16 abr 2010 |

El sofocante calor de la prueba


1° Pedro 1:7 para que, sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro (el cual, aunque perecedero, se prueba con fuego), sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.

La palabra prueba sin duda alguna no es del gusto de nadie, con excepciones claras de ciertos espíritus competitivos (sobre todo deportistas) que se atreven con gusto a enfrentar adversidades con la única finalidad de superarse asimismos o a los demás, pero en general, a nadie le gustan las pruebas, los escolares las aborrecen y siempre las evitan, lo universitarios les temen más que a una película de terror, y sobre todo por que muchas veces el resultado de esa prueba puede definir un año académico completo y por ende, un año de mensualidades completo también, y vaya que eso si es doloroso.

En fin, las pruebas son algo que nadie quiere pasar, y lamentablemente todos o por lo menos la gran mayoría de nosotros, los que nos hemos entregado a Cristo como sus siervos, no hemos estimado al comenzar la carrera, en que este camino no es el mejor de los caminos para correr, no es holgado y en casi ninguno de los tramos esta pavimentado, excepto en aquellos trozos del camino en donde nos encontramos con otros viejos corredores que ya han pasado por ahí y que con su esfuerzo nos han dejado un poco más liso el camino, pero en la mayoría de toda esta esforzada carrera del evangelio, nos encontramos con piedras que son tropiezos para nosotros, con espinas que nos raspan la piel mientras avanzamos, con obstáculos que pretenden obstruir nuestra carrera, y si es posible hacernos desistir de seguir corriendo, o peor aún atemorizarnos con la finalidad de hacernos volver al viejo y ancho camino que lleva a la perdición.

Es aquí donde estamos hoy, en el camino, ninguno de los vivos ya ha llegado al final, y aún los que permanecemos firmes en la fe estamos pasando por alguna u otra circunstancia difícil, por algún momento amargo, por alguna humillación o simplemente problema, que aunque solucionable, nos hace salir canas de diversos colores.

Lo peculiar de todo esto es que cuando comenzamos a correr, todo es bello y estamos dispuestos a vencer los obstáculos que se nos presentan en el camino por amor a Cristo, por amor a su sacrificio, pero algo sucede durante los años de correr, que nos hacen desfallecer, bajar el ritmo de nuestra maratón, disminuir la velocidad y desgraciadamente para muchos, desistir de seguir corriendo ¿Qué es lo que nos hace menguar? Pues son justamente las constantes pruebas, pero no ella en si, si no el resultado malo que sacamos de ellas, no por que las pruebas sean malas, sino por que tenemos un concepto errado y mundanal respecto de los problemas. El mundo busca constantemente la felicidad, busca como tener mayor comodidad y mientras menos esfuerzo haga realizando una actividad, pues mucho mejor, ese es un pésimo concepto de la vida misma, y no tiene nada que ver en como Dios mismo mira las pruebas.

Santiago 1:3 dice: sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Y la paciencia es un fruto que el Espíritu Santo quiere espeficamente producir en nosotros, por ser una de las virtudes más características de Jesucristo, fruto que por lo cierto escasea por estos tiempos tan vertiginosos, donde todo es para ayer, pero bien, si analizamos este versículo nos daremos cuenta de una de las maneras en como mira Dios las pruebas, esas pruebas que nosotros aborrecemos, esas a las que hacemos el quite, esas que si fuera por nosotros jamás en la vida pasaríamos, pues Dios piensa de las pruebas que son TOTALMENTE IMPRESCINDIBLE, para cada uno de sus hijos, piénselo bien, si Jesús siendo el hijo unigénito de Dios tuvo que pasar la gran prueba de entregarse hasta el final sin desertar, ¿Cuánto más cada uno de nosotros tendrá que llegar hasta el final de todas las pruebas que se interponen en nuestras vidas, con el fin de glorificar a Cristo hasta la muerte si es necesario? Pero hoy, los cristianos contemporáneos, los que nos destacamos por ser Light, por ser modernos y estar a la vanguardia de las tecnologías, miramos con resquemor el esfuerzo y las dificultades, queremos todo fácil y rápido, no queremos esperar nada ni a nadie y por ningún motivo queremos pasar ni una sola dificultad, pues eso estimados hermanos se llama MUNDANALIDAD, por que el mundo es así, y si nosotros somos como el mundo, nos constituimos enemigos de Dios (Santiago 4:04).

