29 may 2010 |

Dedicándonos a morir.


Lucas 9:23 Y decía a todos:
--Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame.


La cruz siempre fue un instrumento de tortura, antiguamente eran los fenicios y los cartaginenses quienes practicaban la crucifixión, y más tarde los romanos la aplicaron ampliamente. Tan sólo los esclavos, los provincianos, y los tipos más bajos de criminales eran victimas de este tipo de tortura antes de morir.

El símbolo cristiano por excelencia es la cruz, y no por que sea un símbolo de continua tortura para quien se considere cristiano, sino por que Cristo padeció en esa cruz hasta expirar. Jesús nació sabiendo cual era su propósito en la vida, el Señor siempre supo que su misión era dar vista a los ciegos espirituales, dar vida a los muertos espirituales, y finalmente morir para vencer a la muerte, y junto con él darnos vida eterna a todos los que creemos y confesamos su nombre. Jesús pagó y cuando el dice en la cruz ¡¡Consumado es!! El griego para esta frase es Teleo, que se usaba para mencionar una cuenta saldada, algo que ya esta pagado por completo, y es por ello que cuando nos acercamos a Dios, los que hemos recibido el testimonio de Cristo y hemos creído, es que el padre no ve en nosotros una deuda pendiente por saldar respecto del pecado, el solo ve que Jesús saldó la deuda del hombre, y que el hombre convertido (que ha nacido de nuevo) esta revestido de esa sangre preciosa que su hijo vertió en el madero de la cruz. Esa sangre representa la vida, por ello es que nosotros estando muertos en delitos y pecados, esa sangre fue la que nos dio vida cuando permanecíamos en esa necra condición.

En una ocasión el mismo Cristo hizo una comparación entre él y Satanás, y dijo: el ladrón (diablo) no viene sino para matar, robar y destruir, mas yo (Jesús) he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia, y en otra ocasión el mismo se autoproclamó como la verdad, el camino, y la vida, e incluso dijo que todo aquel que crea en él, aunque esté muerto, vivirá. Todos estos versículos y más nos muestran que Cristo es quien vino a darnos vida juntamente con él, cuando estábamos muertos y camino a una muerte eterna en el infierno, él pagó por nuestro pecado con su vida, y nos infundió vida con su Espíritu Santo para que con ese poder venciéramos el poder que el pecado ejercía sobre nosotros, en definitiva, Jesús con su muerte y resurrección nos impartió parte de SU VIDA.

Es por él que hoy no tan solo gozamos de la vida terrenal, sino también de una vida eternal, dice la escritura que hoy estamos sentados en lugares celestiales juntamente con Cristo (Efesios 2:06), eso decir, que desde que en verdad hemos aceptado que Jesús sea el Señor de toda nuestra vida, en ese mismo momento nos sentamos con él (por fe) en lugares de privilegio en el cielo… ¡¡Gloria al Señor por todo esto!!

Ahora bien, Jesús se autoproclamó la vida, y si vivimos hoy es tan solo por su gracia, pero ¿el que él nos haya dado la vida, significa que hoy podamos vivir esa vida, de la misma manera que la vivíamos antes?Pues, si bien la biblia deja en claro que Cristo venció a la muerte con su resurrección, hay algo que nosotros debemos comprender con respecto a la muerte, ya que si bien es enemiga de la vida, a nosotros los cristianos la muerte nos sienta bastante bien, si es que queremos vivir la vida que Cristo nos impartió. Alguno me dirá ¿pero como, si Cristo vino a darnos vida, por que hemos de morir nosotros? Pues la respuesta es, que con todo lo nefasto que es la muerte, tiene algo bueno en si, ya que es necesario morir a lo terrenal para vivir en lo celestial.

Cristo murió y resucitó, pero antes de resucitar para sentarse en lugares celestiales y a la diestra del padre, tuvo que padecer y morir en la cruz del calvario, para luego resucitar y obtener el titulo de Rey de Reyes y Señor de Señores, esto quiere decir, que si nosotros vamos a ser llamados reyes y sacerdotes, y nos vamos a sentar en lugares celestiales, debemos pasar por el mismo proceso que Cristo pasó, antes de llegar a tomar su reino.

Jesús dijo en Lucas 9:23, que si alguno quiere seguirlo (es decir, volverse cristiano) debe cada día (diariamente) negarse así mismo (es decir, negarse a su propia voluntad) tomar su propia cruz y luego seguirlo, pues no existe otra manera en que una persona pueda realmente llamarse cristiano, sino es capaz de entregarse voluntariamente al mismo sacrificio que hizo Cristo. Lo he escrito otras veces, nuestro fin máximo es llegar un día a ser como Jesús, pero no podremos llegar a esa altura, si optamos por otro camino que no sea seguirle al pie de la letra, en el camino que con su vida nos trazó.

