22 mar 2010 |

Adorando a Dios con todo



Marcos 14:3-7 Pero estando él en Betania, sentado a la mesa en casa de Simón el leproso, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho valor; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza. 4 Entonces algunos se enojaron dentro de sí, y dijeron: --¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume?, 5 pues podía haberse vendido por más de trescientos denarios y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella. 6 Pero Jesús dijo: --Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho. 7 Siempre tendréis a los pobres con vosotros y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis.

Sin duda alguna el perfume de nardos era sumamente costoso, y no tan solo por su calidad y agradable aroma, sino por la lejanía de donde venia, (la india). Lo precioso de este ungüento es que el único propósito que tenia, era el refrescar y causar regocijo, y la única manera de que el frasco de alabastro soltara tan preciado óleo, era que dicho frasco fuese quebrado. Todo en la palabra de Dios tiene un profundo significado, y en esta porción de la escritura, sin duda que Dios nos esta mostrando, no tan solo la devoción de una mujer agradecida con Cristo por su bondad perdonadora, sino también nos muestra la actitud correcta con la cual nuestro corazón debe derramarse en adoración hacia nuestro perdonador Señor.

Dios es un Dios de gloria, si no fuera así, la biblia no nos mostraría como seres angelicales le cantan todo el tiempo sin parar, Santo, Santo, Santo, tampoco los ancianos de los tronos en el Apocalipsis se levantarían para volverse a prostrar a entregarle adoración al Dios vivo, y si esto no fuera verdad, entonces no ocurriría que un día toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor.

Al Señor le agrada ser alabado, de hecho el habita en medio de las alabanzas de su pueblo (Salmos 22:03), y todos sabemos que al único a quien debemos dar gloria y honra es al Dios de nuestra salvación, y si este oloroso ungüento tiene el único propósito de refrescar y causar regocijo, pues yo veo que esa deliciosa esencia no es otra cosa que un representativo de la verdadera adoración al Señor, y lo confirmo al saber que la única manera de que el ungüento sea derramado, es quebrándose el frasco, tal y como cada persona para derramarse ante el Señor, debe ser quebrantada en su orgullo y en su autosuficiencia.

Dios nos describe en su palabra la manera con la cual el se agrada que el adoren, en Espíritu y en Verdad, e incluso dijo que buscaba tales adoradores, y la mejor demostración de este tipo de adoración es derramándose en Cristo con una vida de completa adoración y devoción hacia aquel que perdonó nuestro pecados.

Esta es una hermosa demostración de la verdadera adoración, de parte de una mujer que como muchos de nosotros no tendría otra razón de vivir, sino fuera por que Jesucristo le salio al encuentro, sin embargo, a pesar de que los cristianos de hoy, tenemos tanto en común con esta mujer respecto de sus pecados perdonados, tenemos muy poco en común respecto de la manera en que hoy demostramos nuestra gratitud a Cristo con una vida llena de adoración a él.

Desgraciadamente nuestra actitud en muchos aspectos se parece más a la actitud de un necio, que a la actitud de un verdadero adorador de Dios. Me asombra ver a unos cuantos apóstoles mirando con rechazo y desprecio la actitud de esta adoradora, diciéndole ¡¡¡Que desperdicio esté, con el dinero de ese perfume, se le hubiese dado de comer a los pobres!!! Mas el Señor que entendió los pensamientos de estos hombres con actitudes necias, y les reprende diciéndoles ¡¡¡déjenla, pues buena obra me ha hecho!!!
Esta parte me asombro demasiado al leer este pasaje, y me recordó lo que dice Efesios 2:10 pues somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para BUENAS OBRAS, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas. Una de las tantas buenas obras que Dios tiene pensada de antemano para que anduviésemos en ella, es que le ADOREMOS EN ESPÍRITU Y EN VERDAD, esto quiere decir que adorar a Dios es sin lugar a dudas uno de los propósitos principales (por no decir que es el principal) por los cuales tu y yo fuimos creados. Sin embargo, (tristemente lo digo) tenemos en nuestro corazón un millón de excusas para no hacer aquello para lo cual fuimos creados (ADORAR A DIOS), y no tan solo creados, sino también salvados de las llamas del infierno.
Nuestras excusas son, ¡¡¡es que debo trabajar el domingo, por ello no puedo ir a la iglesia!!! Estoy seguro que si te regalaran entradas para el cine el domingo, entonces el trabajo podría esperar, tu dirás ¡¡¡Pero si no es pecado ir al cine!!! Mas yo te digo que si vas al cine cuando deberías estar en la iglesia SI ES PECADO, por que todo aquel que sabe hacer lo bueno, pero no lo hace, se le cuenta por pecado (Santiago 4:17) Las motivaciones de los apóstoles para decir ¡¡¡que desperdicio!!! No eran malas motivaciones, ellos no andaban buscando enriquecerse (excepto Judas Iscariote), no querían el dinero para bebérselo con sus amigos, ni aún para llevarlo como sustento a sus propias familias (que seria una buena motivación), sino que ellos solidariamente estaban pensando en todas aquellas personas que padecen hambre, frío y desolación, que no tienen un techo donde cubrirse ni un abrigo con el cual guardarse del hielo nocturno, sin embargo, la siempre asombrosa respuesta de Cristo, rompe nuestros moldes legalistas y seudo-piadosos, y nos aclara la verdadera perspectiva del asunto diciendo: ¡¡¡no es malo que le den a los pobres, es más, deben ayudar a sus hermanos necesitados, pero a ellos toda la vida los tendrán con ustedes, en cualquier momento pueden ir y entregarles apoyo material y espiritual, ese no es el asunto muchachos, el problema está en que yo no siempre estaré con ustedes, y ahora es el tiempo de adorarme, no el tiempo de hacer misericordia (para lo cual hay un tiempo) no es tiempo de trabajar en ser solidario (para lo cual hay un tiempo) es tiempo de postrarse a mi, y derramarse en adoración!!!
Esta aclaración de parte de Cristo, hoy se trasude de la siguiente forma: No es problema que trabajes, debes hacerlo para sustentar a tu familia, no es problema de que esfuerces por dar lo mejor de ti a los tuyos, no existe traba en que quieras ganar un dinerito extra, o en que quieras estudiar para ser mejor académicamente, o en que le des más tiempo a tus hijos, pero ¿durante toda la semana tienes que trabajar? ¿Te la pasas todo el día cuidando a tus hijos? ¿Tu trabajo exige que trabajes los miércoles y los domingos? ¿Tu trabajo remunerado o tu trabajo en tu casa ocupan demasiado tiempo como para que no puedas ir ni un solo día a la iglesia?

