobre el sacerdote Elí, por motivo de algo que considero debemos tener muy presente como padres, y lideres de nuestras congregaciones, y es “el NO ESTORBAR” a nuestros hijos.    Sinceramente creo que en este tiempo más que en cualquier otra era de la humanidad, la “iglesia” de Cristo está como los ojos del sacerdote Elí, a punto de quedarse en completa oscuridad, sin visión y con una conciencia entenebrecida, por ende, es una iglesia que no pone tropiezo a la maldad de sus hijos, ¡¡que lastimosa situación!! Que trágica escena la nuestra, la supuesta “luz del mundo”, en esta época moderna y llena de facilidades, en vez de ser luz a una humanidad caída y perversa, se comporta muchas veces más tenebrosa que las mismas tinieblas, ya lo dijo Jesús en Mateo 6:23… así que si la luz que hay en ti, es tinieblas ¿Cuántas no serán las misma tinieblas? Que frustrante situación, siendo nosotros los llamados a ser esa luz que ilumina la oscura senda de esta humanidad, somos más como imitadores de los oscuros destellos de “grandeza” del mundo, y la iglesia que debiera marcar una grata diferencia en el mundo, hoy busca como parecerse más al mundo de donde “se supone” salió.     Pensando en esto, recuerdo la frase de un estimado siervo del Señor, y es que Jehová pudo sacar a Israel de Egipto, pero no pudo sacar a Egipto de Israel, no por que no tenga poder, sino, por que Israel jamás quiso dejarlo.

Ahora, este relato si bien es antiguo testamentario, no deja para nada de ser relevante para la iglesia de hoy, ya que si bien Elí vivió en una época social sin tanta tecnología que permitiera la emancipación de la maldad en sus hijos, así y todo ellos dieron rienda suelta a todas sus blasfemias, cuanto más nosotros hoy que estamos rodeados por aquella maldad que puede enfriar el amor del hombre, debemos tomar el ejemplo de Elí para no hacer lo mismo que él, esto me hace pensar que no importa cuanta influencia negativa tengan nuestros hijos fuera del hogar, mientras en nuestras casas puedan encontrar disciplina, abundante amor, y temor de Dios, podremos guiarlos por el buen camino y cuando llegue el tiempo en el que puedan tomar decisiones por sí mismos, podremos estar seguros que tendrán la opción de hacer las cosas bien.

Esto es lo mismo que debiera suceder en nuestras iglesias, la gente debería encontrar el verdadero amor y la genuina Gracia de Dios, para ser educados por ellos (Amor y Gracia) y aunque el mundo este en tinieblas y bajo el maligno, las personas que realmente desean seguir a Cristo por amor, debieran poder encontrarse con él y así tener la oportunidad de aprender a escoger hacer lo correcto.  Cuando digo el verdadero amor de Dios y su genuina gracia, estoy hablando del amor que se demuestra deseando lo mejor y guiando al prójimo, aunque este se moleste por decirle la verdad, hoy nos importa tanto que la gente no se ofenda que estoy seguro que miles han muerto muy agradados con la iglesia evangélica, pero que una vez dejada esta vida hubieran preferido haberse ofendido por un momento en la tierra, con tal de no perecer eternamente en el infierno.        No estoy diciendo con esto que nuestro mensaje debiera ser condenatorio, sino todo lo contrario, alumbrar el camino de los que viven en tinieblas, no encandilarlos con nuestra religiosidad y vivir diciéndoles que se irán al infierno, sino guiarles con nuestro sano consejo de hacer las cosas bien, demostrarles con nuestra empatía que no nos sentimos mejores que ellos por ser salvos, sino que deseamos con todo nuestro ser, al igual que nuestro Dios, que todos accedan al arrepentimiento y que nadie se pierda.       Digo esto, ya que muchas veces hemos espantado a los inconversos, por que en vez evangelizarlos (presentarles el evangelio como una buena nueva) los tratamos de cristianizar (ej.: bautizarlos antes de su conversión, ¿ridículo no?) ósea, en vez de ayudarles con la luz que tenemos, los encandilamos y forzamos a que hagan una confesión de fe, como si eso asegurará la salvación y no un cambio de vida y actitud.