Hoy muchos dejan las filas del evangelio, desertando como si el sacrificio de Jesús no valiera ni un centavo, hoy muchos dejan la fe, la esperanza y el amor, sin necesidad de salir siquiera de los templos, hoy vemos “cristianos” congregándose, pero que por causa de las pruebas han decidido llenarse del mundo y sus deleites, en vez de padecer y dejarse forjar por Dios y para Dios, deciden no pasar por ningún tipo de esfuerzo glorificando a Dios en ello, y escogen el camino fácil, el que no es complicado, pues para mi aquel que escoge el camino fácil, ha desertado de la fe, y no tiene cabida en el Reino Celestial, por la sencilla razón de que la escritura dice que solo hay dos caminos, el ancho y el angosto, si dices caminar por el angosto, pero vas holgado sin ninguna dificultad nunca, pues crees caminar hacia el cielo, pero diviso al final de tu camino un horroroso lago de fuego, por que este camino estimado amigo, es difícil y son los valientes y lo violentos contra el pecado los que lo arrebatan.

Las pruebas son necesarias, son imprescindibles para hacernos madurar, para hacernos crecer y darnos mayor peso de gloria, y si entramos al camino estrecho pensando que por el hecho de ir de la mano de Cristo, él jamás permitiría que pasásemos una prueba, pues estamos nada menos que equivocados, Dios mismo permitirá que las dificultades se atraviesen en nuestro caminar y nos pongan en aprietos, pero no con el fin de que caigamos y o que nos cambiemos de camino, sino con el único fin de pulir nuestra fe por intermedio de la prueba, con el fin de perfeccionarnos en la piedad, con el objetivo de engrandecer la esperanza en él, con el motivo de formar el carácter del Hijo de Dios en nosotros.

La finalidad del cristiano (lo he dicho muchas veces) no es ser millonario, no es no tener problemas, no es ser una buena persona solamente, no es hacer obras de caridad, la finalidad del cristiano es nada menos que LLEGAR A SER COMO CRISTO. La carrera del evangelio tiene un premio, y no es el cielo como muchos creíamos, el cielo es el lugar donde recibiremos nuestro premio, pero el objetivo principal no es el lugar donde recibiremos el galardón, sino el galardón mismo, pues ese galardón es la Altura del Varón Perfecto en cada uno de nosotros, es decir, Cristo reflejado en ti y en mi, Jesús hecho persona nuevamente en cada uno de nosotros, ya que cuando lleguemos al cielo, lo único que nos dejara entrar por las puertas de la Nueva Jerusalén, es la figura del Unigénito Hijo de Dios forjado en nosotros, si nos presentamos en las puertas del paraíso sin es figura marcada en nosotros, ninguno podrá entrar. Por ello es tan necesaria la prueba, por que esta determinara si definitivamente somos o no somos hijos de Dios, cuando venga el fuego, el dolor, la vergüenza, la humillación, tal y como Cristo la padeció (En menor medida claro está) el mismo carácter de Cristo se forjara en nosotros.

Sin pruebas no hay edificación, sin dificultades no hay formación, sin pasar por el fuego es imposible que nuestra fe sea pulida y alcance el nivel que Dios tiene determinado para nosotros.

Dios es amor, y sin duda el no quiere que suframos eternamente, pero Dios al hijo que ama lo corrige, le da lecciones de vida, lo forja con el fuego de la prueba para que con ese calor, salga de nuestras vidas la escoria del pecado que no deja radiar la imagen del Hijo de Dios sobre nosotros. He visto muchos caer en medio del horno, y más aún, los he visto desfallecer en la puerta de este mismo, y con el tiempo me he dado cuenta del por que han decidió negar la fe o fallarle a Cristo en vez de pasar la prueba o estando en medio de ella, y es simplemente por falta de DETERMINACIÒN, si, Determinación es lo que todos aquellos que en medio de la prueba han caído o divisándola cerca han decidido desertar de las filas de la fidelidad a Dios, es su falta de compromiso y de amor por Dios y por su palabra, lo he visto con mis propios ojos, hombres y mujeres que un día dicen amar a Dios, cantan preciosas alabanzas, predican en los pulpitos, se llenan la boca con la palabra de Dios y a las semanas o con un poco de suerte a los meses, los he visto llenos de perdición, negando la fe con sus actos, permutando a Cristo por una porquería de vida pasada que solo produce deleites en la carne.

Cuando Dios quiere santificarnos, es el fuego de la prueba la mejor herramienta, y es allí donde muchos caen, es una pena, pero es un fuego que necesitamos pasar, por que es allí, en el calor del horno donde se ve realmente que es oro y que no lo es, y si tu fe es genuina, si realmente tu vida pasada ya no es un tema, si de verdad has decidido seguir a Cristo por donde quiera que vaya, es necesario que pases por el horno ardiente de la prueba y tu fe se fogueé con las dificultades y vicisitudes de la vida, para que Dios sepa que realmente lo amas más a él que a cualquier cosa en esta tierra.