Los apóstoles cometieron un error, y no importando sus buenas intenciones, se equivocaron en pensar que el evangelio se vive tan solo haciendo lo correcto a los ojos de los hombres, olvidándose de hacer lo correcto a los ojos de Dios. Al Señor le importa tu adoración, al Señor le interesa mucho que tu y yo vivamos una vida que muestre adoración a él, no tan solo ir a la iglesia (que es primordial) sino también y mucho más el vivir digna y santamente, no tener apariencia de piedad negando con nuestros hechos su eficacia, sino ser verdaderamente buenos de corazón, santos en todo y buscadores del Reino de los cielos y no de los deleites de esta tierra.

Cuando tú y yo menospreciamos el buscar el rostro del Señor en oración, cuando nos da lata congregarnos, cuando preferimos el ganar dinero en esta tierra, en vez de invertir tiempo en adoración a nuestro Señor, pues entonces estamos diciéndole a Dios ¡¡¡que desperdicio es estar contigo!!! ¿Por qué debería invertir mí preciado tiempo en la iglesia adorando a Dios? ¡¡¡Prefiero entregarle el domingo a mi trabajo que me da lo que yo quiero y necesito, dinero!!!.
No estoy hablando de aquellos hermanos que están sometidos sin quererlo bajo el yugo del trabajo por turno, o algo parecido, no digo esto respecto de los que un domingo se han quedado por excesivo cansando o por motivos de fuerza mayor, Dios pesa el corazón y sabe perfectamente cuando tu anhelas estar en su templo adorándole, pero por cuestiones laborales o que superan tu voluntad, no puedes ir a la iglesia.
El problema esta en todos aquellos cristianos que trabajando toda la semana, aún deciden trabajar el domingo y no se congregan, aludiendo a una falsa responsabilidad, diciendo, ¡¡¡es que debo trabajar para vivir!!! Pues yo les digo a todos esos falsos de corazón, que son unos hipócritas que se engañan asimismos, por que saben perfectamente que su sustento no proviene de la cantidad de horas trabajadas, sino de la provisión sobrenatural de Dios.

No estoy diciendo con esto que no debamos trabajar, claro que debemos trabajar, la misma Biblia dice claramente que aquel que no trabaja, pues no coma (2ª Tesalonicenses 3:10), y más aún no tan solo debemos trabajar, sino que también debemos desempeñar nuestro trabajo tan bien como si fuera para el Señor (Colosenses 3:23). El asunto esta en que se ha dejado de lado al Dios que no tan solo te ha provisto del trabajo, sino también de la vida y la salud que te permiten trabajar, menospreciando el tiempo que deberías adorar al Señor y cambiándolo por tiempo que te da dinero.


Hay tiempo para trabajar, jugar, salir, ver televisión, etc. Pero si el tiempo que corresponde que le entregues adoración a Dios en el templo, se lo estas entregando a cualquier otra cosa, pues estas pecando.

Y no debemos dejar de lado que adorar a Dios no es tan solo levantar las manos e ir a la iglesia, ya que hay de los que se congregan todos los días de culto, pero con sus hechos cotidianos niegan el amor y la santidad del Señor, por ello la verdadera manera que Dios quiere que le adoren, es viviendo una vida de constante adoración, ¿y como se vive eso?, pues si en tus pensamientos no es glorificado el Señor, estas pecando, si en tu manera de hablar no es glorificado Dios, estas pecando, si en tu manera de tratar a tu esposa (o) no es glorificado Dios, estas pecando, si en como tratas a tus hijos no es glorificado Dios, estas pecando, si en como intimas con tu esposa (o) no es glorificado Dios, estas pecando, si en la manera en como miras a las mujeres (hombres) no es glorificado Dios, estas pecando, en definitiva, si en cada área de tu vida, (que desde que aceptaste a Cristo ya no te pertenece a ti, sino a él por haberte comprado con su sangre) no es Cristo quien se glorifica, estas pecando y no estas adorando a Dios en Espíritu y Verdad.

El Señor dijo, hay tiempo para todo, tanto como hay tiempo para adorarme a mi exclusivamente, y yo te digo que si hoy tu no te derramas en adoración a Dios, y estimas que ir a la iglesia es ¡¡¡un desperdicio!!! Pues no tienes nada que ir hacer al Reino de los cielos, por que haya no se hará otra cosa que adorar todo el tiempo al Dios vivo.

Piénsalo, ¿tú quieres ir al cielo? ¿Y a que irías, si adorar a Dios aquí en la tierra, para ti es un desperdicio?

Dios te bendiga,

Profeta de Dios.