Muchas personas estiman que su cruz es un familiar, es un hijo drogadicto con el cual tienen que lidiar por años, es un esposo alcohólico, o una mujer adultera, o un trabajo tortuoso, o una enfermedad terminal, en fin, un problema muy difícil de sobrellevar. Pues déjenme aclararles el panorama respecto de que es realmente una cruz.
Como escribí en el principio, la cruz es un elemento de tortura y de muerte, jamás ha sido un símbolo de amor o de unión entre iglesias cristianas, es solamente en la era contemporánea de la iglesia católica y algunas evangélicas, que la cruz ha venido a ser el símbolo de su cristianismo, cosa que a mi en lo personal no me agrada, por que un símbolo no puede mostrar lo que verdaderamente está en el corazón. Pero antiguamente se ha concebido este madero de la cruz como un elemento de dolor, de tortura y de muerte, nunca de vida como Jesús mismo se proclamó, sino de muerte. Ahora bien ¿Qué es lo que murió en la cruz donde se colgó a Jesús? Claramente no fue su espíritu, tampoco fue su alma, sino, su CARNE. Todo esto quiere decir, que si Jesús nos llama a tomar cada día nuestra cruz y con ella seguirle, nos está llamando a crucificar nuestros deseos y pasiones carnales en esa cruz, negándonos a nosotros mismos, y luego morir sobre ella cada día. La cruz no puede ser tu esposo o tu mujer, por que si así fuera el matrimonio seria maldito, no puede ser tu trabajo por si así fuera Dios no nos proveería de él, no puede ser tu hijo, por que herencia de Jehová son los hijos, en la cruz de cada cristiano se crucifica la carne, con todos sus deseos, con todas sus pasiones, con todo aquello que sabemos claramente que en nuestras vida no glorifica a Jesús.
Lo curioso de este pasaje en Lucas 9:23, es que Jesús esta llamando a seguirle de la manera correcta con el mensaje correcto, pero mucho antes de que el mismo fuera crucificado, por lo que esto nos demarca que quién le siguiera en ese momento debía tomar la muerte como la alternativa para ser un discípulo de Cristo, sin embargo, hoy vemos como el mensaje del evangelio se basa en ¡¡Ven, acércate a Jesús, por que el te quiere dar vida!!, pero nos falta decirle a la gente que para tener vida en Cristo, primero debemos morir a nuestra pecaminosa manera de vivir y luego él nos impartirá de su propia vida. El mensaje hoy dice ¡¡Ven a Jesús, el te quiere hacer feliz!! Yo me pregunto ¿Quién es realmente feliz, cuando tiene que morir? Yo creo que nadie, por lo tanto no pienses que Cristo vino a la tierra para hacerte feliz aquí, ciertamente uno es feliz con Cristo viviendo en nuestro corazón, es feliz en saber que no iremos al infierno por que el pagó con su sangre nuestra maldad, somos felices en saber que el se encarga de ayudarnos a resolver nuestros problemas, somos felices en saber de que sus promesas se cumplen y que él es fiel aún cuando nosotros hemos sido infieles, pero ¿realmente eres feliz cuando tienes que dejar a esa novia (o novio) que no es cristiano, que vive como mundano y que te lleva al pecado por que no ha querido convertirse? ¿En verdad eres feliz cuando tienes que dejar amigos o amigas que corrompen tu comunión con Cristo? ¿Realmente eres feliz cuando tienes que dejar de explotar en ira como lo hacías antes por causa de que Cristo nos llama a paz? ¿Realmente eres feliz en poner la otra mejilla cuando te han ofendido, por que si Cristo lo hizo tu también lo debes hacer? ¿Eres feliz cuando por vivir en santidad debes dejar el alcohol, el cigarrillo, las malas palabras, el robar las pequeñas cosas del trabajo, las películas de terror, sexo o para mayores, o las de extrema violencia? ¿Eres feliz cuando Dios te demanda oración continua, dormir menos y orar más, ayunar y ser un ejemplo en todo como Cristo lo fue? ¿Serias feliz en ver morir a tus hijos o tus seres queridos en la arena del coliseo, por fuego o por fieras salvajes, como lo hicieron millones de hermanos durante la iglesia primera? En fin mi estimado hermano,¿podríamos decir que Cristo esta preocupado de hacerte feliz en esta tierra, o esta más interesado en santificarte a través de la muerte diaria de la carne, para que entres al cielo sin manchas ni arrugas? Tenemos vida con Cristo y entrada al Reino celestial por su Sangre, pero nosotros también debemos hacer nuestra parte, debemos dedicarnos a morir diariamente, dedicarnos a dejar los deseos y los sueños carnales, por cumplir los sueños y los deseos que Cristo tiene para nosotros, ya no es tiempo de creer que el cristianismo verdadero es congregarse una vez por semana y cumplir con el gran sacrificio de ir y cantar un par de alabanzas y escuchar a un personaje que aparenta santidad, y digo aparenta no por que no la viva, sino por que uno ve apariencias, pero es Dios quien pesa los corazones y son los frutos los que hablan más claro que nadie sobre la santidad de cada persona.
El cristianismo no es solo diezmar, ofrendar leer un par de versículos a la semana, y orar 1 minuto y medio antes de dormir cada noche, eso se llama “Religión”, y déjame decirte que la religión no tiene el poder para llevarte al cielo.