Quizás hoy tu estas en ese horno, te cuestionas si vives o no en la voluntad de Dios, y le preguntas al cielo ¿Qué hice mal Señor para recibir esto? ¡¡Si yo te amo, te sirvo, te sigo a todos lados!!, pues la respuesta estimado hermano es, que tu no has hecho nada malo, sino justamente todo lo correcto, pero la imagen del Hijo de Dios aún falta por ser formada en ti, y Dios no se ha olvidado de ti, es tan solo que aún queda suficiente escoria en nuestras vidas que no deja brillar el resplandor de Cristo a cabalidad, y es necesario el calor ardiente del horno de la prueba para que muy pronto veas como el Hijo de Dios se glorifica en ti.

Yo se en carne propia que a nosotros los humanos no nos gusta pasar malos ratos, se que cuando todo se pone pies para arriba, y clamamos al cielo por una solución, y no escuchamos la voz de nuestro salvador, es totalmente agobiante la espera por la solución al problema, pero, te tengo una noticia, ¡¡¡Dios te quiere allí, en medio del problema, con el calor de la prueba y confiando en él!!! Y pasar esa prueba no depende de la ayuda que sin duda Dios te proveerá, sino de tu determinación, si realmente amas a Dios como dices, no blasfemaras contra él, cuando venga el diablo a tentarte lo reprenderás y cuando el mundo te ofrezca la salida fácil, la desecharas por la simple razón de que tu has DETERMINADO, esperar en Jehová.

Hoy muchos varones y mujeres bien intencionados que quieren ser usados por Dios, anhelan ser pastores, ministros de alabanzas, evangelistas, etc. Pero como el mundo nos ha dicho que todo lo podemos conseguir de manera fácil y rápida, cuando estas bien intencionadas personas comienzan a pasar por diversas pruebas con el fin de llegar a ser unos verdaderos siervos de Dios, desisten de la idea y se enojan con Dios, por las dificultades que les han sobrevenido, ¿eso es amar a Dios por sobre todas la cosas? pues déjenme recordarles estimados hermanos en la fe, que Jesús nos prometió que Dios supliría nuestras necesidades básicas, y nos prometió estar con nosotros hasta el fin del mundo, pero jamás dijo que seguirlo seria fácil. Por todo esto te animo a que pienses bien si deseas verdaderamente ser llamado cristiano, por que un cristiano es un hijo de Dios, y Dios al hijo que ama lo azota, eso quiere decir, que tarde o temprano Dios te tomara con su fieles y firmes manos y te pondrá pies arriba en medio de una situación difícil, y mientras tu clames para pronto salir de allí, el solo te dirá, ESPERA EN MÍ, si no tienes la determinación de ser fiel a Dios en ese momento, es mejor que pienses antes en seguir a Cristo y luego dejarlo, por que su misma palabra dice ¡¡Mejor es que no me hubieses conocido!! (2° de Pedro 2:21)

Finalmente debes recordar que Dios es bueno, y que el jamás ara contra ti algo que te destruya, por lo tanto desde la perspectiva que Dios mira las pruebas son lo mejor que nos puede pasar en la vida, la misma biblia lo declara, a los QUE AMAN A DIOS, todas las cosas les ayudan a bien, si tu lo amas, aunque sea dura la prueba, aunque te hayan despedido de tu trabajo y tengas deudas, aunque pierdas un hijo (ni Dios lo quiera), aunque se mueran tus padres siendo tu un joven dependiente, aunque tu matrimonio este en crisis, aunque tu cónyuge se vaya, aunque te desprecien en tu trabajo por ser cristiano, aunque el cielo se caiga a pedazos, tu seguirás firme hasta el final, con las fuerzas que Dios te proveerá, por que has DETERMINADO no fallarle a Dios, por que verdaderamente lo amas.

Hoy te insto a confiar en Cristo, el es fiel, el sabe por que pasan cada una de las cosas por las cuales estas pasando, él sabe que muchas veces no te da lo que tu corazón anhela por que eso es justamente lo que te destruirá, y sabe mejor que nadie que si hoy el te pasa por el fuego de la prueba, el también te dará la fortaleza espiritual para salir airoso de ella.

Confía en Dios en medio del horno, por que el te metió allí confiando en ti.


Dios te bendiga


Profeta de Dios.