Desgraciadamente de esa manera no somos luz, ni estorbo a la maldad del mundo, me he percatado que la religión no tiene poder alguno sobre la maldad del mundo, ni menos sobre aquella que se esconde en el corazón de la gente, la religión no puede cambiar al hombre interior, quizás tiene las ganas, el ánimo y la entereza de mejorar el mundo, pero por mucho que se esfuerce, no cuenta con tal poder, Colosenses dice al respecto, Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. (2:23).       Es por esto que no existe en la historia de la humanidad (aunque a muchos les duela) un antes y un después de Confusio, Krishna, Mahoma o Budha, sino solo un Antes y Después de Cristo, por que solo él tiene el PODER de transformar la vida de un hombre y marcarla de tal forma que ya nunca más vuelva a ser la misma persona. 

Pero el asunto aquí es que nuestra religiosidad ha enmarcado nuestra luz, de tal manera que le ha impedido ejercer su poder por sobre las tinieblas de este mundo, y por ende, la Gracia de Dios se ve frustrada a causa de lideres evangélicos religiosos que encajonan el poder de Dios y lo limitan a tan solo unas cuantas manifestaciones “pentecostales” (aleluyas, danzas, llantos y brincos) y que terminado el culto, no cambiaron la actitud de la gente que sale de sus reuniones emocionalistas, para seguir viviendo sus vidas llenas de pecado.      

De igual forma limitan la Gracia de Dios, aquellos otros religiosos que no creen en la manifestación del Santo Espíritu de Dios, aludiendo que ciertas actividades espirituales quedaron demarcadas para cierto tiempo apostólico, y que cualquier manifestación de quebranto espiritual, no es otra cosa que solo emoción, de ser así, entonces yo y muchos otros hermanos en la fe que hemos experimentado la presencia de Dios y sus claras y bíblicas manifestaciones, solo somos un montón de emocionalistas que no “caminamos” en la “verdadera doctrina bíblica”.          Que pena pensar así y no dejar que el precioso Espíritu de Dios se derrame sobre sus vidas, al menos yo, luego de esas manifestaciones, me he levantado con todo el ánimo de mi corazón de dejar mi pecado, vivir en santidad y caminar hacia la estatura de Cristo.

Pero todas estas limitantes de la Gracia de Dios, son solo el preámbulo de aquella que en esta ocasión deseo mencionar, y es lo que yo denomino el “espíritu de libertinaje”, es esa actitud de varios “cristianos” que no se consideran religiosos, pero que sin embargo lo son, y digo esto de aquellas iglesias donde el Dios todopoderoso y creador del universo, queda limitado a tan solo ser un Dios de “amor”, y ese “amor” es netamente humanista, centrado en el YO, siendo que la escritura declara que el centro del amor de Dios no es el hombre, sino el mismo… Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados (Isaías 43:25) esa es la principal mentira del espíritu de libertinaje, hacer sentir al hombre como el centro del universo y muestra a Dios como un siervo que siempre debe estar disponible para perdonarlo y salvarlo, y que su Amor y su Gracia son tan inmensurables que incluso Dios negara su propia justicia con tal de salvarles, eso es tener UNA GRACIA SIN DIOS.

El “espíritu de libertinaje” limita la gracia de Dios, nos convence que somos salvos “por gracia”, pero no por medio de la fe, sino por medio de una “confesión de fe”, es decir, la gente que tiene ese espíritu, cree que es salva desde que hace una oración donde “deja” a Cristo entrar a su corazón, y lo confiesa como su salvador personal ¿perdón, pero, los religiosos católicos no son aquellos que creen que una persona es salvada desde que se bautiza? Pues de la misma manera, los religiosos evangélicos creen que una persona es salvada desde que hace una “confesión de fe”, y no importando si se arrepintió o no verdaderamente de sus pecados, el “espíritu religioso de libertinaje” les hace creer que es salvo y los seguirá siendo, no importando si cambia de estilo de vida o no.