Cristo es el Señor, y nosotros sus siervos, esclavos comprados por su sangre, y como ya sabemos un esclavo no tiene derechos, sin embargo, Dios que es bueno y rico en amor, nos permite aún siendo esclavos poder escoger seguir sus huellas fielmente o escaparnos y hacer nuestra propia voluntad. Tengo que ser claro contigo mi estimado lector, por que el rapto es inminente, lo creas o no, no quedan muchos años en que Cristo va a llevarse a su iglesia, y no importa si lo crees, por que así como por generaciones los hombres no han creído a Dios y Dios ha seguido cumpliendo su palabra, así la cumplirá lo creas o no, el día en que el rapto ocurra.

Déjame decirte que si no tienes una vida de oración, eres un mediocre espiritual, y lo más posible es que como eres un mediocre espiritual, la carne es la que manda en ti, y como la carne es la que manda en ti, entonces no estás tomando tu cruz, ni verdaderamente estas siguiendo a Cristo, no estas muriendo cada día para tus deseos, ni estás viviendo cada día para tu Señor, por lo tanto cuando suene la final trompeta, tu no te irás en el rapto.
Déjame decirte que si priorizas siempre tu trabajo por el congregarte, entonces es tu carne quien te manda y no la estás crucificando, y por ende no esperes irte con Cristo en el rapto.
Debo decirte que si sabes que en tu iglesia las tinieblas tienen más espacio que la luz, que has visto como tus lideres se han robado el dinero, que has visto que no se pregunta a Dios para tomar las decisiones sino que se toman según la conveniencia de los lideres, si vez que han pasado los años y quienes te lideran no son personas cada día más santas parecidas a Cristo, sino que cada día son personas más carnales, y así y todo sigues allí haciendo vista gorda a todo ese montón de pecados, pues déjame decirte que estas siendo co-participe de pecados ajenos, y por causa de tu silencio ahora, en aquel momento cuando muchos escuchen la trompeta, tu solo oirás silencio, y un día amanecerás con el anticristo como el rey de tu mundo.
Debo decirte que si para ti, tu familia claramente es primero que Cristo, entonces no eres digno de ser llamado hijo de Dios, ¿sabes por qué? Pues por que quién ame a padre o madre, o hijo, o sobrino o nieto antes que a Cristo, no es digno de él, por que no crucifica sus sentimientos cuando estos sobrepasan el amor por Dios, por que no puedes decir que amas a Dios cuando prefieres entregarle ese tiempo a tu familia, Dios nos llama a amar a nuestros seres queridos, pero no podemos entregarles lo que al Dios celoso por naturaleza le corresponde, debes decidir, o tu familia o Cristo, y no solo digas Cristo, sino demuéstralo con hechos.

Debo decirte que si permaneces en tu pecado, encubres un pecado ajeno, mientes o robas, adulteras con tus ojos, te la pasas en el Internet vegetando con basura que el diablo te pone, te la llevas metido en la televisión, te pierdes de congregarte en una buena iglesia por que te queda muy lejos, y prefieres quedarte en la mala congregación por que te queda cerca o por que quedándote lejos, sabes que allí no se corrige tu pecado, pues entonces no has crucificado tus deseos carnales en la cruz, y desgraciadamente cuando suene la preciosa trompeta de Dios, no la podrás escuchar, por que si aquí en la tierra no tuviste tiempo, ni ganas para ir tan lejos a la buena congregación, por que para ti Dios está en todas partes, pues Cristo ese mismo día del rapto te complacerá y te dejara allí, cerca de lo que es cómodo para ti, por que si en la tierra no fuiste capaz de esforzarte para llegar más lejos, Dios no se esforzará en sacarte de tu comodidad llevándote a un lugar tan lejos como el cielo.

Toma tu cruz estimado lector, tómala hoy mismo, ahora mismo pídele a Cristo que te enseñe a crucificar todos tus deseos, sueños y pensamientos, y que todos ellos mueran junto a tu carne en la cruz diariamente, para que prontamente, cuando Cristo nos llame a su encuentro, podamos volar sin ningún estorbo de la carne que te impida volar al cielo, y resucitar para reinar con Cristo por la eternidad.

Hermano amado, Cristo hoy te dice, MUERE HOY, PARA QUE YO PUEDA RESUCITARTE MAÑANA.

Dios te bendiga,

Profeta de Dios.