Hoy, ese espíritu predomina en muchos “movimientos cristianos”, donde se predica una gracia que más parece baratija de concurso de mala muerte, ya que no importando si quieres arrepentirte o no, no importando aún lo que dice la escritura, Dios te ama tanto que te perdona todos tus pecados.  Así como plantea la salvación ese “espíritu de libertinaje”, es más fácil ser salvo que ganarse un concurso, ya que es cosa de segundos, tan solo debo decir una oración “de fe” y “por fe” ya estoy en el cielo. ¡¡Pamplinas!!

Estoy completamente persuadido de que a mi Dios lo mueve un sentir de Gracia, ya lo he dicho antes, la única explicación de que Dios no haya condenado al infierno inmediatamente a Adán y a Eva luego de su desobediencia, y haber creado a otro hombre para comenzar de nuevo, es LA GRACIA DE DIOS.                      Dios no quiere que nadie perezca, Jesús no vino al mundo a condenarlo, él es nuestro abogado en los cielos, él tiene toda la intención de salvarnos del infierno, y aún él espera con paciencia y no tarda su venida, porque no quiere que nadie se pierda, Dios es realmente un Dios bueno, pero debemos tener en claro algo, Él jamás pasará por inocente a un culpable, y la misma biblia que dice que podemos acercarnos con confianza al trono de la Gracia, es la misma que afirma que castigará el pecado eternamente en el infierno, y si bien no quiero que creamos que Dios es un Dios condenatorio, no podemos dejar de lado que Él si condenará en el infierno a aquellos que no se le acercaron para alcanzar Gracia, y es más, de entre aquellos que no se acercaron a tiempo, muchos hoy se congregan en nuestras iglesias y engañadamente creen que son salvos.

El asunto es, que el pecado nos aparta de Dios,… por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23) y por eso sabemos todos que Jesús murió en nuestro lugar, para que no tuviésemos que pagar nosotros por nuestros pecados, sin embargo, aún hoy seguimos siendo pecadores, debemos reconocer que día a día cometemos errores que nos condenan al infierno, mis estimados hermanos, nosotros aún somos dignos de arder eternamente en las llamas del Seol, y si no iremos allí no es por meritocracia, sino POR GRACIA, mas mi pregunta (retorica) es ¿y qué hay de mis pecados de hoy? Pues el problema para quienes hemos accedido a la Gracia verdadera no es el pecado propiamente tal, por que Jesús venció el poder que este ejercía en nosotros, el problema radica en si hoy YO PERSEVERO EN EL PECADO, Romanos 6:1 dice, Romanos 6:1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ningún momento el Apóstol Pablo negó en este versículo nuestra naturaleza o tendencia hacia el mal, y para Dios ya no es problema el pecado, por que Jesús lo venció en la cruz, el verdadero conflicto lo tenemos nosotros, y es que no podemos perseverar en la Gracia, no podemos crecer en ella si es que PERSEVERAMOS EN EL PECADO, no que no tropecemos con él, no que no nos equivoquemos, no que nuestra caída naturaleza no nos traicione, sino que muchas veces teniendo la posibilidad y el poder por la Gracia de Cristo de decirle NO al pecado, decidimos una y otra, y otra vez más decirle SI a aquello que Cristo venció en la cruz.            Te insisto el problema no es pecar, sino perseverar en el pecado.

El “espíritu de libertinaje”, manejado por la infernal mente de Satanás a convencido a la iglesia, sobre todo a aquellos que tiene la responsabilidad de liderar, que no importa cómo se comporte la grey, de todas maneras son salvos, más el apóstol Pablo les hace a todos ellos la siguiente pregunta…los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? (Romanos 6:2).           Ahora bien, el Apóstol quería que comprendiéramos algo de suma importancia, y es que todos los seres vivos y las cosas en general, se reproducen según su especie, Jesús dijo ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? (Mateo 7:16) la respuesta es obvia, jamás una oveja parirá una lobo, como tampoco un lobo por naturaleza se comportara como una oveja, sin embargo, el “espíritu de libertinaje” dice lo contrario, según él se puede vivir como lobo, comer como lobo y matar como lobo, y sin embargo, al momento de contar las ovejas, el lobo estará allí, porque ese lobo, no importando su naturaleza ni su actuar, “un día” hizo una “confesión de fe” que lo dejo dentro del redil ¿es lógico aquello?.    

Pues de esta forma debemos comprender que Dios quiere salvarnos y que dentro de su magnifica esencia de Dios, reina la Gracia, pero jamás Jehová dejo que aquellos que tenían un corazón de Egipto, entrarán en la tierra prometida, y aunque siempre fue esa su intención, mientras la naturaleza del pueblo no cambiara, entonces no estarían aptos para pisar siquiera el Reino de Dios.                       Estimado hermano, si en tu corazón sientes el deseo de hacer lo incorrecto, sientes el impulso por pecar, te sientes tentado a desobedecer la voluntad de Dios, créeme que no eres el único, puedes estar seguro que toda la iglesia de Jesucristo que hoy vive en este mundo, se siente o a sentido más de alguna vez como tú, el “sentir” ganas de no obedecer a Dios solo muestra que dentro nuestro aún vive la nefasta naturaleza de Adán, sin embargo, el problema no está en el “sentir” ganas de pecar, sino en el “ceder” a esas ganas deliberadamente y proveer continuamente para ellas (perseverar), y si tu estas cediendo y te estás deleitando en ello y luego vives tu “vida cristiana” como si nada hubiera ocurrido, tengo que decirte que solo estas respondiendo a la naturaleza que reina en ti (La carne), la vida perdida que jamás llegara al Reino de los cielos, no importando cuantos domingos vayas a la iglesia, de todas maneras te perderás, simplemente porque no te has arrepentido de corazón y por ende, Dios no ha podido cubrirte de con su Gracia.

La fe verdadera en Cristo, no es compatible con el “espíritu de libertinaje”, por que la verdadera fe se mueve en virtud de la obediencia y el amor a Cristo, 1ª de Juan 5:2 dice al respecto… En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos.  El que ama a Dios muchas veces comete errores, peca y se equivoca, pero su vida muestra que verdaderamente ama al Señor que lo salvo, porque a pesar de sus errores, busca como obedecer los mandamientos de Dios y se deleita por ellos ¿sabes por qué el que ha nacido de nuevo se busca guardar los mandamientos de Dios y se deleita en ello? Pues la respuesta es simple, por que el Espíritu de Dios vive en él, la NATURALEZA DIVINA está en su corazón buscando como agradar a aquel que los saco de las tinieblas a la luz.

Finalmente, el “espíritu de libertinaje” le dice a congregaciones enteras, que no importa como vivan, como vistan, lo que dicen o lo que hagan, de todas maneras, Dios tiene tanto “amor” que siempre les pasara por alto todos sus pecados, total, Cristo ya pago.          Es una lástima que mucha gente se deleite y prefiera oír esa mentira e irse engañado al infierno, que digerir la verdadera Gracia de Dios que puede salvarlo a través de la fe, por medio del arrepentimiento.

El mensaje del “espíritu de libertinaje”, es un mensaje mentiroso y satánico, no nace en el santo corazón de Dios, engaña a la gente haciéndole creer que irá al cielo mientras camina hacia el infierno, ofrece una baratija por Gracia, y claramente una Gracia sin Dios, porque el mismo Dios que es amor, es también fuego consumidor y aunque esa no es su primera opción nunca, el consumirá con su ira a todos aquellos que decidieron perseverar en el pecado y no se arrepintieron de todo corazón, no importando quien haya sido su pastor, cuantos años llevare en una iglesia ni cuantos cargos tenia, desGRACIAdamente para ellos, llegado su debido momento, quién no se arrepintió a tiempo, de todo corazón y no dejo su mal caminar, no podrá entonces entrar en el Santo Reino de los Cielos.

¡¡por favor comprendamos que Dios no quiere condenarnos, pero si perseveramos en nuestro pecado ¿podrá el Dios Santo salvarnos?!!

Dios te bendiga,

Profeta de Dios.